IGLESIA DE CRISTO

CINCO COSAS MARAVILLOSAS

"De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida" (Juan 5:24).

En esta escritura tenemos expuesto varias cosas maravillosas. Permitámonos brevemente dar algunos pensamientos de cada uno de ellos.

 

Un Privilegio Maravilloso — Escuchar la Palabra

Primero que todo, tenemos el maravilloso privilegio de escuchar la palabra de Dios. Pienso en la multitud de personas que nunca han escuchado un sermón del evangelio o aún visto una Biblia. Cuán agradecidos deberíamos estar nosotros quienes tenemos acceso a la palabra del Señor.

Considere que es lo que tenemos en la palabra de Dios.

(1) La palabra de Dios es efectiva. "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante de toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón" (Heb. 4:12). Nótese las palabras, viva, eficaz, y más cortante, penetra y discierne. Verdaderamente, ¡la palabra de Dios es poderosa!

(2) La palabra de Dios es incorruptible. "Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre" (1 Ped. 1:23). Cuando el cielo y la tierra ya no sean más, la palabra de Dios permanecerá (Mat. 24:35).

(3) La palabra de Dios da inteligencia. "De tus mandamientos he adquirido inteligencia...Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino" (Sal. 119:104-105).

(4) La palabra de Dios no arrastra a Cristo. "...Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí" (Juan 6:45).

(5) La palabra de Dios alienta nuestros corazones. En vista del hecho de que tanto los muertos como los vivos serán reunidos con el Señor en el aire a Su retorno, Pablo dijo: "...alentaos los unos a los otros con estas palabras" (1 Tesal. 4:18; comp. Rom. 15:4).

David dijo que la palabra de Dios es más deseable que el oro y más dulce que la miel (Sal. 19:10).

 

Una Persona Maravillosa — Dios

Dios envió a Jesús para salvar al género humano, aún pensando que el hombre era inmerecedor de esto. Pablo escribió, "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Rom. 5:8).

El amor de Dios fue expresado a través de su misericordia. Tuvo piedad para socorrernos, el género humano estaba perdido y se movió a hacer algo para aliviar su sufrimiento y miseria. Esto fue reflejado al dar Dios a Su Hijo para poner por obra la liberación del hombre del pecado. Pablo dijo que Dios es rico en misericordia (Efe. 2:4), y "nos salvó...por su misericordia..." (Tito 4:5).

Pero antes de que la miseria del hombre pudiera ser socorrida, debía tener la causa destruida, a saber, el pecado. Esto es donde la gracia de Dios intervino. La gracia, un favor inmerecido de parte de Dios, perdonar. (Comp. Trench, p. 166-171). La gracia salva (Efe. 2:5) y luego el hombre se regocija.

En las palabras de Pablo, "Gracias a Dios por su don inefable" (2 Cor. 9:15). Dios es ciertamente una persona maravillosa.

 

Una Posesión Maravillosa — La Vida Eterna

El texto dice, "El que oye mi palabra, y cree (la obediencia al evangelio) al que me envió, TIENE VIDA ETERNA..." (énfasis mío, WEW). Esta es oración en presente. El versículo claramente dice que tenemos vida eterna ahora, aunque hay otras escrituras que enseñan que tenemos vida eterna en el mundo por venir. En consecuencia, debe haber un sentido en el cual tenemos vida eterna ahora y un sentido en el cual no la tendremos más tarde.

Mi convicción es que cuando una persona tiene acceso a la vida espiritual en Cristo, tiene vida eterna. Esta vida no es tiempo extendido o alargado sino que es una clase de vida. Juan escribió, "En él estaba la vida" (Juan 1:4). Jesús dijo, "Yo soy el pan de vida" (Juan 6:35). Pablo declaró que Cristo es nuestra vida (Col. 3:4).

Jesús declaró, "Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado" (Juan 17:3). Si conocemos a Dios y a Cristo (en un convenio de relación) tenemos vida eterna. Leemos, "...y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él" (1 Juan 3:15). La implicación es que un hermano fiel y amoroso tiene vida eterna permanente en él. Compare además Juan 3:35; 6:47,54; 1 Juan 5:13.

En otro sentido, la vida eterna es futura, Jesús dijo, "...y en el siglo venidero la vida eterna" (Marcos 10:30). Pablo escribió, "En la esperanza de la vida eterna..." (Tito 1.2). No esperamos la que poseemos (Rom. 8:24). Comp. Rom. 6:22. En consecuencia, hay algún sentido en el cual no tenemos vida eterna ahora. El sentido expuesto en Romanos 2:7. El versículo declara, "Vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad." La gloria y honra e inmortalidad del cielo, no la tenemos. Conseguiremos esto como una recompensa final (Mat. 25:46).

Nuestra vida es dependiente o permanente en Cristo. Pero luego, en el cielo, tendremos vida en nuestro propio derecho. Esto podría ser comparado a un bebé y a su madre. Antes de nacer, el bebé es dependiente al cordón umbilical de la madre, pero después de nacer, el bebé tiene vida en su propio derecho. En consecuencia, esto tiene que ver espiritualmente, con el Cristiano.

 

Una Promesa Maravillosa — Ninguna Condenación

Jesús prometió al creyente que no vendría a condenación. Esta es una garantía de la seguridad del creyente. Otros varios pasajes exponen esta gran promesa de que nuestras almas están seguras en Cristo y que el Diablo no las toca.

Lo que siempre debemos recordar, sin embargo, es que la seguridad eterna es condicional. Escuchen a Pablo cuando escribe: "Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero" (1 Ped. 1:5). Dios nos guarda mediante la fe. ¿Qué si uno pierde la fe? No es por mas tiempo guardado por Dios. El escritor de Hebreos declaró que un creyente se puede convertir en incrédulo (Heb. 3:12), y cuando un creyente deja de creer, se aparta de Dios y abre su corazón al Diablo. Uno puede naufragar de su fe, quebrantar su fe y tener su fe trastornada (1 Tim. 1:19; 5:12; 2 Tim. 2:18). Pedro dice que resistamos al Diablo firmes en la fe (1 Ped. 5:9).

Observe que en Juan 5:24, Jesús dijo que uno que oye la palabra y cree en Dios no vendrá a condenación. ¿Qué acerca de los hombres que desisten de oír y creer? ¡Permanecen en condenación!

 

Un Paso Maravilloso — de Muerte a Vida

El que oye y cree ha "pasado de muerte a vida." El hombre está muerto en pecado. Todos hemos pecado (Rom. 3:23) y el alma que peque esa morirá (Ezeq. 18:20). Pablo escribió, "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados...Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo" (Efe. 2:1-5). Cuando Dios regenera a un hombre muerto en pecado, le da vida, vida eterna, que emana de Cristo (1 Juan 1:1-2).

Es en este acto del agua del bautismo en donde esta vida nueva es recibida (Rom. 6:4). Pablo dijo: "Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo." Todos comprendemos que se sepulta a la gente muerta, no a la viva. Luego ellos son resucitados para andar en vida nueva. Están ahora muertos PARA el pecado. Cuando una persona honesta y sincera escucha la palabra de Dios y cree, será bautizada como Dios lo enseña. Aquí está la fe en acción y él de este modo hace el paso maravilloso de muerte a vida.

En conclusión, permítame señalar que el Señor firma este gran texto con "De cierto, de cierto," indicando que esto es firme y seguro. Si hemos hecho lo que Jesús dice en este versículo de la Escritura, con todas sus implicaciones, usted puede descansar seguro donde esté.

Un aporte de Jaime Restrepo

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