IGLESIA DE CRISTO

COMO DESARROLLARSE MORALMENTE COMO CRISTIANO

Es claro que vivimos en un mundo inmoral. Es igualmente claro que Dios quiere que seamos personas morales. Sant. 1:21-27 nos dice que debemos desechar toda inmundicia y abundancia de malicia, y recibir con mansedumbre la palabra implantada la cual puede salvar nuestras almas. Entonces, una vez que hemos sido salvos, debemos como Cristianos, guardarnos a nosotros mismos sin mancha del mundo. Muchos otros pasajes de la escritura hablan de como estar en el mundo sin ser del mundo, de como estar en el sin adaptarnos al mundo, y de la forma en que no debemos amar al mundo. Es esta actitud hacia el mundo la que nos ayuda a desarrollar la clase de moralidad que Dios espera de Su pueblo.

Sin embargo, otra vez es claro, aún penosamente, que muchos "miembros de la iglesia" no son del tipo de personas morales que Dios quiere que seamos. Es un estado desafortunado el que muchas congregaciones del pueblo de Dios han tratado que un gran número de las personas jóvenes que se "levantaron en la iglesia" están creciendo implicados en la inmoralidad sexual, el alcohol y el abuso de las drogas, y otras clases de actividades impías. Aún algunos que han estado en la iglesia por varios años están cayendo para comprometerse en el mismo tipo de conducta. Una de las razones por las que este simple hecho de que la mayoría de las personas en el mundo sienten que la "moralidad es una moda antigua" es porque están fuera de época, y sus puntos de vista están teniendo mucha influencia sobre muchos de nosotros. Por tanto, es imperativo que aprendamos a como desarrollarnos moralmente como Cristianos.

I. Primero, debemos mantener y guardar nuestros corazones y mentes puras. El corazón Bíblico es esa parte del hombre de la cual emana su intelecto, emociones, conciencia, y voluntad. La Biblia enfatiza la importancia de guardar el corazón. "Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él" (Prov. 23:7). El hombre sabio nos urge a, "guarda tu corazón; porque de él mana la vida," (comp. Mat. 12:33-35; 15:18-20). El Señor hace su apelación a nuestras mentes, diciéndonos, "Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo" (2 Cor. 10:4-5).

Para someter nuestros corazones a Dios, debemos seguir la orden expresa de Rom. 12:9 - "El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno." "Aborrecer" es "detestar, tener aversión u odio a alguien o algo." Algunos han desarrollado un concepto tan pervertido del amor de Dios que han eliminado completamente la idea de odio de sus mentes. Pero Dios es también un Dios de odio (Prov. 6:16-19). En vista de que hay algunas cosas que Dios odia, si intentamos ser imitadores de Dios también debemos odiar estas cosas. "Los que amáis a Jehová, aborreced el mal" (Salmo 97:10). "De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira" (Sal. 119:104). Los Cristianos debemos odiar cualquier cosa que Dios llame mala.

Al mismo tiempo, debemos "seguir lo bueno." "Seguir" (o "adherirse", RV 1977) significa "adherirse, afirmarse en, como por abrazo" (comp. 1 Tesal. 5:21-22). El Cristianismo no es totalmente negativo. Entre tanto que debemos quitar de nuestras mentes lo que es malo, debemos en turno, entonces ocupar nuestras mentes con lo que es bueno. "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad" (Filip. 4:8). En toda situación, el Cristiano debe probar o examinar todas las cosas y luego fijar su mente para rechazar todo lo que es malo y aceptar únicamente lo que es bueno. Esta es la única forma verdadera en que podemos "acentuar lo positivo y eliminar lo negativo."

II. Lo siguiente, debemos mantener y guardar nuestro carácter santo. El "carácter" puede ser definido como, "el modelo de conducta o personalidad de uno." El carácter tiene que ver con lo que él es y como actúa, basado en la actitud de su corazón. Desde que nuestros corazones están sometidos a Dios, nuestro carácter está basado en lo que Dios es y en lo que El dice. "Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir" (1 Ped. 1:15-16). Será sobre la base de nuestro carácter y las obras con que procedemos que seremos juzgados. "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2 Cor. 5:10). Por tanto, podemos ver cuan importante es nuestro carácter ante los ojos de Dios.

Para tener un carácter que esté agradando a Dios, debemos prestar atención a la instrucción de Tito 2:11-12 - "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente." "Renunciar" significa "anular, abandonar, o renunciar a una cosa," en la misma forma en que Job evitó o se "apartó del mal" (Job 1:1). La "impiedad" es una actitud de menosprecio por, o provocación de la persona de Dios, por quien El es y permanece. Es algo que es opuesto a Dios y a Su voluntad (Rom. 1:18 y Sig.). Los "deseos mundanos" son aquellos deseos fuertes que pertenecen a este mundo y son por tanto, malos e incompatibles con la voluntad de Dios. ¿Por qué deberíamos negarnos a los apetitos o deseos mundanos? "Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte" (Sant. 1:15). Ciertamente la ira de Dios se revela contra tales cosas.

Otra vez, sin embargo, lo negativo es comparado con lo positivo. Estamos para vivir "sobria, justa y piadosamente." "Sobria" viene de una palabra que indica "sano de mente...; en consecuencia, auto-controlado...) Sugiere el ejercicio de esa auto-restricción que gobierna todas las pasiones y deseos, permitiendo y facilitando al creyente el ser conformado a la mente de Cristo" (Comp. Tito 2:2; "prudentes"; v.5.6). "Justa" es derivada de un término que "significa ‘recto,’ sin prejuicio o parcialidad" y básicamente significa "guardar lo que es correcto" (1 Cor. 15:34). "Piadosamente" es lo opuesto de la "impiedad." "Indica reverencia" y es tomada de un sustantivo que "indica esa reverencia que, caracterizada por una actitud hacia Dios, hace lo que a El le agrada" (2 Tim. 3:12; comp. 1 Tim. 4:7-8). Dios quiere que tengamos un carácter que esté demostrado por el auto-control, la acción correcta, y un acatamiento correcto por Dios y Sus deseos.

III. Finalmente, debemos mantener y guardar nuestra reputación limpia. "Reputación" significa "estimación en la cual una persona o cosa es comúnmente mantenida." Su carácter abarca lo que Dios acerca de usted, mientras que su reputación abarca lo que los hombres que le siguen piensan de usted. Necesitamos estar interesados con nuestra reputación. "De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas, y la buena fama más que la plata y el oro" (Prov. 22:1). Hay un sentido en el que poco importa lo que nuestro carácter privado pudiera ser, porque si no vivimos de un modo en que mantengamos nuestra buena reputación no podremos ser una influencia para el bien entre las personas de este mundo. El mandamiento es que seamos "la sal de la tierra" y "la luz del mundo" (Mat. 5:14-16), "un ejemplo de los creyentes" (1 Tim. 4:12), y "un ejemplo de buenas obras" (Tito 2:7), el prestar atención a nuestra reputación es esencial.

El apóstol Pedro nos dice como hacer seguro que nuestra reputación sea lo que debiera ser en 1 Ped. 2:11-12 - "Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles, para que en lo que murmuran de vosotros como malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras." Debemos abstenernos de los deseos carnales. "Abstenerse" literalmente significa "contenerse uno mismo de, guardarse uno mismo de." No es sólo suficiente odiar el mal practicado en nuestras mentes, ni el renunciar a el en nuestras vidas privadas. Debemos abierta y públicamente volvernos y permanecer apartados de ellos. La base sobre la que esta súplica es hecha, es porque como Cristianos, somos extranjeros y peregrinos. Siempre deberíamos recordar que este mundo no es nuestro hogar, como lo hicieron Abraham y los patriarcas (Heb. 11:13-16). Antes bien, nuestra ciudadanía está en el cielo (Filip. 3:20-21). La razón por la que deberíamos abstenernos de estos deseos carnales es porque ellos pelean contra nuestras almas. Si no nos abstenemos de ellos, destruirán nuestra espiritualidad, y causarán que perdamos la guerra (comp. 1 Tim. 1:18-20).

Habiendo arrojado de nuestras vidas todos los deseos carnales, debemos hacer seguro que nuestra conducta o proceder es honorable entre las personas de este mundo. "Honorable" es traducida de una palabra que significa "bueno, admirable, decente; tiene también el significado ético de lo que es honrado, correcto, noble, tal conducta merece estimación" (Comp. Rom. 12:17; 2 Cor. 8:21). La razón para esto es que ellos podrían ver nuestras buenas obras y por tanto glorificar a Dios. Ciertamente no podemos influenciar a las personas de este mundo a dejar el mal del mundo si nosotros mismos participamos en el. Nunca debemos actuar de esta manera para que no demos a nuestros enemigos ocasión de blasfemar sino que se "avergüencen, y no tengan nada malo que decir de vosotros" (Tito 2:8). Nada puede conducir a las personas fuera de la verdad con rapidez que el tener conocimiento de alguien que declara ser "Cristiano" pero cuya vida no está en armonía con las leyes de Dios. Mas que esto, debemos esforzarnos por tener un efecto positivo y beneficioso por medio de nuestras vidas. Consideremos nuestro hablar por ejemplo: Ninguna palabra corrompida salva de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes (Efe. 4:29).

 

Conclusión

Es aparente que muchas personas tienen problema para desarrollar la moralidad. Por supuesto, algunos simplemente no se cuidan. Otros saben lo que es correcto y quieren hacerlo, pero por varias razones no lo hacen. Recientemente una chica llamó y dejó un mensaje en el contestador automático del teléfono, no quiso dar su nombre ni dirección pero dijo que no quería ninguna literatura, pero nos alabó por el servicio. Continuó diciendo que quería servirle al Señor, pero que simplemente no podía a causa de la tentación. Cantidad de personas se sienten en esta forma, no pueden vivir correctamente a causa de la tentación. Sin embargo, la verdad es que ellos simplemente no vivirán correctamente, porque la Biblia nos dice que podemos hacerlo y nos dice como ir a hacerlo. Primero, debemos guardar nuestras mentes. Siguiente, debemos vigilar nuestras vidas de manera que nuestro carácter esté agradando a Dios. Y debemos estar lo bastante interesados acerca de nuestra reputación para guardarla limpia de modo que sea una buena influencia sobre otros.

Desafortunadamente, muchas personas no están deseando extender el tiempo, la energía, y el esfuerzo que es necesario para llevar a cabo esto. Ciertamente no es fácil, pero puede ser hecho. Y cuando esto es hecho, los resultados serán asombrosos en que seremos capaces de "resistir al diablo y él huirá de nosotros" también como para "acercarnos a Dios, y él se acercará a nosotros" (Sant. 4:7-8). Cuando una persona verdaderamente comienza a trabajar en estas áreas, sin duda, comenzará a desarrollar la moral que Dios quiere en él. Uno que está tratando de ser un Cristiano no puede hacer nada menos que agradar a Dios.

Un aporte de Jaime Restrepo

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