"El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre." Ecles. 12:13.

Las escrituras declaran que "el principio de la sabiduría es el temor de Jehová," y que "con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal," Prov. 1:7; 16:6. Si no encontramos nada más en las Escrituras, esto debería ser suficiente para capturar nuestro interés en el temor piadoso (o religioso). Pero, ¡hay mucho más! Toda la obligación del hombre es temer a Dios y guardar Sus mandamientos (Ecles. 12:13). Y, "Tema a Jehová toda la tierra; teman delante de él todos los habitantes del mundo," Sal. 33.8. Además, el apóstol Pedro escribió en el Nuevo Testamento: "Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos con temor todo el tiempo de vuestra peregrinación," y "temed a Dios," 1 Ped. 1:17 y 2:17. De esta manera, hay mucho en la Palabra de Dios que manda el temor piadoso en nosotros. ¿Qué es el temor piadoso?

El temor piadoso indica un reconocimiento de una reverencia correspondiente hacia la aterradora majestad de Dios. El es muy superior al hombre, o más poderoso que cualquier ser humano, o ¡la acumulada fortaleza de todos los hombres! Debemos desarrollar el temor piadoso, sinceramente concordamos con la confesión de David: "Las riquezas y la gloria proceden de ti; y tú dominas sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer grande y el dar poder a todos," 1 Crón. 29:12. Deberíamos estar deseando cantar: "Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová," Sal. 104:24. O, como simplemente se coloca en el Sal. 115:3 - "Nuestro Dios está en los cielos; todo lo que quiso ha hecho." El temor piadoso es una reverencia por su majestad, tal como Isaías la tenía cuando oraba a Dios con estas palabras - "Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza," Isa. 25:1.

Si uno posee una reverencia sincera por Su majestad, esto lo llevará a someterse a su autoridad. "Teme a Dios y guarda Sus mandamientos." Esta fue la devoción de Pedro y los otros apóstoles, aún en las primeras persecuciones que ellos soportaron. Estando delante de los crueles líderes Judíos en Jerusalén les fue dicho que no predicaran el evangelio. Ellos respondieron: "Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres," Hch. 5:29. "Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos," 1 Juan 5:3-4. El temor piadoso significa sometimiento a la autoridad Divina, que reside en el Hijo, Jesús. (Véase Mat. 17:5; 28:1 y Heb. 1:1-2).

Si tenemos reverencia por Su majestad, y estamos sometidos a Su autoridad, sabemos que cualquier cosa que El diga sucederá. Considere lo que El dijo con respecto al Eventual Castigo de los Pecadores. En la llama de fuego de Su justa venganza, castigará a aquellos que rehusaron obedecer al evangelio. "Los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder," 2 Tesal. 1:9; véase v.6-10. Sabiendo esto, deberíamos tener un sano temor de desagradarle, porque "Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo," Heb. 10:31. "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él," Juan 3:36; véase Rom. 1:18-3:23; Hch. 17:30-31; Efe. 5:6.

¡El temor piadoso! ¡Una reverencia por Su majestad¡ ¡Un sometimiento a Su autoridad! ¡Y un temor de Su ira! Este es el principio de la sabiduría.