IGLESIA DE CRISTO

La Gracia Que Trae Salvación

Nuestra palabra "gracia" viene del Latín gratia y significa "favor." A veces es expresada como un favor inmerecido," aunque el apelativo "inmerecido" es quizás superfluo. Sí merecido, seria más el pago de una deuda que gracia. "Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia" (Rom. 11:6). La palabra usada por los escritores del Nuevo Testamento es, por supuesto, una palabra Griega, pero significa lo que sugiere en Inglés (lo mismo en Español, jr), de otra manera sería una traducción incorrecta. La palabra "gracia" no es inherentemente una palabra religiosa. Cualquier clase de favor exhibido, sea por Dios o el hombre, es un asunto de gracia.

La gracia de Dios es vista en diferentes campos. Cuando el sol sale sobre malos y buenos, y la lluvia desciende sobre el justo y el injusto, es por la gracia de Dios que se sostienen todas las cosas por la palabra de su poder. No obstante, este tratado concierne así mismo no con la exhibición de la gracia de Dios en las muchas bendiciones materiales que recibimos, sino con la "gracia de Dios que se ha manifestado para salvación."

La gracia es ilimitada desde los diferentes puntos de vista de su extensión. "Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación (y ese es el campo acerca del cual estamos hablando) a todos los hombres" (Tito 2:11). Está disponible para todos. Es limitada desde dos puntos de vista. Primero, en lo que lleva a cabo. La gracia no llevará a cabo mas de lo que Dios ha pensado que sea. Esto no necesita ser probado. Argumentar de otra manera sería afirmar que Dios no tiene control sobre los favores que lleva a cabo, o que si tiene control no busca ejercitarlo, en consecuencia ellos son ilimitados. Nadie tiene el derecho de atribuir algo a la gracia de Dios a menos que Dios nos haya informado que su gracia proveerá esa misma cosa. Hacerlo así es presunción y arrogancia de una prerrogativa que la sabiduría de Dios nunca ha concedido. Los hombres idean toda clase y género de esquemas religiosos, luego tratan de promoverlos para el buen resultado que ellos esperan obtener, y si encuentran bastantes personas que traguen el anzuelo para que los apoyen, atribuyen todo a la gracia de Dios cuando la gracia de Dios no ha hecho nada con ellos excepto condenar las prácticas. Yo no estoy honrando a Dios cuando atribuyo a su gracia lo que es contrario a su palabra.

Segundo, la gracia de Dios es limitada por la buena voluntad o mala voluntad del hombre para apropiarse de esta. Pedro urgió a los Cristianos a "crecer en la gracia" (2 Ped. 3:18). Sea que hagamos algo o no, dependemos de nuestros esfuerzos. Pablo rogó a los Corintios que "no recibáis en vano la gracia de Dios" (2 Cor. 6:1). Aparentemente ellos pudieron. Dijo a los Gálatas que él "No desecho la gracia de Dios" (Gál. 2:21). Obviamente, esta pudo ser desechada. El escritor en Hebreos 12:15 amonesta a los Cristianos a "Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios." Si uno deja de alcanzarla, la recibe en vano, o la desecha, depende no de la gracia de Dios mismo, sino del individuo y de su disposición ya sea para usarla o para rechazarla.

Aprendemos acerca de la gracia de Dios de la palabra de Dios. A no ser que haya contado mal, nuestra palabra "gracia" aparece en el Nuevo Testamento 124 veces. Esto no es para implicar que el Señor tiene que decir una cosa esas muchas veces para que sea importante o desafíe nuestro interés, sino que sugiere que todo el tema de la "gracia" es sobresaliente en las escrituras. Si no fuera por la palabra de Dios, no sabríamos absolutamente nada acerca de su gracia. Ni aun sabríamos si habría tal cosa. No obstante, a pesar de esto, algunos trazarán una línea, pondrán la gracia de Dios a un lado, la palabra de Dios en el otro, y harán que ellas contiendan la una con la otra. Esto, claro está, es un concepto erróneo. Cualquier cosa que es dicha que la gracia de Dios hace con referencia a la salvación del hombre, de la palabra de Dios es dicho que hace la misma cosa. Romanos 5:2 dice, "...a esta gracia en la cual estamos firmes...," pero 1 Cor. 15:1 dice, "...el evangelio...en el cual también perseveráis." En Hechos 20:32, Pablo encomendó a los ancianos de Efeso a la "palabra de su gracia," pero Pedro se refirió a lo que él predicó como "la palabra del evangelio" (Hechos 15:7). Pablo dijo a los Cristianos en Efeso que ellos habían sido "salvos por gracia" (Efe. 2:5), pero le dijo a los Cristianos en Corinto que ellos habían sido "salvos por el evangelio" (1 Cor. 15:1-2). ¿Fueron los Efesios salvos por una cosa y los Corintios por otra? Además, Pablo le escribió a Tito que la "gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres" (Tito 2:11), pero le escribió a los Colosenses que el "evangelio...se predica en toda la creación que está debajo del cielo" (Col. 1:5-6,23). A Timoteo, Pablo dijo que nosotros habíamos sido llamados "según el propósito suyo (de Dios) y su gracia" (2 Tim. 1:9), pero en otro momento dijo que habíamos sido "llamados por el evangelio" (2 Tesal. 2:14). Por tanto, permanecemos en la gracia, pero permanecemos en el evangelio. Es la palabra de la gracia, pero es la palabra del evangelio. Somos salvos por gracia, pero somos salvos por el evangelio. Somos llamados por gracia, pero somos llamados por el evangelio. La gracia apareció a todos los hombres, pero el evangelio fue predicado a todos los hombres. Luego en Gál. 1:6-8, Pablo usa la gracia y el evangelio sinónimamente cuando dijo: "Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente." Cuando Pablo dijo que los Gálatas habían sido alejados de la "gracia" de Cristo a "otro" evangelio, estaba afirmando que la "gracia de Cristo" era el "evangelio," y usó los términos aquí sinónimamente. Un diagrama de esto se vería así:

GRACIA

EL EVANGELIO

Firmes en la Gracia -- Rom. 5:2

Perseverar en el evangelio -- 1 Cor. 15:1

La palabra de su gracia -- Hch. 20:32

La palabra del evangelio -- Hch. 15:7

Llamado por gracia -- 2 Tim. 1:9

Llamado por el evangelio -- 2 Tes. 2:14

Salvo por gracia -- Ef. 2:5

Salvo por el evangelio - 1 Cor. 15:1-2

La gracia manifestada a todos -- Tito 2:11

El evangelio predicado a todos -- Col. 1:5-6,23

Alejados de la gracia -- Gál. 1:6

Otro evangelio - Gál. 1:6

En consecuencia, en relación con la salvación del hombre cualquier cosa que la gracia hace del evangelio es dicho que hace la misma cosa, porque el evangelio es el producto de la gracia de Dios e inaugurado para el propósito específico de la salvación del hombre.

Leamos en 1 Ped. 5:12 esta declaración: "...os he escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que ésta es la verdadera gracia de Dios..." Eso es, que lo que Pedro había escrito es la verdad que él había expresado. Ahora, si hay una "verdadera gracia de Dios," entonces se mantiene que hay falsas declaraciones hechas respecto de ella. Evidentemente Pedro pensó que algunas cosas atribuidas a la gracia de Dios eran falsas, cuando tal señalamiento fue hecho por hombres inspirados.

Usualmente podemos decir lo que una cosa es por lo que ella hace. La gracia no es la excepción. Pablo dijo que su "carrera y ministerio" eran "dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios" (Hechos 20:24), y que esta "palabra de su gracia, la cual es poderosa para sobreedificaros y daros herencia entre todos los santificados" (Hch. 20:32). Esto entonces es algo que la gracia hace. Además, leemos: "Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación." ¿En qué consistió esta gracia? "Escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos" (1 Ped. 1:10-11). La gracia acerca de la cual hablaron los profetas llego a nosotros, proveyendo todo el esquema de redención, "los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos." Esto es lo que la gracia vino a hacer, y esto es lo que ella hizo. Rom. 5:15 la coloca de esta manera: "Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno (Adán) murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo." Cualquier cosa que perdimos en Adán, la recuperamos en Cristo, y mucho más que eso, por la gracia de Dios. Esto es algo que es dicho que la gracia provee. Este "don por la gracia" incluyó la muerte de Cristo. "Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa de su padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos" (Heb. 2:9).

Cuando Apolos fue a Corinto, "fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído" (Hch. 18:27). Aquí aprendemos que la gracia genera creer. ¿Pero cómo? Bueno, esta es la palabra de gracia (Hch. 20:32), y la "fe es por el oir la palabra de Dios" (Rom. 10:17). Así es como la gracia produce fe.

Somos "justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Rom. 3:24), sin embargo nuestra redención es "por su sangre" (Efe. 1:7). En consecuencia, la justificación por gracia en ningún sentido anula la sangre. Se complementan la una a la otra. Rom. 5:1, dice que somos "justificados, pues, por la fe;" por tanto la justificación por gracia no elimina la fe. Es la fe la que nos da "entrada a esta gracia" (Rom. 5:2). ¿Pero qué clase de fe provee entrada a esta gracia? Pablo dijo que él "recibió la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones" (Rom. 1:5). Por tanto la fe que da entrada a esta gracia que justifica es una fe obediente. Uno no puede disfrutar las bendiciones de la gracia por fe en la ausencia de la obediencia a la palabra de la gracia. La gracia de Dios no es lo bastante expansiva para cubrir los pecados de uno mientras que uno permanezca en violación de la palabra de Dios. Esto no es intentar de nuestra parte arbitrariamente limitar la gracia de Dios ni cuestionar su poder. Este no es un caso de la habilidad de Dios, sino de lo que él ha deseado hacer y las condiciones sobre las que él ha deseado hacer esto en su favorecimiento del hombre. Como fue dicho al principio, nadie tiene derecho de atribuir cualquier cosa a la gracia de Dios a no ser que la palabra de Dios revele que la gracia de Dios proveerá esa misma cosa. En ninguna parte la palabra de Dios aun implica que Dios tolerará un margen de error en todos nosotros y que su gracia abundará hasta el punto de cubrir esa deficiencia en nosotros sin nosotros haber reunido las condiciones de perdón.

"Y si (la elección) es por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia" (Rom. 11:6). Las obras que guardarían la elección de ser por gracia son las obras perfectas. Si uno nunca hubiera pecado, no necesitaría salvación y habría heredado la vida eterna. Esta hubiera venido como pago de una deuda y no por gracia. No hay nadie (excepto Cristo) que esté tan caracterizado por tal perfección sin pecado; por tanto nuestras bendiciones espirituales "no son por obras sino por gracia." Pero el hecho de que no sea más por obras (obras perfectas), no invalida la obediencia a la palabra de Dios en el proceso de la apropiación de su gracia para nuestra justificación.

Pablo dijo a los Cristianos Efesios que "por gracia sois salvos" (Efe. 2:5). La mayoría de las personas religiosas rápidamente están de acuerdo en que somos salvos por gracia, pero la controversia es usualmente sobre "cuándo" salva la gracia o "cómo" es que salva. Gén. 6:8 nos dice que "Noé halló gracia ante los ojos de Jehová," y por esta gracia él fue salvo del diluvio. ¿Pero cuándo se salvó él del diluvio? Gén. 6:22 contesta la pregunta: "Y lo hizo así Noé: hizo conforme a todo lo que Dios le mandó." ¿Cuándo lo salvó la gracia? Cuando él, por la fe, hizo todo lo que Dios le mandó hacer. ¡Entonces y únicamente entonces él fue salvo por gracia! La gracia de Dios nos salva cuando hacemos todo lo que Dios nos manda a hacer.

En vista de que Pablo le dijo a los Efesios que ellos eran salvos por gracia, simplemente quedémonos con ellos y veamos "cómo" la gracia los salvó de sus pecados ajenos y los hizo hijos de Dios. Dios no hace acepción de personas (Hch. 10:34), por tanto cualquier cosa que él demandó de los Efesios para que pudieran ser salvos por gracia, El demandará lo mismo de las personas hoy día. Dios amó a los Efesios no más de lo que nos ama a nosotros, ni los amó a ellos menos, por tanto no va a dejarnos con menos de lo que requirió de ellos y viceversa. En consecuencia, si ellos tuvieron que hacer algo para ser salvos por gracia, así con nosotros, y será exactamente la misma cosa que ellos hicieron si ocupamos la misma posición como ellos en nuestra relación con Dios. Bueno, ¿los Efesios hicieron algo para ser salvos por gracia? Leemos que los Efesios confiaron en Cristo "habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación" (Efe. 1:13). Ellos escucharon la palabra de verdad, de otra manera esto no podría haber sido clasificado "como el evangelio de vuestra salvación." Si ellos fueron salvos por gracia antes de que en algún momento les fuera introducido el evangelio, éste difícilmente podría ser llamado el evangelio de su salvación. Además, ellos no podrían haber sido salvos por gracia sin confiar en Cristo; sin embargo fue después de que oyeron que confiaron; por tanto, fue después de que oyeron que fueron salvos por gracia. Ahora, en vista de que tuvieron que escuchar el evangelio para ser salvos por gracia, usted también podría apuntarse, usted tendrá que hacer lo mismo.

Luego, a estas mismas personas, Pablo dijo: "y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa" (Efe. 1:13). Los Efesios no solo escucharon la palabra de verdad, sino que también la creyeron. Ciertamente nadie pensará que fueron salvos por gracia antes de creer. Si lo fueron, fueron salvos sin una promesa, porque fue únicamente después de que creyeron que fueron "sellados con el Espíritu Santo de la promesa."

Pablo dijo a los ancianos de la iglesia en Efeso que él no solo les había enseñado "la fe en nuestro Señor Jesucristo," sino también "el arrepentimiento para con Dios" (Hch. 20:21). Ahora, estas son las mismas personas a quienes él más tarde les escribió y dijo: "por gracia sois salvos." Pablo "como nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros" (Hch. 20:20), pero les enseñó el arrepentimiento; en consecuencia el arrepentimiento es útil. Pero si ellos fueron salvos por gracia antes y sin arrepentimiento, el arrepentimiento no pudo haber sido muy útil. Cualquier cosa que no es tan esencial para que uno pudiera ser salvo sin esta, no será muy útil. Por tanto siendo salvos por gracia, los Efesios se arrepintieron de sus pecados.

Un jefe de los sacerdotes por el nombre de Esceva tenía hijos que eran exorcistas, y ellos mismos se encargaron de arrojar espíritus malos por medio de invocar sobre el afligido el nombre de Jesús. El final fue que ellos fueron dominados, y arrojados de la casa por el hombre en quien el espíritu estaba. Ahora "esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos" (Hch. 19:13-17). Nótese dónde ocurrió esto: en el lugar al cual Pablo escribió más tarde y dijo: "Por gracia sois salvos." Como resultado de este incidente en Efeso, así registrado en Hechos 19, "era magnificado el nombre del Señor Jesús. Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos" (v.17-18). Parece, no hay duda, del contexto que ellos confesaron sus errores, pero que también confesaron lo que creyeron: porque "era magnificado el nombre del Señor." Aun cuando fueron salvos por gracia, confesaban y magnifican el nombre del Señor. Si hubieran rehusado hacerlo así, en lugar de ser salvos por gracia, habrían sido negados delante del Padre por el Señor (Mat. 10:32-33).

Hasta este punto, hemos aprendido que los Efesios escucharon la palabra, la creyeron, se arrepintieron de sus pecados en la medida que eso fue útil, y confesaron; sin embargo fueron salvos por gracia. Estas cosas fueron esenciales para su apropiación de la gracia de Dios para salvación. Por cuanto Dios no hace acepción de personas, él requerirá lo mismo de las personas hoy día para que puedan ser salvas por gracia de sus pecados. Ahora, si esto es todo lo que los Efesios hicieron para ser salvos por gracia, esto es todo lo que nosotros tenemos para hacer. Dios no requerirá mas o menos de nosotros de lo que requirió de los Efesios. ¿Es ésto todo lo que ellos hicieron? En Hechos 19:1-5, leemos del encuentro de Pablo con ciertos discípulos en Efeso, cerca de 12 en número, quienes habían recibido únicamente el bautismo de Juan. Al enterarse de que habían sido bautizados incorrectamente, "fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús." Aquí están algunas personas que habían sido bautizadas una vez y tuvieron que hacerlo de nuevo. El primer bautismo de ellos, aun cuando fue para la remisión de los pecados (Lucas 3:3), los colocó en la relación incorrecta, o quizás diríamos que no los colocó en la relación correcta. En vista de que los 12 discípulos tuvieron que ser bautizados en el nombre del Señor, aun cuando ya habían sido sumergidos una vez, todos los otros discípulos tuvieron que ser bautizados en el nombre del Señor Jesús para ser salvos por gracia, porque Dios es imparcial. Por la misma señal, también tendremos que ser bautizados para entrar en la relación correcta con el Señor si es que estamos para ser salvos en algún momento por su gracia.

Algunos dicen: "Si, ellos fueron bautizados, pero esto fue después de que fueron salvos por gracia, y el bautismo es sino una señal exterior de una gracia interior." Si esto es así, ellos fueron salvos fuera de Cristo y antes de colocarlos en él, porque Gál. 3:27 dice: "Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos." Por tanto, él está fuera de Cristo y no se ha revestido de Cristo. ¡Ciertamente tomará alguna gracia para salvarlo a uno en esa posición!

Nótese además: "Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna" (2 Tim. 2:10). Usted notará que la salvación es en Cristo. Fuera de Cristo no hay salvación. Hasta que uno es bautizado en Cristo, está fuera de Cristo, y si está fuera de Cristo está fuera del campo de la salvación. Afirmar que uno es salvo por gracia antes de ser bautizado ¡es argumentar que uno es salvo sin salvación! Ahora, imagínese que uno está fuera, si puede. Y si usted no puede, entonces no puede hallar solución de cómo uno puede ser salvo por gracia antes de ser bautizado.

Dios no hace acepción de personas. El requerirá lo mismo de las personas hoy día para que puedan ser salvas por la gracia que requirió de los Efesios. Siendo salvos por la gracia, ellos escucharon la palabra, creyeron lo que escucharon, se arrepintieron de sus pecados, confesaron el nombre del Señor, y fueron bautizados en el Señor donde la salvación está localizada. Al hacer esto, ellos se estaban apropiando de la gracia de Dios para salvación. La gracia de Dios hará por nosotros todo lo que hizo por ellos, pero no mas. La gracia de Dios no sólo hará por nosotros lo que hizo por los Efesios, sino que lo hará exactamente en los mismos términos o condiciones como por ellos, y no hay excepción. ¿Se ha usted apropiado de la gracia de Dios para su salvación como lo hicieron los Efesios? Si no, usted no ha sido salvo por gracia como lo fueron ellos, y no hay otra forma. ¿Cuándo somos salvos por gracia? Exactamente como lo fue Noé: "Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó."

Un aporte de Jaime Restrepo

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