IGLESIA DE CRISTO

La Palabra de la Cruz

"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden..." (1 Cor. 1:18).

Mucha gente tiene por noble las causas sufridas por los mártires muertos, y son admirados por esto. Pero cuando Jesucristo murió en esa cruz Romana fuera de Jerusalén hace muchos años, no fue un simple mártir de la muerte. El unigénito engendrado Hijo de Dios había bajado del cielo y vivió una vida exenta de pecado entre hombres pecadores. En el momento de la muerte, dio su sangre de vida como un sacrificio expiatorio por los pecados de todos los hombres (Gál. 1:4; Heb. 2:9).

Con Su propia sangre ha ascendido al cielo mismo (el verdadero tabernáculo) "para presentarse ahora por nosotros ante Dios" (Heb. 9:24). "Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hch. 4:12).

El mundo sofisticado, cegado por las filosofías y especulaciones de los hombres, puede suponer este mensaje como locura, pero "agrado a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación" (1 Cor. 1:21). Para nosotros que somos salvos "esto es poder de Dios" (1 Cor. 1:18) — la gran expresión de Su amor, sufrimiento y misericordia hacia nosotros los pecadores. Inclinamos nuestros corazones y humildemente nos sometemos a Su voluntad, en una obediencia de amor a El "porque El nos amó primero" (1 Juan 4:19).

Un aporte de Jaime Restrepo

volver


IGLESIA DE CRISTO

Madrid 950, SANTIAGO - CHILE

Hosted by www.Geocities.ws

1