La Escritura ha sido dada por Dios y puede ser entendida (Hch. 8:30 y Sig.; Efe. 5:17). Aunque Dios nos ha dado Su voluntad en una forma tal que podemos entenderla, siempre ha habido algunas personas que la maltratan. Ante Adán y Eva el diablo pervirtió la verdad de Dios y el pecado entró en el mundo. A algunos Jesús les dijo, "Erráis, ignorando las Escrituras" (Mat. 22:29; Marc. 12:24). Algunas veces las personas yerran porque no conocen la verdad; sin embargo, algunos yerran conociendo la verdad. Algunos creyentes se han "extraviado de la fe" y algunos se "han desviado de la fe" (1 Tim. 6:10,21). Santiago nos muestra que si alguno se ha extraviado de la verdad necesita que alguien lo haga volver (Sant. 5:19).

Pedro dijo, "Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas, entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición" (2 Ped. 3:15-16). ¡La perversión o el acto de torcer la Escritura no es hecho con impunidad! Hay consecuencias para los que de esta manera manejan la palabra del Dios viviente. Pedro dijo la consecuencia, parcialmente, al menos, es la propia destrucción. Por tanto, debemos ejercitar un gran cuidado en el uso de la Escritura. El "indocto" o ignorante o inexperto tuerce la Escritura, dice Pedro. Algunos quieren ser maestros, pero realmente deberían enseñarse a sí mismos.

1 Corintios 2:9-13 es a menudo pervertido. Este es usado como un texto para los funerales por muchos predicadores. Leen la cita que hace Pablo de Isaías 64:4, "Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman" (v.9). ¡e inmediatamente afirman que él está hablando acerca del cielo" Dicen que esperamos algún día las bellezas del cielo, pero que debemos esperar por esto hasta que muramos. No estoy dispuesto a argüir con uno que ahora no puede saber todo acerca del cielo, pero estoy preparado para decir que 1 Corintios 2:9-13 no tiene nada que ver cualquiera que sea con este tema. Este pasaje trata con la revelación. Lo que Dios no ha revelado el hombre no lo puede ver, escuchar o recibir. "Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu" (v.10). Ahora tenemos lo que el ojo no había visto, pero esto no es el cielo. ¡Es la revelación!