¿Nunca has sentido la necesidad de destrozar algo bonito?

 

Cuando despierto de mi mundo es cuando empieza mi pesadilla. Me entran ganas de explotar y volar por los aires en pedazos. Siento la necesidad de acabar conmigo, de ser yo quien ponga fin a esta agonia. Siento la necesidad de ser mi propio verdugo. En esos momentos miro mis brazos, marcados por docenas de arañazos y cortes, y la idea de matarme se desvanace. No puedo dejar que me ganen. No puedo perder y ver como se rien de mi. Asi que o ellos o yo.


Salgo a la calle. Esta llena de gente que esparce su basura alrededor. La calle empieza a rebosar de envidia, egoismo, hipocresia, mentiras y engaños. ¿Que pasara cuando se desborde? Se comeran unos a otros. Siento nauseas. Me entran ganas de vomitar. Pero no puedo. No puedo disraerme de la mision que me mantendra con vida. Observo. Cada individuo, cada cara, cada gesto. Y encuentro. He encontrado al ser que con su sufrimiento va a apaciguar el mio. Mirala, ¿cuantos años tendra? ¿16? Da igual, es preciosa.


La sigo. No debe percatarse de mi presencia. Todavia no. Me voy acercando. Cada vez mas. Entra en un portal. "No cierres". Paso a su lado. Por un momento me embriaga su olor. Por un momento desaparecen mis pensamientos. Solo por un momento. Antes de que cierre la puerta me situo a su espalda. Y de un movimiento rapido, la agarro de la cabeza con las dos manos y la estrello contra la pared.


Cae al suelo. En la pared hay sangre. Tambien en su rostro. Ya no me parece tan preciosa, ahora puedo ver el miedo en su cara. La levanto cuidadosamente. Grita a mi contacto, pero se deja ayudar. Esta demasiado asustada como para hacer otra cosa. La miro a los ojos y la beso. El sabor de su sangre se mezcla con la calidez de sus labios. Me invade una indescriptible sensacion de placer. Ya no grita. En un balbuceo casi inaudible me pide que la deje. "No temas", susurro a su oido. Y nuevamente la lanzo contra la pared. Cae al suelo. Esta vez no grita, rompe a llorar. No me conmueve. Arrodillado junto a ella la vuelvo a susurrar: "No temas. Todo acabo". La doy otro beso. Otra vez esa sensacion...


Me levanto y me dirijo a la puerta. Antes de salir veo mi reflejo y el suyo en un espejo del portal. Tengo las manos y la boca teñidas de rojo. Y ella esta tirada, sollozando en el suelo. Parece una marioneta abandonada en un charco de sangre. Salgo al exterior. Camino de vuelta a casa. La gente con la que me cruzo me mira extrañada, pero yo no los veo. Todavia puedo notar su sabor. Todavia puedo oirla llorar. Sus lagrimas ahuyentaran mis fantasmas, hasta la proxima vez que vengan a buscarme. Y todo volvera a empezar...
 

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(c) _Alexiel_ 2002

 

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