SE ABREN LAS PUERTAS DE LA NOCHE
“ No podía imaginar que ocurriría algo así, no tengo porque ser responsable de
lo
que ocurre, tengo la cabeza demasiado cargada y siempre he sido una vaga a la
que no le gusta pensar demasiado y ahora tener que contemplar todo esto yo sola
me pesa demasiado antes estaba mejor, sonreía, ahora mi sonrisa es falsa...
Cuando era pequeña jamás sonreía nada lo lograba, no entendía porque los demás
niños sonreían,, jamás lo entendí hasta que te conocí, me hiciste sonreír y me
gusto, se me desencajaba la cara y hacia una sonrisa y es algo que te debo a ti,
como también te debo haber conocido el amor cuando leas esto todo abr acabado u
no estés triste quizás algún DIA volveremos a estar juntos quien sabe a lo mejor
seremos mas fuertes que la muerte, lo único que me gustaría ver antes de morir
serian tus ojos azules.”
Se despertó como todas las mañanas con el espantoso ruido que hacen los
despertadores baratos, ese piquetero infernal que se te mete en los oídos mañana
tras mañana, sonaba desafinadamente y él lo buscaba entre las montañas de ropa
que había alrededor de la habitación cuando finalmente lo encontró camuflado
entre entre una camisa roja y varios pantalones. Era un nuevo día aunque ni
podía contemplarse desde su casa pues no entraba una pizca de sol, las
polvorientas persianas cubrían las ventanas con su velo y su manto de polvo
soñoliento. La cama desecha y desgarrada por todos los lados, los poco que se
veía de las sabanas bordeaba un poco por los aleones de la cama. La cocina tenía
un olor un tanto extraño, unos olores fuertes a tabaco y a algunos potingues de
cocina extravagantes. Los platos sucios estaban por encima de la mesa, ni
siquiera en el amarillento friega platos había un solo tenedor, nada,
completamente vacío. La nevera y los armarios estaban vacíos habías mas comida
en el suelo pegada que en ningún otro lugar de la casa, en la nevera habías un
bote de leche caducado y tres cervezas, en los armarios habías cereales los
cuales tenían el envoltorio abierto y de estar al frío aire se habían ablandado.
Esto no era nada comparado con el baño, el tubo de pasta de dientes estaba
enrollado en sí mismo, el cepillo tenía un color negroso como si se hubiera
limpiado unos zapatos con el. La bañera estaba de un color gris y si tenias
suerte te podía salir una cucaracha del desagüe. La cortina estaba medio caída y
la taza desprendía unos olores que es mejor no describir. En fin un día mas en
su vida.
“Hace frío, es un lugar frío y sombrío, la luz esta apagada, la lámpara no tiene
bombilla, esta en el suelo rota en mil pedazos, lo único que puedo ver es mi
aliento, tengo frío, nunca imaginé que haría tanto frío en este sótano, tengo
las manos heladas, no me siento los pies, creo que se mes están congelando. No
entiendo mi sonrisa, pero no puedo evitarlo, ver mi sangre estrellándose en el
suelo me hace reír.”
Se dio una ducha de agua fría, era su manera de despejar-se por la mañana, se
preparaba para el nuevo día, el agua cristalina se deslizaba lentamente por su
cuerpo exceptuando su espalda donde caía de una forma rápida y formaba una
silueta que remarcaba sus músculos. Se limpiaba el pelo con brusquedad aun así
usaba un champú para niños que olía a melocotón. Se puso un traje de lino, era
azul, lo acompaño con una corbata de dibujitos, que parecían ser ositos. Se
pasaba una pinta amarilla por el pelo, se lo cepillaba hasta que en el pudiera
apreciarse una pecurialidad, la cual era que produjera un efecto óptico parecido
a las hojas que forman el hojaldre. Se preparo un vaso de o al menos eso
pretendía, la leche salía del cartón unificada, como una pasta blanca, bajo a la
cafetería que había dos manzanas mas allá, pidió un café y dos tostadas
calientes y rosadas que se unto con mantequilla amarilla y fina que formaba una
capa delicada encima de la rebanada.
“ Tengo hambre, esta vez no he aguantado tanto como la anterior, solo una
semana, la luz sigue apagada, la sangre sigue cayendo y mi sonrisa permanece en
mi rostro pero aun así tengo hambre, esta vez no tengo agua ni comida.
Mi camisón esta sucio y huele mal. He intentado mantenerlo limpio pero me ha
resultado inútil al final mi propio olor corporal, mi sudor y mis propios
excrementos lo han impregnado de su asqueroso y desagradable tacto. Tengo los
pies negros aun así me parecen blancos, no los noto, no consigo mover los dedos.
Noto algo que me sube por la espalda. Creo que es una cucaracha, me pregunto a
que sabrá, a lo mejor se parece a le lechuga que no tiene sabor, te tengo entre
mis manos, ahora te sientes pequeña e insignificante, mueves las patas y las
antenas, Tienes miedo? ... Esta bien, vete, pero no tendrás tanta suerte la
próxima vez.”
Cuando hubo terminado su desayuno, pago la cuenta y se dirigió a la callen en la
cual empezó a andar. Pasaba desapercibido entre la muchedumbre de las calles,
era uno mas entre la masa de personas que caminaban, no eres especial, solo eres
uno mas, uno en este mundo que te ha tocado vivir. Esperaba que el semáforo
cambiara el rojo por el verde, caminaba rápido, con un ritmo acelerado pero a la
vez suave, sus movimientos eran finos y elegantes. Era una persona como
cualquier otra, era común.
“ Sabes que soy especial? Si, así es, lo soy, no soy normal, no soy común, soy
diferente. No soy como tu! Aun correteas por hay mi pequeña amiga negra? Tu
tampoco eres especial tu y tus amigas rastreras sois iguales, os confunden, pero
yo no, yo soy especial. “
Era uno de eso días grises pero que se puede ver el sol con toda su
magneficiencia. Hacia mucho viento, un viento fuerte y cortante, un viento que
te acuchillaba cada vez que dabas un paso, ondulaba su cabello el cual seguía la
melodía silvatoira de aquella fuerte brisa. A lo mejor llovería, unas gotas
fuertes, firmes y puras quizás en ese hermoso y tenebroso día decidirían dejar
sus dulces nubes de algodón para acabar estrellándose en su cara o en el
marchito suelo asfaltado de la ciudad.
“ Cuando estoy aquí, sola, echo de menos el viento, esa sensación de que sopla
frente a tu cara y que al pasar se llevara todos tus sentimientos. Me encanta
pensar en eso, desearía que un día ocurriera, tu no? No, tu no, solo eres una
cucaracha, como sabrás tu lo que es sentir el viento, lo mas probable es que en
esos días te escondas porque sino te irías con el. No te enfades, el sarcasmo es
mi único don, no crees?”
Cogió un taxi unas calles mas allá de la cafetería. El taxista era un hombre
extravagante, gordo y sudoroso, el coche o mas bien el tapizado desprendía un
podrido olor a sudor que resultaba insoportable, por encima del respaldo podía
verse su cabeza redonda, era extraña, redonda completamente y prácticamente
calvo, el pelo era grasiento y desprendía un brillo que dejaba muchas dudas de
si su higiene era la correcta. Llevaba una pequeña cruz de madera colgada en
retrovisor del coche, una pequeña foto con dos niñas preciosas, al lado de la
licencia y un rosario. Era religioso se notaba, a el no pareció importarte en
absoluto, lo vio como algo natural pues el también lo era.
“ Tu crees en eso a lo que llaman Dios? Yo no lo se, un ser superior, un ser que
lo ve todo, un ser que controla nuestro destino, y a eso le llaman ser bueno?
Dios es el diablo no se como no comprendo como no lo ven, el lo ve todo y lo
controla todo, si así es que hago yo aun aquí?!
Pago al taxista y empezó a andar a de nuevo por la calle. Entro en un alto
edificio, era una de aquellas estructuras en las que había cristales por todas
partes, se metió en el ascensor y pulso el numero diez. Se dirigía a la planta
numero diez, el ascensor paro unas cuantas veces, paro en la segunda, quinta y
sexta planta hasta llegar a la décima. El salió del aparato el en el cual solo
permanecían dentro unas cuantas personas. Avanzo entre las mesas saludando a
algunas de las personas que allí había, entro en un pequeño despacho, cerro la
puerta y corrió las cortinas. Había un hermosa mujer hablando por teléfono nada
mas verle le sonrió y empezó a hablar mas rápido y a dar evasivas para colgar.
Era una mujer alta y delgada, era morena, tenia el pelo de un color negro
oscuro, llevaba un lápiz que le sujetaba el moño, tenia los ojos marrones y
levaba unas gafas que por desgracia no dejaban apreciar bien sus ojos, sus
preciosos ojos. El la agarro por la cintura y empezó a besarla en el cuello.
- Cuelga.
- Esta bien , si, de acuerdo, ya hablaremos – colgó el teléfono, sonrió, se dio
la vuelta y le beso- Que haces aquí? , son las diez, no deberías estar en el
trabajo?
- A las once tengo una cita con Robert.
- Con Robert? Robert Crawft? Tu Robert?
- Si, dice que tiene algo para mi.
- De que se trata?
- No lo se, y se supone que aunque lo supiera no tengo que decírtelo.
- Vaya un psicólogo que cumple las reglas!
- Tienes mucho trabajo?
- Si y será mejor que te vayas.
- Esta bien – el la soltó y se dirigió hacia la puerta – no veremos esta noche?
- Si claro – le sonrió – Adiós.
“ Que es el amor? Tu crees que existe o es simplemente una palabra para adornar
la procreación? , tu lo tienes fácil, simplemente te fijas en el movimiento de
las antenas de las cucarachas macho y si una no te gusta te vas con otra, sin
embrago ellos lo complican mas, hay muchos puntos que tener en común, que contar
y valora es demasiado complicado no crees?”
Salió del alto edificio con una gran elegancia y siguió caminando por las calles
de la ciudad, en la cual ya había menos ajetreo ya que era mas tarde y la gente
ya estaba en su trabajos. Prosiguió su camino hasta un café llamado “ El Moka “.
Las paredes eran de mármol de un color verdoso y unas tiras blancas que
producían unos matices preciosos. La barra era de madera de madera al igual que
las mesas. La luz media y las plantas acababan de darle un tono de tranquilidad
a tan lúgubre lugar. Las estanterías de detrás la barra eran de cristal, las
botellas de licor brillaban con un gran esplendor dando claridad al local. En la
barra había un hombre que tomaba un whisky con hielo, el vaso estaba medio vació
o medio lleno todo depende de quien lo viera, Al fondo, en una de las mesas
había un hombre que levanto la mano, el cual gesto dio resultado y se dirigió
hacia la mesa.
” Amistad: Ligadura entre dos o mas personas. Un afecto mutuo.
No lo entiendo. La amistad consiste en que alguien quiere a otro alguien y haria
lo que fuera por el/ella. No lo entiendo, es un sentimiento que nunca he
experimentado y la verdad es que con el futuro que mes espera ... jajaja ... Que
dices? Que tu eres mi amiga? Llevo aquí demasiado tiempo, reza por tu vida
cucaracha mía... reza... “
Se acerco al hombre de la mesa y con un gesto delicado movió la silla y se
sentó.
- No puedo decir que me alegro de verte Robert.
- Te veo bien Dani.
- Gracias.
- Por cierto que tal esta Irene? Ah! Quieres algo para beber?
- Déjate de rodeos Robert, tu y yo no somos amigos.
- Esta bien, solo quería hacer la situación mas llevadera. Su nombre es Elisa
River, mato a su padre hará dos semanas – el se levanto – Espera!
- No me encargo de asesinas.
- No es una asesina, su padre murió en unas circunstancias extrañas, ella no ha
hablado pero su estado es tan ...
- Que?
- No puedo describirlo, tienes que verlo.
- Una vez, solo una vez, si veo algo extraño hablare con ella, será mi paciente
pero si solo es una asesina no volveré a verla.
El se giro y se marcho, ni siquiera un adiós, fue frió, dejo unas monedas en la
barra a pesar de que no había tomado nada, quien sabe, a lo mejor el joven de
diecinueve años de la barra le dio lastima y le dejo una propina.
“ Oigo un ruido, no se lo que es, no lo comprendo, que es esa luz? Donde estas?
Tengo miedo... “
Fue en coche por una carretera bastante solitaria, era una carretera asfaltada,
en perfectas condiciones por la cual no pasaba nadie, la velocidad del automóvil
hacia que las hojas marrones que se habían desprendido de los árboles cercanos
se elevaran del suelo y pudieran sentir el viento justo antes de morir.
La solitaria carretera conducía al centro psiquiátrico de Robert Crawft. Aparco
el coche al lado de la entrada, bajo con un gesto delicado y se quito las gafas
de sol. Entro directamente en aquella construcción, blanca, era todo
completamente blanco, tenia un olor a desinfectante que recordaba a los
hospital. Iba caminando rápidamente por el pasillo, sabia perfectamente a donde
iba. Caminaba deprisa, la gente se apartaba mientras iba andando era como si
todos los empleados supieran quien era y que hacia allí. No se paro ni ante la
secretaria que estaba tranquilamente sentada al lado de la puerta del despacho.
La pobre mujer tenia la mesa repleta de papeleo atrasado y el teléfono tenia
como cinco llamadas en espera, cuando el paso apenas lo vio. Entro en el
despacho de Crawft no tenia nada especialmente que destacar, e el personalmente
no le sorprendió demasiado mas bien apenas observo, los títulos de graduado
colgados en la pared, ni tampoco observo los informes o las fotografías de la
mesa, lo único que miro con detenimiento fue una pequeña placa que había en la
mesa, que llevaba su nombre debajo del cual ponía “ Director de investigación
psicológica” fue lo único que observo y lo único que pareció molestarle.
- Me alegro de que estés aquí, no estaba seguro de que vendrías, te marchaste
del café de una manera un tanto frívola.
- Al grano Robert.
- Esta bien. Aquí tienes un informe, breve, pero un informe – le dio una carpeta
la cual contenía unas cuantas hojas, no demasiadas por el grosor que tenia –
Vamos.
Fueron andando por los pasillos del centro, algunos por los cuales pasaron el ya
los había visto anteriormente al dirigir-se al despacho. Se pararon ante una de
las puertas, en el pasillo mas ancho que había.
- Es aquí, por ahora no la hemos dejado salir, desde que esta aquí no ha
demostrado ningún tipo de emoción.
Se asomo a la rendija de la puerta, era una habitación blanca en la que no había
nada, solo eran esas cuatro paredes, en el centro, justo en el centro de la
habitación estaba ella, estaba de pie, tenia la mirada clavada en la puerta,
miraba la rendija, no parpadeaba, estaba allí inmóvil, el único movimiento que
producía era el de respirar.
- Cuanto tiempo lleva sin parpadear?
- Desde que llego.
- Que?
- Sí, tiene los ojos completamente secos, sino parpadea pronto su visión se
reducirá, desde que la encerramos esta así, allí de pie, no ha comido ni
dormido, no ha hecho absolutamente nada, simplemente ha estado allí de pie.
- Me llevo el informe, ya hablaremos.
Se dio la vuelta y se marcho. Cuando el se hubo marchado Robert volvió a mirar
por la pequeña rendija de la puerta y una expresión de asombro ilumino su cara,
la muchacha se había sentado en el suelo, se cogió las rodillas con las manos y
apoyo la cabeza contra estas. Robert empezo a girarse para irse cuando la oyó :
- Tengo hambre.
CENTRO PSIQUIATRICO DE ROBERT CRAWFT
22-10-1999
NOMBRE: ELISA RIVER
FECHA DE NACIMIENTO: 8 – OCTUBRE – 1983
NOMBRE DEL PADRE: JHON RIVER
NOMBRE DE LA MADRE: DESCONOCIDO
ENFERMEDAD: NO CLASIFICADA
FUE ENCONTRADA POR LA POLICIA EN EL SOTANO DE LA VIVIENDA, EN CONDICIONES
EXTREMAS, LA PACIENTE LLEVABA UN CAMISÓN EMPAPADO DE SU PROPIA SANGRE Y SUS
EXCREMENTOS.
LAS CONDICIONES DE LA VIVIENDA LAMENTABLES. SE ENCONTRO AL PADRE, JHON RIVER,
COLGADO DE UNA CRUZ DE MADERA DE UNOS TRES METROS, EL HOMBRE TENIA CLAVOS EN LAS
MUÑECAS Y EN LOS TOBILLOS, LOS CUALES LE RESTREGAJABAN LOS HUESOS, TENIA UNA
MARCA EXTRAÑA EN EL PECHO Y LLEVABA UNA CABEZA DE ESPINAS. LA CAUSA DE LA MUERTE
FUE POR DESANGRAMIENTO. LA PACIENTE SUFRE UN TRASTORNO EMOCIONAL Y NO HA DICHO
NADA DESDE EL ENCUENTRO, SUS SENTIDOS ESTAN TOTALMENTE COLAPSADOS.
FIN DEL INFORME.
Había unas cuantas fotografías que acompañando el informe, una era la chica en
el sótano y las otras dos de la crucificación del padre.
- Trabajas demasiado – dijo ella mientras le abrazaba – no quieres venir conmigo
a la cama?
- Lo de esta chica es extraño, me incomoda...
- Te incomoda ella o Robert? – ella había dado en el clavo, el la miro con cara
de asentir, pero no llego a hacerlo- no pienses en el.
- Quiero encargarme del caso, te parece bien Irene?
Ella le sonrió con dulzura y le beso, le acariciaba su pecho moreno y corpulento
mientras el jugueteaba con sus dedos a través del sedoso pelo negro de ella
ninguno de los dos se sonrojo, se besaban y se acariciaban con una pasión
inigualable pero sus rostro no reflejaban la emoción de querer acercar-se
permanecían distantes un tanto el uno del otro, hacían el amor con algo de
frialdad en si mismos, ambos ocultaban su secreto mas preciado, su silencio los
separaba solo que para entonces no lo sabían.
Poco tiempo después de estar acostados ella se durmió, el se levanto con
suavidad para no despertarla, se fue hacía la sala de estar y rebuscó entre los
cajones hasta que encontró un cigarrillo, por suerte siempre llevaba cerillas y
pudo encenderlo rápidamente. El humo que salía por su boca formaba curvaturas
que subirían hasta el techo para estrellar-se contra el. Mientras estaba allí
fumando, sentado, en el blanco sofá de lino empezó a recordar.
Era una verde pradera con altas plantas de maíz, el viento las agitaba y estas
se balanceaban una contra otra pero eso era igual porque esas finas hojas de
terciopelo podían sentir el viento, la dulce brisa del anochecer o del amanecer.
El pequeño molino mecánico daba vueltas muy despacio, el crujir de los tablones
de madera era extrepidante cada vez que las aspas daban una vuelta completa. De
las doce aspasque debía tener la rueda tan solo había ocho. A lo lejos podía
contemplar-se como el sol iba descendiendo, el cielo tenía unos tonos rojizos y
amarillentos y como mas rapidamente descendía, podía verse la silueta de un
cabello con alguien encima pero la oscuridad cubría por completo el rostro de la
figura que ante el estaba.
- Dani! Dani!
- Que?- El abrió los ojos- Que ocurre?
- Creí que estabas dormido y como tenías el cigarrillo en la mano..
- No , estaba despierto – Hizo un corto y rápido movimiento hacía la mesa y
hundió la punta del cigarrillo en el cenicero – solo había cerrado los ojos un
momento.
- Estas bien? – preguntó ella con gran preocupación – Estas pálido?
- Estoy bien vuelve a la cama ahora mismo voy.
Irene se quedó un momento allí de pie, mirándole, al cabo de unos segundos agito
la cabeza y se fue hacía la habitación el se quedo allí sentado, pensativo, se
puso las manos en la barbilla, espero unos minutos allí sentado, se levanto y
fue hacía la pequeña mesa de cristal que estaba al lado de la pared. En la mesa
había una fotografía de el con Irene y al lado el teléfono. Descolgó el
auricular y se lo puso en la cara, marco un numero y se quedo unos instantes de
pies esperando.
- Robert? Acepto. Mañana te veré. Adiós.
Colgó el teléfono con un gesto brusco, se acarició el pelo la mano y suspiro, se
fue la vuelta hacía la puerta y se fue al dormitorio.
A la mañana siguiente cuando ella se despertó el ya se había ido y cuando puso
la mano en la sabana esta ya estaba fría.
Se había ido sin tan solo decirle adiós, se levantó con un gesto suave y cogió
el despertador, lo había puesto a las cinco de la mañana, lo dejo en el suelo
tal y como estaba, se vistió y miró un momento la fotografía de los dos, que
había en la sala de estar, la que ya he nombrado anteriormente, la estrecho
entre sus brazos y se puso a llorar como si supiera que aquella sonrisa que se
reflejaba en el retrato no volveria a sus rostros. La dejo de nuevo tal y como
estaba, exactamente sobre la mesa, al lado del teléfono y se marcho.
- Siento haberte hecho esperar Dani, ya puedes pasar - el se levanto de la silla
del lado de la secretaria de Robert y passo a su despacho - No me pases ninguna
llamada Bety - la mujerasintio con la cabeza y el cerro la puerta- Sientate.
- No garcias, prefiero quedareme de pie, no estare mucho tiempo.
- Escuchame Dani, si vamos a trabajar juntos sera mejor ...
- ¿Juntos? - interrumpio - ¿has dicho juntos?
- Si por supuesto, con Elisa River.
- Ni hablar, dije que la trataria pero en ningun momento dije que trabajaria
contigo.
- Daniel no seas asi tienes que...
- ¿Que? - exclamo mientras Robert inclinaba la cabeza - ¿Perdonar?
- Lo siento, esta bien encargate tu de ella.
- ¿A mi manera?
- Si haz lo que quieras es tu paciente.
- Bien - Se dio la vuelta y fue hacia la puerta, antes de cojer el pomo se
detuvo - La tratare aqui y depende de como vaya me la llevare.
- Me parece bien, tu eres el experto.
El sol entraba por la ventana. Una dulce briza otoñal hacia mover las hojas, el
viento golpeaba los cristales de las ventanas de la pequeña sala. Elisa estaba
sentada, frente a el, le miraba fijamente, solo les dividia la mesa, una mesa en
la que no habia nada mas que una grabadora de mala calidad.
- Mi nombre es Daniel Crawft, puedes llamarme Dani si lo prefieres - cuando iba
a seguir hablando ella movio los labios y el calló -
- Yo soy Elisa, Elisa River como ya debes saber por el informe que seguro que te
han dado, puedes llamarme Señorita River.
- Bonito nombre - El sonrio con sarcasmo - asi que Señorita River - Se puso la
mano en el bolsillo izquierdo y saco un paquete de cigarillos, cojio uno con
delicadeza y se lo llevo a la boca a continuacion busco un mechero entre sus
bolsillos, despues de unos segundos lo encontro y encendio el pitillo, ella le
observaba- ¿Quiere uno?
- ¿No esta prohibido fumar? Es peligroso para ti podria quemarte con el
cigarillo por eso no hay nada en la mesa ¿no?
- Me fio de usted Señorita River.
Ella cojio uno del paquete y se lo llevo a la cara, abrio muy poco la boca, se
lo metio y estremecio los labios, se levanto un poco de la silla y se incorporo
encima de la mesa, acero su cara y el le encendio el cigaro, los dos se miraban
fijamente, ella inspiro y a continuacion solto el humo el cual iba subiendo por
la cara de el, sonrio y se volvio a sentar.
Tenian la mirada clavada el uno en el otro completamentefija en los ojos del
otro como si el primero que la apartara perdiera algo importante, como si sus
vidas dependieran de ello.
- Deberias comprar otra marca de cigarillos Daniel estos apestan - se lo saco de
la boca con la mano derecha y lo etrecho contra la mesa hasta undir
completamente la puenta. Luego se levanto y se lo tiro - ¿no opinas lo mismo?
- Si pero no me importa la marca solo los fumo no los analizo.
- No claro, solo analizas a tus pacientes, un psicologo honrado, en serio no me
hagas reir.
- ¿Que le hace pensar que soy psicologo y no policia?
- Punto unos, los policias van a saco, hubieran preguntado por la muerte de mi
padre sin miramiento alguno, punto dos no me habrian dado un cigarillo, punto
tres no me hubieran permitido tirarles un pitillo a la cara, punto cuatro, puede
que cuando llegara aqui no estuviera muy bien pero se leer, "Centro Psiciatrico
de Robert Crawf", una placa enorme en la entrada y tu eres Daniel Crawft. ¿Te
convence mi planteamiento?
- Muy bueno pero me bastaba con un punto.
- Asi tienes mas que escuchar, ademas creo que el nombre de Robert no te gustam
fruñes el ceño cuando lo oyes, ¿me equivoco?
- Ya esta bien por hoy - Se levanto y fue ahcia la puerta, la abrio con un gesto
duro.
- Yo gano el primer asalto Daniel - Se quedo unos segundos de pie. Pensativo.
Cerro la puerta despacio y se dio la vuelta hacia ella. Volvio a sentrse. - Crei
que te ibas.
- He cambiado de opinion.
- Claro.
-¿Que?
Ella no volvio a hablar durante la hora y media que estuvieron alli encerrados,
solos, sentados uno enfrente del otro. Era cierto ella habi aguantado mas que
el, ella habia ganado, el se habia debilitado, ella habia encontrado su punto
debiel mientras que el solo sabia que no le gustaba su marca de cigarillos. Asi
pasaron tres semanas, cada nueva vez que el iba a verla pasaba lo mismo ella le
esperaba sentada y Daniel entraba, se sentaba y se ponia fumar. Asi durante dos
horas diarias. Era como si ella esperara algo de el, como si fuera el quien
tuviera algo que confesar. Por parte de Daniel no era asi, al principio penso
simplemente que Elisa no queria hablar para no complicar su situacion, pero con
el paso de las horas se percato de que ella esperaba algo, su forma de sentarse
en la silla de madera, su forma de mirarle y los pocos gestos que hacia
indicaban que esperaba algo. Hasta que un martes por la tarde el cojio la
iniciativa.
- Robert Crawft es mi hermano mayor. - Ella seguia esperando- No nos llevamos
bien eso es todo, tenemos diferentes opiniones....mmmm... profesionales.
- Profesionales -Sonrios ella-
- Parece descontenta con mi respuesta.
- Eso no es una respuesta, es un telegrama! - El sonrio - Pero para mi esta
bien, soy paciente.
- El medio soy yo.
- ¿Estas seguro?
- ¿A que te refieres?
- Se mas de ti Daniel Crawft que tu de mi.
- Impresioneme Señorita River.
- Daniel Crawft de unos treinta, treinta y cinco años, altura aproximada un
metro ochenta y tres centimetros, calculo que pesas unos setenta quilos, utlizas
una colonia para hombres bastante buena, Sawauhe creo, aunque aveces huele
diferente, mas suave, es la mezcla de tu colonia con e aroma de una mujer, una
mujer a la que no amas, y tambien influye el champu para niños que utilizas para
el pelo, que huele a melocoton. La colonia de la mujer es Florpelia, seguramente
le tocas el cuello y te impregnas de su olor aunque en el fondo no lo deseas.
Eres psicologo como tu querido hermano mayor, solo que el ha triunfado, ha
levantado este centro psiquiatrico mientras que tu solo tienes fama, desde aqui
puedo ver la tarjeta de identificacion para que los guradas te dejen pasar,
algunas veces sobresale de tu bolsillo. Escribes con la izquierda y conduces un
Chebrolet del setenta, ademas me atreveria decir que es de coloro rojo, fumas
cigaros baratos porque te gusta mas el olor. Siempre te subes las gafas de sol a
la cabeza pero luego te arepientes porque debes colocarte el pelo, un pelo que
cepillas mas de tres veces cada dai ¿verdad?
- Impresionante.
- No me he pasado tres semanas mirando solo tus ojos azules Daniel.
- Ya lo veo. ¿Quiere que le diga lo que veo yo?
- Prueba.
- Nada. Estas completamente vacia. No demuestra ningun tipo de emocion humana,
jamas habia visto a nadie tan inxepresivo como usted. Es fria. Puede pasarse
aqui horas sentada sin moverse...eres...
- Especial? - Interumpio ella con una expresion satisfacitoria - Soy especial?
- No, solo diferente.
- ¿Solo diferente?
- ¿Acaso se cree mejor que yo?
- Yo soy especial.
- ¿Se cree sinceramente que es superior?
- Yo no he dicho eso, solamente he dicho que soy especial.
- ¿ ESpecial en que? ¿en como crucificar a un hombre desarmado? - Ella sonrio,
emitio una carcajad grotesca - ¿ De que te ries?
- Se lo estupido que llegas a ser! - el asombrado hizo retroceder un poco la
silla- Yo en tu caso me haria mirar mi falta de inteligencia. Hipoteticamente
hablando, si yo hubiera cojido a ese hombre y lo hubiera clavado en una cruz
para despues marcarle el abdomen con una marca extraña y dejarle alli para que
se desangrara tendria un merito increible, pues el me sacaba unos trinta
centimetros y unos cuarenta quilos. Realmente seria muy especial si hubiera
hecho eso ¿no crees Daniel?
- ¿Esta diciendo que no le mato usted?
- Te he dicho hipoteticamente.
- ¿Entoces que debo creer?
- Lo que quieras, eres tu quien deduce, eres tu el que quieres saber, yo se lo
que paso eres tu el que no lo sabe.
- Eres lista.
- Gracias - hizo un gesto con la cabeza y levanto las cejas en señal de
agradeciemiento- ¿Pero?
- Iriamos mas rapido si me lo dijeras.
El silencio volvio a cubrir aquella triste, pequeña y decrepita habitacion. Fue
entonces cuando Daniel se percato de que era ella la que controlaba la situacion
, si ella queria hablar hablaban, si ella no queria no hacian nada, ella le
obrevaba para aprender.
Cuando salio del centro cojio su chebrolet rojo y volvio a la ciudad. Aparco en
un garaje oscuro aompañado de otros coches antiguos. Jugaba con las llaves entre
sus dedos, al salir del aparcamiento se paro delante dle portal de su casa, lo
miro y siguio andando. Necesitaba pensar, queria alejarse de todo, queria paz y
tranquilidad. Siguio caminando por las hermosas calles de esa ciudad, una ciudad
oscura, las farolas acabadas de encender iluminaba su rostro melancolico,
pensativo y desalmado. Estaba confundico se paro delante de un vagabundo que
tocaba la guitarra, el hombre tenia un aspecto deplorable, tenia en el suelo un
sombrero en el que habi cuatro monedas, llevaba una americana marron unas tres
tallas mas grande de lo que le corresponia y unos pantalones grises con unos
remarcados agujeros. Se paro alli delante del pobre hombre, le tiro una moneda y
dio tres pasos hacia adelante pero de pronto retrocedio, levanto al vagabuno por
la chaqueta y este dejo caer la guitarra al suelo la cual al desplomarse produjo
produjo un ruido infernal y se partio. La gente segui andando. Daniel lo tenia
empotrado contra la pared, apunto de darle una paliza a un pobre hombre que no
tenia nada, que no queria nada.
" La gente sigue caminando... - Daniel abrio los ojos - Ninguno va a pararse
Daniel. - El dejo de hacer fuerza - todos seguiran caminando, que les importa a
ellos lo que le ocurra a este pobre miserable - el vagabundo cayo al suelo y
Dani empezo a correr - No les importa Daniel, son todos iguales pero yo no, yo
soy especial, ¿tienes que verlo para creerlo?, no te hace falta, ¿poruqe corres?
no te persigo - el acelero el ritmo - por muy rapido que vayas es inutil, no me
veras pero seguiras oyendo mi voz. "
Se detuvo lentamente, habia acabado en un parque, lagrimas de pena y
arrepentimiento empezaron a brotar de sus ojos, se arodillo en el suelo,
llorando y empezo a preguntarse porque? Una brisa hizo ondular su cabello y con
ese simple soplo de viento se levanto. Pidio un taxi tan rapido coomo pudo.
- ¿A donde vamos señor?
- Al centro Psiquiatrico de Robert Crawft, en las afueras.
- ¿Esta seguro? Esta muy lejos y es muy tarde, no podra entrar...
- Le he dicho que me lleve!
- Esta bien, como quiera, solo queria hacerle un favor, amigo.
El taxista iba por las calles de la ciudad en busca de una desviacion a la
lugubre carretera que conducia al centro mientras, Daniel miraba por la
ventanilla del coche. Se mordia las uñas. Observaba como la gente pasaba muy
rapidamente, pero de pronto entre la multitud vio a un hombre, un joven, que
estaba de pie mirando hacia los coches, y aunque solo fuera un segundo debido a
la velocidad del automobil Daniel juraria que ese hombre le miraba a el. Tenia
una mirada penetrante y misteriosa, la cual iba acompañada de una dulce sonrisa.
Se asusto y aparto la mirada de la ventanilla, pasados unos pocos segundos
volvio a mirar atras, aquel tipo ya no estaba alli.
Esatab asustado, demasiado asustado, su cuerpo producia adrenalina sin parar,
sudaba, las gotas de sudor se desprenian rapidamente por su cara y le dejaban
una sensacion de frio por donde habian pasado. El taxista le observaba desde el
retrovisor. La idea de haber recojjido a alguien del centro psiquiatrico no le
hacia gracia por lo que le observaba detenidamente, sencillamente desconfiaba de
su pasajero.
El silencio de la carretera era abrumador, no se veia ni una sola luz en el
horizonte, estaba muy oscuro, aquella noche otoñal no habia luna.
Una fuerte ventolera hizo que el coche se moviera bruscamente hacia los lados,
el taxista se asusto y puso las luces largas.
Cuando llegaron al centro todo estaba apagado, los ingresados se a iban a dormir
a las 22:30 y eran mas de las onze, solo permanecian alli un guarda de seguridad
y tres enfermeras.
Al salir del coche pago y le pidio al taxista que le esperase este le dijo que
si pero al dar unos cuantos pasos hacia adelantese oio el rumor del motor al
ponerse en marcha y el taxista se fue, a el no le sorprendio y tampoco le
importo demasiado en ese momento le daba igual. Llamo al timbre, una melodia
demasiado dulce para estar en aquella puerta. El guarda, llamado Boby, le abrio
la puerta, Daniel le enseño su tarjeta plastificada y este le condujo hasta la
habitacion de Elisa.
- Estare aqui fuera Señor Crawft, si ocurre algo solo tiene que llamarme.
- Gracias Boby - El entro en la habitacion rapidamente y cerro la puerta -
Elisa! - Ella estaba tumbada en el suelo sobra una colchoneta blanca, seguia en
la habitacion vacia - Se que no duermes.
- ¿ Que te hace pensar que no estaba dormida ? - Ella se giro hacia el con un
gesto realmente exquisito - Bueno de todos modos aunque lo hubiera estado te
habrias encargado de despertarme, que te pasa? pareces algo nervioso... no, la
palabra no es nervioso sino asustado.
- Casi le he pegado a un vagabundo y...
- y?
- He odio tu voz. - Se produjo un cortante silencio, solo fue durante unos
minutos pero a el le parecio una eternidad. Se sento al lado de ella - ¿ Que
ocurre ? ¿ Porque he oido tu voz ? Dimelo por favor.
- Que te decia esa voz... - El la miro con expresion de duda pero al poco tiempo
cambio el rostro por enfado - He! no te enfades! lo digo en serio.
- Que a nadie le importaba lo que le ocurriera a ese hombre y que era especial -
El empezo a lloriquear, las lagrimas no se desprendian de sus ojos, parecian
pequeñas gotas puestas alli, es esos pequeños cristales azules que habia en su
rostro - Me he asustado y he venido hacia aqui. No lo comprendo... He cojido un
taxi, iba muy rapido, he venido sin pensarlo un segundo, por el camino he visto
algo, era un hombre, joven, rubio, de ojos marrones rojizos, he apartado la
mirada de el. - Se paro un segundo para tragar saliva - Le he visto claramente
cosa fisicamente imposible, el taxi iba demasiado rapido para recordar su cara
con tanta exactitud.
- Lo que tu conoces como ojos no son lo que le han visto.
- No acabo de comprenderlo.
- Ya lo haras, con el tiempo. Tu mente y tu cuerpo no van siempre juntos, hay
personas, algunas personas especiales que pueden separar su mente de su cuerpo y
pueden hacer cosas que jamas imaginarias. - El seguia con la expresion de duda
en la cara. Continuaba desolado. - Vuelve a casa Daniel y duerme, duerme.
- ¿Pero?
- Duerme.
El asintio con la cabeza y salio de la habitacion, el guarda cerro la puerta.
Elisa seguia alli tumabada, inclinando la cabeza hacia arriba y una luz blanca
se insinuo en el techo, de tal resplandor aparecio una rosa, una rosa roja, que
iba descendiendo vertical y suavemente hacia ella, subio los brazos hacia
arriba, la cojio entre sus manos y se la llevo al pecho. En su rostro aparecio
una sonrisa hasta que se llevo un dedo a la boca para chupar la sangre de la que
de el se desprendia. Se habia pinchado con una espina. Algo tan delicado y
fragil podia tambien ser mortal, su cara cambio, la melancolia cubrio su rostro.
mUn pequeño coche verde llego muy lentamente al centro, era un opel corsa, se
paro delante de la puerta, Daniel se despidio de Boby, el guarda, y subio al
coche.
- Has sido muy amable de venir a buscarme.
- Son mas de las doce... Hasta cuando pensabas trabajar?
- Irene, cariño lo siento, pero hoy he tenido un dia muy duro.
- Si claro, como si fueras el unico que trabaja.
- Escucha - El le cojio la mano y ella se la retiro con brusquedad - ¿Que te
ocurre?
- ¿ Que te ocurre?
- ¿Que que me ocurre? - Emitio una carcajada - Como puedes preguntarme que me
ocurre? de verdad quieres saberlo Dani? Te interesa de repente algo de lo que yo
diga?
- ¿ Que estas diciendo?
- Nada, absolutamente nada cariño, como siempre.
Arranco el coche y partieron hacia la ciudad. Por el camino no se produjo
palabra alguna. El la miraba le intentaba hablar pero ella le seguia
indiferente, actitud que a el le asombro pues Irene no era asi, ella siempre
decia lo que queria, era sincera, cariñosa y muy extrovertida pero la mujer que
tenia delante no era asi, era fria y triste. Daniel la obrevaba y no le parecia
la misma chica que habia conocido hacia seis años en el pub de " Joels"
A Daniel no le gustaba mucho salir por las noches, para el era una tonteria ir a
esos clubs a ver si conquistaba alguna chica, pero sus dos amigos, Frank y
Miguel, le habian convencido para ir al pub de "Joels" en un tranquilo sabado de
Octubre. Habia sido un dia nublado y habia llovido un poco al anochecer. A saber
porque ese dia Daniel dijo que si a sus insistentes amigos, que se llevaron una
grata sorpresa al saber que su compañero aceptaba por fin salir con ellos una
noche. A saber porque Daniel acepto precisamente aquel dia, quizas fue una
artimañan del destino, quizas las viejas que hilan nuestro futuro decidieron
aquel momento.
El pub de "Joels" era un tubuerio bulgar. La barra mesas y sillas
correspondientes eran de mader cuyo color oscurecido por el varniz resultaba muy
agrdable a la vista. No podian verse las lamparas, ni tampoco los ventiladores
apagados del techo a causa del humo que producian los cigarillos. Habia una
planata moribuenda al lado de la puerta, un rosal creo, Daniel se paro unos
segundos a mirar la marquita planta y sintio lastima. Tan solo habi tres mesas
apartadas en un rincon, la gente estaba alli de pie, bailando, bebiendo, fumando
o simplemente charlando. Frank y Miguel se metieron en seguida en el meollo,
pero Dani no, ese no era su estilo, se fue a la barra y pidio un whisky con
hielo. Lo dejo alli reposando hasta que se volvio un poco aguado y luego se lo
bebio. No le gustaba el whisky en si, para el era demasiado fuerte. Cuando hubo
terminado su copa se le ocurrio mirar a las personas que habia en la barra,
ninguna desperto su interes, escepto una jovencita que bebia una simple coca
cola . Su nombre era Irene.
Cuando llegaron a la entrdad de su casa, ella detuvo el coche. Saco las llaves y
las coloco en la guantera, deslizo sus manos suavemente por el volante, hasta
cruzar los brazos y apoyo en ellos la cabeza. Se estremecio y empezo a llorar.
Daniel la obrevaba en silencio.
- ¿ Que nos ha pasado? - Preunto ella. Apesar se sus lagrimas sono firme y
calmada- ¿ Que ha ocurrido Dani?
- No lo se. - El cerro los ojo y nego con la cabeza-
- Yo tampoco.
El silencio invadio de nuevo el vehiculo. Ninguno de los dos se movia. Pasados
unos veinte minutos, ella se inclino, se seco las lagrimas con la manga de su
polo color lila y saco las llaves de la guantera. El salio del coche. Alli de
pie con un frio helador vio marchar el coche. Se subio la solapa del abrigo con
elegancia, tenia frio.
Estaba confundido, no acababa de comprender nada. No sabia en que debia
pensar,si en aquel extraño hombre o en Irene y entonces recordo las palabras de
Elisa. Duerme. Los parpados empezaron a descender hasta que se cerraron por
completo y se durmio.
" ¿Es un sueño o una pesadilla aquella que quieres tener? ¿No lo sabes? Vamos
intentalo! Si es un sueño cuando despiertes diras: " Que bonito! hojala se
cumpla!" y si es una pesadilla "Menos mal que solo era un sueño" ¿ pero y si es
realidad? puede que lo que sueñes no te ocurra a ti sino que le ocurra a otro,
entonces ¿que es lo que pasa? ¿Que ocurre cuando has visto algo malo? Mas
interseante aun, ¿que pasa cuando vees algo que teoricamente no es real?"
Se desperto sobresaltado y completamente empapado, esas palabras que habia oido
resonaban firmemente en su cabeza. Levanto la mirada y en el fondo de la cama
vio una silueta.
- ¿ Quien es?
- Pregunta equivocada amigo.
- ¿ A que se refiere?
- Preguntate a ti mismo que importancia puedes tener saber saber quien soy yo.
En mi opinion una pregunta sabia hubiera sido Que eres tu?
- No comprendo...
- Por supuesto que no. Aun no estas preparado. No habia notado mi presencia
verdad? No claro que no.- Se contesto a si mismo- Demasiado pronto para ti.
- Espera dejame verte.
No hubo respuesta, la silueta se desvanecio, encendio la luz y no vuo nada, todo
era igual que ayer o anteayer, nada habia cambiado en la habitacion, fue
entonces cuando se pregunto a si mismo si habia sido real o si tal vez fuera el.
Que ocurre? Me estoy volviendo loco?
El sol entraba por la ventana, brillaba intensamente, en la habitacion habia un
dulce edor, como el olor a de galletas o pastas recien cocinadas, olor a
infancia, era un aroma que solo notabas cuando eras niño, cuando tu madre te
preparaba dulces por la mañana y tu sabias que con solo olerlos ya seria un buen
dia. Hacia años que no sentia esa fragancia en el aire y tampoco supo porque la
sintio esa mañana, las preguntas seguian en su cabeza y como mas pensaba mas le
dolia, llego a la conclusion de que no era lo suficientemente inteligente como
para hallar las respuestas por si mismo.
La habitacion no habia cambiado.
Las preguntas permanecian en el.
Todo era extraño,demasiado extraño. Mirando el techo tumbado en la cama rodeado
por sus hermosas sabanas blancas penso que lo mejor que podia hacer era pensar,
reflexionar todo lo que habia ocurrido que en realidad, y en ese momento se
percato, no era nada, la gran parte de las cosas que trataba de analizar no
habian tenido un impulsor o un motivo, simplemente habian ocurrido.
Habia aceptado ver a Robert, un hermano con el cual hacia años que no hablaba
por atender el caso de una extraña muchacha, acepto y durante el tratamiento su
relacion con Irene habia cambiado o quizas no y solo fuera que en esos momentos
se daba cuenta de lo debil que era su union,emociones extrañas habia en su mente
y gente misteriosa...
Tal vez no fuera cierto pero lo unico que tenia, lo unico mediantemente logico
en aquellos momentos era Elisa, tal vez ella no fuera el casuante de todo,
incluso puede que ella tambien estuviera mezclada en aquella extraña situacion
pero en esos momentos lo unico que podia hacer era hablar con ella pues para el,
Elisa habia sido el principio de algo desconocido y sombrio.
No hubo respuesta, la silueta se desvanecio, encendio la luz y no vuo nada, todo
era igual que ayer o anteayer, nada habia cambiado en la habitacion, fue
entonces cuando se pregunto a si mismo si habia sido real o si tal vez fuera el.
Que ocurre? Me estoy volviendo loco?
El sol entraba por la ventana, brillaba intensamente, en la habitacion habia un
dulce edor, como el olor a de galletas o pastas recien cocinadas, olor a
infancia, era un aroma que solo notabas cuando eras niño, cuando tu madre te
preparaba dulces por la mañana y tu sabias que con solo olerlos ya seria un buen
dia. Hacia años que no sentia esa fragancia en el aire y tampoco supo porque la
sintio esa mañana, las preguntas seguian en su cabeza y como mas pensaba mas le
dolia, llego a la conclusion de que no era lo suficientemente inteligente como
para hallar las respuestas por si mismo.
La habitacion no habia cambiado.
Las preguntas permanecian en el.
Todo era extraño,demasiado extraño. Mirando el techo tumbado en la cama rodeado
por sus hermosas sabanas blancas penso que lo mejor que podia hacer era pensar,
reflexionar todo lo que habia ocurrido que en realidad, y en ese momento se
percato, no era nada, la gran parte de las cosas que trataba de analizar no
habian tenido un impulsor o un motivo, simplemente habian ocurrido.
Habia aceptado ver a Robert, un hermano con el cual hacia años que no hablaba
por atender el caso de una extraña muchacha, acepto y durante el tratamiento su
relacion con Irene habia cambiado o quizas no y solo fuera que en esos momentos
se daba cuenta de lo debil que era su union,emociones extrañas habia en su mente
y gente misteriosa...
Tal vez no fuera cierto pero lo unico que tenia, lo unico mediantemente logico
en aquellos momentos era Elisa, tal vez ella no fuera el casuante de todo,
incluso puede que ella tambien estuviera mezclada en aquella extraña situacion
pero en esos momentos lo unico que podia hacer era hablar con ella pues para el,
Elisa habia sido el principio de algo desconocido y sombrio. Se levanto y se
vistio, cojio el coche y se dirigio al centro. Fue directamente al guarda de
seguridad a indicarle que hiciera el favor de llevar a Elisa River a una de las
salas de consulta pero el guarda se lo nego y le comunico que tenia que hablar
con Robert Crawft. Daniel se sobresalto pero no tuvo mas remedio que aceptar. El
guarda llamado Anthony Kar, era un tipo alto y obeso, pero a pesar de su gordura
Daniel estaba seguro de que si queria podia partirle la cara.
Entro en el despacho con dureza, solto la puerta con brusquedad y esta dio un
portazo que causo un gran estruendo. Fue como si solo se oyera el ruido causado
por la puerta como si todo lo demas no existiera. Silencio. Era el silencio.
Robert estaba sentado detras de su escritorio de caoba, sentado en su tetrico
sillon negro. Tenia un boligrafo en la mano derecha, era diestro, estaba
rellenando unos informes con la mano temblorosa.
- Que ocurre? - dijo Dani con una voz seca y dura. Habia roto el silencio. -
Porque no puedo ver a mi paciente?
- Puedes ver a tu paciente, lo que pasa es que queria hablar contigo pero sabia
que irias directamente a verla y que si te llamaba no responderias a mis
llamadas.
-Y bien?
- Mama ha muerto.
Se produjo de nuevo el silencio en la habitacion. Daniel no supo como
reaccionar, era como si no estuviera claro muy claro ls emociones que debia
manifestar ante la perdida de su madre. Robert estaba hundido. En su rotro podia
contemplarse con claridad lo mucho que habia llorado. Tenia los ojo y las
hojeras muy remarcadas.
- Ahora te necesito mas que nucna Danie eres lo unico que me queda...
- Como te atreves de pedirme nada? Que diras en el funeral que murio tu madre o
tu amante?!
- Daniel por favor...
- No! Yo solo era un niño! - Su voz aumento al mismo tiempo que se debilito y
las lagrimas brotaron de sus ojos- No es facil aceptar que tu padre muera pero
aun es mas duro si descubres que tu hermano, tu propia sangre, se acuesta con tu
madre. El murio por tu culpa! Tu le mataste!
- Eso no es cierto el..
- Se suicido! porque crees que lo hizo?! - Robert bajo la mirada - reponde!
- Escuchame Daniel, se que nunca me perdonaras y que seguiras odiandome por la
muerte de papa pero al menos ecuchame - junto las manos, eso le daba seguridad
en si mismo - Cuando era pequeño e iba al colegio, no tenia amigos, era un
muchacho solitario que siempre estaba estudiando. No era tan fuerte como tu, tu
podias pasar todo el tiempo con papa, os pareciais, tu eras lo que el llamaba un
hombre... Jugabais a deportes que yo no sabia ni que existian, eras su sombra,
su favorito. Pero yo no, yo era diferente, papa y yo no conciadiamos en nada. Al
pasar tanto tiempo en casa, estaba con ...mama. Cada dia me acercaba mas y mas a
ella. Al ir creciendo el deseo de estar cada vez mas a su lado augmentaba.
Empeze a desearla, queria tocarla, acariciarla, besarla... Queria que fuera mia
pero eso era imposible,era mi madre. Ese sentimiento, esa emocion de estar a su
lado y de protegerla eran cada vez mas fuertes y mas firmes. Me habia enamorado.
Intente resignarme, lo intente, de verdad, pero me resulto imposible. Hasta que
un dia paso explote, estaba sentado, fingia leer un libro pero en realidad la
miraba a ella. Estaba haciendo pastas. Era tan hermosa. Estaba alli de pie con
su delantal morado lleno de harina blanca, dando forma a la pasta con su
delicadas manos, no pude evitarlo, me levante, le di la vuelta con brusquedad y
la bese. Jamas lo olvidare fue tan calido, crei que se me iba a desbordar el
corazon, cuando nos separamos estalle en lagrimas y ella me abrazo. Nos amabamo
Daniel. Crees que fue facil para nosotros? Como crees que nos sentimos despues
la muerte de papa? Ella jamas lo supero, se culpo hasta el final. Lo que hicimos
no estuvo bien pero fuimos fieles a nuestro corazon, lo hecho, hecho esta.
Parte de Daniel quiso pergarle un puñetazo pero la otra parte queria abrazarle y
decirle que entendia que lo habia pasado mal. Sintio compasion. El odio, el
rencor, seguian alli pero de alguna forma intento captar las emociones que
Robert habia intentado transmitirle.
- Me das pena.
- Dani?
- Estas enfermo hermano - Se habia tranquilizado su voz era suave y fina. Retiro
la silla con delicadeza y se sento - Tienes razon lo hecho, hecho esta y no se
puede cambiar el pasado pero eso no justifica tu comportamiento. Como podias
verla como una mujer? no lo comprendo... - Robert no paraba de llorar -
Necesitas ayuda. Te odio y eso no va a cambiar. No voy a estar a tu lado y no
pienso ir al funeral. No pienso mover un dedo ni por ti ni por ella.
- Daniel, hermano...Te necesito!
- Mirame...mirame Robert - El joven levanto la mirada - Mira mi sonrisa. Me rio
de lo patetico que me resultas y tu intentas ayudar a la gente? Por Dios!
Mirate!Ni tus pacientes son tan repugnantes como tu. Estas solo y asi seguiras.
Se levanto lentamente y se dirijio a la puerta, pausivamente, sus movimientos
eran lentos y sigilosos, el no tenia ningun problema, nada habia pasado, nada
habia cambiado, todo era igual que antes, el solo estaba alli para ver a su
paciente. Abrio la puerta, la atraveso y al cerrarla el murmullo, el llanto y la
agonia de un hombre quedaban atras y solo el silencio era el llanto de la
soledad, del miedo. El temor al silencio es impetuoso, demasiado silencio,
demasiada paz quedarian alli, al cerrarse la puerta se oyo un click.
Dani apoyo la espalda a la ya cerrada puerta y cerro un instante los ojos. Una
imagen, un recuerdo vino suavemente. Sangre. La sangre se se deslizaba
bellamente por una mano gruesa y firme, formaba un riachuelo bajando por el dedo
indice, goteando contra las frias baldosas.
" Aquellas sonrisas, tierna y autenticas, las que se producian en sus rostros
cuando eran felices, cuando erais pequeños, de repente te preguntas a ti mismo
Donde estoy? Donde he estado? mira atras y no logras ver nada, el tiempo pasa
inecsorablmente, ese recuerdo ya no esta alli, ha existido y ha dejarlo de
hacerlo al mismo tiempo, no importa cuanto pienses en ello, ni las veces que lo
veas en tu mente, ni cuando lo comentes, que mas da? ya no es real, ya no esta
aqui, ya no existe.
Te has perido algo en tu camino?
Acaso no crees en el tiempo? o es que para ti aun existe la esperanza? Eso no es
verdad, no sabes a donde vas ni porque, tu, tan solo, sigues andando pero sabes
porque?"
Esta vez no se asuto Danie sabia muy bien que aquella voz que oia no queria
hacerle daño, solo queria hablar. La soledad. Que extraña emocion, puedes estar
en un lugar repleto de gente, tanta que ni la puedes contar y sin embargo
sentirte solo. Es muy peculiar la sensacion de que justo alli detras, el
silencio se alza y en cambio solo a dos pasos de alli esta el aterrador ruido de
la salvacion, de la alegria.
Camino hacia la sala donde estaba Elisa dejando atras a la secretaria, a los
enfermeros y por supuesto a una pequeña parte de el.
Se quedo un segundo quieto delante de la puerta de la habitacion de Elisa y tuvo
la extraña sensacion de que a entrar todo cambiaria y que no habria vuelta
atras. Puso la mano en el pomo y con suavidad lo hizo girar. Abrio la puerta.
- Daniel...ayudame..
- Elisa!!! - fue corriendo hacia ella, esta yacia en el suelo, habia sangre por
todas partes- Que ha pasado? Oh! Dios mio! Estas sangrando! tranquila ire a
buscar a los medicos ahora vuelvo - Empezo a incorporarse rapidamente para ir a
buscar ayuda pero ella lo agarro el brazo-
- El tiempo se ha detenido, ha llegado el momento...
- De que estas hablando? necesitamos ayuda...
- Debes protegerme...
- Que?!
- A mi, el hijo de Dios. El canvio se acerca.
Se desplomo contra el suelo, Daniel estaba aterrorizado por aquella palabras
pero sabia que no tenia tiempo de quedarse alli pensando, intentando hallar una
respuesta logica, tenia que reaccionar antes de que Elisa muriera desangrada.
Tuvo mucha suerte, los medicos le hicieron una transfusion, la llevaron al
hospital de Parmon, Daniel no se separo de ella durante todo el camino.
El medico que la atendio era un buen amigo de Dani, Hugo Luren, un hombre de
unos treinta y cinco años, rubio con los ojos de un color negroso muy hermoso.
- Tu amiga ha tenido mucha suerte Dani.
- Lo se.
- Si hubieras estado unos minutos mas en encontrarla habria muerto - Se levanto
de la silla, estaban en un pequeño cuartito, el despacho de Luren, se notaba que
era un hombre trabajador, no habia un solo objeto de decoracion, todo eran
informes medicos, papeles. Se dirijio a la mesita de al lado del arhivador,
habia una cafetera - Quieres un cafe? - Mientras la cojia y dejaba volcar el
liquido en su taza blanca con el escudo del equipo de futbol del real madrid-
- Si gracias - Hugo cojio otra taza esta era azul y tenia un dibujito de unos
patitos amarillos, se lo dio a Daniel y volvio a sentarse con su hermosa blanca
entre las manos - que le ha pasado? Es imposible que se lo haya hecho en su
habitacion , no habia ningun objeto punzante, ademas...las marcas en la
espalda...eran...eran latigazos.
- No lo se... - Bebio un poco de cafe. Sorbo a sorbo- pero...
- Pero que?
- Tengo una hipotesis por la forma de las heridas, puede que te parezca una
tonteria pero no es la primera vez que lo veo - Danie escuchaba en silencio -
Creo que ha sufrido un stigmata.
- Como puedes creer en eso?
- Ya te he dicho que he visto casos. No te preoucpes no esperaba que me
creyeras.
- No espera! es posible que tengas razon...- Dani se paro a pensar, su vida no
habia sido muy creible, ni logica ultimamente, las cosas que le habian pasado no
eran del todo "reales" asi que porque no podria creer en eso?- Estas seguro?
- Nunca se pueden asegurar esas cosas pero ha sufrido las mismas heridas, todas,
por eso es increible que este viva, la ultima de ella era que una lanza
atrabesava su abdomen de Jesus pero ella, apesar de estar viva, tambien la
tenia, las manos, los tobillos, las marcas de pinchados en la frente...
- Dios mio...
- Te dare algo que tal vez pueda ayduarte a comprender esto - abrio un cajon de
su mesita y empezo a buscar entre todos los papeles hasta que apartentemente
encontro lo que buscaba, una tarjeta - Aqui esat, toma, cogela- Dani se
incorporo un poco y la cojio, volvio a sentarse. La miro. Eduard Crem y un
numero de telefono era lo unico que aparecian en ella. - Este hombre puede
ayudarte a comprender mejor que le ha pasado a la chica.
- Quien es?
- La verdad es que no lo tengo muy claro, pero tengo entendido que es un
sacerdote escomulgado. L´expulsaron. Es muy esquivo y bastante cauteloso no te
sera facil contactar con el. En la tarjeta esta su numero de telefono se
elocuente y puede que consigas algo.
- Esta bien, gracias Hugo - se dieron la mano y Luren le acompaño hasta la
puerta -
- Encantado. Me alegro de verte, tenemos que quedar un dia, como esta Irene? -
Dani se paso de repente. Irene. No tenia idea de donde estaba.- Que? Cuando sera
la boda? Al fin y al cabo ya llevais años juntos.
- No lo se... yo... ya veremos. Hasta otra y gracias de nuevo.
Irene. Donde estaria?Trabajando? no; probablemente estuviera en su casa,
llorando con una tarrina de helado entre sus manos. Realmente no tenia ni la
menor idea delo que habia pasado con ella. Daniel salio del despacho, fue a la
habitacion de Elisa , se sento al lado de la cama y le cojio la mano. Le aparte
con dulzura los cabellos que le caian por encima de la frente. Debes protegerme
a mi, el hijo de Dios. Esa frase no dejaba de sonar en su cabeza, el hijo de
Dios.
" Ser el hijo de Dios es mas importante de lo que tu jamas lograras entender. No
puedes sentir su dolor?! La agonia de poner penetrar en cualquier mente, ver lo
que aquella persona vea, sentir lo que siente. Jamas entenderas cual dolor, cual
carga debe soportar, el elgido esta aqui y el tiempo ha empezado a detenerse."
En aquel momento Daniel penso : Detente! Dime lo que esta pensando? pero no
obtuvo respuesta alguna, la voz se habia ido.
Estaba lloviendo, era un dia gris , el cielo estaba nublado de una negrura sin
igual, la ventana estaba llena de bao, no podia verse el exterior de la
habitacion en ese instante. Daniel se gito para ver la cerrada ventana y recordo
que Irene siempre tenia mucho frio, no le gustaban los dias lluviosos, se
levanto de la silla y se metio la mano derecha en el bolsillo derecho, saco unas
cuantas monedas y las conto, las estrecho en su puño, fue hacia el abrigo que
estaba colgado en el perchero marron oscuro de la habitacion, al lado de la
puerta, saco un cigarillo y lo encendio, dejo el abrigo coldago y salio de la
habitacion.
Iba caminando por el pasillo viendo el agetero del hospital, las enfermas para
ariba y para abajo, parece que habia mucho trabajo..
Siguio por el blanco pasillo hasta llegar al lado de los metalicos ascensores
donde habia un telefono. Metio las monedas y se quedo un segundo con el
auricualar en la mano, pensando en que numero debia marcar. Llamo a Irene. Esta
no cojio el telefono y despues de cinco tonos aparecio el contestador
automatico.
- Hola! Este es el contestador de Irene en estos momentos no estoy pero si me
dejas un mensja seguro que te llamare. Gracias.
- Irene, cariño... soy yo.. Necesito hablar contigo y estos malditos chismes
nunca me han gustado, siempre tengo la sensacion de que hago un monologo. Te
estare esperando en el pub de Joels en nuestra mesa, a las ... - Miro su reloj-
siete. Estare alli, te esperare hasta que cierren.
"Estare aqui todo el dia esperando a que me digas algo, mientras estoy aqui
sentado en esta mesita blanca mirando mi taza de te y contemplando suavemente
como los rayos del sol iluminan la terraza pienso en todo aquello que hemos
visto , en todo aquello que hemos compartido, el echo de amar a alguien como yo
te amo a ti produce dolor, porque no amas como yo a ti?! No es justo! nunca lo
sera, la vida es dura y cruel, sabes cuanto pienso en ti? cuanto te deseo?
cuanto miedo tengo a perderte? no, no lo sabes, no tienes ni la menor idea,
nunca la has tenido y nunca la tendras porque no te lo planteas o porque no te
importa, eso es irrelevante, podria amarte y conformarme con que tu me quisieras
a mi, creia que me bastaria, pense que para mi era suficiente ser tu amiga, pero
no lo es, no lo sera, li lo fue, necesito mas, quiero mas, trate de convencerme
de que si hacia las cosas bien y de qe si conseguia demostrarte ese amor tu me
amarias igual que yo a ti pero me equivoque, el amor no se puede compara, ni
esperar, ni anhelar, siemplemente estara alli, aun no pierdo la esperanza de
poder tenerte entre mi brazos.
Han pasado siete horas, van a cerrar... aqui acaba todo, aqui nos despedimos mi
angel, tu tomaras tu camino y yo otro. Jamas llegare a quererte como tu a mi y
te pido perdon por ello, cuando acabe de escribir esto lo dejare en tu buzon y
estoy seguro de que sabras lo que signifiac. Siempre he negado el amor y tu lo
sabes, lo he visto como algo lejano y extraño, como algo que yo jamas
experimentaria pero tu me lo hiciste sentir pero ahora se acabo, una union se
forma a partir de dos personas, siento no haberte ayudado, perdoname, lo has
aguantado demasiado tiempo sola por los dos, siento no haberme dado cuenta
antes...
Daniel Crawft "
Daniel no habia escrito lo que el sentia por ella sino lo que Irene sentia por
el;esta era la unica forma penso, la unica forma de que supiera que la amaba,
parece extraño pero Daniel la queria pero habia algo que no estaba como debia
estar, el sabia que la amaba pero al mismo tiempo sabia que no.
Recogio las cosas, pagos sus cuatro tazas de cafe y su trozo de pastel de
chocolate y se fue, paso por casa de Irene y deposito la hoja en su buzon.
Despues de haber dejado el folio y salir por la puerta la inseguridad lo
invadio, empezo a tener miedo, cada vez caminaba mas rapido, habia abandonado a
Robert cuando le habia necesitado y ahora abanodonaba a Irene ... pero, donde le
dejaba eso a el?... Se paro seca y bruscamente en plena calle y fue entonces
cuando se percato, estaba solo. Habia dado la espalada a las personas que le
amaban y se habia quedado solo. Se desplomo en el suelo y supo que nadie le
tenderia la mano para levantarse pero se equivoco.
- Levantante! No hay tiempo para estar en el suelo sentado - Daniel alzo la
vista, alli estaba ante el, aquel hombre tan extraño, el hombre que vio en la
calle cuando iba en taxi, al hombre que vio al pie de su cama, estaba alli
tendiendole la mano para que se levantara - Vamos! Levantante! Aun no lo has
perdido todo, aun hay algo por lo que debes luchar - Esas palabras producieron
efecto, Dani le agarro la mano y se incorporo entonces el hombre rubio sonrio -
Bien asi me gusta - tenia la mano mas firme y mas segura q Daniel habia tocado
jamas.-
- Gracias...
- Eso es todo lo que tienes que decirme?
- No... no lo se... - El hombre suspiro -
- Tranquilo, me llamo Gabriel, me alegro de conocerte Daniel, Elisa me ha
hablado mucho de ti.
Daniel se quedo perplejo. Gabriel sonreia con dulzura. Como era posible que
Elisa le hubiera hablado de el si ya la habia conocido encerrada. Ademas Elisa
estaba en un pabellon de maxima seguridad por lo que no podia recibir visitas ni
hacer llamadas. Como? Como le habia hablado de el?
- Hay mas formas de hablar que el sonido- Dijo el joven de repente -
- Que?
- Lo que vees puede que no sea real o puede que si, quien sabe, todo es
relativo, aprende eso bien Daniel, todo absolutamente todo es relativo por lo
que nada es imposible pero por lo cual tambien todo puede ser imposible, cuando
logres entenderlo aprenderas el porque y el como de q hablaramos.
- Como lograre entenderlo?
- Tranquilo lo haras, solo necesitas tiempo - se dio la vuelta y empezo a andar,
su hermosa gabardina ondulaba con el viento nocturno y la gente lo dejaba pasar,
era imponente - No te angusties Daniel nos veremos pronto, tu solo da tiempo al
tiempo.
Hizo un gesto con la mano y prosiguio su camino, Dani observaba como se iba
alejando, pensado que tal vez deberia ir tras el pero era inutil estaba inmobil
mirando con detalle como la gente se alejaba entre la sombria multitud.
Eran aproximadamente las 23:30 cuando Irene regresaba a casa. Se la veia
agotada. Sus pobres zapatos de alto tacon negro se arastraban sutilmente contra
el suelo, era extraño, llevaba el pelo suelto, nunca lo llevaba suelto, siempre
llevaba un moño cogido con el lapiz , solamente estaba suelto o bien cuando Dani
se lo soltaba o cuando se iba a dormir pero nunca suelto a la vista de la gente.
No era solamente su negroso cabello, sus uñas estaban medio despintadas y la del
dedo indice estaba rota. Su camisa blanca de seda estaba sin plancar se
pareciaban las arrugas desde metros de distancia, iba a conjunto con la
minifalda que le habia regalod Julia, su amiga de la infancia, se habia olvidado
el cinturon, el negro de la avilla tan grandes y en sus delicadas medias de
nailon se podia palpar una carrera de arriba abajo de la pierna derecha de entre
la cual se veia la blancura de su piel. Pensaba que se quitaria los malditos
zapatos , se pondria su comoda camisola de abejas, se prepararia un cremosos
chocolate caliente y se sentaria a llorar en el sofa con su tazita blanca llena
de exquisitez dulce. Sin embargo sus pensamientos fueron turbados cuando hubo
abierto el buzon, reconocio la letra de Daniel desde los dos pasos atras que
habia entre ella y la hilera de buzones, no presto ninguna atencion a la carta
del banco, ni a la postal que evidentemente le habia mandado su familia de
Iralanda , sus oscuros ojos dejaban reflejar el miedo y la tristeza ante esa
hoja de papel que estaba colocada en la parte superior del pequeño recinto . Lo
se, lo sabia, eso era lo que pensaba. Se armo de valor y levanto la mano,
lentamente para cojer el papel pero la bajo rapidamente, acto reflejo, se la
miro y sonrio sutilmente de su estupidez, volvio a levantarla y cogio el papel.
Ni tan solo lo desdoblo para saber que ponia, podia hacerse una idea clara.
Estaba petrificada en la entrada, delante de la filera de buzones marrones,
todos cerrados a excepcion del suyo que permanecia abierto pero ella estaba
inmobil sosteniendo en la mano el papel, estaba temblando, tenia miedo.
- Diabolico - fue lo unico que pronunciaron sus labios -
Era una noche oscura, la luna brillaba pero su color opalina era diferente,
estaba anaranjada. Daniel la observaba entre la niebla blanquinosa de la
medianoches.
" Daniel... mi querido Daniel, que has hecho? - La voz resono en su cabeza
duramente, no era Elisa, no loera, tampoco era la de aquel hombre... Gabriel,
no, no lo era, era la voz de otra persona, una voz siniestra - Los humanos sois
tan extrañas criaturas, temerosas a la voluntad de Dios, no te das cuenta de lo
que has hecho verdad? - Se asusto y bajo tristemente su mirada - La melancolia,
la tristeza, la depresion que emociones tan oscuras, que emociones tan pateticas
pero que bellas no crees? el dolor y el odio deberian ser lo que arrima tu
corazon y no el amor puesto que si puedes quitar una vida no debes amar o es que
me he equivocado de camino mi señor?"
La voz desaparecio. Una vida. Una vida... que vida? A que podria referirse, no
lograba comprenderlo, avanzo lentamente pensando en que podria referirse aquella
nueva voz que habia surgido ante el, llego al pequeño parque de Farsgate y se
sento en uno de los bancos contemplando la cristalina agua que brollaba de la
fuente, era una hermosa fuente, de piedra, la parte baja era circular y el
brollador muy antiguo ya, era un niño que sostenia en sus manos un jarron
inclinado del cual sugira el agua emitiendo ese agradable sollozo que emite al
caer. El agua que amanava se deslizaba hermosamente entre las luciernagas que
adornaban la noche con su sutil baile de relampageantes luces doradas.Formaban
una bella curvatura cristalina que se alteraba cuando el agua descendiente del
brollador chocaba contra la immobil que yacia en la circumferencia, agitandola.
Irene.
“ No podía imaginar que ocurriría algo así, no tengo porque ser responsable de
lo
que ocurre, tengo la cabeza demasiado cargada y siempre he sido una vaga a la
que no le gusta pensar demasiado y ahora tener que contemplar todo esto yo sola
me pesa demasiado antes estaba mejor, sonreía, ahora mi sonrisa es falsa...
Cuando era pequeña jamás sonreía nada lo lograba, no entendía porque los demás
niños sonreían,, jamás lo entendí hasta que te conocí, me hiciste sonreír y me
gusto, se me desencajaba la cara y hacia una sonrisa y es algo que te debo a ti,
como también te debo haber conocido el amor cuando leas esto todo abr acabado u
no estés triste quizás algún dia volveremos a estar juntos quien sabe a lo mejor
seremos mas fuertes que la muerte, lo único que me gustaría ver antes de morir
serian tus ojos azules.”
El silencio es llanto de la oscuridad, de la soledad... La niebla se alzaba
impetuosa por las callejuelas de la ciudad, una borrasca blanquinosa que nunca
antes habia visto quizas porque no queria verla, quizas porque nunca se habia
sentido asi, porque a pesar del dolor que habia sentido en el pasado no podia
parecerse a esto, solo podia repetir su nombre en su cabeza.
Irene,Irene,Irene,Irene...
Su pelo revuelto, despeinado por primera vez en tanto tiempo se desprendia
torpemente por encima de sus ojos, sus ojos azules que aquella noche solo
miraban la calle de piedra gris, sus ojos vidriosos tan hermosos, sus ojos
reflejo se su vida habian perdido su brillo.
De que sirve seguir si lo unico que te espera es dolor, frio, soledad, niño solo
en una calle con el rumor de aquellos miles de zapatos que oyes a tu alrededor y
tu, tu pequeño, insignificante e inutil, estas alli, en aquel centro de aquella
callejuela, solo, completamente solo, nunca nadie se parara a mirarte, nunca
nadie te dira tu eres especial para mi, porque el egoismo, el odio, el rencor,
estan alli, pasenado por su bella calle gris. Todo es inutil, no hay salida, no
hay solucion, permaneceras encerrado en esta realidad toda la eternidad, jamas
escaparas de ella, tu destino esta sellado. Tu simple vida mortal, es toda tu
eternidad, toda la que tienes, aprovecha el tiempo amigo mio creeme, pasa
rapido, muy rapido, y eschuca mis palabras sabias, no puedes volver atras, jamas
puedes volver atras solo puedes seguir hacia adelante, siempre hacia adelante,
tu pasado nunca te alcanzara, siempre estara alla atras, recordandore quien eres
y que es lo que has hecho.
Atormentado, correras, correras por tu estrecha y ancha calle gris, buscaras,
pero jamas encontrras la salida, permanecera alli, quieto, esperando que alguien
se pare delante de ti y te tienda la mano y algunas personas encontraran calor,
suavidad, ilusion, en aquella firme mano pero otros muchos seguiran vagando
siempre en su pequeña y grande callejuela gris. Estas aqui, sentado, pensand,
que miradas mas triste, intentas recordarlo, no es un problema de memoria mi
niño, Alguna vez has sido feliz? que es la felicidad? no lo sabes... Piensa por
un momento, cuando has hecho algo por ti mismo?no que fuera por los demas sino
para ti, unicamente para ti y que lo hayas hecho solo? nunca.Tan vacia esta mi
calle gris? Quien va a responderme si no hay nadie... que estupido... chilla,
chilla con todas tus fuerzas, es inutil, nadie va a ir, nadie acudira a tu
llanto, se desvanecera entre el aire o entre las tinieblas. El llanto es el
dulce manto de la oscuridad. Preguntate a ti mismo, que pasara luego? El ruido
cesara. Ese impetuoso grito acabara en un insulso gemido. Llorando llevandote
las manos a la cara, arodillado en el suelo, cubriras tu cara, intentando
ocultar el dolor, intentando ocultar la pena, la agonia pero sera demasiado
tarde, ese grito de auxilio, esas lagrimas resbaladizas ya han sido escuchadas,
ya han sido vistas, y ahora tu desgracia esta alli a la vista de todos.
No sabia cuanto tiempo llevaba alli, bajo la lluvia cristalina, en esa calle
gris, solo podira recordar el cuerpo de Irene sin vida, Desnuda y fria yacia en
el suelo, con sus ojos negros abiertos y su sedoso pelo formando curvas extrañas
sobre el embaldosado suelo.
Volver
(c) _Alexiel_ 2002