Indice de Mensajes

 

Mensaje de la Santísima Virgen

 (Individual para la H. Mary Carmen)

Este mensaje llegó el día 28 de octubre de 1993, a las 9:00 p.m., a la hermana Mary Carmen. He aquí el texto.

Hijitos, hijitas:

 

Estoy intercediendo ante mi hijo por vosotros. Debéis entregaos más a la oración. Acercad vuestra alma, vuestro cuerpo y vuestro corazón a la luz de Cristo Jesús. Escuchad, hijitos, el tiempo que vivís es tiempo de prueba y de escogencia.

 

Consolad a estos Dos Corazones traspasados de dolor al ver la perdición de tantas almas; dolor que entristece el rostro de mi Hijo Jesús ante la perdición de mis almas consagradas... ¡Son tantas...!

Hijitos, os invito a orar. No olvidéis la oración; no os alejéis de ella. Es ahora cuando Satanás desata toda su furia y quiere apartaros de esta arma poderosa que os acerca al Sacratísimo Corazón de mi Hijo Jesús y de vuestra Madre.

 

Dudáis de que el infierno exista y que el demonio quiere ganar su batalla. Decís: todo tiene su explicación...

 

¿Qué os impide daros a plenitud? ¿Qué os obliga a callar? Y del cambio en vuestros corazones ¿Por qué os resistís?

Mi Corazón Inmaculado triunfará, llevando a mis almas pequeñas a la reconciliación con mi Hijo Jesús, que está presente en cada uno de mis sacerdotes y con una verdadera participación en la santa misa que es el centro de vuestras vidas.

 

Hijitos: no me olvido de vosotros. Por ello acudo a vuestro llamado silencioso. Os dejo mis mensajes de luz y vida. Dejo en vuestros corazones heridos un diluvio de amor y de esperanza. A través de ellos la confianza nace y la duda muere.

 

Hijitos. Orad para pedir la salvación del mundo. Personalmente me he manifestado e intervenido de muchas maneras para invitaros a la conversión; pero muchas almas se resisten a dar un cambio en sus corazones.

 

Hijitos míos: ¿Queréis atar las manos a Dios? Leed mis mensajes como si fuera la primera vez. Ellos son un diluvio de amor sobre cada uno de vosotros. Es una vía para los indecisos, para los que sufren; es un consuelo para los corazones heridos, perdidos en el desorden de este siglo.

 

Hijitos, hijitas: proteged al débil con la oración y con la penitencia de cada día, aceptando con fervor el grito de mi amor por los pecadores. Hijitos, una madre no olvida a ninguno de sus hijos por muy ingratos que sean. Mis palabras traen luz y vida.

Si me amáis, otros me amarán también, pues el amor es contagioso. Purificadlo quitándole el exceso de humanidad que le estorba y le impide alcanzar su plenitud.

 

Hijitos, hijitas: acudid a mi llamado y así recibiréis las gracias que estoy derramando sobre vosotros aquí, en este mi bosquecito, que he escogido para refugio de todas mis almas consagradas.

 

Hijitos: una madre conoce a todos sus hijos hasta lo más íntimo de sus corazones. ¡Cuánto habéis dudado de mi presencia en este lugar sagrado y cuánta inquietud permanece en vuestros corazones!. Orad, hijitos, para que comprendáis lo que quiero de vuestros corazones.

 

Purificad vuestros corazones, afianzad vuestra fe, manteneos en oración y penitencia, proteged a mis más pequeños.

 

Hijitos... hijitas, acudid a mi llamado, recibid las gracias que estoy derramando sobre vosotros, aquí en este mi bosquecito, lugar sagrado de oración y de recogimiento, escogido por mi Hijo Jesús para refugio de todas mis almas consagradas.

 

    ¡Os amo... os amo tanto!

 

Os amo con todo mi corazón. Os doy mi bendición.

 

    Os cubro con mi manto.

 

 

 

Indice de Mensajes
Hosted by www.Geocities.ws

1