Indice de Mensajes

 

14° Mensaje de la Santísima Virgen.

 

Poco a poco la Santísima Virgen va espaciando sus apariciones, pero no sus mensajes. En esta oportunidad escogió el mediodía, las 12:00 en punto, para que con el rezo del Ángelus hiciera llegar este mensaje el día 10 de abril de 1994, que constituye el número 14 de los que ha dirigido a las almas consagradas, aunque no deja de sugerir algún consejo que resulta válido para todo el que lo reciba.

Estos mensajes eran entregados por la receptora a la superiora, quien a su vez los hacía escribir de alguna manera (en máquina o en computadora) y luego se les sacaba copia y eran enviados, después de haber sido leídos en la casa de Carrizal, a las demás casas de la Congregación y a otras casas de Congregaciones que mantenían el interés por ellos.

 

El mensaje décimo cuarto dice lo siguiente:

 

"Hijitos, hijitas:

 

Os traigo paz y alegría en el nombre de mi Hijo Jesús. Llenad vuestras vidas de alegría, humildad y sencillez. Os pido fidelidad a Dios Padre y estad atentos a la gracia.

 

Mi Hijo Jesús vive intensamente en vosotros. El Espíritu os guía y sostiene. Vivid en Dios plenamente vuestra consagración: sed obedientes y castos, con la mirada fija en mi amado Hijo Jesús.

 

HIJITOS, HIJITAS: ORAD, ORAD DE CORA­ZÓN. Hay que devolver a la Iglesia su carácter sagrado. La Iglesia debe acoger a las almas con la ternura y la indulgencia de una madre. Bajo ningún pretexto debe pertenecer al mundo. Lo que viene de Dios siguiendo de Dios; lo que viene del mundo sigue siendo del mundo.

 

Hijitos míos: pido respeto al sacerdote que es el Ministro de Dios. La falta de respeto al sacerdote es una falta de respeto a mi Hijo Jesús. Sí, hijitos, debéis enseñarlo a mis más pequeños: todos los hombres son iguales ante Dios pero el sacerdote sigue siendo el alma elegida; no la juzguéis, sea como sea, pertenece a Dios hacerlo.

Os pido: orad por ellos. Satanás los persigue de formas insospechadas. Sólo con la oración podréis vencerlo.

 

Hijitos, hijitas: la pasión de mi amado Hijo Jesús se renueva en vosotros; su dolor se derrite en vues­tros corazones. El amor es vuestra fuerza. Levantad los ojos al cielo, hacia vuestro Dios y vuestro Padre, pedid misericordia. La copa de la amargura rebosa y el amor no puede abrirse camino en este barro de pecado que constituye el mundo enloquecido.

 

Si pensáis en Dios con fe y le amáis de verdad el mal será vencido.

 

Os tengo en mi corazón.

 

 

 

 

Indice de Mensajes
Hosted by www.Geocities.ws

1