Mis
almas consagradas:
Os
bendigo en el nombre de la Santísima Trinidad para que
permanezcáis todos unidos en el amor de Cristo Jesús. Sed
dóciles en recibir lo que se os ha donado en el nombre de mi
amado Hijo Jesús.
Abrid,
abrid las puertas de vuestros corazones: no debéis esperar.
Sí,
hijitos míos: os he estado llamando a un cambio en vuestras
vidas; pero mi voz no ha sido escuchada. ¡Cuantos de mis
consagrados me traicionan v me apartan de sus corazones! ;Por qué
me rechazáis? ¡No. hijitos. hjiitas! No neguéis mi presencia
entre vosotros.
Soy
vuestra Madre y os amo con amor maternal. Busco tocar el corazón
de cada uno de mis hijos y así podré ayudaros y llevaros muy
dentro de mi corazón y daros la fuerza para que cumpláis todo
aquello que os pide mi Hijo Jesús. El es el camino verdadero:
allí le tenéis y muy dentro de vuestros corazones.
Hijitos,
hijitas: ¿Qué os impide entregaros plenamente? Bajad hasta el
fondo de vosotros mismos. ¿Qué sois? Comprended donde está
vuestra felicidad: sólo en el corazón de mi Hijo Jesús la
encontraréis. Amadlo, amadlo: sólo a El le pertenece nuestro
amor.
Sed
pequeños y obedientes a la Iglesia. Amaos los unos a los otros
y compartid muy unidos lo que Dios Padre os ha dado.
Amar
es dar testimonio del amor sin temor. El amor vale más que
todos los sacrificios.
Orad,
orad hijitos míos. No os alejéis de esta arma poderosa.
Perseverad firmes en la fe. La acción del demonio ha penetrado
dentro de la Iglesia.
Sí,
hijitos, hijitas: la tiniebla envuelve vuestras vidas y no sabéis
ni por donde camináis. Tened cuidado que Satanás os confunde y
crea desórdenes en vuestros corazones.
Rezad
el rosario. Quien confíe en Mí, perseverará y al final mi
Corazón Inmaculado triunfará.
Os
cubro con mi manto.
|