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Presentación: Cuando
se tiene que escribir sobre hechos que van más allá de una explicación
natural, se topa uno con dificultades sin cuento. En
primer lugar no es fácil acercarse con pericia objetiva a sucesos o fenómenos
de esta naturaleza. No forma parte de lo cotidiano palpable y por tanto,
al menos yo, no me siento bien preparado para afrontarlo. Por tratarse de
eventos que caen en la esfera de lo místico debería ser abordado por
alguien que tuviera una excelente preparación y pericia en esa materia.
De hecho no estoy calificado para abordar el tema de este libro y en
virtud de ello, lo que escribo nunca será el trabajo de un experto. En
consecuencia es sólo el trabajo bien intencionado de alguien que tiene
únicamente el ánimo y el deseo de que los mensajes de la Santísima
Virgen María sean difundidos y conocidos, sobre todo entre las almas
consagradas, por expreso deseo de Ella misma, manifestado en Carrizal y en
otros lugares, incluso recientemente, agregando las circunstancias y los
sucesos o hechos que acompañaron la emisión de tales mensajes.
En segundo lugar quien escucha o lee sobre este tipo de temas, en especial
si es un alma consagrada, con harta frecuencia suele estar blindado con
una densa costra de prevención, a veces tan recia y a la vez tan sutil,
que al caer en sus manos algo que pudiera sonar a apariciones o mensajes
sobrenaturales, se pone en guardia inmediatamente. Suele pensar que de
entrada una parte apreciable de lo que circula al respecto en nuestros días,
suele ser falso o exagerado o contiene intenciones ocultas e incluso visos
de fanatismo. De esta manera resulta más difícil, por no decir
imposible, penetrar en su alma para atraer su interés con seriedad Si
por añadidura, los hechos exponen de alguna manera apariciones y mensajes
de la Santísima Virgen María, aunado a fenómenos inexplicables desde la
racionalidad lógica y causal, la dificultad se toma aún más intrincada. De
hecho, ciertas personas están casi condicionadas a reaccionar con un
airecillo tal de superioridad, en unos casos; o de autosuficiencia en
otros; o incluso de indiferencia más o menos negligente en algunas
oportunidades, que las conduce a mantener una distancia lo suficientemente
discreta como para no dejarse influir por ningún concepto de esta índole.
Es la experiencia que me ha tocado vivir en muchas almas consagradas y no
consagradas. Muchas de entre las consagradas estiman que el carisma
fundacional de su congregación contiene tal calidad, peso especifico y
suficiencia como para no prestar atención o no necesitar nada más y para
siempre. Todo otro carisma sale sobrando para ellas, venga de donde venga.
Desgraciadamente vivimos en una etapa de la historia, en la que lo místico
dentro de lo sobrenatural (a pesar de que realmente como cristianos deberíamos
vivir sumergidos en esa atmósfera), ha ido dejando de ser objeto de
maravilla e incluso de fe en una gran mayoría, para convertirse en objeto
de racionalismo muy denso, lamentablemente también en la mente de muchos
de aquellos que por vocación y profesión evangélica, debieran estar día
a día viviendo en un medio ambiente espiritual en el que lo místico
sobrenatural impregnara tanto su ser y su existir que se debería
ejercitar más el examen y el discernimiento de todo lo que llegue a las
propias manos hablando de estos tópicos. Y luego con sano juicio y caridad
profunda decidir libremente sobre la conveniencia o no de darle provechosa
cabida en el alma. Me
refiero, por supuesto y sin ambages, a cierto número de almas religiosas
y consagradas y a un número impreciso de sacerdotes y religiosos en
particular y por supuesto a muchísimos seglares comprometidos también,
sobre todo los instruidos. La fe del que no está blindado con el
racionalismo y el naturalismo, es más pura y sencilla, se plantea menos
interrogantes y suele acercarse a estos acontecimientos con verdadera
emoción y deseos de buscar la verdad, sin caer en el pietismo o
espiritualismo inocentón de la edad media que veía hechos sobrenaturales
en cuanto fenómeno físico apareciese ante sus ojos
sin explicación. Es decir, hoy en día pareciera que esas almas
inocentonas, sin mucha ciencia sagrada pero muy cercanas a la niñez
preconizada en el evangelio, son más capaces de dejar bien abiertas las
puertas de par en par para que el Espíritu Santo trabaje sin cortapisas
ni obstáculos No
sé por qué, pero sobre todo en ciertas facultades de teología, se deja
destilar desde el primer momento del ingreso a ellas, una prevención muy
intensa contra este tipo de fenómenos. Es el fruto de la experiencia y de
la prudencia de la Iglesia, se argumenta; y para remachar se coloca el
conocido colofón de que la revelación está concluida y no existe
espacio para nuevas revelaciones. La
historia por otro lado lastimosamente nos habla con meridiana claridad de
que realmente ha habido abusos en esta materia y nunca han faltado los que
han querido meter gato por liebre por motivos muy variados No
obstante todo ello, se cuenta con buenos y sólidos elementos con los
cuales "discernir" desde el evangelio cada caso en particular y
por tanto, así me parece a mí, no es imprescindible arroparse con ese
blindaje tan pesado. La
del rechazo inicial sistemático es una posición simplista porque no sólo
se abstiene de ahondar en el tema sino que se lo desecha con desparpajo
despectivo inocultable; pero de esta manera el que pisa los claustros y
las aulas de estas escuelas de teología, termina succionado dentro de
aquel círculo de estudiantes de los que en Roma se decía en épocas aún
no finalizadas y por cierto con cierta sonrisa socarrona no disimulada
"éste estudia teología y sin embargo cree en Dios ". La
frase, muy manida por desgracia, alude al hecho de que los estudiantes de
teología y los teólogos en general, al entrar en contacto cotidiano con
el estudio Una considerable cantidad de religiosas, sacerdotes seculares y de muy variadas congregaciones y órdenes han manifestado con gran aplomo y mis oídos lo han escuchado no sin turbación, que no creen en "nada de estas cosas". Otros no lo afirman con tanta contundencia pero asumen una actitud que en los hechos es como si lo declararan así. En cierto sentido, explican, se ha producido una inflación tal de apariciones de Jesús y sobre todo de la Virgen en el mundo entero, acompañados de tan variada gama de signos, que ya pareciera esto como un inaceptable desbordamiento de lo sobrenatural, lo cual resultaría casi intolerable para ellos. "Hoy
en día cualquiera termina hablando con la Virgen, recibiendo locuciones
de Jesús y codeándose con la Santísima Trinidad" me afirmaba
recientemente un sacerdote, el cual, no me cabe la menor duda, es un
virtuoso hombre de Dios.
Y si hablamos de los fenómenos concomitantes, tales como el de las
escarchas, el del sol, las lágrimas de todo tipo (aceite, de sangre,
naturales), olores de perfumes diversos, como el de rosas o incienso,
rayos luminosos y variados y otras manifestaciones similares, lo toman con
tal desenfado, incredulidad e incluso, en ocasiones, con tal sonrisa
burlona, que uno se pregunta si detrás de esta actitud existe alguna
reverencia hacia el mundo de lo sobrenatural y la suficiente humildad
adobada con una pizca de actitud infantil evangélica, aunque sea mínima
del misterio. Negarlo de plano pareciera a estos tales una actitud muy
sabia, prudente, lógica y digna de un amplio beneplácito divino, en
virtud de que no se han dejado "contagiar" He
sabido de fuente altamente fidedigna, que incluye muchos testigos, que un
sacerdote en cierta parroquia del este de Caracas, ha tomado no hace mucho
en sus manos alguno de estos libros sobre mensajes o apariciones, durante
la predicación dominical y blandiéndolo cual estropajo desechable, ha
recomendado a sus fíeles oyentes que lo quemen, "porque es pura
basura ",
palabras más o menos textuales Actitudes de este calibre en un sacerdote,
a mi modo de ver, suponen un considerable desprecio, olímpico e
inaceptable, de los derechos humanos y cristianos del que va a la
participación de la Eucaristía dispuesto a recibir la Palabra de Dios y
al Verbo hecho carne y tiene además el deber de indagar a conciencia y
por su propia cuenta sobre lo que se manifiesta en tal o cual libro No
faltan tampoco aquellos que apoyados en una segundad de "fe"
sincera, se atrincheran en la coraza de una posición irreductible
mientras la Iglesia no apruebe oficialmente los "hechos y fenómenos"
no aceptarán nada de lo que se afirma o escriba sobre tal o cual fenómeno
"pretendidamente" sobrenatural Si por añadidura la Iglesia ha
hecho saber que coloca bajo estudio los hechos, de inmediato adoptan una
posición de intransigencia tal que examinar lo ocurrido o los mensajes
transmitidos pareciérales ya caer en herejía contumaz En consecuencia lo
rechazan de plano sin siquiera analizar con discernimiento lo que tienen
frente a sus narices Tal vez a éstos pudiera calzarles al pelo la
archiconocida frase bíblica "tienen ojos y no ven, tienen oídos y
no escuchan" Sin
ánimo de saturar, acepto igualmente que muchos de los que han adoptado
posiciones de alejamiento sutil de este tipo de sucesos y fenómenos, lo
han hecho en virtud de una fe muy poderosa que les ha llevado a pensar e
incluso desear, no tener necesidad de acercarse ni buscar tales
manifestaciones, porque su fe perdería el mérito que lleva anexo, si
buscaran confirmarla por medio de estos sucesos, hechos y fenómenos Es
una fe pura, sincera y profunda que no necesita muletas El
"bienaventurados los que creen sin haber visto "
tiene tal fuerza en ellos que los deja totalmente
saciados No
obstante, a pesar de esas razones y otras que no expongo por no alargar
demasiado este prefacio, unas mas o menos plausibles que otras, me he
atrevido a afrontar por escrito este caso muy particular de Apariciones y
Mensajes de la Santísima Virgen, ocurrido en Venezuela, a partir de
febrero de 1993,
en Carrizal, Estado Miranda, bajo la advocación de MADRE DE LAS ALMAS
CONSAGRADAS. Ya tuve ocasión de hablar del caso, sin yo buscarlo, ante la televisión en el conocido programa de Venevisión "24 Horas" de Napoleón Bravo, el día 5 de febrero de 1999. Fue un programa serio y bastante bien preparado, en el hubo oportunidad de transmitir trozos de los mensajes de la Santísima Virgen. Estoy convencido que fue Ella quien escogió tanto la fecha como la oportunidad de que esto se transmitiera para dar inicio a la etapa anunciada por Ella misma, consistente en la difusión y puesta en marcha del proceso de lanzamiento hacia fuera de estas apariciones Por cierto el programa tuvo una considerable audiencia, yo diría que también provocó una difusión realmente impresionante a juzgar por la muchedumbre que concurrió en peregrinación ininterrumpida desde ese mismo día y el siguiente, sexto aniversario de los sucesos que vamos a narrar y por las incontables peregrinaciones colectivas o individuales que desde entonces acuden al lugar de las apariciones en Carrizal Peregrinaciones que por cierto, durante ese día aniversario, no incluían sacerdotes m religiosas, salvo honrosas excepciones Los pocos, contados, sacerdotes que pudieron concurrir, debieron dedicar horas y más horas a confesar, debido a la formación de interminables filas de fíeles que se sintieron llamados a la conversión en ese mismo "sagrado bosquecito", como lo bautizó la misma Santísima Virgen.
Es muy posible que muchos sacerdotes no
pudieron asistir en virtud de Desde
entonces supe que este tema despierta las más disímiles reacciones y le
atrae a uno los más inesperados ramalazos de repulsa por parte de quienes
se consideran investidos de una sabiduría tal que lo pueden negar todo
con el más fuerte desembarazo y la más insólita autosuficiencia y por
supuesto sin siquiera haberse asomado ni remotamente a un sencillo análisis
de lo ocurrido y a un discreto discernimiento de las pruebas existentes En
algunos casos, incluso negando las mismas pruebas que ofrecen síntomas y
signos muy serios de veracidad. Sin
duda alguna la actitud de Monseñor Pío Bello S. J. ,
Obispo de la Diócesis en el momento de las apariciones, constituyó un
ejemplo de conducta pastoral a imitar, pues sin afirmar ni negar
absolutamente nada, aceptó humildemente celebrar la santa misa en el
lugar de las apariciones en cada uno de los aniversarios que tuvo en
suerte presidir hasta que cesó en sus funciones episcopales por el
consabido derecho proveniente de la edad y de la enfermedad En tales
misas, sus homilías eran ejemplo de prudencia, sabiduría y celo por la
Gloria de Dios, pues no hacía referencia alguna a las apariciones de la
Virgen en ese lugar, antes bien daba lecciones sobre cómo debe el
cristiano afrontar la existencia de lo sobrenatural basado en las Sagradas
Escrituras, particularmente en el Nuevo Testamento. Me
he lanzado a escribir este espartano bosquejo para sacerdotes y almas
consagradas, sin ser un experto en la materia, lo cual no deja de ser casi
un acto de temeridad por lo que tiene de atrevimiento. No obstante, a
pesar de las apariencias, tengo mis secretos motivos. Cerrando
los ojos me he dejado guiar
por mi fe, por lo que yo mismo he vivido y experimentado, por lo que he
podido observar en muchas, pero muchas, personas en cuanto a frutos de
conversión y sanación corporal o espiritual se refiere. Pero el motivo clave y fundamental de la escritura de este librito ha sido la petición hecha por la Santísima Virgen en sus apariciones de Carrizal y la solicitud expresa que me ha hecho un privilegiado de Dios, quien me ha asegurado que la Santísima Virgen desea ardientemente que SUS MENSAJES sean conocidos muy particularmente por las Almas Consagradas, a quienes Ella se dirige desde Carrizal, Estado Miranda, Venezuela. Y
además Ella pide y suplica que los mismos se den a conocer en el mundo
entero Este
privilegiado de Dios me ha aportado pruebas que me conducen a dar absoluta
fe de que realmente la Santísima Virgen así lo desea. Doy
por aceptado que al igual que yo, muchos se harán esta pregunta: ¿por qué
se me ha ocurrido a mí y Por
supuesto mi respuesta no aterriza en la consabida aunque muy verdadera
frase: soy el menos digno, el menos indicado, etc., etc. Desde luego que
la frase es también aplicable a mí en forma por demás radicalísima. Yo
creo que la única respuesta que yo pudiera ensayar con timidez, pero con
profunda honestidad y sinceridad conmigo mismo es que no sé por qué soy
tan atrevido. Es más, para dar unos cuantos pasos más al frente declaro
que no me interesa el por qué. Ella lo sabe, lo quiere y me lo ha
hecho saber: eso me basta. La
tarea no resulta agradable por que es exigente, me añade un peso extra a
mis ocupaciones y compromisos, me obliga a dedicarle tiempo y recursos y a
la hora de la verdad será una excelente oportunidad para que me arreen
unos cuantos palos sin ningún miramiento o tal vez acompañados por
guantes amortiguadores.
No obstante algo me dice con intensidad y fuerza de taladro que ésta es
una obligación ineludible de amor y de conciencia; que lo importante y
urgente estriba en que los mensajes lleguen a las personas, en particular
a las almas consagradas, a quienes la misma Santísima Virgen va a escoger
en el mundo entero y tocar con su dedo prodigioso Y
eso resulta tremendamente atractivo para mí porque me convierte automáticamente
en colaborador de Ella Y es la única recompensa que me atrevería a
esperar el honor y la alegría de ser colaborador de esta Santa Madre
Y además agradecido, porque yo pertenezco al grupo de esas almas
consagradas a quienes Dios ha otorgado, por la intercesión de su Santísima
Madre y precisamente en Carrizal, la gracia de la reconversión y por
quienes Ella se dignó visitar y estar para siempre en este "
bendito bosquecito" de Carrizal Quedarme anclado en alguna de las fáciles y cómodas posiciones que niegan estos hechos a priori, sin haber estudiado lo que ha ocurrido, sería un fuerte peso para cualquier conciencia. Así que, contra viento y marea, a despecho
de que se me tache de atrevido, arrogante, irreflexivo, interesado,
medieval, sabiondo, imbuido de falso pietismo y otros adjetivos mas o
menos de la misma ralea, y además naturalmente dispuesto a que me arrojen
piedras de todo calibre, me he lanzado a navegar en esta alta mar
enrarecida con fuertes marejadas, y llevar a cabo un relato histórico que
describe en grandes pinceladas y a grandes zancadas, lo que ha ocurrido en
Carrizal, en la casa religiosa de las Siervas de Jesús, a partir del año
1993 Estos
sucesos todavía no parecen haber concluido y de alguna manera
insospechadamente están tomando un rumbo cuya meta esta únicamente en
las manos y Y
para evitar los primeros chichones declaro que me estoy acogiendo a la
licencia que autoriza, después de haber sido derogados los cánones
1399 y 2318
del Código de Derecho Canónico, por decisión de S S Pablo VI
en AAS 58 (1966) 1186,
a publicar los escritos referentes a nuevas apariciones sin la venia de la
Autoridad Eclesiástica, incluyendo en esa licencia las manifestaciones,
los milagros, los mensajes y demás temas, aceptando incluso que puedan
ser difundidos y leídos por los fieles, bajo la sola condición de que se
observe y respete la Moral Cristiana y las verdades reveladas En este caso
concreto esto está garantizado en un ciento por ciento Resulta
interesante aclarar que su Santidad Pablo VI
tuvo a bien publicar este decreto a raíz de las terribles controversias
suscitadas en España y particularmente en la Diócesis de Santander,
después de haber transcurrido cinco años de las apariciones de la Santísima
Virgen en Garabandal (Asturias) y a poco de haber recibido en audiencia
privada a Conchita, la principal vidente en aquellas apariciones Algo habría
intuido su Santidad Pablo VI
sobre el excesivo celo doctrinal en tratar estos temas y a sus
protagonistas, tómese en cuenta y recuérdese que el Secretario de la
Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe (Santo Oficio entonces) era
nada menos que el Cardenal Ottavianni, a quien nunca se pudo tachar de
blandengue en este tipo de cuestiones. Y
como esto trata de las "denominadas" en teología mística
"revelaciones privadas" me dejaré conducir por la prudencia,
evitar el fanatismo y la propaganda o exponer algo que no pueda ser
corroborado fehacientemente. De hecho todos los protagonistas viven y
pueden ser interrogados sin dificultad Por supuesto he sentido la
necesidad de no ser superficial y mantener un espíritu crítico con
relación a todo lo que fue cayendo en mis manos o en mis oídos. En una
palabra, ha sido mi norte utilizar el "discernimiento"
indispensable, en vez de una apriorística actitud de desconfianza sistemática
En vez de afirmar o negar, simplemente he narrado lo que he podido recoger
de los protagonistas a quienes conozco uno por uno y a quienes he podido
escuchar con menor o mayor detenimiento, tomando notas de sus relatos o
escritos. Y en eso creo seguir los consejos de Pablo de Tarso, quien supo
ofrecer excelentes consejos al respecto. Espero
que actuando de esta manera, cada lector, según su sensibilidad
espiritual y siguiendo la inspiración del Espíritu Santo, tenga la
oportunidad de acercarse con paz personal y comunitaria a los hechos
narrados, documentados y escogidos con meticulosidad por quien esto
escribe. Hechos que sirven para dar cobertura a lo que realmente importa
de todo esto: LOS MENSAJES Se
trata a mi entender, en este caso de Carrizal, de una intervención del
cielo, destinada a todo cristiano y en particular a las almas consagradas
del mundo entero, en la cual la Virgen ha derrochado esfuerzos, signos, señales
y prodigios, en el intento de recordar a estas almas consagradas que la
esperanza anunciada en el evangelio como "buena nueva" está
todavía vigente y que es realmente lastimoso contemplar como las almas
consagradas se pierden por no entender que desde hace dos mil años está
dicho lo que ahora nos viene a recordar en forma categórica pero maternal
la Santísima Virgen. Su amor maternal no puede contemplar, aceptar y
soportar pasivamente que sus almas escogidas se pierdan por la acción
depredadora de Satanás que tampoco ahorra esfuerzos en atacar y llevar a
la perdición a estas almas privilegiadas y escogidas por Jesús y María. Es
una elección libérrima de cada cual el aceptar o no lo que podrá
constituir objeto de meditación y reflexión y tal vez un inédito chance
de que lo visite el Señor Jesús y su Santísima Madre. Y aunque esto
suele ocurrir todos los días, en esta oportunidad, Ellos vienen con una
cierta investidura particular, con un gran séquito de gracias y con una
carga extraordinaria de dones, que sólo recibirán quienes estén en la
disposición de abrir las puertas de su corazón de par en par, con fe,
con humildad, con amor y con los ojos cerrados, para permitirles a ambos
sentarse a la mesa en calidad de invitados de honor. Amén y que así sea.
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