Un trato digno, respetuoso y justo para Granada

JOSÉ PRADOS OSUNA/ECONOMISTA

Publicado en IDEAL el 3/2/2006

ENTRE el mito del eterno retorno y la condena a que la historia nos ha llevado por haber olvidado nuestro pasado, nos encontramos de nuevo en la permanente disposición a hacer valer y cumplir con nuestra obligación de ciudadanos por sentirnos responsables del destino de nuestra pequeña patria de granadinos.

No es baladí y en ello debemos adquirir conciencia de verdad absoluta, que un territorio mal articulado o especialmente mal dotado de infraestructuras está condenado al subdesarrollo y a la pobreza, al olvido y a la emigración de sus mejores ciudadanos y al postergamiento de sus reivindicaciones, pues los esquemas de poder se refuerzan en sí mismos y se retroalimentan en base al juego permanente de intereses que ejerce el que decide y que es el que está mejor posicionado.

En estos últimos días y fruto de la presión que algunos, pocos, estamos ejerciendo en la influencia del voto, hemos sentido especial insatisfacción por la respuesta, tímida, débil e inapropiada de quienes tienen la responsabilidad de distribuir equitativamente los recursos económicos que la UE, el Estado y la propia Comunidad Andaluza, ponen a disposición de nuestros responsables y servidores para mejorar la vida de sus ciudadanos. Pero para hacerlo es preciso ejecutarlo con justicia y lógica racional, visión de futuro y corrección de desequilibrios arrastrados del pasado. Sobre todo si para la obtención de esos recursos se cuenta con la población total. Si nuestro Presidente entiende que el POTA determina que la cuestión de la funcionalidad de un aeropuerto queda como nominativo, es decir, de cómo se titule, o si el Sr. Zarrías habla de ferrocarril a la Costa y a Jaén, pero sin cualificar adecuadamente lo que esta tierra necesita, nos encontramos justamente en el sitio de partida.

Digo «pocos» porque en este debate falta la sociedad granadina representada por otras muchas instituciones como es la Universidad, todos los colegios profesionales, especialmente el de economistas, cuya ausencia hace apagar su destino como en tantos otros asuntos, salvo los festivos; las instituciones empresariales que han olvidado que viven y representan a esta tierra, empresarios de primera fila en recuerdo de que las burguesías tienen la obligación moral de encabezar la lucha por la mejora de los territorios en los que han obtenido sus beneficios; los sindicatos, incluso los proclives; los políticos activos, los olvidados y los decapitados. La ciudad de Motril que sólo ha hablado para agradecer al Sr. Zarrías la migaja que cae de la mesa de los poderosos. Las autoridades portuarias que tendrán que decir, que si los puertos contribuyen al desarrollo de la zona, inexcusablemente necesitan vías de comunicación competitivas.

HASTA hoy hemos sido condenados a repetir la historia. Si buscamos lo que otros ya han dicho sobre la materia, nos encontramos con la publicación que en el año 1998 hizo la Cámara de Comercio y que dirigió el profesor y querido compañero, Manuel Titos, 'Historia económica de Granada'. David Martínez López, en el capítulo que trata de la red de transportes realiza una contribución decisiva a este asunto y quiero trasladar algunos párrafos íntegros dada su rabiosa actualidad a pesar de que se refiere a tiempos del pasado y lejano siglo XIX.

«( ) Una de las características más significativas de este proceso fue el retraso con que el ferrocarril recorrió las comarcas granadinas en comparación al resto de Andalucía, especialmente de la Andalucía surcada por el río Guadalquivir( )».

«( ) La Ley General de Ferrocarriles de 1.855 ( ) impulsó una red basada en un trazado radial que articulara por medio del ferrocarril los puntos estratégica y económicamente neurálgicos: en una década los trazados proyectados estuvieron prácticamente finalizados ( ), la racionalidad de los trazados o las necesidades de los territorios atravesados siempre figuraron en el último lugar entre las razones consideradas ( ) y las presiones de los grupos de presión pesaron sobremanera De esta manera, la primera fase de la construcción ferroviaria, pese a los esfuerzos e iniciativas de algunas entidades locales como la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Granada, había dejado incólume a la provincia ( )».

«( ) La ley General de Ferrocarriles de 1877, fue más generosa que la anterior, contemplando en sus planes la construcción de dos líneas que tres décadas después completarían, junto con la Granada-Bobadilla, la red provincial. Las líneas férreas en cuestión eran la Granada-Murcia y la Almería-Linares. Pero el vacío ferroviario predominaría hasta finales de siglo ( )».

«( ) Granada se dotó de una red férrea básica con un retraso de más de cuatro décadas respecto de las provincias de Andalucía Occidental. Enorme desventaja que probablemente condenó a la economía granadina en una coyuntura económica clave ( )».

Entre las causas, el profesor añade:

«( ) Así es, la potente burguesía industrial malagueña, impulsora del ferrocarril Córdoba-Málaga, se hizo con la concesión de la construcción de esta vía al objeto de evitar la concurrencia que podía representar una línea que uniera Granada con Málaga por Alhama. Para solventar este problema el trazado se llevó por Bobadilla desatendiendo los intereses granadinos ( )».

«( ) Ciertamente, la provincia granadina sufrió hasta las primeras décadas del siglo XX en materia de infraestructuras de transporte uno de los vacíos más llamativos de todo el territorio español ( )».

En cuanto a carreteras, transcribo del mismo texto el explícito artículo publicado en el periódico 'El Sol' en 1926 por D. Salvador de Madariaga:

«( ) Granada no tiene carreteras. Si otra cosa leéis en las estadísticas no lo creáis. Las pistas primitivas que con el nombre pomposo de carreteras nacionales o provinciales la cruzan de parte a parte se hallan en un estado tal de abandono que el automóvil más robusto no puede arriesgarse en ellas a mayor velocidad que la del paso de un hombre sin inminente peligro de desastre. ¿Por qué? Las carreteras de Sevilla son excelentes. Las de Málaga son buenas. De Jaén a Madrid se puede rodar con toda comodidad. ¿Porqué ha de ser la provincia de Granada la desheredada? ( )».

RELEYENDO ahora el artículo de M. Pezzi, como las declaraciones de nuestro Presidente o las migajas de D. Gaspar, todo esto me parece más ridículo y me obliga en lógica racional a reafirmarme en mis planteamientos a los que pido apoyo institucional y privado. El atraso de esta provincia no se debe a los efectos «aleatorios» de una variable indefinida en el modelo econométrico que determina la direccionalidad de las inversiones públicas y que se basan en la mayor rentabilidad de estas inversiones. Absolutamente falso. Se debe a la marginación histórica que ha sufrido Granada a lo largo de los siglos y que como en el caso de los marginales, sólo se corrige con justicia redistributiva y reequilibradora. Es decir, con deuda histórica y compromisos firmes, de Ley. De POTA.

SI se observa el pasado se comprueba que Bobadilla es para Granada, Caronte y el Genil, Aqueronte, los ejes de nuestras desgracias. La justificación de esta línea no tiene por término Granada, sino el eje horizontal de Andalucía y existiría aunque no existiese nuestra provincia. Aunque cumpla su misión de articular Andalucía, no es la línea que necesita Granada para dinamizar su desarrollo, salvo que se utilice para su conexión con el Levante. Nuestra vía de conexión con el Estado ha de ser además una línea vertical de alta velocidad que una Jaén con Motril, sin la necesidad de que para acceder a Motril desde Madrid o desde el resto del Estado se pase necesariamente por Córdoba y se baje a Bobadilla, se llegue a Granada y luego se coja un tren de segunda, lo que frente al resto de las provincias andaluzas no sería competitivo al ser mayor trayecto, más caro y antepondría la competencia turística y comercial de ciudades como Córdoba, Sevilla o Málaga a menos distancia y coste. Imagínense los vericuetos que tendría que realizar un ciudadano de Madrid o Segovia que quisiera desplazarse en tren hasta Motril. ¿Cómo es posible que se estén adoptando decisiones de este nivel de chapuza? ¿Es que acaso no hemos acabado aún el Siglo XIX con su nefasta historia para esta provincia?

No es entendible que comarcas como El Marquesado, de tremenda extensión, sin uso agrícola y por tanto, de costes reducidos y fácilmente transformable no sea conectable al Levante y Europa por Alta Velocidad, lo que constituiría un gran núcleo de desarrollo andaluz, posiblemente el mejor situado de toda la Comunidad Andaluza y que no se haya previsto como tal en el POTA, lo que deja perplejo y sin fundamento a ese proyecto de ordenación con la acumulación de tanto error en el mismo sentido geográfico.

Respecto del aeropuerto, acercaría la provincia de Jaén a 20 ó 30 minutos. Teniendo en cuenta que Jaén recibirá el AVE antes que Granada, ¿Por qué ha de ser desestimado por agravión y aldeaniego que se exija de los responsables públicos la cobertura de necesidades básicas del siglo XXI? Y si el argumento es la escasez de recursos, ¿no es más presentable establecer prioridades y acometer las necesidades básicas de comunicaciones en términos de igualdad antes que embellecer el Guadalquivir? Ya se han oído voces secesionadoras ilustradas por tanto desatino y trato humillante y más que habrá si a esta tierra no se la administra en términos de igualdad y se la compensa, simplemente con lo que es justo.

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