Granada, Andalucía oriental y el POTA

Víctor Gutiérrez Lomas./Granada.

Publicado en IDEAL el 7/2/2006

Sr. Director de IDEAL: No quisiera comenzar mi carta sin dar antes las gracias a su periódico por brindarme la oportunidad de expresar libremente mis opiniones.

Soy un estudiante universitario de 19 años que ha seguido con atención el debate creado ante el Plan de Ordenación Territorial de Andalucía (más conocido como POTA), me he dedicado a informarme objetivamente sobre lo que significa e implica este plan para nuestra provincia y mi conclusión final no puede ser más negativa.

El POTA es la puesta por escrito de una realidad que nuestra tierra lleva viviendo demasiados años: la total marginación con respecto a las provincias del occidente andaluz, especialmente Málaga y Sevilla. El documento marca una clara tendencia entre provincias de primera y de segunda, siendo especialmente vejatorio con Granada.

Una mera reflexión sobre el estado actual de los acontecimientos, nos hace entender la total discriminación que sufrimos, y no me refiero exclusivamente al proyecto objeto de mi artículo sino a verdaderas y gravísimas injusticias de fondo y calado que atacan la línea de flotación de los principios más básicos de igualdad y equidad entre ciudadanos. Educación, sanidad, medio ambiente, infraestructuras podría seguir hasta nombrar cada una de las consejerías de 'nuestro' gobierno autonómico.

Además de las correspondientes alegaciones que se deben hacer al texto, Granada debe preguntarse si después de tantos años de irresponsabilidad e incompetencia le sigue mereciendo estar en una autonomía que la desprecia. Me explico, las provincias orientales de Andalucía tienen rasgos históricos, sociales, culturales, lingüísticos e incluso geográficos propios, lo suficientemente marcados como para organizar democráticamente y dentro de nuestra Constitución un organismo autonómico independiente del existente actualmente en Sevilla.

Esta idea que a primera vista puede parecer un tanto extraña, no es ni mucho menos algo sacado de la manga. Históricamente, Granada fue uno de los cinco reinos tradicionales de la península ibérica además continuó manteniendo esta distinción (dentro de Castilla) hasta el siglo XVIII. Después otros acontecimientos como la invasión francesa o la primera república mantuvieron vivo el sentimiento regional de la que se denominó 'Alta Andalucía'. Hasta llegar a la época de la transición donde el espíritu de las dos Andalucías fue traicionado al crearse una única autonomía de ocho provincias y 'volar' los órganos gubernamentales desde Antequera a Sevilla. Por todo esto y otros argumentos de peso que por problemas de espacio no puedo explicar considero que se deben comenzar a dar pasos en una inequívoca dirección hacia la creación de esta nueva autonomía, a través de una sociedad unida, con un referente claro en nuestra Constitución y la apertura de una vía política regionalista que abogue por esta concepción de Andalucía.

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