Motril, provincia de Málaga, Granada trastero de Sevilla. (Ideal 26-VII-2005)

REMEDIOS MURILLO CUBILLAS/MUJERES POR GRANADA

NO quisiera ser desagradecida con este periódico que siempre acoge atentamente mis artículos y con el que he crecido, madurado y envejecido, pero la verdad es que llevamos una racha de noticias locales que no invitan precisamente a leer el diario si se quiere mantener el buen humor, y no me refiero sólo a los cuarenta y cinco grados de temperatura que marcaba el termómetro que hace unos días nos mostraba IDEAL, situado en una calle de la ciudad. No quiero hacer como los italianos que gritan 'porco gobierno' cuando el clima se les vuelve hostil. Aunque, pensándolo bien y, necesitados como estamos de una catarsis, pues no está mal gritarlo a todo pulmón: PORCO GOBIERNO... la verdad es que sienta bien ¿Pruébenlo!

Soy hija de motrileño y desde mi infancia oí hablar del ferrocarril entre Granada y Motril. Pasaban los años y aquello se convirtió en el sueño de 'el Dorado', la carretera difícil, insuficiente y cuando llegaban las lluvias torrenciales, cosa de años pasados, el pescado de nuestro puerto nos llegaba a través de la vecina Málaga. Pensé en muchos momentos que si Motril hubiese podido elegir a qué provincia pertenecer, sin lugar a dudas hubiera traicionado su secular granadinismo. Algo así como sucede con los hijos de los divorciados que suelen elegir quedarse con el que tiene más 'posibles'. Pues bien, creo que las instancias superiores le han dado hecho aquello que quizás nunca nuestro querido Motril hubiese sido capaz de hacer, acercarse descaradamente a la ciudad que día a día se enriquece, dejando a Granada de hija de la madrastra.

Dice el Titular de IDEAL: 'Fomento garantiza la construcción del tren de cercanías Málaga- Motril para 2020'. Leemos esto y nos quedamos tan frescos. Pues no señores, o hemos perdido la vergüenza o nos da igual ocho que ochenta, es decir somos tarugos insensibles, sin dignidad y dispuestos a la humillación. Aunque fuese por egoísmo, Granada no puede perder la conexión prioritaria con su puerto. La 'inmediatez' del proyecto, quince años nada menos, suena a tomadura de pelo, pero aún así el espíritu de la noticia es una bofetada más en este rostro de Granada en el que ya no caben más moratones.

Granada es esa casa solariega en decadencia, donde los padres -nuestras autoridades locales- están un poco 'gagá' y a la que todos acceden a ver de qué pueden aprovecharse, los bienes muebles desaparecen rápidamente, y los inmuebles, ya que no pueden trasladarse, se diseñan AVES a la medida y gloria de provincias más poderosas que encima tienen el descaro de vendernos los proyectos como inmejorables; así, si algún granadino osa levantar la voz, se nos tacha de derrotistas y llorones. Por contra, yo diría que el asentimiento general a tanto agravio es de papanatas o vendidos.

Ejemplo: ¿Cuántas personas van a Madrid ahora en tren? Poquísimas porque es caro. ¿Cuántas viajarán en el falso AVE que nos desplaza tres cuartos de hora hacia Málaga?: muy pocas, porque dados los más de cien kilómetros que se alarga el viaje hacia Bobadilla, el billete saldrá carísimo y las horas serán más o menos las mismas que por carretera. Renfe nos convencerá de que dados los pocos pasajeros que lo usan no es rentable mayor inversión. Ahora bien, los turistas que por miles lleguen a Málaga desde Madrid, en el genuino AVE (tres horas), en media hora podrán visitar Granada en tren y volverse por el mismo medio a dormir en Málaga. Igualmente sucederá con los visitantes que lleguen al Puerto de Motril, que, con el proyectado tren de cercanías, se convertirá en puerto auxiliar para esa ciudad y la próspera Almería.

Las horas bajas que vive Granada no son nuevas, pero los años de capitalidad sevillana la están machacando inmisericordemente. Conserva en precario un patrimonio del que todos quieren beneficios y nadie cargas. Poco a poco, pierde su autoestima, malvive guardando las apariencias y todos se atreven con ella. Es la vaca que todo el mundo ordeña pero nadie asume los gastos de manutención.

Nuestra Caja de Ahorros, por mucho Cubo que 'luzca' siempre fue una entidad local de cierta modestia, -desconocida a quinientos kilómetros de distancia- pero con gran arraigo y simpatías entre los granadinos. Últimamente todos sabemos que la hemos perdido, que la política socialista reina y gobierna y que su existencia será la que altas instancias autonómicas crean conveniente, que es sin duda el mayor poder y gloria del partido en el poder que la dejará al pie de los caballos cuando convenga a los intereses sevillanistas.

Cuando Granada ocupaba el lugar que le correspondía por cultura y tradición, se creó el Festival Internacional de Música y Danza; ahora, se nos achanta con uno mejor en Sevilla. Seguimos sin un teatro de categoría y el de la Maestranza nada en todo tipo de abundancias. Se habla de un Campus Universitario -proyecto inconcluso, de 20 años atrás, en el que el gafe nos acompaña, aunque silenciemos el incendio de la nueva Facultad- y Sevilla construye el tercero, magnífico y realizado en tiempo récord. A poco tardar veremos nacer allí un Parque de las Ciencias, aunque para disimular tenga otro nombre ¿Al tiempo!

Se celebra el quinientos aniversario de nuestra Real Chancillería, regalo de unos Reyes que de verdad amaron Granada y a los que ahora se intenta por ello olvidar, y no hay ni dinero ni interés en recuperar los pináculos del mocho edificio, mientras en Sevilla luce un renovado Giraldillo, relumbran los Alcázares y hasta llaman a nuestra Escuela de Estudios Árabes para que recuperen los antiguos suelos nazaríes del Patio de las Doncellas en el palacio de Pedro I. Y nuestro Cuarto Real inacabado y en peligro, porque a la Comisión no le cae simpática la Escuela de Granada.

Regalamos al gobierno autonómico nuestros mejores edificios (Normal, Palacio de Bibataubín) y nos hacemos a la idea de recuperar para la ciudad un edificio céntrico que sería lugar ideal para muestras y exposiciones. El gobierno nos lo niega y quiere darle 'cualquier destino' con tal de fastidiar.

Nos malvenden el ferial y no hay ni dinero para nuevas expropiaciones, ni terrenos aptos para esta finalidad. De los que se habló cercanos a la barriada de la Bobadilla son propiedad autonómica, no granadina.

Somos la ciudad que más sufre el fenómeno del botellón, gastamos millones cada fin de semana en vigilancia, limpieza y atención hospitalaria a jóvenes, pedimos a gritos una ley que proteja la salud de la juventud y la paz de los ciudadanos y desde la presidencia de la Autonomía se nos niega, evidentemente, porque la iniciativa no ha partido de un municipio gobernado por su partido. Es una prevaricación que transgrede la ética más elemental

Votamos unas autoridades -me da igual el signo- para que entre todos busquen lo mejor para la ciudad y se enzarzan en un vergonzoso 'todos contra todos' donde queda abofeteada la ciudad.

Surgen voces aisladas que marcan caminos de esperanza, pero aún no son las suficientes. Los ciudadanos debemos reflexionar quién nos está segando la hierba bajo los pies -no hay que ser linces para que los ojos se dirijan a la Giralda- y ahora que se plantean las reformas de los Estatutos de Autonomía pedir con seriedad que la capitalidad andaluza se desplace hacia su centro geográfico -Antequera- y se desligue de ese acaparamiento sevillano que, en un ejercicio de revanchismo, está haciendo pagar a nuestra ciudad los años en que Granada fue la joya de Andalucía.

Lo peor está por llegar y es una trampa peligrosa a la que temo sucumbirán nuestras autoridades locales. La restricción de presupuestos a que nos somete Sevilla, el 'sitio' a la ciudad por inanición, hará que el municipio vuelva los ojos a donde hay dinero, es decir, a los constructores, al ladrillo que día a día devora lo mejor de Granada. Y cuando el cemento llene nuestras arcas y devore nuestra belleza, (¿ojo a Jesús del Valle, a la vega y al exceso de aparcamientos!) nos convertiremos en el cuarto trastero de esas grandes ciudades que, generosamente, trasladarán aquí los cachivaches sobrantes. ¿Habremos de dar encima las gracias? Volver

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