En la
tristeza de mi noche
te
recuerdo feliz
con los
ojos claros en las nubes
y mis
manos vacías de amor.
Te añoro
fresca en mis labios
y febril
en mis hombros. Solo
un
resplandecer amarillo calmará mi sed
de
desasociego cuando tu mirada envuelva suavemente
mi
profundo corazón.