Hoy me acordaba de vos

de como eras ya hace un tiempo atrás,

tan suave y espléndida,

airosa, tan llena de gozo.

 

Luego me acerqué un poco más acá

y te recordaba confusa, con

ese miedo que tu corazón

deslealmente no quería sentir.

 

Ayer miré tus ojos un instante

y sin tapujos me tiré de cabeza a tu mar

a refrescarme un poco del amor.

 

Luego regresé y te volví a observar

tan calmada, tan gloriosa, tan bella

que hoy ya te extrañé al despertar.

 

 

 

Rosario, 4 de Septiembre de 1.998

Andrés Ignacio Nieva

Hosted by www.Geocities.ws

1