Entre
sombras.
Cuando me
miro al espejo
no soy
capaz de identificarme a mi mismo,
he
embargado la identidad de mi patria
y
endeudado con una foto antigua que no se si es mia.
Y si la
penumbra se me hace en los ojos
es porque
no puedo acariciar un niño
y negar
este futuro que le estoy dejando
a
sabiendas que alguna vez segué esta razón.
Ya
mientras el hambre me persigue,
y las
ruinas me llaman se hace pesado
reír y
oportuno llorar entre soledades.
Me siento el mismo fantasma de siempre.
Porque no
es que no quiera vivir,
sino
sentirme vivo,
porque no
quiero huir de los sueños
porque de
mi está lejos
ahogar mis
errores en las alturas junto al viento
donde
nadie recuerde que tristemente
fui un
fantasma que vio su sombra
y huyo por
un romance con otra tonta sombra.
ANDRES
IGNACIO NIEVA