Filosofía cuesta mucho.
Quisiera
llorar pero mis lágrimas
no
me entienden, no saben a sal.
Saben
secas y frías, pocas dirás
sabiendo
lo extraño que soy.
Intento
sacarle provecho
a
mi almohada, alas de mis verdades
pero
el intento queda tieso
cuando
se avecina el sueño.
Quisiera
derramar mis poemas
como
polen primaveral y llorar,
sentir
la suavidad en gotas de rocío
y
llorar, llorar y llorar.
Es
que la filosofía sale un ojo de la cara
y
mis lágrimas se van en ese costo
de
entender las muertes y las mentiras
de
entenderte a vos inmutable patriota
que
de la verdad me hablaste un día
y
la justicia te sentencio el alma
al
diablo, abolido de gritos y llanto
Filosofía
del odio y del perdón.