arrow TURISMO arrow Calendario Turístico arrow DIA NACIONAL DEL GUIA DE TURISMO

DIA NACIONAL DEL GUIA DE TURISMO

miércoles, 31 mayo 2006

Francisco Pascasio Moreno bien puede ser un pionero del Turismo en la Argentina.
El 31 de mayo de 1852 nació en Buenos Aires Francisco Pascasio Moreno.  Su protagonismo en la gestión de nuestras fronteras, su familiarización con nuestros recursos naturales, su férrea defensa del ambiente y su vocación por descubrir, preservar y recorrer nuestra extensa geografía vinculan su natalicio con el homenaje al Guía de Turismo profesional. Autor: Sara M. Spinelli

Nació en Buenos Aires en 1852, cursó estudios en el colegio San José y en el de Catedral al Norte.
Los relatos de viajes y de exploraciones llenaron muchas horas de su niñez y decidieron su vocación.
Pertenecía a un respetable hogar porteño y encontró allí un ambiente propicio para el desarrollo de su natural inteligencia.
Tempranamente se despertó en él una irresistible vocación científica que, con el andar del tiempo y a través de una labor vasta y múltiple, cimentaría su justo renombre. Fue la naturaleza y su misterio, el hombre y sus orígenes, lo que lo atrajo con frenesí de sabio.
Llegó a adquirir una amplísima cultura científica por asimilación autodidáctica, si exceptuamos algunas eminencias intelectuales de la época, como el Dr. Germán Burmeister.
Es así como se dedicó a recorrer terrenos cercanos a Buenos Aires buscando cráneos, esqueletos, restos fósiles, armas antiguas, etc. Con las cuales inició en su casa una colección. En ella fue acumulando todo cuanto encontraba, al tiempo que lo iba estudiando, clasificando y organizando.
Alternaba sus investigaciones antropológicas y paleontológicas con un consciente estudio geográfico y etnológico de nuestro país.
Como consecuencia del ejercicio de estas disciplinas, nació en él la pasión por los viajes.
En 1873 inició una serie de viajes hacia la Patagonia, región casi desconocida entonces, de espesos bosques, lagos y montañas de cumbres eternamente nevadas.
Fue explorador incansable. Quería desentrañar los secretos de ese pedazo de tierra argentina.
A su regreso escribió: " Descripciones de los cementerios y paraderos prehistóricos de la Patagonia", trabajo que fue incluido en la " Revue d'Antropologie" de París, lo que lo consagró como investigador a los 22 años.
Fue en 1875 cuando, acuciado su espíritu por anteriores viajes, se lanzó a la conquista de lo no alcanzado hasta entonces por el hombre blanco: el lago Nahuel Huapi, avanzando desde el Este. Nada lo detuvo, ni los grandes peligros que debió afrontar.
El 22 de enero de 1876 llegó a dicho lago, el primer hombre blanco y argentino, procedente del Este. Las aguas azules y serenas, los verdes e imponentes bosques, el cielo y las montañas fueron testigos de tal hazaña, y en medio de tanta belleza desplegó la bandera argentina, cuyos colores debieron reflejarse en las aguas como símbolo de posesión.
Pasarían algunos meses luego de su regreso, para que el Gobierno de Avellaneda resolviera emprender la exploración de los territorios bañados por el Atlántico Sur. Se lo designó para dirigir la importante operación y a mediados de octubre de 1876, emprendió el viaje.
A la sazón le escribe el Gral. Roca: " Que haga feliz viaje, de gran provecho para su patria y de fama para su nombre, son los últimos votos de su amigo que lo seguirá con interés en sus científicas y arriesgadas excursiones".
En este viaje descubre Moreno dos grandes lagos sureños a los que designa con los nombres de Argentino y San Martín. Recorre el Lago Viedma y denomina Fitz Roy a un volcán.
Vuelve a Buenos Aires, en noviembre de 1877, muy satisfecho por el resultado de la expedición.
Publica su libro " Viaje a la Patagonia Austral", donde señala la necesidad de costa y tierras patagónicas.
El presidente Avellaneda acoge la idea y comisiona a Moreno para dirigir la importante operación. Lleva el encargo de estudiar las riquezas del sur y las posibilidades de colonizarlo y de incorporar a los indios a la vida civilizada.
Explora nuevamente el Río Negro, recorre otra vez el Nahuel Huapi e impone el nombre de Gutiérrez a un hermoso lago, en homenaje a su maestro y amigo Juan María Gutiérrez.
Este viaje es el más tormentoso; es tomado prisionero por los tehuelches, arrostra ingentes penurias y sufrimientos, pero logra escapar. Regresa a Buenos Aires en 1880, ulceradas las piernas, los pies llagados, poco menos que tullido.
Se vio entonces en la triste necesidad de luchar contra imputaciones calumniosas tejidas en su ausencia. Por consejo de su amigo Vicente G. Quesada, hace un viaje a Europa para restablecerse y completar su preparación científica. Allí, cuando se lo reconoce, es nombrado miembro de varias sociedades prestigiosas. Visita Suiza, admira sus lagos, pero prefiere los que descubriera en la Patagonia.
A su regreso no descuida el Museo.
Durante más de 20 años, la Patagonia en toda su extensión fue fuente inagotable de riquezas para su colección. Nadie como él conoció su suelo y resultado de sus conocimientos fue su predicción acerca de una de las mayores riquezas de la Patagonia.
Cuando se realizaban trabajos en Comodoro Rivadavia en busca de agua potable, Moreno dijo que allí encontrarían algo mejor que agua, hallarían petróleo. Dos años después la realidad confirmó sus palabras.
Parte de una carta remitida en 1917, por el Dr. Moreno a un representante del Poder Ejecutivo de la Nación haciendo referencia al petróleo de Comodoro Rivadavia dice así: " En 1900 advertí al Ministro de Agricultura, Dr. M. García Merou, de las existencias de carbón en las inmediaciones de San Julián, haciéndole ver la conveniencia de que estas tierras fiscales no fueran enajenadas y, desde 1896 hasta 1903, di instrucciones a los vecinos de favorecer la habilitación de Rada Tilly, hoy Comodoro Rivadavia, para que algún día fuera punto de salida de esos productos de la región andina y, a la vez, buscar petróleo cuya existencia era muchísimo más probable que la del agua. Acerté pues el petróleo se descubrió allí en 1907 ".
Como vemos la participación que le cupo a Moreno en las circunstancias relativas al petróleo anteriores a su descubrimiento, demuestran que él pronosticó el hallazgo del mismo.
En 1997 donó su importantísima colección a la Provincia de Buenos Aires, constituyéndose el Museo de Historia Natural de La Plata, cuya dirección ocuparía poco después y que llegaría a ser uno de los primeros museos en su género.
Además del enorme caudal de elementos autóctonos recogidos en la Patagonia, integran la colección gran número de piezas reunidas en las exploraciones realizadas en distintas provincias.
La obra de Moreno en el terreno de las investigaciones científicas naturales, es importantísima y su nombre se ubica a la par de los más afamados.
En el Museo de La Plata vive aún el espíritu de su fundador y allí ha dejado el testimonio de sus investigaciones y estudios a través de los múltiples aspectos de la naturaleza, que constituyen su gloria y serán siempre honra para la Patria.
Francisco Pascasio Moreno, no sólo fue un explorador de la Patagonia que se interesaba por la arqueología, antropología y la historia natural, sino que también fue un defensor científico de los intereses territoriales argentinos.
Es también en los conflictos con Chile donde se muestra en toda su magnitud la obra de Moreno, y es en este aspecto en que la gratitud argentina alcanza su grado mayor.
Argentina y Chile, cuyos problemas limítrofes se extendían desde hacía muchos años, sustentaban, apenas firmado el tratado el 23 de junio de 1881, tesis totalmente encontradas.
La nación cordillerana mantenía la línea de la divisoria de aguas como base para sus negociaciones, en tanto Argentina, sin dejar de atender este aspecto, hacía especial hincapié en las crestas orográficas y su influencia sobre las aguas.
Continuas divergencias y los sagrados intereses puestos en juego, establecieron vínculos diplomáticos poco sólidos.
Diego Barros Arana era el portavoz de la idea chilena. En 1897 fue designado perito argentino D. Francisco P. Moreno.
Los límites debían, al parecer, trazarse con las armas y la guerra como único instrumento de fallo y precisión; pero poco a poco, los pueblos hermanos comprendieron que por la cordillera debía sólo correr el agua de las nieves y no la sangre de los hombres en lucha.
Una vez más penetró Moreno en Los Andes. Llevaba ahora la representación de una nación que confiaba en él como instrumento de garantía, de seguridad, de paz.
Todo le era conocido: los ríos, los montes, los valles. Las nieves habían pasado ya ante sus ojos de continuo viajero.
Allá llevó a su esposa y sus hijos, y al otro lado de la cordillera, en Santiago, falleció Ana Varela de Moreno legándole estas palabras: " No abandones la causa, sigue adelante y lucha hasta vencer, que con ello evitaremos la guerra ".
Ante sus restos juró Moreno trabajar incansablemente en bien de la paz de las dos naciones.
Ante la imposibilidad de un acuerdo, fue designada en 1898, S.M. Británica árbitro en el conflicto de límites. A Londres se trasladó ahora Moreno donde presentó la tesis de los derechos argentinos, tesis que la historia de las relaciones diplomáticas ha reconocido como sabia. Allí pronunció conferencias en la Sociedad de Geografía, tomando contacto al mismo tiempo con autoridades científicas de renombre universal.
El 20 de noviembre de 1902 el árbitro inglés dio a conocer su fallo. Después de tantos años y en medio de la ansiada paz, se ponía fin al conflicto de límites con una solución aceptada por ambos pueblos; ¡42.000 Km. Cuadrados de territorio a favor de la Argentina!
Estos kilómetros los recuperó el país por medio de su política de arbitraje, pero arbitraje basado en sólidos fundamentos, que supo sustentar la razón y la verdad expresada por uno de sus hijos más preclaros.
He aquí su obra como delegado. De ahí el nombre de Perito con que se lo designa universalmente. Moreno obtuvo para la patria lo que quizás no hubiera logrado la fuerza de las armas.
Es ésta su obra mayor para con ella y ésta la deuda más grande de la Patria para con él.
Como recompensa, el gobierno argentino, le cedió en premio a sus servicios, 25 leguas de tierras fiscales en la Patagonia.
Siendo dueño de estos paisajes, pensando en la grandeza futura del país que los poseía e ignoraba, se desprendió de ellos, donándolos a su vez el 6 de noviembre de 1903 en nota dirigida al gobierno, y que decía: " Vengo a solicitar la ubicación de un área de 3 leguas cuadradas en la región situada en el límite de los territorios de Neuquén y Río Negro, en el extremo Oeste del fiordo principal del Lago Nahuel Huapi, con el fin de que sea conservado como parque público natural ", argumentando tal decisión, diciendo:
" Cada vez que he visitado esta región me he dicho que, convertida en propiedad pública inalienable, llegaría a ser pronto centro de grandes actividades intelectuales y sociales, y por lo tanto, excelente instrumento de progreso humano". Además solicitaba: " Al hacer esta donación emito el deseo de que la fisonomía actual del perímetro que abarca no sea alterado y que no se hagan más obras que aquéllas que faciliten comodidades para la vida del visitante culto, cuya presencia en estos lugares será siempre beneficiosa a las regiones incorporadas definitivamente a nuestra soberanía ".
Esta donación del Perito Moreno fue el origen de lo que hoy es el Parque Nacional Nahuel Huapi y comienzo de una cadena que hoy integran en el país catorce parques.
Moreno fue celoso defensor de la flora y fauna nativas, fundamentos que cobraron mayor impulso a partir de 1934, año en que fue sancionada la ley que instituyó la Dirección encargada de la custodia y administración de la zona que conforman nuestras reservas naturales de propiedad pública, en un marco de gran atención para el Turismo y las excursiones científicas.
En su homenaje se designó Parque Nacional " Perito Francisco Moreno ", al situado en la provincia de Santa Cruz, (de 115 hectáreas), y en el Parque Los Glaciares, " Ventisquero Perito Moreno" (de 70 metros de altura).
Pero hay otras facetas de la personalidad de Moreno dignas de destacarse.
Fue legislador, vicepresidente del Consejo Nacional de Educación, periodista, escritor, héroe civil.
Su preocupación por la juventud lo llevó a fundar en nuestro país la institución de los Boy Scouts Argentinos.
Falleció en 1919. En 1944 sus restos fueron trasladados a la Isla Centinela. Allí reposa junto a su esposa.
"El veló por la Patagonia y la Patagonia acoge sus restos
y ampara y perpetúa su gloria ".

Extraído del libro:
Naturaleza y Esencia del Turismo.
Riqueza potencial Argentina.
Capítulo 28 - Francisco Pascasio Moreno.
Autor: Sara M. Spinelli
Edición: Primera (1974)

 

Gentileza "Latitud 2000"

Hosted by www.Geocities.ws

1