© Copyright 2001 Adolfo Ricardo Ybarra y Julio José Ybarra
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Capítulo 6. El Gran
Paralelismo Entre el Misterio De La Piedad Y El Misterio De Iniquidad
6.1. Dos Expresiones Únicas Y Estrechamente Relacionadas En Oposición
Mutua: "El Misterio De La Piedad" Y "El Misterio De La Iniquidad"
El Espíritu Santo de Dios, tuvo a bien, por medio del Apóstol
Pablo, acuñar estas dos expresiones únicas en toda la Biblia: "el misterio
de la piedad" (1 Tim. 3:16) y "el misterio de iniquidad" (2 Tes. 2:7). En
el Capítulo 4 hemos marcado otra expresión única del Espíritu de Dios aplicada
solamente a Judas y al Papado: "el hijo de perdición" (Juan 17:12; 2 Tes.
2:3), lo cual nos llevó a establecer un paralelismo entre Judas y el Papado,
encontrando que la Roma Papal no es la sede de Pedro sino la sede de Judas;
y que el Papa es verdaderamente el Judas Romano o Judas Papal. Dicho paralelismo
nos brindaba una perfecta semejanza entre dos de igual carácter satánico
y de iguales características; ese fue un PARALELISMO ENTRE IGUALES divinamente
establecido por el Espíritu Santo al serles asignado exclusivamente a ellos,
lo repetimos, el título eminente de ser: "EL hijo de perdición"; paralelismo
que involucraba entes situados en la cumbre del monte de la iniquidad, entre
los entes malignos mencionados en la Biblia, uno de esos entes el personal
traidor de Cristo, y el otro ente nada más ni nada menos que el Anticristo,
no "UN anticristo" sino "EL Anticristo", el supremo ente maligno en la obra
inicua de Satán. Pero ahora nos encontramos con dos expresiones únicas que
nos llevarán a hacer un PARALELISMO ENTRE OPUESTOS; ya que tenemos dos misterios;
pero uno es de la piedad, y otro es de iniquidad. Nuevamente será un paralelismo
entre entes situados en la cumbre; pero ahora uno es la cúspide de la obra
redentora de Dios: Jesucristo mismo; y el otro ente eminente es otra vez
el máximo exponente de la iniquidad del diablo: el Anticristo, el Papado
Romano.
Este PARALELISMO ENTRE OPUESTOS tan eminentes, el uno supereminente
en la piedad, y el otro supereminente en la iniquidad, fue una de las grandes
percepciones de J. A. Wylie:
¿Qué es el "misterio de iniquidad"? La frase sugiere otro: el "misterio
de la piedad". Pablo escribiendo a Timoteo dice (1er Epístola, cap. 3: 16):
"Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad" . Esas
dos frases permanecen únicas en la Biblia. Nosotros no leemos sino una sola
vez del "misterio de la piedad", y una sola vez del "misterio de iniquidad".
Ellos son los dos preeminentemente grandes misterios de la Revelación. Ellos
permanecen uno contra el otro: el "misterio de iniquidad", modelando su carácter
exterior y semblanza sobre el "misterio de la piedad", haciéndolo su patrón,
hasta que finalmente el "misterio de iniquidad" presenta en sí mismo al mundo
una perfecta imitación y falsificación del "misterio de la piedad".
Viendo que los dos misterios permanecen tan relacionados
uno con otro, un misterio interpreta al otro. Debemos dar la misma altura
y profundidad, el mismo largo y ancho, al uno y al otro, tanto como el origen
y carácter diverso de los dos lo permitan." (El Papado Es El Anticristo,
CAPÍTULO V,Los Dos Misterios De La Biblia, por J. A. Wylie).
No cabe duda de que este paralelismo arrojará delante de nosotros abundante
luz y nos revelará las riquezas de su profunda significación. La luz celestial
irradiando del misterio de la piedad, pondrá de realce los pliegues y los
oscuros recovecos y la tenebrosa y espantosa apariencia del misterio de iniquidad,
así contrastado, y nos hará apreciar el glorioso misterio de la piedad y alabar
a Dios por Jesucristo.
6.2. La Tabla Guía Para Nuestra Comparación Entre Ambos Misterios
Haciendo uso de nuestros pasajes compilados en el capítulo
5, colocaremos lado a lado el nacimiento, carrera, y fin de ambos misterios:
EL MISTERIO DE LA PIEDAD
|
EL MISTERIO DE INIQUIDAD
|
1 Timoteo 3:16 Y sin contradicción, grande es el MISTERIO DE LA PIEDAD:
|
2 Tesalonicences 2:6 Y ahora vosotros sabéis lo que impide, para que
a su tiempo se manifieste.
2:7 Porque ya está obrando el MISTERIO DE INIQUIDAD: solamente espera hasta
que sea quitado de en medio el que ahora impide;
|
Dios ha sido manifestado en carne;
|
2:3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga
antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
................................................................
2:8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con
el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
|
ha sido justificado con el Espíritu;
|
2:9 A aquel inicuo, cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con
grande potencia, y señales, y milagros mentirosos,
|
ha sido visto de los ángeles;
|
2:9 A aquel inicuo, cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con
grande potencia, y señales, y milagros mentirosos,
|
ha sido predicado a los Gentiles;
|
|
ha sido creído en el mundo;
2 Tesalonicenses 2:13 Mas nosotros debemos dar siempre gracias a Dios
por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde
el principio para salud, por la santificación del Espíritu y fe de la verdad:
2:14 A lo cual os llamó por nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de
nuestro Señor Jesucristo.
|
2:10 Y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron
el amor de la verdad para ser salvos.
2:11 Por tanto, pues, les envía Dios operación de error, para que crean
a la mentira;
2:12 Para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, antes
consintieron a la iniquidad.
|
ha sido recibido en gloria. (Fin de 1 Timoteo 3:16)
|
2:3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga
antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
2:4 Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o que
se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose
parecer Dios.
2:5 ¿No os acordáis que cuando estaba todavía con vosotros, os decía esto?
...................................................................
2:8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con
el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
|
"Aparece claro ante nosotros, aunque expositores lo han pasado por alto,
que los dos pasajes (1 Timoteo 3:16 y 2 Tesalonicenses 2:3-12) -uno descriptivo
del "misterio de la piedad" y el otro descriptivo del "misterio de iniquidad"
-fueron propuestos por el apóstol, para ser, y son paralelos cláusula por
cláusula. Cada cláusula en uno arroja su luz sobre la correspondiente cláusula
en el otro, y así la profundidad y la altura de cada misterio son desarrolladas.
Un simple vistazo hacia esos dos pasajes bastará para mostrar que es por las
mismas gradaciones ascendentes que escalamos hasta el clímax de ambos misterios.
Miremos a cada uno de ellos." (El Papado Es El Anticristo, CAPÍTULO XIII,
La Culminación Del Paralelismo: Una Entronización, por J. A. Wylie).
Cuando confeccioné esta tabla puse primero todos los elementos del desarrollo
del misterio de la piedad en la primer columna, tal como aparecen en 1 Timoteo
3:16; entonces me quedó ya abierto y facilitado el camino para identificar
los pasajes comparables respectivos del desarrollo del misterio de iniquidad
a fin de colocarlos en la segunda columna, tomado de 2 Tesalonicenses. Esta
tabla será nuestra guía en toda la comparación que se seguirá.
6.3. Son Los Dos Más Grandes Misterios; Y Son Opuestos Y Distintos
Tendremos primeramente que hablar sobre el grandor de ambos
misterios. Ambos, el misterio de la piedad, y el misterio de iniquidad,
son supereminentes en sus propias esferas. El misterio de la piedad es la
obra máxima de la piedad de Dios, y el misterio de iniquidad es la obra
máxima de la impiedad del diablo. Comparándolos entre sí, el misterio de
la piedad es victorioso por sobre el de iniquidad, de lo cual no hay ninguna
duda; más aún, ambos son opuestos y combaten entre sí, perteneciéndole la
victoria total y final al Omnipotente y no al diablo; pero es importante
identificar al Papado como la obra cumbre de Satanás, por causa de las almas
que son engañadas por éste el supereminente representante de Satán en la
tierra.
El Apóstol Pablo afirma en palabras claras la grandeza del
misterio de la piedad diciendo: "Y sin contradicción, grande es el misterio
de la piedad" (1 Tim. 3:16). Hay una afirmación directa de ello, y lo
confirma su explicación de lo que es el misterio de la piedad: "Dios
ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido
visto de los ángeles; ha sido predicado a los Gentiles; ha sido creído en
el mundo; ha sido recibido en gloria." Es lo más grande y eminente que
podía haber ocurrido: La manifestación de la propia y mismísima divinidad
en la venida de la persona de Dios el Hijo aquí a la tierra como verdadero
hombre, pero impecable y sin pecado, para salvar a la humanidad perdida
en sus pecados, su tremenda validación por medio del Espíritu Santo y los
grandes hechos de poder divino manifestados durante su vida, su muerte en
lugar de nosotros los pecadores, y su victoriosa resurrección y su ascensión
al trono de la gloria; trono desde el cual volverá para establecer su reino
eterno. No puede haber nada más grande que esto. Yo, un pecador salvado
del infierno, establecido para siempre como hijo de Dios mediante la sangre
preciosa de Jesucristo, derramada ya en expiación por mis pecados, con quien
he de reinar eternamente, puedo decir que nada es más grande que el misterio
de la piedad, misterio ahora completamente develado en Jesucristo para mi
eterna salvación. ¿Qué es la vida del pecador, si al final concluye en un
horroroso lugar de castigo eterno? ¿De qué sirve la grandeza humana, la
gloria de los imperios que van y vienen, todo lo que pueda ser señalado
como grande según la carne? ¿De que vale la gloria efímera que no salva del
pecado ni del infierno? Yo digo que no es más que vanidad, un viento que
pasa y desaparece; la vida se va como el viento para terminar en el viento
ardiente del infierno; no hay gloria en eso, no hay grandeza, no hay esperanza.
Pero el pobre pecador, cualquiera sea su lugar en la tierra, que mire a
Cristo en busca de salvación, tendrá la vida eterna; salvación definitiva
y eterna del pecado y del infierno; vida eterna en Cristo Jesús; y eso es
SIN CONTRADICCIÓN GRANDE. "Sin contradicción, grande es el misterio de
la piedad".
El misterio de iniquidad es también grande; pero lo es no
por su piedad; no por una grandeza digna que haya que alabar; sino por una
grandeza en la maldad que no puede ser en maldad superada; es una grandeza
en la iniquidad; una grandeza aborrecible y odiosa; una grandeza perversa
e inicua; no superada dentro del reino de la iniquidad del diablo. Es grande
en relación con las otras obras inicuas de Satanás; no solamente es la obra
más grande de Satán, sino que es el centro y la cumbre de su estrategia; y
todas las obras del diablo finalmente, aunque parezcan aparte del Papado,
son subterráneamente sus subsidiarias. Una grandeza, en realidad una gran
bajeza, tramada por Satán para que sirviese como "digno" rival del misterio
de la piedad ahora revelado; la única gran estrategia que el diablo juzgó
digna de ser presentada para oponerse al Evangelio de Jesucristo: La mentira
y la cobarde traición, las más GRANDES características del diablo.
"Es claro que el Anticristo, como es descripto por Nuestro Señor y por su
Apóstol Juan, ha de llevar una máscara, y ha de profesar una cosa y hacer
otra. Él ha de entrar en la Iglesia como Judas entró en el jardín, profesadamente
para besar a su maestro, pero en realidad para traicionarlo. Él ha de venir
con palabras de paz en su boca, pero con la guerra en su corazón. Él ha de
ser una falsificación de Cristo: una semejanza de Cristo estampada en un metal.
Él ha de ser una imitación de Cristo, una cercana, ingeniosa, y astuta imitación,
la cual engañará al mundo por generaciones, excepto únicamente a aquellos
que enseñados por el Espíritu Santo serán capaces de ver a través del disfraz
y detectar al enemigo debajo de la máscara del amigo."
(El Papado Es El Anticristo, CAPÍTULO III, El
Anticristo: Un Enemigo Bajo Una Máscara, por J. A. Wylie).
"La característica esencial del Anticristianismo, lo hemos
dicho, es su asunción de un carácter lo más opuesto a su verdadero carácter.
Esto habría de ser un secreto socavador del Cristianismo bajo la ostentación
de ser éste mismo el Cristianismo, una mortal guerra empeñada contra Cristo,
bajo la audaz aseveración de que él mismo es Cristo. Esto, necesitaba, de
parte del Papado, un profundo estudio de la misión y carácter y vida de
Cristo, a fin de hacer su imitación tan cercana y perfecta como fuera posible,
y así arrastrar al mundo lejos de Él, y detrás de sí mismo. Ella no debería
ser una vaga y borrosa resemblanza, fácil de seguir solamente en unos pocos
puntos. Si el mundo habría de ser engañado, la falsificación debería ser
diestramente ejecutada -el trabajo de un gran maestro"
(El Papado Es El Anticristo,CAPÍTULO IX. El
"Todo Poder" de Cristo y del Anticristo, por J. A. Wylie).
En el capítulo 4 de este libro hemos visto muchas de las maniobras del gran
Judas Romano. El misterio de iniquidad es la más grande obra de iniquidad
para oponerse al Evangelio y a Cristo, así que no es extraño que el engaño,
la hipocresía, la falsa profesión de cristianismo, y la alta traición a Cristo,
sean las principales características en su estrategia; no es extraño ya que
¿qué es el diablo, sino el arcángel que traicionó a Dios, y el que entró en
Judas para que éste traicionara a Cristo?
Tratemos de desgranar un poco más y completar en qué sentido
son grandes ambos misterios. Tomaremos como patrón guía al misterio de la
piedad; podemos parafrasear, con toda reverencia, sólo agregando comentarios,
lo que el Apóstol Pablo nos dice acerca de la grandeza del misterio de la
piedad, colocaré entre corchetes las palabras añadidas por mí:
"Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad:
[Es grande porque] Dios ha sido manifestado en carne;
[Es grande porque Dios manifestado en carne, el cual es
Jesucristo] ha sido justificado con el Espíritu;
[y grande porque Él] ha sido visto de los ángeles;
[y grande porque Él] ha sido predicado a los Gentiles;
[y grande porque Él] ha sido creído en el mundo;
[y grande porque Él] ha sido recibido en gloria."
(1 Timoteo 3:16)
Notemos cómo cada vez que el Apóstol nos dice porqué es sin contradicción
grande el misterio de la piedad, cada vez, me he visto obligado a poner y
señalar la persona de Jesucristo como el sujeto en el cual se centra cada
una de las afirmaciones del Apóstol en cuanto a dicha grandeza del misterio
de la piedad. Podemos concluir entonces que JESUCRISTO, SU NATURALEZA, Y SU
OBRA ES EL MISTERIO DE LA PIEDAD; y la grandeza sin contradicción del misterio
de la piedad es LA GRANDEZA SIN CONTRADICCIÓN DE JESUCRISTO, SU NATURALEZA,
Y SU OBRA.
Teniendo en cuenta el patrón del misterio de la piedad; podemos
sin equivocarnos trazar la "grandeza" del misterio de iniquidad. Con toda
reverencia hacia la Biblia, teniendo en cuenta lo que la Palabra de Dios
nos dice en los pasajes iluminadores de 2 Tesalonicenses y en Apocalipsis,
hablaré del misterio de iniquidad de semejante forma a como el Apóstol habla
del misterio de la piedad; pero lo haré teniendo en cuenta que ambos son
misterios opuestos y distintos; y que por lo tanto, el misterio de iniquidad
es opuesto y ha de oponerse al misterio de la piedad:
"Y repudiablemente grande es el misterio de iniquidad:
El mismísimo diablo ha sido manifestado en carne [Manifestándose
en un máximo representante: el Papado, EL hombre de pecado, EL hijo de perdición;
levantado para oponerse a Jesucristo, negando su naturaleza y minando su obra]
;
[y el Papado] ha sido justificado con el espíritu del
diablo [según operación de Satanás, con GRANDE potencia, y señales,
y milagros mentirosos; para oponerlas a las señales y milagros verdaderos
y divinos de Jesucristo];
ha sido visto de los ángeles caídos que sirven a Satán
[según operación de Satanás, con GRANDE potencia, y señales, y milagros
mentirosos; asistido por los demonios; mientras que Cristo era asistido por
ángeles de Dios];
ha sido predicado a los Gentiles [con TODO engaño de iniquidad
en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser
salvos; claramente es predicado con el fin de oponerse a la verdadera predicación
de Jesucristo];
ha sido creído en el mundo [con operación de error, para que
crean a la mentira; para que sean condenados todos los que no creyeron a la
verdad, antes consintieron a la iniquidad. Mientras que Cristo es creído
para salvación.]
ha sido recibido en la gloria mundana del trono satánico de Roma
[Y el dragón le dió su poder, y su trono, y grande potestad, en
el trono del mundo, en Roma, aquella GRANDE ciudad, la GRANDE ramera, y se
encamina a su perdición; porque como Vicario de Cristo (anticristo) se opone
al trono del único Salvador y Mediador Jesucristo]."
Notemos cómo, en este caso, nos hemos visto obligados a poner y señalar
la persona de cada Papa como el sujeto en el cual se centra cada una de las
afirmaciones sobre el misterio de iniquidad. Entonces, EL PAPADO Y SU OBRA
ES EL MISTERIO DE INIQUIDAD; y la grandeza repudiable y odiosa del misterio
de iniquidad es LA GRANDEZA REPUDIABLE Y ODIOSA DEL PAPADO Y SU OBRA.
Tales son la grandeza del misterio de la piedad y la inigualada
bajeza del misterio de iniquidad. Las cuales serán más plenamente puestas
de manifiesto a medida que sigamos avanzando en este paralelismo en los
puntos siguientes de este capítulo.
6.4. Dos Misterios Con La Manifestación De Dos Encarnaciones Opuestas
Y De Distinta Naturaleza
El Apóstol Pablo nos habla entonces de dos eminentes "
manifestaciones " que dan principio a la manifestación y desarrollo
del misterio de la piedad y del misterio de inquidad:
Una es declarada así:
"Dios ha sido manifestado en carne;".
Otra es declarada así: "y se manifieste
el hombre de pecado, el hijo de perdición"; y: "Y entonces será
manifestado aquel inicuo"
Son las dos manifestaciones que hemos puesto lado a lado
en nuestra tabla de comparaciones del punto 6.2. Una es la aparición
de Cristo; otra es la aparición del Anticristo.
"Dios ha sido manifestado en carne". Es la gran manifestación del
misterio de la piedad. Jesucristo ha venido. Ha nacido como un niño. Verdaderamente
Dios el Hijo ha venido como un verdadero hombre. Su cuerpo se formó realmente
en el vientre de María, una piadosa descendiente de Eva, una casta virgen,
pero como toda hija de Eva nacida con la naturaleza pecaminosa. No obstante
esto Cristo, no nace pecador; la razón de ello es sencilla: él era Dios, de
la misma naturaleza divina que su Padre; y por lo tanto no podía pecar ni
contraer pecado de ninguna manera. Nació como un verdadero hombre; pero no
podía recibir el pecado a través de María.
""Dios ha sido manifestado en carne". "Y [María] parió a su hijo primogénito,
y le envolvió en pañales, y acostóle en un pesebre" [Lucas 2:7]. Allí estuvo
el comienzo del misterio. Este es el primer paso en el poderoso ascenso."
(El Papado Es El Anticristo, CAPÍTULO XIII,La
Culminación Del Paralelismo: Una Entronización, por J. A. Wylie).
Para el misterio de iniquidad simplemente se dice "y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de perdición" y "entonces será manifestado
aquel inicuo". El misterio de iniquidad tendría su propia "encarnación",
pues se habla de un "HOMBRE de pecado"; una falsa encarnación por la cual
el diablo se ofrecería a los hombres para engañarlos, desviarlos y perderlos;
es decir que necesitaría de un hombre prominente que lo represente, ese hombre
es el Papa. El diablo no podía encarnarse como hombre; él no es omnipotente
como Dios; no puede nacer como un niño desde el vientre de su madre; no puede
asumir la naturaleza humana, así que permanece para siempre siendo un arcángel
traidor; poderoso, pero no omnipotente, siempre ángel caído y nunca hombre.
Algunos han pensado que el Anticristo sería el diablo verdaderamente encarnado;
pero el diablo ni siquiera puede engendrar un hijo de su especie; porque los
ángeles no procrean (como puede deducirse de Mateo 22:30
"Porque en la resurrección, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres
marido; mas son como los ángeles de Dios en el cielo."
), y el diablo es un ángel caído; entonces el diablo menos aún podrá engendrar
un ser humano, que además sólo puede ser engendrado del ser humano; porque
cuando Dios creó al mundo lo creó para que cada especie engendrase dentro
de su propia especie; y el ser humano dentro del ser humano; así que el
diablo no puede encarnarse él mismo ni tener tampoco un hijo hombre como
algunos han creído. Su "encarnación" en cada Papa fue la respuesta final
a la verdadera encarnación del Hijo de Dios:
"Tenemos un misterio culminando finalmente en una encarnación: "Dios fue
manifestado en carne". Vemos al otro en igual manera culminando en una encarnación,
en un sentido menos estricto; porque todos sus principios se concentran y
se muestran al mundo a través de su cabeza viviente sobre la tierra, el Anticristo.
Podemos aún ir más lejos y decir que hay un encarnación real del espíritu
y la mente de Satán en el "misterio de iniquidad", como la hay del espíritu
y mente de Dios en el "misterio de la piedad". Y como en Cristo Dios y el
hombre se encuentran; así en el Anticristo, su falsificación y rival, el humano
y el sobrehumano se encuentran y actúan juntos: hombre terrenal y arcángel
caído."
(El Papado Es El Anticristo, CAPÍTULO V,Los Dos
Misterios De La Biblia, por J. A. Wylie).
Jesucristo se encarnó y siendo el Hijo de Dios tampoco hizo pecado como
hombre, no pudiendo por la naturaleza divina de su persona encarnada hacerlo
jamás; pero el diablo NO se encarnó y siendo el enemigo de Dios traspasó
lo máximo de su pecado a ciertos hombres perversos, constituyendo su "hombre
de pecado" en cada Papa, para que estos pecaran todo lo mejor que pudieren
para la causa del diablo.
Jesucristo vive ahora para siempre; los Papas mueren, pero se suceden unos
a otros. Tal fue la solución del diablo al problema del tiempo y del carácter
mortal de sus representantes. Cristo ya no muere; entonces el diablo intentaría
una cadena de hombres que en lo posible nunca sea truncada. Decimos "en lo
posible" ya que cuando Cristo venga en su gloria destruirá a la "encarnación"
Papal del diablo:
Así que cuando el Apóstol Pablo nos habla, inspirado por el Espíritu de
Dios, acerca de la manifestación del inicuo, inmediatamente es movido a mencionar
la destrucción del tal por parte del mismísimo Cristo en su segunda venida.
Así que tenemos la gloriosa encarnación del Hijo de Dios, y la falsa encarnación
del no confesado siervo de Satán: El Papa, el cual surge para su propia perdición.
No es de extrañar que el Anticristo atacaría al misterio de la
piedad poniendo en entredicho todas sus etapas; aunque siempre sin perder
en lo posible su máscara, su falsa profesión de Cristianismo. No resulta extraño
que el Anticristo atacaría y socavaría el primer paso del misterio de la
piedad que fue la encarnación del Hijo de Dios. Precisamente se nos dice
que la característica del Anticristo es su negación de la apropiada encarnación
de Cristo y por lo tanto del apropiado estado presente de Cristo; el Apóstol
Pablo nos dice "Dios ha sido manifestado en carne;" pero el Anticristo
"no confiesa que Jesucristo es venido en carne" (1 Juan 4:3).
Cristo era verdaderamente un hombre con espíritu, alma, y cuerpo,
cual los demás hombres; excepto que SU PERSONA ya existió desde antes de
la fundación del mundo siendo la divina persona del Hijo de Dios. ¿Quién
puede dudar que es cosa sencilla para el Dios Omnipotente asumir la naturaleza
humana? El que formó al primer hombre del polvo de la tierra, y le dio espíritu
y alma, ¿no podrá vigilar y guiar la concepción materna por la que nuevas
personas serían traídas al mundo? El que vigila y guía la concepción materna,
¿no podrá hacer que una concepción quede ligada a la pertenencia de la persona
divina de su Hijo Jesucristo? ¿No podía el Dios Omnipotente hacer que del
vientre de María naciera otro hombre verdadero pero cuya persona no fuera
otra más sino la mismísima persona de su Hijo Jesucristo? Sí, podía, y pudo,
y así lo hizo.
¿Cómo podía el Papado negar lo anterior sin perder su máscara
de Cristianismo? Haciéndolo disimuladamente, indirectamente, por medio del
establecimiento de principios y dogmas y prácticas que llevados a su conclusión
lógica final se oponen a la encarnación de Jesucristo y al estado y oficio
presentes de Jesucristo como nuestro único mediador.
El Papado dice, por ejemplo, que si María no hubiera sido previamente
constituida inmaculada, entonces Cristo contraería pecado al nacer de ella.
Entonces, haciéndolo así, el Papado estaría negando indirectamente la Santidad
perfecta e inmutable de Jesucristo, y su divina impecabilidad. Porque si
Cristo no podía encarnarse de una mujer pecadora, aunque piadosa, entonces
Él no era Dios. Como si Cristo fuese un ser que pudiera contraer pecado,
el Papado proclamó que para que ello no sucediera, era necesario primero
hacer sin pecado a María; y de ese modo el Papado arrojó sobre Cristo la
sombra de sospecha de la pecaminosidad. Con una diabólica dualidad, pretendiendo
defender el honor y la santidad de Cristo, el Papado ha declarado que Cristo
podía haber sido contaminado con el pecado. Así que negando ese atributo
de la divinidad de Cristo, a saber: Su santidad inmutable o impecabilidad,
el Papado ha negado la divinidad de Jesucristo y también ha blasfemado contra
Él.
"Roma rehusa confesar la apropiada venida de nuestro Señor Jesús en la carne,
y pone en el lugar de la enseñanza Escritural, un dogma que es un negación
de la propia encarnación del Hijo de Dios.
El dogma de Roma, no promulgado sino hasta tan tardíamente
como 1854, afirma la Inmaculada Concepción de María como el previo y absoluto
prerequisito de la venida de Cristo según la carne. Esto niega entonces su
apropiada venida, nacido de María, pura en su virginidad, pero pecaminosa
en su corazón, y requiriendo ella misma ser salvada por su Hijo sin pecado,
Lucas 1:47." ( El Papa Es El Anticristo, El Anticristo Es Un Enemigo De
Cristo Bajo Una Máscara, Por Ian R. K. Paisley)
La sutilísima y disimulada, pero dañina y efectiva, blasfemia contenida
en el dogma Papal de la Inmaculada Concepción de María (que no se refiere
a la Inmaculada Concepción de Cristo en el vientre de María, lo cual
es verdad; sino que afirma una imaginaria concepción inmaculada de María
en el vientre de su madre), es desarmada y dispersada nada más ni nada
menos que por la boca de esa piadosa mujer que es María misma, la cual habló
en regocijo por la venida de Jesucristo a través de su propio vientre:
"1:46 Entonces María dijo: engrandece mi alma al Señor;
1:47 Y mi espíritu se alegró en DIOS MI SALVADOR,
1:48 Porque ha mirado a LA BAJEZA DE SU CRIADA; Porque he aquí,
desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.
1:49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Y santo es su
nombre.
1:50 Y su misericordia de generación a generación A los que le
temen." (Lucas 1:46-50).
No en mano de poderosos teólogos, o sabios argumentadores es derrotada esta
blasfemia Papal, sino por la mano de una mujer: María misma, quien con piadosa
humildad proclama su propia "bajeza"; y a la vez se evidencia su maravillosa
fe en aquel que la salvaría de sus pecados llamándolo: "Dios mi salvador"
.
Esa es entonces una principal forma en que el Papado "no confiesa
que Jesucristo es venido en carne", sustrayendo arbitrariamente a María
de la línea de los pecadores necesitados de Salvación y afirmando, aun en
contra de la misma María, que Cristo se encarnó de otra clase de mujer,
de una carne distinta de la humana, o distinguida de la humana, una carne
inmaculada de María Inmaculada; pero no de la María que eleva su humilde
y piadoso cántico en Lucas 1:46-50 confesando piadosamente su bajeza y ensalzando
a Dios su Salvador. Ésta es, entonces, una principal forma, pero no es la
única, ni la única efectiva en su malévolo designio de no confesar que
"Jesucristo es venido en carne".
Dijimos que en su negación de la apropiada encarnación de Cristo
también se está negando el apropiado estado presente de Cristo. ¿Cómo ocurre
ello? Bien, el Apóstol Pablo nos dice "Dios ha sido manifestado en carne"
pero el Papado "no confiesa que Jesucristo es venido
en carne" (1 Juan 4:3). La expresión "es venido" significa
que "ha venido" así y que "permanece ya venido" así, en carne, verdadero
hombre; todo lo cual se dice maravillosamente en la traducción de Reina-Valera,
revisión 1909, como: "ES venido". Tal expresión, en el Texto Recibido
griego se utiliza allí en el tiempo perfecto que denota una acción ya perfectamente
completada en el pasado y cuyo efecto propio permanece concluido definitivamente
y vigente. Aquí, la acción ya perfectamente completada en el pasado es que
Cristo ha venido en carne; pero su efecto propio permanece concluido definitivamente
y vigente, y es que Cristo "permanece ya venido en carne". No solamente
nos está así diciendo la Escritura que "Jesucristo ha venido en Carne" sino
que "permanece en carne y que ha venido y NO SE HA IDO NI SE IRÁ YA MÁS
DE LA CARNE QUE ES SUYA PARA SIEMPRE; permanece hombre para siempre"; y
repetimos que eso se expresa maravillosamente bien en la traducción de Reina-Valera,
revisión 1909, como: "Jesucristo ES venido en carne". Muy bien, sucede
que el Papado busca negar la realidad de lo anterior. El Papado enfatizará
que Cristo se ha ido, y es verdad que se ha ido al cielo, ha ascendido;
pero no se ha ido de la carne y permanece hombre para siempre para interceder
por los hombres, como dice la Escritura:
"2:3 Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador;
2:4 El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan
al conocimiento de la verdad.
2:5 Porque hay un Dios, asimismo UN MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS HOMBRES,
JESUCRISTO HOMBRE;
2:6 El cual se dió a sí mismo en precio del rescate por todos,
para testimonio en sus tiempos:
2:7 De lo que yo soy puesto por predicador y apóstol, (digo verdad
en Cristo, no miento) doctor de los Gentiles en fidelidad y verdad."
(1 Timoteo 2:3-7)
Y esto es lo que el Papado niega: niega que Cristo pueda actuar eficazmente
como ÚNICO mediador y ÚNICO rescate por nuestros pecados; por eso el Papa
se presenta como su Vicario, o Vicario de Cristo; y se interpondrá él mismo;
e interpondrá los otros elementos de su sistema como mediadores ADICIONALES;
negando a Cristo como ÚNICO mediador y estableciéndose él mismo y a su sistema
Papal, sacerdotal, sacramental-ritualista, y a la falsa María, como otros
mediadores.
"En su oración intercesora encontramos a Cristo diciendo: "Padre [...] glorifica
a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; Como le has dado la
potestad de toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste."
El poder que aquí se dice que es dado al Hijo sobre toda carne no fue su poder
como Dios. Que no podía serle dado, porque Él lo poseía inherentemente. Fue
su poder como Mediador, y la finalidad para la cual fue dado es hecha notar
especialmente: "para que dé vida eterna a todos los que le diste" (Juan 17:1,
2)." (El Papado Es El Anticristo,CAPÍTULO IX. El "Todo Poder" de
Cristo y del Anticristo, por J. A. Wylie).
"El paganismo era un sistema de engaño. Era la adoración de un
dios falso, bajo la pretensión de ser la adoración del verdadero Dios. Pero
el Papismo es un engaño de una escala más allá del paganismo. Éste fue una
falsificación de la religión del Evangelio. El Papismo tiene un dios propio:
que es él, a quien la ley canónica llama el "Señor nuestro Dios". Él tiene
un salvador propio: la Iglesia, a saber. Él tiene un sacrificio propio:
la Misa. Él tiene un mediador propio: el Sacerdocio. Él tiene un santificador
propio: los Sacramentos. Él tiene una justificación propia: aquella de la
justicia infusa. Él tiene un perdón propio: el perdón del Confesionario;
y tiene en los cielos una infalible y todo-prevalente abogada desconocida
para el Evangelio: la "Madre de Dios". Él entonces presenta al mundo un aparato
espiritual y salvador para la salvación de los hombres, y que sin embargo
ni santifica ni salva a nadie. Él luce igual que una iglesia; y sin embargo
no es una iglesia. Es un gran engaño: "todo engaño de iniquidad" "
(El Papado Es El Anticristo,CAPÍTULO XII, Todo Engaño
De Iniquidad, por J. A. Wylie).
El Papado ha puesto todo de sí mismo, prescindiendo de la declaración absoluta
de que ya hay UN mediador que ES venido en carne: Jesucristo hombre. Y esta
facilidad para instituir un sistema de mediadores extras muestra el verdadero
menosprecio del Papado hacia el ÚNICO mediador; y evidentemente es así como
el Papado "no confiesa que Jesucristo ES venido en carne".
Para ello, para no confesar "que Jesucristo ES venido en carne"
, el Papado tiene formas odiosas de hacer sentir que Cristo está inoperante
en su humanidad mediadora; ya es horrendo instituir nuevos mediadores; pero
el Papa baja un escalón más en la vileza de la iniquidad y lleva el título
de "Pontífice Máximo", es decir: "Sumo Pontífice", "Sumo Sacerdote", titulo
que PERTENECE A CRISTO. Ni siquiera se ha hecho aclaración diciendo "El
Papa: Sumo Sacerdote Después de Jesucristo", con lo cual ya blasfemaría
instituyéndose como mediador extra a Cristo, sino que sencillamente él se
autoproclama EL MÁXIMO. Oigamos la siguiente advertencia del Señor hacia
los que no creen en Él como su salvador:
"12:35 El hombre bueno del buen tesoro del corazón saca buenas cosas: y
el hombre malo del mal tesoro saca malas cosas.
12:36 Mas yo os digo, que TODA PALABRA OCIOSA que hablaren los
hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio;
12:37 Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras
serás condenado."(Mateo 12:35-37)
¿Qué sería de nosotros si Él no nos hubiese salvado pagando todos nuestros
pecados entre los cuales se encuentran nuestras palabras ociosas?; bienaventurados
los que creen en Él porque no vendrán a tal terrible juicio de condenación.
Pero el Anticristo, por cierto, tendrá que responder, como todos los que no
confían en Cristo, por "TODA PALABRA OCIOSA" ; y si esto es verdad,
con mayor razón tendrá que responder por TODO TÍTULO OCIOSO que se haya atrevido
a asumir; porque en un título que lleve puesto proclama al mundo de un modo
continuado y establecido ser lo que su título proclama; y con mayor razón
la ira del Señor caerá sobre el Anticristo por haberse atrevido a asumir TÍTULOS
BLASFEMOS. El Judas Papal, el Anticristo, del mal tesoro de su corazón saca,
no palabras ociosas, sino solemnes TÍTULOS BLASFEMOS; con toda solemnidad
los proclama y exhibe ante el mundo.
"Estando yo contemplando los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño subía
entre ellos, y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros;
y he aquí, en este cuerno había ojos como ojos de hombre, y una boca que HABLABA
GRANDEZAS." (Daniel 7:8)
"Yo
entonces miraba a causa de LA VOZ DE LAS GRANDES PALABRAS que hablaba el
cuerno; miraba hasta tanto que mataron la bestia, y su cuerpo fué deshecho,
y entregado para ser quemado en el fuego." (Daniel 7:11)
"Asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, y
del otro que había subido, de delante del cual habían caído tres: y este
mismo cuerno tenía ojos, y boca que HABLABA GRANDEZAS, y su parecer mayor
que el de sus compañeros." (Daniel 7:20)
"Y YO me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del
mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos; y sobre sus cuernos diez diademas;
y sobre las cabezas de ella NOMBRE DE BLASFEMIA." (Apocalipsis 13:1)
"Y le fue dada boca que hablaba GRANDES COSAS Y BLASFEMIAS"
(Apocalipsis 13:5)
"Y abrió su boca EN BLASFEMIAS contra Dios, PARA BLASFEMAR su nombre,
y su tabernáculo, y a los que moran en el cielo." (Apocalipsis 13:6)
"Y me llevó en Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre
una bestia bermeja llena de NOMBRES DE BLASFEMIA y que tenía siete cabezas
y diez cuernos." (Apocalipsis 17:3)
Poca cosa era el pecado de los sacerdotes paganos que decían ser el Sumo
Pontífice ante tal o cual dios falso, si lo comparamos con la máxima iniquidad
concebible ideada por Satanás para el inicuo que pretendiendo ser un siervo
de Cristo se apropia del título de "PONTÍFICE" y aun se atreve a añadir la
palabra "SUMO" a "PONTÍFICE". Verdaderamente oímos las grandes palabras y
blasfemias del Papado; que aunque no puede llegar hasta el cielo en persona,
con sus palabras socava y, más aún, depone a Cristo de su oficio de ÚNICO
mediador.
Pero la Palabra de Dios nos dice claramente en Hebreos que Cristo
ha adquirido el puesto de Pontífice nuestro para siempre; ya no muere, y ha
suplantado al sacerdocio levítico del Antiguo Testamento; y Él no puede ser
suplantado por NADIE:
"7:22 Tanto de mejor testamento es hecho fiador Jesús.
7:23 Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por
la muerte no podían permanecer. [Los sacerdotes del Antiguo Testamento,
figura y símbolos de Jesucristo]
7:24 Mas éste [Jesucristo], por cuanto permanece para siempre,
tiene un sacerdocio inmutable:
7:25 Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por
Él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
7:26 Porque TAL PONTÍFICE NOS CONVENÍA: santo, inocente, limpio,
apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
7:27 Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes,
de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo:
porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a sí mismo."
Pero el Papado ha establecido su línea de "sumos pontífices" o "máximos
pontífices" y con ello nos está diciendo de la manera más odiosa posible
que JESUCRISTO NO NOS CONVIENE COMO PONTÍFICE. Eso es lo que el diablo nos
dice a través de los pronunciamientos Papales; el maligno pretende:
-Que dejemos al único Pontífice Jesucristo por el falso Sumo Pontífice
Romano.
-Que dejemos al santo Pontífice Jesucristo por el NO-santo falso
Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al inocente Pontífice Jesucristo por el para nada inocente
hipócrita falso Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al limpio Pontífice Jesucristo por el manchado y sucio
falso Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al apartado de los pecadores Pontífice Jesucristo por
el hombre de pecado falso Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al que es hecho más sublime de los cielos Pontífice
Jesucristo por el más bajo de los mundanos que ocupa el trono del mundo,
el Judas Romano, falso Sumo Pontífice Romano que se dirige al infierno.
-Que dejemos al que no tiene necesidad cada día, como los antiguos
sacerdotes levíticos, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y
luego por los del pueblo, habiéndolo ofrecido una sola vez, ofreciéndose
a sí mismo, en lugar de todos, siendo él mismo sin pecado, al Pontífice
Jesucristo por aquel que pretende sacrificar a Jesucristo en cada misa muchas
veces exponiéndolo a vituperio negando la eficacia del verdadero sacrificio
hecho en la cruz del Calvario de una vez y para siempre, dejando así a Jesucristo
por el traidor Judas Romano que si pudiera entregaría a Cristo a la muerte,
y no pudiendo hacerlo lo mata en cada misa afirmando ser la hostia el verdadero
cuerpo, alma, y divinidad de Jesucristo; pretendiendo hacer bajar del cielo
a Cristo para crucificarlo una y otra vez de hecho y en verdad. Aquel Judas
porfiado que niega con sus hechos lo que Dios ha dicho claramente cuando
dijo:
"9:24 Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero,
sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia
de Dios.
9:25 Y NO PARA OFRECERSE MUCHAS VECES a sí mismo, como entra el
pontífice en el santuario cada año con sangre ajena;
9:26 De otra manera fuera necesario que hubiera padecido muchas
veces desde el principio del mundo: mas ahora UNA VEZ en la consumación de
los siglos, para deshacimiento del pecado SE PRESENTÓ POR EL SACRIFICIO DE
SÍ MISMO.
9:27 Y de la manera que está establecido a los hombres que mueran
una vez, y después el juicio;
9:28 Así también Cristo fué ofrecido UNA VEZ para agotar los pecados
de muchos; y la segunda vez, sin pecado, será visto de los que le esperan
para salud." (Hebreos 9:24-28)
Porque el Judas Romano no confiesa que sea suficiente que Cristo haya entrado
en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios;
sino que cree necesario construir un pequeño santuario en la tierra llamado
sagrario; porque el Judas Romano no cree que el cielo sea el lugar apropiado
para que Cristo interceda por nosotros, más bien, cree necesario hacer que
Cristo descienda del cielo para encarnarse de nuevo en una hostia; y cree
necesario albergar a ese nuevo Cristo-hostia descendido en dicho templecillo
terrenal llamado sagrario. El Judas Romano, habiendo bajado a Cristo del cielo,
no cree que Cristo pueda presentarse solo ante el Padre y cree que debe tomar
con sus propias manos a este Jesús-hostia, sacarlo de su templecillo en la
tierra, el sagrario, y ofrecerlo él mismo a Dios elevándolo con su brazo.
El Judas Romano cree, en fin, que no es suficiente que Cristo haya entrado
en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de
Dios. El Judas Romano, además, no confiesa que Cristo no necesita ofrecerse
muchas veces a sí mismo, y lo "sacrifica" tantas veces como sea necesario
en la misa. Al Judas Romano no le basta que Cristo se haya presentado UNA
VEZ por el sacrificio de sí mismo; y cree que Cristo debería padecer muchas
veces, si no desde el principio del mundo, al menos desde que su antecesor
lo entregó y traicionó en el jardín; si no en persona, al menos como hostia;
diciendo ser la hostia el verdadero Cristo, el verdadero Cristo padece una
y otra vez en la mano de Roma. El Papado no cree ni enseña que Cristo padeció
UNA VEZ para agotar los pecados de muchos y que la segunda vez será visto
de los que le esperan para salud; el Papado enseña que Cristo debe ser visto
no en "la segunda vez" sino en miles y miles de veces en la hostia;
y que el sacrificio de Cristo no ha agotado los pecados de muchos sino que
debe ser complementado una y otra vez por los sacrificios de Roma; y Roma,
nunca agota los pecados de nadie, a fin de no agotar sus arcas. El Judas Romano
no confiesa que los hombres mueran una vez y después de esto el juicio, sino
que les promete un purgatorio inexistente y de paso, con ello, niega de nuevo
que Cristo haya agotado los pecados de muchos, y afirma que el purgatorio
nunca se agota del todo, a fin de no agotar sus arcas. El Judas Romano vende
a Cristo por dinero cuantas veces pueda; no pudiendo hacerlo de hecho y en
verdad, lo hace ceremonialmente.
Pero yo creo, por las Sagradas Escrituras, que el Papado es el Anticristo
y que JESUCRISTO ES VENIDO EN CARNE Y ES EL PONTÍFICE QUE NOS CONVIENE
: SANTO, INOCENTE, LIMPIO, APARTADO DE LOS PECADORES, Y HECHO MÁS SUBLIME
QUE LOS CIELOS; QUE NO TIENE NECESIDAD CADA DÍA, COMO LOS OTROS SACERDOTES
[Levíticos], DE OFRECER PRIMERO SACRIFICIOS POR SUS PECADOS, Y LUEGO POR
LOS DEL PUEBLO: PORQUE ESTO LO HIZO UNA SOLA VEZ, OFRECIÉNDOSE A SÍ MISMO.
AMÉN.
6.5. Dos Misterios Con Fuentes Opuestas Y Distintas De Validación
Además de ser dos misterios con la manifestación de dos encarnaciones
opuestas y de distinta naturaleza; el Apóstol Pablo pone de manifiesto las
opuestas y distintas fuentes de validación de cada uno de estos hombres:
Por una parte, Jesucristo hombre, Dios en la carne, Dios el Hijo encarnado
verdaderamente; recibe su validación de Dios el Padre a través de Dios el
Espíritu Santo: "ha sido justificado con el Espíritu" (1 Timoteo 3:16).
Y por otro lado, el Papado con su cabeza humana que es cada Papa, la falsa
encarnación del diablo, el cual es impotente para encarnarse a sí mismo,
recibe su validación del mismo diablo a quien sirve: "A aquel inicuo,
cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con grande potencia, y señales,
y milagros mentirosos" (2 Tesaloniceses 2:9). Dios testificó la verdad
a favor de Jesucristo con milagros de su omnipotencia; el diablo testifica
la mentira a favor del Papado con milagros mentirosos, potentes pero limitados,
producidos por su potencia limitada de arcángel caído.
De la validación divina y omnipotente de Jesucristo, la encarnación
del misterio de la piedad J. A. Wylie comenta en su paralelismo:
""[Jesucristo] Ha sido justificado con el Espíritu". Como cuando el Espíritu
descendió sobre Él en una forma visible en Su bautismo; y otra vez cuando
comenzó su ministerio público, con todos sus milagros y prodigios acompañantes,
"El Espíritu del Señor es sobre mí" fueron las palabras con las cuales, en
la sinagoga de Nazaret, Él comenzó su primer sermón, "Por cuanto me ha ungido
para dar buenas nuevas a los pobres"." (El Papado Es El Anticristo, CAPÍTULO
XIII,La Culminación Del Paralelismo: Una Entronización, por J.
A. Wylie).
""Toda potestad", dijo Cristo a Sus discípulos, "me es dada en
el cielo y en la tierra". Este poder fue el don eterno del Padre al Hijo como
Mediador. Este poder Él lo esgrimió desde el primer momento de su entrada
en su obra de mediación. Aunque velado durante los días de su humillación
en la tierra, este poder estaba en Él, y se mostró muchas veces en algunos
estupendos actos. Los elementos de la naturaleza fueron obedientes a Él,
así, también, lo fueron los espíritus de las tinieblas, y no menos los ángeles
del cielo. Si hubiera sido necesario, Él había solamente de orar a su Padre,
y los escuadrones celestiales se habrían apresurado en su ayuda." (El
Papado Es El Anticristo,CAPÍTULO IX. El "Todo Poder" de Cristo y del
Anticristo, por J. A. Wylie).
""El advenimiento de Cristo estuvo señalado por poderosas señales
y maravillas. La gloria del milagro ilustró cada paso de su progreso a través
de los pueblos y villas de Galilea y Judea. Los antiguos profetas habían
realizado milagros, pero en ninguno de ellos fue vista la misma abundancia
de poder milagroso como en Cristo. Como la luz de las estrellas, así fue
el poder en los profetas, pero como la luz del sol, así fue el poder en Cristo.
Cuando Él pasaba a través de las multitudes de hombres afligidos la virtud
fluía de Él, y el tocar "el borde de su vestido" [Lucas 8:44], u oír los
acentos de su voz, era para ser sanados. Visión le fue dada a los ciegos,
oído a los sordos, fortaleza fue infundida a los marchitos miembros, la razón
fue devuelta en el cerebro de los maníacos, el pulso en el cual la fiebre
latía y quemaba llegó a ser calmo y frío a su palabra o a su toque. Aun la
tumba reconoció su poder, y abrió sus puertas en obediencia a sus emplazamientos.
Y devolvió sus habitantes al mundo de los vivientes. Tales fueron las "señales
y prodigios". Que anunciaron el advenimiento y atestiguaron el Mesianismo
de Jesús de Nazaret." (El Papado Es El Anticristo,CAPÍTULO XII.
Todo Engaño De Iniquidad, por J. A. Wylie).
Pero de la fraudulenta validación diabólica del Papado, la falsa encarnación
del misterio de iniquidad, Wylie comenta lo siguiente:
"El "misterio de iniquidad" pasó a través de una gradación muy similar,
para resultar en un clímax que es una obvia e impresionante contraparte de
aquel que hemos ya descripto. "Porque ya está obrando el misterio de iniquidad"
[2 Tes. 2:7]. Aquí lo vemos en su cuna. Fue "justificado" de Satán por las
señales mentirosas y prodigios que él habilitó a sus propagadores a obrar."
(El Papado Es El Anticristo, CAPÍTULO XIII,La Culminación Del Paralelismo:
Una Entronización, por J. A. Wylie).
"Avanzamos a otro punto en el paralelismo entre Cristo y el Anticristo.
Lo encontramos en los pretendidos milagros por los cuales el Papado ha buscado
persuadir al mundo que no era el adversario sino el amigo de Cristo. Esta
pretensión de milagros habría de formar una muy prominente característica
en el advenimiento del Anticristo como para que fuese dejada de lado en
el gran retrato que de él hace Pablo. "Cuyo advenimiento es según operación
de Satanás," dice el apóstol, hablando por el Espíritu (2 Tesalonicenses
2:9), "con grande potencia ["todo poder" en la versión King James], y señales,
y milagros mentirosos". (El Papado Es El Anticristo,CAPÍTULO IX.
El "Todo Poder" de Cristo y del Anticristo, por J. A. Wylie).
"Satán pudo reunir bastante de la antigua profecía y los salmos
para que le fuera mostrado que tal poder había de ser el atributo del Mesías.
"Yo también le pondré por primogénito, Alto sobre los reyes de la tierra."
[Sal 89:27]. Así cantó David. "Y dominará de mar á mar, Y desde el río hasta
los cabos de la tierra. [...] Los reyes de Tharsis y de las islas traerán
presentes: Los reyes de Sheba y de Seba ofrecerán dones. Y arrodillarse
han a él todos los reyes; Le servirán todas las gentes" [Sal 72:8-11]. Tal
era la gloria que el inminente Mesías arrojó ante Él en la profecía, edades
ante de que Él viniera. Satán tiene necesidad de enviar su Mesías falsificado
con los falsos símbolos y atributos de un poder semejante." (El Papado
Es El Anticristo,CAPÍTULO IX. El "Todo Poder" de Cristo y del Anticristo,
por J. A. Wylie).
"El Papado, como el Vice-Cristo, tenía que, en igual manera, buscar
anunciar su advenimiento, y certificar su misión por la realización de "señales
y milagros". Escaso es el milagro registrado del Hijo de Dios que la Iglesia
de Roma no profese haber efectuado. Ella pretende haber abierto ojos ciegos,
haber destapado oídos sordos, haber curado fiebres, convulsiones febriles,
parálisis, locuras, haber arrojado afuera demonios, haber alejado pestes,
detenido las devastaciones de la plaga, y hecho cosas que sería demasiado
tedioso mencionar. Extendiendo todavía más allá la esfera de sus milagrosas
operaciones, ella ha entrado al reino del sepulcro y mostrado que allí también
esgrime el poder por pretender dar vida a los muertos. Ciertos de sus "santos"
han poseído el "don de milagros" en un grado eminente, y sus "vidas" son
un largo registro de prodigios y maravillas. Ellos han secado ríos, caminado
sobre las ondas del océano, y aquietado tempestades. Los ángeles han descendido
a ministrarlos, y estrellas sobrenaturales han brillado para guiarlos en
la oscuridad. En resumen, la Iglesia de Roma pretende haber ejercido el mismo
poder ilimitado de Cristo, tanto sobre el mundo visible como el invisible,
y haberle imitado a Él en todas las cosas, excepto la mansedumbre de su
espíritu, la pureza de su doctrina, y la santidad de su vida.
El Papismo profesa, también, obrar maravillas espirituales –aquellos
divinos y salvíficos cambios del corazón y el alma del hombre que el Cristianismo
logra, y que es sólo la prerrogativa del Cristianismo lograr. La Iglesia
de Roma profesa regenerar en el bautismo el alma, y cambiar el destino eterno
del bautizado. Por el ungimiento con aceite, ella llena a los hombres con
el Espíritu Santo, por sus sacramentos los colma con gracia; por la ordenación
ella pasa por encima de dieciocho siglos y une a los sacerdotes a Pedro.
Cinco palabras habladas en el altar cambian el pan y el vino en el cuerpo
y sangre de Cristo. Dos palabras articuladas en el confesionario efectúan
el perdón del "penitente", el viaticum da seguridad al hombre, encaminando
su viaje final, para que pueda encontrar las puertas del Paraíso abiertas
para darle la entrada entre los benditos. Esos son poderosos milagros. Es
así como el falso Cristo ha llevado adelante la guerra contra el verdadero
Cristo.
Pero un simple término es lanzado con el cual el hechizo se quiebra
efectivamente, y se disuelve el poder de esas maravillas sobre todos aquellos
que no desean sujetarse a su ilusión. El "misterio de iniquidad" habría
de venir con "milagros mentirosos", una sumamente esencial diferencia, que
llega a ser el todo para advertir a quienes tienen una mente para que no
sean engañados para su eterna perdición.
Los milagros de Cristo fueron hechos a la luz del día, en la presencia
de miles que pudieron examinarlos y someterlos a pruebas infalibles, y,
que habiéndolo hecho así fueron forzados a concluir que o el milagro era
verdadero, o sus sentidos eran falsos. De aquellos que los vieron hacerse
no unos pocos fueron los más amargos enemigos de la persona que los realizaba,
y habrían estado gozosos de encontrar que eran embustes, y no serían lentos
en proclamar la impostura al mundo; y sin embargo esos milagros permanecieron
sin ser contradichos. Ninguno en toda la nación de los Judíos se aventuró
a negar la verdad de ningún milagro de Jesús. Lo más lejos que la malevolencia
y la calumnia estimaron prudente ir fue insinuar que el milagro había sido
hecho por el poder Satánico. La réplica a la acusación dada en el lugar,
y el tiempo, fue tan concluyente como elevada, y no ha perdido nada de su
fuerza aun ahora: "¿Puede Satanás echar fuera a Satanás?" [Marcos 3: 23].
Pero hagamos notar cuanto se diferencia esto de las otras clases
de milagros, y cuán carentes son ellos de esa indudable evidencia que atestiguaba
la misión del Hijo de Dios. No hay uno de ellos, [de los milagros engañosos
de Roma], que pueda mantener su pretensiones como un hecho verdadero delante
de un tribunal de jueces imparciales e instruidos. Algunos de esos milagros
fueron evidentemente embustes para aquellos en cuya presencia fueron hechos.
Últimamente muchos impresionantes descubrimientos han sido hechos de la
mecánica con la cual esos "milagros" se hicieron. Muchas de esas maravillas
no fueron publicadas al mundo sino hasta algunos cientos de años después
del tiempo en que fue dicho que habían sido realizados. Sus obradores parecerían
haber estado sin aspiraciones de fama en vida, viendo que ellos ocultaron
su luz bajo un canasto. Y algunos de esos milagros son tan pueriles que
es un insulto a nuestro entendimiento que se nos pida creer que Dios alguna
vez interpuso su poder para obrar tales hechos. La profecía les ha dado
el nombre correcto antes de que fueran hechos: Ellos son milagros mentirosos.
Las realizaciones Espirituales de la Iglesia de Roma son
enfáticamente "milagros mentirosos". La regeneración bautismal es un milagro
mentiroso, la gracia sacramental es un milagro mentiroso, el poder sacerdotal
es un milagro mentiroso, la absolución del Confesionario es un milagro mentiroso,
la transubstanciación es el más grande milagro y el más grande engaño de
todos, y la extremaunción es un último y fatal engaño. No hay realidad detrás
de ninguna de esas cosas, y ellas son las que más han de ser deploradas,
las que tienen referencia al mundo eterno, y que millones toman su partida
a ese mundo confiando plenamente en esas mentiras para salvación."
(El Papado Es El Anticristo,CAPÍTULO XII. Todo Engaño
De Iniquidad, por J. A. Wylie).
Pero la historia aún no ha concluido, el misterio de iniquidad todavía continúa
exhibiendo sus señales y milagros mentirosos de origen diabólico; y es de
esperarse que la magnitud y potencia de los milagros satánicos será aún mayor
cuando haya de manifestarse el último Papa de la historia con su falso profeta
que hace descender fuego del cielo. Ya los Papas han hecho en cierto modo
descender fuego del cielo con sus temibles entredichos; y J. A. Wylie ha visto
en ellos el cumplimiento de la profecía de que se haría descender fuego del
cielo:
"Los Romanistas mismos han elegido la misma figura de Apocalipsis, "fuego
del cielo", para designar las excomuniones Papales y anatemas. Así, Gregorio
VII habló del Emperador Enrique IV cuando lo excomulgaba como de "golpeado
con trueno" (Afflatum fulmino -Danburg, 587). Al mismo efecto es el relato
de la excomunión del Emperador Federico por el Papa Inocencio en el primer
Concilio de Lyon: "Estas palabras de excomunión, articuladas en medio de este
concilio, golpearon a los oyentes con terror como lo harían los centelleantes
rayos. ¡Cuando con velas encendidas y arrojadas, el Señor Papa y sus prelados
asistentes centellearon su fuego relampagueante terriblemente contra
el Emperador Federico, ahora no más a ser llamado emperador, sus procuradores
y amigos rompieron en un amargo lamento y golpearon sus muslos o pechos en
aquel día de ira, de calamidad y de dolor! (Harduin, vii 401).
Fue en los días de Gregorio VII que los cielos papales comenzaron
así a tronar e iluminar. La primer explosión de la tempestad continuó por
alrededor de doscientos años, cayendo su furia principalmente sobre reyes
rebeldes. Cuando los reyes fueron sometidos la tormenta fue seguidamente
dirigida contra las herejías y los herejes. Desde los días de Inocencio III
hasta nuestra propia revolución de 1688, hubo únicamente breves períodos
de silencio en el firmamento pontifical. Por cinco siglos esos truenos retumbaron
casi sin interrupción o pausa. Estruendo siguió a estruendo en rápida sucesión.
Las cruzadas de los Albigenses y Valdenses; las campañas Husitas en Bohemia;
la Guerra de Carlos V en Alemania, las guerras de la Liga en Francia; las
carnicerías de Alva en los Países Bajos; la guerra de los treinta años en
La Patria Alemana; la [masacre de] San Bartolomé en Francia, y la igualmente
sangrienta masacre de los Protestantes Irlandeses en 1641; esos son sólo
unos pocos de los más notables estallidos de los truenos que han marcado
el curso de aquella larga tempestad de ira pontifical que comenzó en los
días de Hildebrando [el Papa Gregorio VII] en el siglo once, y continuó sus
terribles reberveraciones hasta 1688." (El Papado Es El Anticristo,
CAPÍTULO XI, Las "señales y prodigios" de Terror del Anticristo, por
J. A. Wylie).
No hay dudas de que el Anticristo ha hecho "descender fuego del cielo" con
gran éxito en la historia; y si solamente con su palabra, arrojando velas
al suelo, sin necesidad de algún fuego real descendiendo del cielo, el Papado
ha aterrorizado pueblos y reyes, y ha traído innumerables desgracias, matanzas
y persecuciones; si todo lo que Wylie nos recuerda de la historia fue hecho
con sólo el poder de la sugestión, y la manifestación de la ira Papal, ¿qué
será cuando el último Papa cuente con los medios de hacer descender del cielo
fuego real? Según las Escrituras no hay dudas de que la magnitud y potencia
de las "señales, y milagros mentirosos" será aún mayor cuando haya
de manifestarse el último Papa de la historia con su falso profeta que hace
descender fuego del cielo:
"13:11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos
semejantes a los de un cordero, mas hablaba como un dragón.
13:12 Y ejerce todo el poder de la primera bestia en presencia
de ella; y hace a la tierra y a los moradores de ella adorar la primera bestia,
cuya llaga de muerte fue curada.
13:13 Y hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender
fuego del cielo a la tierra delante de los hombres.
13:14 Y engaña a los moradores de la tierra por las señales que
le ha sido dado hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores
de la tierra que hagan la imagen de la bestia que tiene la herida de cuchillo,
y vivió.
13:15 Y le fue dado que diese espíritu a la imagen de la bestia,
para que la imagen de la bestia hable; y hará que cualesquiera que no adoraren
la imagen de la bestia sean muertos.
13:16 Y hacía que a todos, a los pequeños y grandes, ricos y pobres,
libres y siervos, se pusiese una marca en su mano derecha, o en sus frentes:
13:17 Y que ninguno pudiese comprar o vender, sino el que tuviera
la señal, o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.
13:18 Aquí hay sabiduría. El que tiene entendimiento, cuente el
número de la bestia; porque es el número de hombre: y el número de ella,
seiscientos sesenta y seis."
(Apocalipsis 13:11-18)
El temible tiempo del último Papa nos revelará los más terribles y poderosos
milagros mentirosos del Papado con el advenimiento del satánico falso profeta
cuyo propósito será ensalzar al Papado en su último Papa; todos los milagros
mentirosos del falso profeta serán puestos al servicio del Papado, para conseguir
el dominio de las voluntades y la sujeción espiritual de las personas al último
Papa de la historia, a tal grado que la adoración de la imagen del Papa será
obligatoria bajo pena de muerte y que obligará a llevar la marca del Papa,
que será: LA SEÑAL DE SU NOMBRE (Apocalipsis 14:11), tenga esta marca la
forma particular que tenga en ese tiempo, lo importante es saber que será
la MARCA DEL PAPA como la señal de su nombre; y cualquiera que se niegue
a llevarla quedará aislado de la economía; y los que adoren al Papa y a su
imagen y lleven la marca serán condenados eternamente por Dios de no renunciar
a ella y al Papa, tal será entonces el horrible resultado de los últimos
rayos tronantes del Papado, para los que se dejen amedrentar por ellos. Bienaventurados
los que teman más bien al Señor y crean en Él.
Así que, el misterio de la piedad y el misterio de iniquidad son dos
misterios con opuestas y distintas fuentes de validación. Por una parte,
Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre, es reivindicado por el mismo
Espíritu Santo para salvación de los que crean en Él. Y por otro lado, el
Papado, es reivindicado por el mismo diablo, a quien sirve, para perdición
de todos los que crean en él.
6.6. Dos Misterios Con Clases Opuestas Y Distintas De Asistentes Angélicos
Sobrenaturales
Estas dos encarnaciones opuestas y de distinta naturaleza, con opuestas
y distintas fuentes de validación, tienen asistentes angélicos sobrenaturales;
pero mientras que Cristo, nos dice el Apóstol Pablo, "ha sido visto de
los ángeles" (1 Timoteo 3:16); el Papado es asistido por los ángeles
caídos, o demonios, que sirven a Satanás; y ésta es la lógica deducción de
lo dicho por Pablo de que la manifestación del Papado "es según operación
de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos" (2
Tesalonicenses 2:9). Siendo Satán un poderoso arcángel caído, pero no omnipotente,
él necesita en gran manera la asistencia de todos sus demonios; y este ejército
de demonios está completamente al servicio del Papado, por indicación de
Satanás. Verdaderamente los demonios, todos ellos, saben que el trono del
Papa es el trono de su señor Satanás. Del Papado se nos dice en la Santa
Escritura:
Esta es una impresionante declaración porque se nos dice que el dragón dio
al Papa SU TRONO, sólo Dios puede saber las profundidades de la comunión entre
el diablo y aquél que ocupa el trono del mismo; ¡cuán extraños consejos recibirá
el hombre que ocupa el trono de Satán! ¡cuál será la extraña condescendencia
que, de parte del diablo, recibirá el hombre que ocupa su trono! ¡Qué misteriosa
la iniquidad que los une! ¡Cuán extraños los inicuos pensamientos de los demonios
que reconocen en el Papa al hombre que ocupa el trono de su Señor Satán!
No hay demonio, por más apartado del Papado que aparezca en sus engañosas
declaraciones, que no sepa que en última instancia su servicio rinde fruto
y ayuda de alguna manera especial a su señor el Papa. Aun los más absurdos
demonios en las manifestaciones de mediums de la Nueva Era, que parecen menospreciar
al Papado, saben que eso lo hacen por su señor el Papa. ¿Porqué? Porque
"el dragón le dió su poder, y su trono, y grande potestad" (Apocalipsis
13:2).
Deseo contar ahora un episodio; algo que me ha ocurrido a mí y que me
ha impresionado grandemente. Lo que voy a contar no es para probar lo que
he dicho, lo cual ya está probado como corresponde por la Santa Escritura;
sólo quiero que el lector tenga algo que le recuerde lo que estoy tratando
en este punto, a saber, que así como Cristo era servido por los ángeles
del cielo, el Papa es servido por los ángeles del diablo. Muy bien, en este
tiempo terrible de tanto ocultismo y demonización, es muy común saber de
casos de posesión demoníaca. Bien, lo cierto es que quiso la providencia
del Señor que yo tuviera que enfrentar un caso así. Era un pobre muchacho
que sufría de las manifestaciones sobrenaturales de la posesión diabólica;
su pobre madre nos había hecho llamar, como también a muchos otros de otras
iglesias. Las señales de posesión demoníaca eran evidentes, gran fuerza,
gran agilidad, ojos dados vueltas, totalmente en su lado blanco, y sin embargo
"veía" y se movía como viendo; y el habla y discurso de otros entes que controlaban
su cuerpo a placer; en los hospitales, el paso de gente en ese estado suele
conocerse porque ni con calmantes poderosos pueden ser puestos a dormir,
y ciertamente que el poseído está inconsciente, no puede ser dormido porque
ya está dormido, y su cuerpo no es controlado por él, sino por los seres
espirituales que han tomado el control de su cerebro y su cuerpo. Una noche
en que los demonios volvieron a manifestarse a través de él, la madre nos
llamó desesperada; cuando llegamos el muchacho (pero no él sino los demonios
que controlaban su cuerpo) me decía: "nosotros somos gárgolas", y con una
presentación aterradora: la espalda curvada como un gato y las manos como
garras; en un principio trataron de atacarme pero yo leía las Escrituras
en voz alta, el pasaje que dice:
"¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién
es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó,
quien además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros."
(Romanos 8:33-34)
Me dio valor, y los demonios hacían huir al muchacho, o mejor dicho: huían
con el cuerpo del muchacho, huían de lo que les leía; porque con estos espírtus
la lucha no es física sino espiritual, por lo tanto verbal. La Palabra de
Dios los amedrentaba y a mí me fortalecía. Con toda osadía contendí verbalmente
con ellos y al principio les interrogué con toda firmeza: "¿Quién es vuestro
príncipe?" (a fin de luego ponerles ante el hecho de que Cristo era superior
a su príncipe); para mi sorpresa ellos no me dijeron que era el diablo, sino
que dijeron: "seis, seis, seis", refiriéndose sin duda al número del Anticristo
que es "seiscientos sesenta y seis" (666). No me referiré a todo, sólo deseo
traer aquí lo que interrogué al final, y la respuesta que recibí. Yo les increpé
en el nombre del Señor que me dijeran: "Quién es el Papa" y ellos me contestaron:
"ES NUESTRO PRÍNCIPE". Yo me volví hacia las personas que estaban en la casa
y les dije: "¿escucharon eso? Dicen que su príncipe es el Papa". De nuevo
me dirigí a los adversarios y les dije: "¿Quieren decir con esto que vuestro
príncipe, el dragón, es el que está con el Papa directamente?", ellos dijeron
que sí. Les dije: "y hay imágenes de gárgolas sobre las iglesias católicas,
¿verdad?" Ellos dijeron: "Síííí, esos son nuestros dioses". Cuando había
hecho esa pregunta yo recordaba las famosas gárgolas de Notredame, imágenes
de extraños animales mitológicos, situadas arriba en la construcción de la
Iglesia de Notredame en París.
La lección que me queda de esto es que los demonios son en cierto modo
como terribles gárgolas, que con garras, picos y todo su poder, custodian
y combaten por su príncipe el Papa, encaramados en lo alto de sus fortalezas.
Que Dios tenga piedad de todos nosotros; y mucho más aún de los Católicos.
Amén.
No en vano J. A. Wylie termina así su libro: "El Papado Es El Anticristo
":
"Y pondere el lector seriamente que este es el divino testimonio considerando
al papado. Como retratado por una mano divinamente guiada: ¿de quién son sus
rasgos, su espíritu y principios? Son aquellos de Satán, el archi-enemigo
de Dios y su Iglesia. Esta monstruosa forma es el "inicuo". Pensemos que formidable
antagonista tenemos en este sistema. No luchamos contra carne y sangre, contra
el poder y la astucia del hombre; tenemos que salir al encuentro del poder
del infierno, la astucia del diablo. "Porque no tenemos lucha contra
sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores
del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en
los aires. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir
en el día malo, y estar firmes, habiendo acabado todo. Estad pues firmes,
ceñidos vuestros lomos de verdad, y vestidos de la cota de justicia. Y calzados
los pies con el apresto del evangelio de paz; Sobre todo, tomando el escudo
de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y
tomad el yelmo de salud, y la espada del Espíritu; que es la palabra de Dios."
(Efesios 6:12-17)"
Del misterio de la piedad J. A. Wylie comenta lo siguiente en su paralelismo:
"[Cristo] Ha sido visto de los ángeles". Como cuando ellos cantaron su himno
de nacimiento en Belén, y cuando ellos lo ministraron en el desierto, después
de su tentación, y otra vez en su agonía en el jardín, cuando "le apareció
un ángel del cielo confortándole" [Lucas 22:43], y en la mañana de su resurrección,
cuando dos de ellos aguardaban en su sepulcro para decir a las mujeres que
Él había resucitado."
Son pues el misterio de la piedad y el misterio de iniquidad dos misterios
con clases opuestas y distintas de asistentes angélicos sobrenaturales: los
Santos Ángeles de Dios para Cristo; y los ángeles del diablo para el Papado.
6.7. Dos Misterios Con Ministros Opuestos Y Distintos
Otro gran contraste se manifiesta entre estas dos encarnaciones opuestas
y de distinta naturaleza, con opuestas y distintas fuentes de validación,
y que tienen asistentes angélicos sobrenaturales opuestos y distintos, y
ese contraste es que tienen ministros opuestos y distintos. Jesucristo envió
a sus Apóstoles escogidos, los cuales nos dejaron el Nuevo Testamento como
guía a fin de que seamos de Cristo. Pero, el Papa envió a sus sacerdotes
los cuales añaden a la Palabra de Dios la tradición de los hombres, a fin
de sujetarlos al Papa.
Del misterio de la piedad Wylie comenta lo siguiente en su paralelismo:
"Ha sido predicado a los Gentiles". "Id por todo el mundo; predicad el evangelio
a toda criatura" [Marcos 16:15], fue el último encargo a sus apóstoles cuando
estaba a punto de ascender desde el Monte de los Olivos. No bien fue dado
el espíritu en Pentecostés sus apóstoles y evangelistas viajaron a través
de toda la tierra de Israel, y yendo más allá de los límites del Judaísmo,
predicaron el Evangelio en las ciudades de Grecia y Roma, y yendo todavía
más hacia el oeste, llevaron las nuevas de la cruz a las costas de Bretaña."
Pero del misterio de iniquidad dice:
"Fue publicado a los Gentiles por la predicación de frailes y monjes itinerantes,
quienes apelaron a todo engaño de iniquidad para persuadir a los hombres que
el Papa era el vicario de Dios, y que las tradiciones de su Iglesia eran el
verdadero Evangelio."(El Papado Es El Anticristo, CAPÍTULO XIII,
La Culminación Del Paralelismo: Una Entronización, por J. A. Wylie).
Es en este punto en donde debe notarse un extraordinario hecho dentro de
la Biblia, y es el siguiente: Cuando Pablo concluye su elevada exaltación
del misterio de la Piedad en 1 Timoteo 3:16, que es el final del capítulo
3; inmediatamente, en el comienzo del siguiente capítulo, el 4, pasa a ocuparse
de la apostasía; y curiosamente, allí no se ocupa de enseñar exclusivamente
sobre la cabeza del sistema Papal (como lo hace en 2 Tesalonicenses 2); sino
que, movido por el Espíritu de Dios, el Apóstol señala directamente a LOS
MINISTROS del misterio de iniquidad, con los cuales, de seguro, debe entenderse
que está relacionado su cabeza, el Papa. He aquí el notable pasaje, en que
Pablo nos describe, como si lo estuviera viendo, al clero y el sacerdocio
Católico Romano, antes de que este surgiera a la existencia:
"4:1 EMPERO el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos
algunos apostatarán de la fe escuchando a espíritus de error y a doctrinas
de demonios;
4:2 Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la
conciencia.
4:3 QUE PROHIBIRÁN CASARSE, y mandarán abstenerse de las viandas
que Dios crió para que con hacimiento de gracias participasen de ellas los
fieles, y los que han conocido la verdad." (1 Timoteo 4:1-3)
¡Qué extraordinaria profecía sobre el advenimiento futuro del Celibato Sacerdotal
Obligatorio del Catolicismo Romano! Y fue el Papa Gregorio VII, el primero
de los Papas que se proclamó el Vicario de Cristo, quien también impuso por
primera vez como obligatorio el Celibato del clero. De manera que Cristo envió
a sus apóstoles casados y a otros solteros en libertad de casarse o no (1
Corintios 9:5); y exige que los obispos sean casados y con una sola mujer
(1 Timoteo 3:2). Mientras que el Anticristo, en cambio, condicionó y vició
a sus ministros con el infame Celibato Sacerdotal Obligatorio. Al respecto
de ese hecho histórico podemos leer lo siguiente:
"El gran único objeto del Papa Gregorio VII fue separar el clero lo más
posible de cualesquiera otros intereses, para que ellos pudieran estar completamente
reducidos a depender del Pontífice.
La política de la medida fue precisamente aquella que regula los gobiernos
terrenales, tocante a flotas y ejércitos, un deseo de construir alrededor
de ellos un muro de separación de la gente, y para despojarlos de todos
los intereses sociales, dejarlos sin ningún país, y sin descendencia, cortando
de un golpe su nombre entre los hombres, y extinguiendo todos sus intereses
en los asuntos que implican las relaciones domésticas, y creando así una
orden de soldados espirituales, a quienes todos los hombres y todos los países
le son iguales, y cada uno de ellos constituyendo una personificación de
la crueldad y el orgullo, madurando como misántropos, siendo sus pechos la
tumba de toda filantropía que endulza la vida y bendice la sociedad. Tratando
de deshacer a los hombres él [Hildebrando, Gregorio VII ] tuvo éxito en hacer
diablos."
(El Celibato Clerical, por el Dr. Ian R.K. Paisley).
Así, el terrible Hildebrando, con su malvado y perverso orgullo, prohibe
a sus ministros casarse, y su gente prohibe a sus ministros casarse; sobreviniendo
una raza de perversos que profesan honrar el matrimonio pero que con sus hechos
lo deshonran, oponiéndose a la voluntad de Jesucristo y sus instrucciones
de que los obispos deben ser maridos de una sola mujer (1 Timoteo 3:2). Ahora
puedo comprender porqué el Espíritu de Dios movió al Apóstol Pablo a referirse
al advenimiento del Celibato Sacerdotal como la característica esencial de
la apostasía del misterio de iniquidad, opuesto al misterio de la piedad de
que acababa de hablar; ahora comprendo; comprendo que el daño más grave que
Dios atribuye al Anticristo es HABER ATACADO LA FAMILIA Y EL MATRIMONIO.
Al principio de la imposición Papal del celibato, familias ya constituidas
fueron miradas para su disolución. Familias ya constituidas fueron disueltas
por la persecución del Anticristo; porque era necesario para Hildebrando
no sólo prohibir que los ministros se casaran; sino desconocer los matrimonios
de los ya casados. Así, Gregorio VII, no sólo instituyó el celibato obligatorio
en desafío a Cristo, sino que también destruyó matrimonios mostrando una
vez más ser así el "hombre de pecado" profetizado por el Apóstol Pablo.
Sólo Dios conoce los dolores vividos en las tragedias de las familias así
atacadas por el edicto de Gregorio VII:
"Al final, los enemigos de la verdad y de la virtud triunfaron, y entonces
fue establecida una de las más inmorales y perniciosas instituciones del Papado.
Merece remarcarse que los laicos en general -extrañamente, y para su propia
dolorosa afrenta- se alinearon con el Vaticano, y tomaron parte contra los
sacerdotes casados, a quienes ellos persiguieron de toda forma posible, cubriéndolos
de odio, y aún reduciéndolos a LA TRISTE ALTERNATIVA DEL HAMBRE, O LA SEPARACIÓN
DE SUS FAMILIAS!" (El Celibato Clerical , por el Dr. Ian R.K. Paisley).
Sólo Dios en su infinita y omnipotente omnisciencia puede saber toda la
iniquidad que fue engendrada con este engendro demoníaco del Celibato Sacerdotal
Obligatorio. Sí, dije demoníaco, porque eso mismo es lo que el Apóstol Pablo
dice 1 Timoteo 4:1: "algunos apostatarán de la fe escuchando a ESPÍRITUS
DE ERROR y a doctrinas DE DEMONIOS". Una vez más contemplo con horror
y aborrecimiento la gran astucia de Satán, que con un hipócrita golpe de
su Judas Papal, pone en marcha el más discreto, silencioso, pero duradero
en siglos, profundo hasta la médula, e insidiosamente fatal, pozo del abismo
de iniquidad de donde brotan incontables fornicaciones, adulterios, y sodomías;
y todo ello con un beso de Judas; un beso del Judas Papal que dice "salve
familia", mientras golpea a las familias en su raíz.
El Ex Sacerdote Católico Charles Chiniquy, un hombre íntegro, convertido
a Jesucristo, nos ha dejado relatos que han hecho llorar a muchos, al exponer
con toda crudeza la realidad abrumadoramente aplastante de las consecuencias
del celibato sacerdotal actuando con su socio de iniquidad: El Confesionario
y La Confesión Auricular. Ello podemos leerlo en un libro, Chiniquy ha escrito
un libro titulado El Sacerdote La Mujer Y El Confesionario. Acerca
de como el Anticristo ha condicionado a sus ministros para pecar, bajo la
pretensión de servir mejor a Cristo, pero contrariando los decretos de Cristo,
a la manera de Judas, leemos (donde he resaltado ciertas porciones de Chiniquy
escribiéndolas en mayúsculas) lo siguiente:
"La causa de la suprema—me atrevo a decir increíble, aunque insospechada—inmoralidad
de los sacerdotes de Roma es una muy evidente y lógica. EL SACERDOTE ES PUESTO
POR EL DIABÓLICO PODER DEL PAPA, FUERA DE LOS CAMINOS QUE DIOS HA OFRECIDO
A LA GENERALIDAD DE LOS HOMBRES PARA SER HONESTOS, JUSTOS Y SANTOS.* Y después
que el Papa los ha privado del gran, santo, y Divino, (en el sentido que viene
directamente de Dios), remedio que Dios ha dado a los hombres contra su propia
concupiscencia—el santo matrimonio, ellos son puestos desprotegidos e indefensos
en los más peligrosos, difíciles, e irresistibles peligros morales que el
ingenio o la depravación humanos pueden concebir. Aquellos hombres solteros
son forzados, de la mañana a la noche, a estar en medio de hermosas muchachas,
y tentadoras, encantadoras mujeres, que deben decirles cosas que derretirían
el acero más duro. ¿Cómo puede usted esperar que ellos cesarán de ser hombres,
y que se volverán más fuertes que los ángeles?
* "A causa de las fornicaciones, cada uno tenga su mujer, y cada una
tenga su marido." (1 Corintios 7: 2).
Los sacerdotes de Roma no sólo están privados por el maligno del único
remedio que Dios ha dado para ayudarles a mantenerse firmes, sino que en
el confesionario tienen las mayores facilidades que pueden ser imaginadas
para satisfacer todas las malas inclinaciones de la naturaleza humana caída.
En el confesionario ellos saben quienes son fuertes, y también saben
quienes son débiles entre las mujeres por las que están rodeados; saben quien
resistiría cualquier intento del enemigo; y saben quienes están dispuestas—más
aún, quienes están anhelando los engañosos encantos del pecado. Como ellos
todavía poseen la naturaleza caída del hombre, ¡qué terrible hora es para
ellos, qué espantosas batallas dentro del pobre corazón, qué esfuerzo y poder
sobrehumanos serían requeridos para salir vencedores del campo de batalla,
donde un David y un Sansón han caído mortalmente heridos!
Es simplemente un acto de suprema estupidez tanto de parte del público
Protestante como del Católico, suponer o sospechar, o esperar que la generalidad
de los sacerdotes puede soportar semejante prueba. Las páginas de la historia
de la misma Roma están llenas con pruebas irrefutables de que la gran generalidad
de los confesores caen. Si no fuera así, el milagro de Josué, deteniendo
la marcha del sol y la luna, sería un juego de niños comparado con el milagro
que detendría y revertiría todas las leyes de nuestra común naturaleza humana
en los corazones de los 100.000 confesores Católicos Romanos de la Iglesia
de Roma. Si estuviera intentando probar, por hechos públicos, lo que conozco
de la horrible depravación causada por la casilla del confesionario entre
los sacerdotes de Francia, Canadá, España, Italia, e Inglaterra, tendría
para escribir muchos grandes volúmenes."
(El Sacerdote, La Mujer Y El Confesionario, CAPÍTULO II. LA CONFESIÓN
AURICULAR UN PROFUNDO ABISMO DE PERDICIÓN PARA EL SACERDOTE, por Charles
Chiniquy)
Esta es la increíble y detestable respuesta que un superior suyo dio a Chiniquy,
siendo éste todavía sacerdote, cuando él le requirió si era posible evitar
la confesión "detallada" de parte de una penitente que había sido corrompida
por sacerdotes; Chiniquy fue instado por su superior a obtener confesiones
que no meramente nombraran los hechos, sino que los relatara hasta en sus
más vergonzosos detalles; luego recibió una justificación de la inmoralidad
reinante entre los sacerdotes; he aquí la respuesta que no satisfizo para
nada al íntegro Chiniquy:
""Tales casos de destrucción de la virtud femenina por las preguntas de
los confesores es un mal inevitable. Éste no puede ser remediado; porque
tales preguntas son absolutamente necesarias en la mayor parte de los casos
con los cuales tenemos que tratar. Los hombres generalmente confiesan sus
pecados con tanta sinceridad que rara vez hay necesidad de preguntarles,
excepto cuando son muy ignorantes. Pero San Liguori, así como nuestra observación
personal, nos dicen que la mayoría de las muchachas y de las mujeres, por
una vergüenza falsa y criminal, muy raramente confiesan los pecados que cometen
contra la pureza. Se requiere la más extrema caridad de los confesores para
impedir a esas infortunadas esclavas de sus secretas pasiones que hagan confesiones
y comuniones sacrílegas. Con la mayor prudencia y celo él debe preguntarles
sobre esos temas, comenzando con los más pequeños pecados, y yendo, poco a
poco, tanto como se pueda por grados imperceptibles, hasta llegar a las acciones
más criminales. Como parece evidente que la penitente a la cual usted se
refirió en sus preguntas de ayer, está sin deseos de hacer una confesión plena
y detallada de todas sus iniquidades, usted no puede prometerle absolverla
sin asegurarse por sabias y prudentes preguntas, que ella ha confesado todo.
"Usted no debe desalentarse cuando, en el confesionario o de alguna
otra manera, oye de la caída de sacerdotes junto a sus penitentes en las
fragilidades comunes de la naturaleza humana. Nuestro Salvador sabía muy
bien que las ocasiones y las tentaciones que debemos encontrar, en las confesiones
de muchachas y mujeres, son tan numerosas, y algunas veces tan irresistibles,
que muchos caerían. Pero Él les ha dado a la Santa Virgen María, quien constantemente
pide y obtiene su perdón; Él les ha dado el sacramento de la penitencia,
donde pueden recibir el perdón tan frecuentemente como lo pidan. El voto
de perfecta castidad es un gran honor y privilegio; pero no podemos ocultar
de nosotros mismos que éste pone sobre nuestros hombros una carga que muchos
no pueden llevar para siempre. SAN LIGUORI DICE QUE NO DEBEMOS REPROCHAR
AL SACERDOTE PENITENTE QUE CAE SOLAMENTE UNA VEZ AL MES; Y ALGUNOS OTROS
CONFIABLES TEÓLOGOS SON TODAVÍA MÁS CARITATIVOS."
(El Sacerdote, La Mujer, y el Confesionario, CAPÍTULO I. LA LUCHA
ANTES DE LA RENDICIÓN DEL AUTORESPETO FEMENINO EN EL CONFESIONARIO,
por Charles Chiniquy)
Chiniquy recuerda como a pesar de su propia conciencia él era compelido
por las enseñanzas de Roma a seguir ciegamente las más aberrantes prácticas
aconsejadas por los "teólogos morales" en cuanto a obtener confesiones no
meramente nombrando los hechos, sino detallándolos hasta en sus más vergonzosos
detalles:
"Pero, allí, en aquel confesionario, yo no era el siervo de Cristo, para
seguir sus divinas y salvadoras palabras, y para obedecer los dictados de
mi honesta conciencia. ¡Yo era el esclavo del Papa! ¡Yo debía ahogar el clamor
de mi conciencia, para ignorar las influencias de mi Dios! ¡Allí, mi conciencia
no tenía derecho a hablar; mi inteligencia era algo muerto! ¡SÓLO LOS TEÓLOGOS
DEL PAPA, TENÍAN UN DERECHO A SER OÍDOS Y OBEDECIDOS! Yo no estaba allí para
salvar, sino para destruir; porque, bajo el pretexto de purificar, la verdadera
misión del confesor, frecuentemente, si no siempre, a pesar de sí mismo, es
escandalizar y condenar las almas."
(El Sacerdote, La Mujer, y el Confesionario, CAPÍTULO I. LA LUCHA
ANTES DE LA RENDICIÓN DEL AUTORESPETO FEMENINO EN EL CONFESIONARIO,
por Charles Chiniquy)
La profunda maldad del Papado es haber instituido un instrumento para invadir
y usurpar la autoridad del padre de familia, sustrayendo a la mujer de la
autoridad de su esposo y poniéndola debajo de la de un sacerdote; es pues
una iniquidad horrible perpetrada por el mismo Satanás para penetrar sigilosamente
hasta las entrañas de la familia y destruirla de la manera más cruel y vil:
"EL guerrero más diestro nunca ha debido mostrar tanta habilidad y tantas
tretas de guerra; nunca tuvo que usar esfuerzos más tremendos
para someter e invadir una ciudadela inexpugnable, que el confesor, quien
quiere someter e invadir la ciudadela del autorespeto y la honestidad que
Dios mismo ha construido alrededor del alma y el corazón de cada hija de Eva.
PERO, COMO EL PAPA QUIERE CONQUISTAR AL MUNDO POR MEDIO DE LA MUJER,
ES SUPREMAMENTE IMPORTANTE QUE LA ESCLAVICE Y DEGRADE MANTENIÉNDOLA A SUS
PIES COMO SU BANQUILLO, PARA QUE PUEDA SER UN INSTRUMENTO PASIVO PARA EL
CUMPLIMIENTO DE SU EXTENSO Y PROFUNDO PLAN.
A fin de dominar perfectamente a las mujeres en los altos círculos
sociales, el Papa ordena a cada confesor a que aprenda la más complicada y
perfecta estrategia. Él debe estudiar un gran número de tratados sobre el
arte de persuadir al bello sexo para que le confiese directamente, claramente,
y en detalle, todo pensamiento, todo secreto deseo, palabra, y obra, exactamente
como ocurrieron "
(El Sacerdote, La Mujer Y El Confesionario, CAPÍTULO V. LA MUJER
ALTAMENTE EDUCADA Y REFINADA EN EL CONFESIONARIO.—LO QUE LE SUCEDE DESPUÉS
DE SU RENDICIÓN INCONDICIONAL—SU RUINA IRREPARABLE, por Charles Chiniquy)
"Pero el traicionado marido nada sabe de los oscuros misterios de
la confesión auricular; el padre engañado nada sospecha; una nube del infierno
ha oscurecido la inteligencia a ambos, y les ha cegado. Por el contrario,
esposos y padres, amigos y parientes, se sienten reconfortados y complacidos
con el conmovedor espectáculo de la piedad de la Señora y la Señorita _.
En el pueblo, así como en la ciudad, todos tienen una palabra de alabanza
para ellas. ¡La Señora _ es vista tan a menudo humildemente postrada a los
pies, o al lado, de su confesor; la Señorita _ permanece tanto tiempo en
la casilla del confesionario; ellas reciben la santa comunión tan frecuentemente;
ellas hablan tan elocuentemente y tan frecuentemente de la admirable piedad,
modestia, santidad, paciencia y caridad, de su incomparable Padre espiritual!
Todos las felicitan por su nueva y ejemplar vida, y ellas aceptan
el cumplido con suma humildad, atribuyendo su rápido progreso en las virtudes
Cristianas a la santidad de su confesor. Él es un hombre tan espiritual;
¿quién no podría hacer rápidos avances bajo una guía tan santa?
Cuando más constantes son las tentaciones, más abruman al alma los
secretos pecados, y más aires de paz y santidad se aparentan. Cuando más impuras
son las secretas emanaciones del corazón, la bella y refinada penitente más
se rodea por una atmósfera de los más fragantes perfumes de una piedad fingida.
Cuando más corrompido está el interior del sepulcro, más brillante y blanco
se mantendrá el exterior.
Entonces, a menos que Dios realice un milagro para prevenirlo, la
ruina de aquella alma está sellada. ¡Ella ha bebido de la venenosa copa
llenada por la "madre de las rameras", ella ha encontrado el vino de su
prostitución dulce! De ahora en adelante se deleitará en sus orgías espirituales
y secretas.
Su santo (?) confesor le ha dicho que no hay impropiedad, vergüenza,
ni pecado, en esa copa. El Papa ha escrito sacrílegamente la palabra "Vida"
sobre esa copa de "Muerte". ¡Ella ha creído al Papa; el terrible misterio
de iniquidad está completado!
"Ya está obrando el misterio de iniquidad; cuyo advenimiento es según
operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos,
y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron
el amor de la verdad para ser salvos. Por tanto, pues, les envía Dios operación
de error, para que crean a la mentira; para que sean condenados todos los
que no creyeron a la verdad, antes consintieron a la iniquidad." (2 Tesalonicenses.
2. 7-12)."
(El Sacerdote, La Mujer Y El Confesionario, CAPÍTULO V. LA MUJER
ALTAMENTE EDUCADA Y REFINADA EN EL CONFESIONARIO.—LO QUE LE SUCEDE DESPUÉS
DE SU RENDICIÓN INCONDICIONAL—SU RUINA IRREPARABLE, por Charles Chiniquy)
Debido a la siniestra reserva con que estos terribles pecados son cometidos,
y a la no menos extraña y siniestra ceguera del pueblo, la mayoría no imagina
la extensión de los mismos; pero Chiniquy nos revela la potencia y extensión
del daño con estadísticas propias y de su época:
"Les digo a los legisladores de Europa y América: "Lean por ustedes mismos
aquellas horribles, inmencionables cosas"; y recuerden que el Papa tiene más
de 100.000 sacerdotes cuya tarea principal es, poner aquellas mismas cosas
en la inteligencia y la memoria de las mujeres que ellos atrapan en sus trampas.
Supongamos que cada sacerdote oiga las confesiones de sólo cinco mujeres
penitentes por día, (aunque sabemos que el promedio diario es diez): ¡esto
da el terrible número de 500.000 mujeres a quienes los sacerdotes de Roma
tienen el derecho legal a contaminar y destruir cada día del año!
¡Legisladores de las así llamadas naciones Cristianas y civilizadas!
Les pregunto de nuevo: ¡¿Dónde esta su coherencia, su justicia, su amor
por la moral pública, cuando ustedes castigan tan severamente al hombre
que ha impreso las preguntas hechas a las mujeres en el confesionario, mientras
honran y dejan libre, y a menudo pagan a los hombres cuya vida pública y
privada es gastada en diseminar exactamente el mismo veneno moral en una
forma mucho más eficaz, escandalosa, y vergonzosa, bajo la máscara de la
religión?!"
(El Sacerdote, La Mujer Y El Confesionario, CAPÍTULO VI. LA CONFESIÓN
AURICULAR DESTRUYE TODOS LOS SAGRADOS VÍNCULOS DEL MATRIMONIO Y DE LA SOCIEDAD
HUMANA, por Charles Chiniquy)
Chiniquy no nos dice esto sólo por poseer datos estadísticos a los que tenía
fácil acceso como prestigioso sacerdote en el Catolicismo Romano; como confesor
de sacerdotes, él estuvo absolutamente al tanto de la frecuencia insospechada
en que los falsos célibes habían cometido adulterio o fornicación, y narra
varios de estos casos. Éste hombre extraordinario, no habiendo caído nunca
en estos hechos vergonzosos, finalmente abandonó a Roma para aceptar a Jesucristo
como su único Señor y Salvador; un relato de la conversión de Chiniquy se
encuentra en su librito El Don.
Pero no olvidemos, los ministros del Anticristo están conformados así
por obra y decreto del Anticristo, y siendo conformados a la imagen y semejanza
del Anticristo mismo, no es contradictorio que el Anticristo mismo debe
ser él mismo también un falso célibe, o pretendido célibe y superar la maldad
de aquellos a quienes corrompió:
"Pero si giramos nuestras miradas desde los humildes sacerdotes confesores
hacia los monstruos que la Iglesia de Roma adora como los vicarios de Jesucristo—los
sumos Pontífices—los Papas, ¿no encontraremos horrores y abominaciones, escándalos
e infamias que superan todo lo hecho por los sacerdotes comunes detrás de
las impuras cortinas de la casilla del confesionario?
¿No nos dice el mismo Cardenal Baronio, que el mundo jamás vio algo
comparable a las impurezas y los inmencionables vicios de un gran número
de papas?
¿No nos dan los archivos de la Iglesia de Roma la historia de esa
famosa prostituta de Roma, Marozia, quien vivió en concubinato público con
el Papa Sergio III, a quien ella elevó a la así llamada silla de San Pedro?
¿No tuvo ella también, un hijo de ese Papa, a quien ella también hizo un
papa después de la muerte de su santo (?) padre, el Papa Sergio?
¿No pusieron la misma Marozia y su hermana, Teodora, sobre el trono
pontificio uno de sus amantes, bajo el nombre de Anastasius III, que fue
seguido pronto por Juan X? ¿Y no es un hecho público, que el papa habiendo
perdido la confianza de su concubina Marozia, fue estrangulado por orden
suya? ¿No es también un hecho de pública notoriedad, que su seguidor, León
VI, fue asesinado por ella, por haber dado su corazón a otra mujer, todavía
más degradada?
¡El hijo que Marozia tuvo del Papa Sergio, fue elegido papa, por la
influencia de su madre, bajo el nombre de Juan XI, cuando no era todavía
de dieciséis años! Pero habiendo reñido con algunos de los enemigos de su
madre, fue golpeado y enviado a la cárcel, donde fue envenenado y murió.
En el año 936, el nieto de la prostituta Marozia, después de varios
encarnizados encuentros con sus oponentes, triunfó en tomar posesión del
trono pontificio bajo el nombre de Juan XII. Pero sus vicios y escándalos
llegaron a ser tan intolerables, que el erudito y célebre Obispo Católico
Romano de Cremorne, Luitprand, dice de él: "Ninguna dama honesta osaba mostrarse
en público, porque el Papa Juan no tenía respeto por muchachas solteras,
ni por mujeres casadas, o viudas—era seguro que serían corrompidas por él,
incluso sobre las tumbas de los santos apóstoles, Pedro y Pablo.
Ese mismo Juan XII fue matado de inmediato por un caballero, que lo
encontró cometiendo el acto de adulterio con su esposa.
Es un hecho bien conocido que el Papa Bonifacio VII había causado
que Juan XIV fuera aprisionado y envenenado, y poco después de morir, el
pueblo de Roma arrastró su cuerpo desnudo por las calles, y lo dejó, horriblemente
mutilado, para ser comido por perros, si unos pocos sacerdotes no lo hubieran
enterrado secretamente.
Que los lectores estudien la historia del famoso Concilio de Constanza,
convocado para poner un fin al gran cisma, durante el cual tres papas, y
a veces cuatro, estuvieron todas las mañanas maldiciéndose unos a otros y
llamando a sus oponentes Anticristos, demonios, adúlteros, sodomitas, enemigos
de Dios y el hombre.
Como cada uno de ellos fue un infalible papa, de acuerdo al último
Concilio del Vaticano, estamos obligados a creer que estuvieron acertados
en los cumplidos que se tributaron unos a otros. [Chiniquy escribió esto luego
del concilio vaticano primero que fue durante el Papa Pío IX]
A uno de estos santos (?) papas, Juan XXIII, [n. de t.: no el del
siglo XX sino del siglo XV], habiéndose presentado ante el Concilio para
dar una explicación de su conducta, se le comprobó por medio de treinta
y siete testigos, la mayor parte de los cuales eran obispos y sacerdotes,
haber sido culpable de fornicación, adulterio, incesto, sodomía, simonía,
robo, y asesinato. También fue probado por una legión de testigos, que él
había seducido y violado a 300 monjas. Su propio secretario, Niem, dijo que
había mantenido en Boulogne, un harén, donde no menos de 200 muchachas habían
sido las víctimas de su lascivia.
¿Y qué podríamos no decir de Alejandro VI? Ese monstruo que vivió
en incesto público con sus dos hermanas y su propia hija Lucrecia, de quien
tuvo un hijo.
Pero me detengo—me sonrojo por ser forzado a repetir tales cosas.
Nunca las hubiera mencionado si no fuera necesario no solamente para poner
un fin a la insolencia y a las pretensiones de los sacerdotes de Roma, sino
también para hacer que los Protestantes recuerden porqué sus heroicos padres
han hecho sacrificios tan grandes y luchado tantas batallas, derramado su
sangre más pura e incluso muerto, para quebrantar las cadenas con las que
estaban atados a los pies de los sacerdotes y los papas de Roma.
Que mis lectores no sean engañados por la idea de que los papas de
Roma en nuestros días, son mucho mejores que aquellos de los siglos noveno,
décimo, undécimo y duodécimo. Ellos son absolutamente lo mismo—la única diferencia
es que, hoy, ellos tienen un poco más de cuidado para esconder sus secretas
orgías. Porque ellos saben bien que las naciones modernas, iluminadas como
están, por la luz de la Biblia, no tolerarían las infamias de sus antecesores;
muy pronto los arrojarían al Tíber, si osaran repetir en pleno día, las
escenas de las que los Alejandro, Esteban, Juan, etc. etc., fueron los protagonistas.
Vayan a Italia, y allí los mismos Católicos Romanos les mostrarán
las dos hermosas hijas que el último Papa, Pío IX, tuvo de dos de sus amantes.
Ellos les dirán, también, los nombres de otras cinco amantes—tres de ellas
monjas—que tuvo cuando era un sacerdote y un obispo, algunas de ellas todavía
viven.
¡Pregunten a aquellos que conocieron personalmente al Papa Gregorio
XVI, el antecesor de Pío IX, y después que les hayan dado la historia de
sus amantes, una de las cuales era la esposa de su peluquero, les dirán que
él era uno de los más grandes ebrios en Italia!"
(El Sacerdote, La Mujer Y El Confesionario, CAPÍTULO XI. LA CONFESIÓN
AURICULAR EN AUSTRALIA, NORTEAMÉRICA Y FRANCIA, por Charles Chiniquy)
Todo este abismo de iniquidad no es en realidad nuevo; no es más que una
más reforzada continuación del Paganismo; sobre ello Chiniquy nos dice algo
muy interesante:
"Sin embargo, nadie puede estar sorprendido de que los sacerdotes, los obispos,
y los papas de Roma estén hundidos en un abismo de infamia tan profundo, cuando
recordamos que ellos son nada más que los sucesores de los sacerdotes de
Baco y Júpiter. Porque no sólo han heredado sus poderes, sino que también
han conservado sus mismas ropas y mantos sobre sus hombros, y sus gorros sobre
sus cabezas. Como los sacerdotes de Baco, los sacerdotes del Papa están obligados
a nunca casarse, por las impías y perversas leyes del celibato. Porque todos
saben que los sacerdotes de Baco eran, como los sacerdotes de Roma, célibes.
Pero, como los sacerdotes del Papa, los sacerdotes de Baco, para consolarse
de las restricciones del celibato, habían inventado la confesión auricular.
Por medio de las secretas confidencias del confesionario, los sacerdotes
de los antiguos ídolos, tanto como aquellos de los recién inventados dioses
hostia, sabían quienes eran fuertes y débiles entre sus bellas penitentes,
y bajo el velo "de los misterios sagrados", durante la celebración nocturna
de sus misterios diabólicos, ellos sabían a quien dirigirse, y hacer sus votos
de celibato un yugo fácil."
(El Sacerdote, La Mujer Y El Confesionario, CAPÍTULO XI. LA CONFESIÓN
AURICULAR EN AUSTRALIA, NORTEAMÉRICA Y FRANCIA, por Charles Chiniquy)
Lo nuevo en esta iniquidad inconcebible es que todo ello es hecho no en
el nombre de Baco, sino en el nombre de Cristo, pretendiendo servir a Cristo,
es Judas que entrega a Jesús con un beso y le dice "Salve Maestro". Después
de leer esto, podemos tener idea de cuán perfecta es la Palabra de Dios, y
cuán sabio ha sido Dios en prevenir antes de que suceda: la apostasía Romana,
mediante el notable pasaje, en que Pablo nos describe, como si lo estuviera
viendo, al clero y el sacerdocio Católico Romano, antes de que este surgiera
a la existencia:
"4:1 EMPERO el Espíritu dice manifiestamente, que en los venideros tiempos
algunos apostatarán de la fe escuchando a espíritus de error y a doctrinas
de demonios;
4:2 Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la
conciencia.
4:3 QUE PROHIBIRÁN CASARSE, y mandarán abstenerse de las viandas
que Dios crió para que con hacimiento de gracias participasen de ellas los
fieles, y los que han conocido la verdad." (1 Timoteo 4:1-3)
Porque el Papa no podría hacer nada sin este ejército de falsos célibes,
y porque son sus ministros de iniquidad, es que Dios los ha denunciado antes
de que aparecieran. Pero ya han aparecido, y hemos visto su iniquidad, y sabemos
que Dios no se equivocó.
En el futuro de la larga historia,
por más oscuro que aparezca ahora,
nunca jamás habrá iniquidad más grande
que de esos falsos ministros de Roma.
Dicen ser célibes, más con engaño,
a las familias destruyen de antaño.
Aparentando hipócritas ser santos,
ellos la presa harán en sus rebaños.
Son lobos de la especie pavorosa,
amamantados por la antigua loba.
Del Santo Matrimonio son privados,
correas de sus cuellos van a Roma.
Malvado lobo y esclavo del Papa,
conoce pues que Cristo a ti te llama.
Lobo no seas más y al redil vuelve,
para una oveja ser de Quien te salva.
Pero si lobo quieres ser por siempre,
pronto irás tú, al gran infierno ardiente.
Tu iniquidad recibirá la paga,
tu fin será el arder eternamente.
Así concluimos esta comparación entre los ministros de Cristo y del Anticristo.
¿Querrá algún lobo del Papa, pasar a ser una humilde oveja de Jesucristo?
¿Querrá algún ministro del Anticristo convertirse en ministro de Cristo?
Chiniquy y muchos más han probado cuán bueno es dejar de servir al Papa y
servir a Jesucristo.
"El Gran Vicario me dijo, "M. Chiniquy, estamos muy contentos de que haya
logrado que el anterior Obispo fuera despedido, porque él era un mal hombre;
pero se sospecha en muchos lugares que usted no está más en la Iglesia de
Roma; se sospecha que usted es un hereje y un protestante. ¿Nos daría usted
un documento por el cual podamos probar a todo el mundo que usted y su gente
son todavía buenos católicos romanos?"
Yo dije, "No tengo objeción."
Él contestó, "Es el deseo del nuevo Obispo, a quien el Papa ha enviado,
tener ese documento de parte de usted."
Entonces tomé un pedazo de papel - me parecía que esa era una oportunidad
excelente de silenciar la voz que me estaba hablando de día y noche y que
estaba inquietando mi fe. Yo quería convencerme a mí mismo de esta manera
que en la Iglesia Católica Romana realmente estábamos siguiendo la Palabra
de Dios, y no solamente "tradiciones de hombres". Escribí estas mismas palabras:
"Mi señor, nosotros los francocanadienses de la colonia de Illinois
queremos vivir en la Santa Iglesia Católica Apostólica Romana, fuera de
la cual no hay salvación, y para probar esto a vuestra señoría, prometemos
obedecer su autoridad de acuerdo a la Palabra de Dios, como la encontramos
en el Evangelio de Cristo."
Yo firmé esto y ofrecí a mi pueblo que firmara, y ellos lo hicieron.
Entonces se lo di al Gran Vicario, y le pregunté que pensaba él de éste.
Él dijo, "Es exactamente lo que queremos." Me aseguró que el Obispo lo aceptaría,
y que todo estaría bien.
Cuando el Obispo leyó el documento de subordinación, también lo encontró
apropiado, y con lágrimas de alegría dijo: "Estoy tan contento de esta subordinación,
porque temíamos que usted y su gente se volverían protestantes."
Amigos míos, para mostrar mi ceguera, debo confesar para mi vergüenza,
que yo estaba contento por haber hecho la paz con el Obispo, un hombre,
mientras todavía yo no estaba en paz con Dios. El Obispo me dio una "carta
de paz", en la cual él declaraba que yo era uno de sus mejores sacerdotes,
y regresé a los míos con la decisión de permanecer allí.
Pero Dios miró hacia mí en su misericordia, y Él iba a romper esa
paz que era paz con el hombre y no con Dios.
El Obispo, después de mi partida, fue a la oficina del telégrafo y
telegrafió a los otros obispos mi subordinación, y les preguntó que pensaban
de ésta. Ellos unánimemente le contestaron ese mismo día: "¿No ve usted que
Chiniquy es un protestante disfrazado, y que él ha hecho un protestante de
usted? Él no se subordinó a usted; él se subordinó a la Palabra de Dios. Si
no destruye esa subordinación, usted mismo es un protestante."
Diez días después, recibí una carta del Obispo, y cuando fui a verlo,
me preguntó si yo tenía la "carta de paz" que me había dado el otro día.
Yo se la presenté, y cuando vio que esa era la carta, él corrió hacia su
estufa y la arrojó al fuego. Yo estaba pasmado. Me precipité hacia el fuego
para salvar mi carta, pero era demasiado tarde; estaba destruida.
Entonces me volví hacia el Obispo, y le dije, "¿Cómo se atreve usted,
mi señor, a tomar de mis manos un documento que es de mi propiedad, y a
destruirlo sin mi consentimiento?"
Él respondió: "M. Chiniquy. Soy su superior, y no tengo que rendirle
cuentas a usted."
"Por supuesto mi señor, usted es mi superior, y yo no soy nadie sino
un pobre sacerdote, pero hay un gran Dios que está tanto muy encima de usted
como de mí, y ese Dios me ha dado derechos a los que nunca renunciaré para
complacer a ningún hombre; en la presencia de ese Dios yo protesto contra
su iniquidad."
"Bien," dijo él, "¿vino a darme un sermón?"
Le contesté, "No, mi señor; pero quiero saber si me trajo aquí para
insultarme."
"M. Chiniquy," dijo él, "lo traje aquí porque usted me dio un documento
que usted sabe muy bien que no fue un acto de sumisión."
Entonces contesté, "Dígame, ¿qué acto de sumisión requiere de mí?"
Él dijo, "Usted debe comenzar por sacar estas pocas palabras: 'de
acuerdo a la Palabra de Dios, como la encontramos en el Evangelio de Cristo',
y decir simplemente que usted promete obedecer mi autoridad sin ninguna
condición; que usted promete que hará todo lo que yo le diga."
Entonces me puse de pie, y dije, "Mi señor, lo que usted requiere
de mí no es un acto de sumisión, sino un acto de adoración, y se lo niego."
"Entonces," dijo él, "si usted no puede darme ese acto de sumisión,
usted no puede ser más un sacerdote católico romano."
Yo levanté mis manos hacia Dios, y dije, "Sea el Dios todopoderoso
para siempre bendito", y tomé mi sombrero y dejé al Obispo.
Fui al hotel en donde tenía una habitación reservada, y llaveé la
puerta detrás de mí. Caí de rodillas para examinar lo que había hecho en
la presencia de Dios. Entonces vi, por primera vez claramente, que la Iglesia
de Roma no podía ser la Iglesia de Cristo. Yo había aprendido la terrible
verdad, no de los labios de los protestantes, ni de los de sus enemigos,
sino de los labios de la misma Iglesia de Roma. Vi que no podía permanecer
en ella a menos que renunciara a la Palabra de Dios en un documento formal.
Entonces vi que había hecho bien en renunciar a la Iglesia de Roma. Pero
¡oh! Mis amigos, ¡qué oscura nube vino sobre mí! En medio de mis tinieblas
exclamé: "Mi Dios, mi Dios, ¿porqué es que mi alma está rodeada con una nube
tan oscura?"
Con lágrimas clamé a Dios que me mostrara el camino, pero durante
un tiempo, no fue me fue dada una respuesta. Había renunciado a la Iglesia
de Roma; había renunciado a una posición, honor, mis hermanos y hermanas,
¡todo lo que era querido para mí! Vi que el Papa, los Obispos, y los sacerdotes
me atacarían en la prensa, y en el púlpito. Vi que una guerra a muerte había
comenzado entre la Iglesia de Roma y yo, y yo miraba para ver si habían
quedado algunos amigos para ayudarme en la batalla, pero ningún amigo permaneció.
Vi que aún mis más queridos amigos se dedicaron a maldecirme, y a mirarme
como un infame traidor. Vi que mi pueblo me rechazaría, que mi amado país,
donde tenía tantos amigos, me maldeciría, y que había llegado a ser un objeto
de horror para el mundo.
Entonces traté de recordar si tenía algunos amigos entre los protestantes,
pero como yo había hablado y escrito contra ellos toda mi vida, no tenía
un solo amigo allí. Vi que estaba solo para pelear la batalla. Esto era demasiado,
y en esa terrible hora, si Dios no hubiera hecho un milagro, yo no habría
sido capaz de soportarlo. Me parecía imposible salir de la habitación al
frío mundo, donde no podría encontrar una sola mano para estrechar la mía,
o un solo rostro sonriente mirándome, sino que donde fuera solamente vería
a aquellos que me considerarían un traidor.
Parecía que Dios estaba lejos, pero Él estaba muy cerca. Repentinamente
un pensamiento llegó a mi mente: "Tienes tu Evangelio; léelo, y encontrarás
la luz." Arrodillado, y con mano temblorosa, abrí el libro. No yo, sino
Dios lo abrió, porque mis ojos cayeron sobre 1 Corintios 7:23: "Por precio
sois comprados; no os hagáis siervos de los hombres."
Con estas palabras la luz vino a mí, y por primera vez vi el gran
misterio de la salvación, tanto como un hombre puede verlo. Me dije a mí
mismo: "Jesús me ha comprado; entonces, si Jesús me ha comprado, Él me ha
salvado; ¡yo estoy salvado! ¡Jesús es mi Dios! ¡Todas las obras de Dios son
perfectas! Yo estoy, entonces, perfectamente salvado - Jesús no podría salvarme
a medias. Yo estoy salvado por la sangre del Cordero; yo estoy salvado por
la muerte de Jesús." Y estas palabras fueron tan dulces para mí que sentí
una alegría indescriptible, como si las fuentes de vida estuvieran abiertas
y torrentes de nueva luz estuvieran fluyendo sobre mi alma. Yo me dije, "no
soy salvado por el purgatorio, o por indulgencias, confesiones o penitencias.
¡Soy salvado sólo por Jesús!" Y todas las falsas doctrinas de Roma huyeron
de mi mente como cae una torre que es golpeada en su base.
Entonces sentí tal alegría, tal paz, que los ángeles de Dios no podrían
estar más felices que lo que estaba yo. La sangre del Cordero fue derramada
por mi pobre alma culpable. Con un estruendosa grito de alegría dije, "¡Oh!
¡Querido Jesús, yo lo siento, yo lo sé; Tú me has salvado! ¡Oh! ¡Don de
Dios, yo te acepto a Ti! Toma mi corazón y hazlo para siempre tuyo. ¡Don
de Dios, habita en mí para hacerme puro y fuerte; permanece en mí para ser
mi camino, mi luz, y mi vida; concédeme que yo pueda permanecer en Ti ahora
y para siempre! Pero, querido Jesús, no me salves solo; salva a los míos;
concédeme mostrarles el Don también! ¡Oh! Que ellos puedan aceptarte y sentirse
ricos y felices como yo ahora."
Fue así como encontré la Luz y el gran misterio de nuestra salvación,
que es tan sencilla y tan hermosa, tan sublime y tan grande. Yo había abierto
las manos de mi alma y aceptado el regalo. Yo era rico en el don. La salvación,
mis amigos, es un regalo, ustedes no tienen que hacer nada sino aceptarlo,
amarlo, y amar al Dador. Apreté el Evangelio a mis labios, y juré que nunca
predicaría nada más que de Jesús.
Llegué a mi colonia un Domingo a la mañana. Todo el pueblo estaba
sumamente alborotado y corrían hacia mí, y me preguntaban las novedades
que traía. Cuando estuvieron reunidos en la iglesia, les presenté El Don.
Les mostré lo que Dios me había obsequiado a mí. A su Hijo Jesús como un
regalo - y, por medio de Jesús, el perdón de mis pecados, y la vida eterna
como un regalo. Entonces, no sabiendo si ellos aceptarían o no el regalo,
les dije: "Es tiempo para mí de separarme de ustedes, amigos míos, yo he
dejado la Iglesia Católica Romana para siempre. He recibido el regalo de
Cristo, pero les respeto lo suficiente para imponerme a mí mismo sobre ustedes;
si ustedes piensan que es mejor para ustedes seguir al papa que seguir a
Cristo, e invocar el nombre de María que el nombre de Jesús, para ser salvados,
díganmelo poniéndose de pie."
Para mi gran sorpresa toda la multitud permaneció en sus asientos,
llenando la iglesia con sus sollozos y lágrimas. Yo pensé que alguno me diría
que me fuera, pero nadie lo hizo. Y mientras los observaba, vi que un cambio
se produjo en ellos - un cambio maravilloso, que no puede ser explicado
por los caminos normales - y les dije, con una exclamación de gozo:
"El poderoso Dios quien me salvó ayer a mí puede salvarles a ustedes
hoy. Ustedes cruzarán el Mar Rojo conmigo y entrarán a la Tierra Prometida.
Aceptarán conmigo al gran regalo - ustedes serán felices y ricos en el don.
Pondré el asunto en otra forma. ¡Si piensan que es mejor para ustedes seguir
a Cristo que al Papa, invocar el nombre de Jesús solo que el nombre de María,
que es mejor poner su confianza solamente en la sangre del Cordero derramada
en la Cruz por sus pecados, que en la fábula del purgatorio de Roma, después
de la muerte para ser salvados; y si piensan que es mejor para ustedes tenerme
para predicarles el puro Evangelio de Cristo, que tener un sacerdote para
predicarles las doctrinas de Roma, díganmelo poniéndose de pie - y seré
de ustedes!"
Y todos, sin una sola excepción, se pusieron de pie, y con lágrimas
me pidieron que permaneciera con ellos.
El Don, el grande, el indescriptible Don había, por primera vez, venido
delante de sus ojos en su belleza; ellos lo encontraron precioso; ellos
lo aceptaron; y las palabras no pueden expresar la felicidad de esa multitud.
Como yo, se sintieron ricos y felices en el Don. Los nombres de unas mil
almas, yo creo, fueron escritos en el Libro de la Vida ese día. Seis meses
más tarde éramos dos mil convertidos; ¡un año más tarde éramos alrededor
de cuatro mil! Y ahora somos unos veinticinco mil los que hemos lavado nuestras
ropas y las hemos hecho blancas en la sangre del Cordero.
Las noticias se difundieron rápidamente por toda América, y aún en
Francia e Inglaterra - que Chiniquy, el sacerdote más conocido de Canadá,
había dejado la Iglesia de Roma, encabezando un noble grupo de personas. Y
dondequiera se decía esto, el nombre de Jesús era bendecido, y yo espero que
ustedes bendecirán al misericordioso y adorable Salvador hoy conmigo, cuando
es mi privilegio haberles dicho lo que Él ha hecho por mi alma.
Oren por los Católico Romanos de América y de todas partes, para que
yo pueda ser el instrumento de las misericordias de Dios hacia ellos; para
que todos ellos puedan recibir, al igual que ustedes, el Don indescriptible;
puedan amar y glorificar el Don durante los pocos días de nuestro peregrinaje
aquí, y por toda la eternidad.
Amén."
(El Don, por Charles Chiniquy)
6.8. Dos Misterios Con Seguidores Opuestos Y Distintos
El contraste entre estas dos encarnaciones opuestas y de distinta naturaleza,
con opuestas y distintas fuentes de validación, que tienen asistentes angélicos
sobrenaturales opuestos y distintos, y que tienen ministros opuestos y distintos,
continúa. Ambos misterios tienen seguidores opuestos y distintos.
El Apóstol Pablo continúa diciendo en 1 Timoteo 3:16 que Jesucristo,
Dios manifestado en carne, "ha sido creído en el mundo";y nos dice
que los que creen en él, creen para salvación: "Mas nosotros debemos dar
siempre gracias á Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios
os haya escogido desde el principio para salud, por la santificación del
Espíritu y fe de la verdad: A lo cual os llamó por nuestro evangelio, para
alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo" (2 Tesalonicenses 2:13-14).
Pero por otra parte, el Apóstol nos advierte, en 2 Tesalonicenses 2:10-12,
que también el Anticristo, es decir: el Papado, hallaría sus seguidores,
muchísimos de los cuales permanecerían suyos hasta la muerte para eterna
perdición: "Y con todo engaño de iniquidad en LOS QUE PERECEN; por cuanto
NO RECIBIERON EL AMOR DE LA VERDAD PARA SER SALVOS. Por tanto, pues, les
envía Dios operación de error, PARA QUE CREAN A LA MENTIRA; Para que sean
CONDENADOS TODOS LOS QUE NO CREYERON A LA VERDAD, ANTES CONSINTIERON A LA
INIQUIDAD."
Del misterio de la piedad Wylie comenta lo siguiente en su paralelismo,
en relación a estos dos grupos de la humanidad, los que creen en Cristo
y los que creen en el Papa:
Del misterio de la piedad, Dios manifestado en carne, Jesucristo, dice:
"Ha sido creído en el mundo". Así se eleva la gradación, y así el misterio
de la piedad avanza hacia su culminación. Los dioses del paganismo cayeron
delante de la predicación del "Crucificado". Poderosas naciones, tanto del
este como del oeste, llegaron a ser obedientes a la fe; el evangelio validó
su reclamo de ser del cielo por los benditos frutos que trajo dondequiera;
y Jesús fue creído como el verdadero Mesías y Salvador del mundo."
Pero del misterio de iniquidad dice:
"Fue creído en el mundo por aquellos cuyos nombres no están escritos
en el Libro de la Vida." (El Papado Es El Anticristo, CAPÍTULO XIII,
La Culminación Del Paralelismo: Una Entronización,, por J. A.
Wylie).
Claro está que cualquier seguidor del Anticristo puede escoger seguir a
Cristo, dejar al falso Sumo Pontífice Romano por el verdadero Pontífice:
Jesucristo Hombre, Dios manifestado en carne, el verdadero Salvador y verdadero
Mediador. Pues por el arrepentimiento y la fe en Cristo es posible "recibir
el amor de la verdad para ser salvos", y así dejar de estar "creyendo a la
mentira" y no poder ser ya nunca "condenados", por ya "haber creído a la
verdad", y por así haber dejado de estar "consintiendo con la iniquidad".
Pero sin el arrepentimiento y la fe en Jesucristo, las personas que creen
en el Papa son mientras tanto: "los que perecen", y "no quieren recibir
el amor de la verdad para ser salvos", y continúan "creyendo a la mentira",
y están rumbo a ser "condenados", "no creyendo a la verdad", "consintiendo
con la iniquidad". De no arrepentirse, creer en Cristo y huir del Anticristo,
de morir en el estado descripto, entonces su estado será inalterable y adquirirá
un carácter definitivo tal como lo expresa el Apóstol Pablo. Una vez muertos
en unión con el Papa y su engaño, ellos son para siempre los que "ya perecieron",
los que ya "NO RECIBIERON EL AMOR DE LA VERDAD PARA SER SALVOS",
los que siempre y hasta su muerte creyeron "a la mentira", los que
están ya para siempre "condenados", "TODOS LOS QUE NO CREYERON
A LA VERDAD, ANTES CONSINTIERON A LA INIQUIDAD". ¡Dios mío, que sean
muchos los Católicos que tengan misericordia de sí mismos y ACUDAN A CRISTO,
y HUYAN DEL PAPA, antes de que llegue la hora terrible cuando ya nada podrá
cambiarse! ¡SEÑOR! QUE MUCHOS DE ELLOS LLEGUEN A SER DE AQUELLOS A QUIENES
PABLO DICE:
"Mas nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos
amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salud,
por la santificación del Espíritu y fe de la verdad: A lo cual os llamó por
nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo"
(2 Tesalonicenses 2:13-14).
Cualquier seguidor del Anticristo puede escoger seguir a Cristo, dejar al
falso Sumo Pontífice Romano por el verdadero Pontífice: Jesucristo, y ello
será así aún en los terribles y desesperantes momentos del reinado del último
Papa de la historia; porque Dios obrará y llamará afuera de Roma a una incontable
multitud de Católicos para que lleguen a ser de Cristo. Resuena el Apocalíptico
llamado de los Dos Testigos, que han de ser manifestados, con el mensaje de
los tres ángeles, a fin de que acontezca el gran ÉXODO FINAL del las almas
que escaparán del último de los Papas para llegar a ser de Jesucristo:
CONTENIDO DE LA PREDICACIÓN DE LOS DOS TESTIGOS Y LOS CIENTO CUARENTAICUATRO
MIL Y DE SUS POSTERIORES CONVERTIDOS DURANTE LOS TRES AÑOS Y MEDIO FINALES
DE LA HISTORIA
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SE PREDICARÁ EL EVANGELIO EN MEDIO DE LA GRAN TRIBULACIÓN:
14:6 Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio
eterno para predicarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu
y lengua y pueblo,
SE ADVERTIRÁ DE LA INMINENCIA DEL JUICIO DE DIOS Y SE EMPLAZARÁ A LOS HOMBRES
A ADORAR AL "DIOS DE TODA LA TIERRA" DELANTE DEL CUAL ESTÁN LOS DOS TESTIGOS:
14:7 Diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de
su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y
el mar y las fuentes de las aguas.
SE PREDICARÁ LA INMINENCIA DE LA CONDENA FINAL DE ROMA Y SU FALSA IGLESIA:
14:8 Y otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, aquella
grande ciudad, porque ella ha dado a beber a todas las naciones del vino del
furor de su fornicación.
SE EMPLAZARÁ A LOS HOMBRES A NO RECIBIR LA MARCA DEL PAPA O A ABANDONARLA;
PORQUE ¡HAY DE LOS QUE MUERAN ADORANDO AL PAPA Y PORTANDO SU MARCA O SEAN
ENCONTRADOS ASÍ POR CRISTO EN SU VENIDA!:
14:9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora
[PresCont] a la bestia y a su imagen, y toma [PresCont]
la señal en su frente, o en su mano,
[Donde se aclare: "[PresCont]" es para indicar que en el Texto Griego Recibido
se usa el tiempo presente griego de acción continuada, dando a entender que
es tanto su pecado y su perseverancia en él hasta su fin lo que los condenaría]
14:10 Este también beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado
puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante
de los santos ángeles, y delante del Cordero:
14:11 Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que
adoran [PresCont] a la bestia y a su imagen, no tienen reposo día ni
noche, ni cualquiera que tomare [PresCont] la señal de su nombre.
LOS CREYENTES EN CRISTO NO TOMARÁN LA MARCA DEL PAPA; Y LOS QUE SE CONVIERTAN
A CRISTO DESPUÉS DE HABERLA TOMADO NO PERSEVERARÁN EN LLEVAR LA MARCA, AÚN
CUANDO TENGAN QUE MORIR, DESCANSARÁN DE SUS TRABAJOS:
14:12 Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los
mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.
14:13 Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los
muertos que de aquí adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que
descansarán de sus trabajos; porque sus obras con ellos siguen.
|
Pero nadie debe posponer su conversión para un futuro incierto; el infierno
eterno, horripilante y temible, debe ser rehuido ahora mismo, arrepentíos
ahora y creed en Jesucristo. No seais de los que hasta el final siguen al
misterio de iniquidad para terminar en el infierno sin posibilidad de salvación.
Dejad al Anticristo AHORA, id A CRISTO ahora mismo. Amén.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque
no envió Dios a su Hijo al mundo, para que condene al mundo, mas para que
el mundo sea salvo por Él." (Juan 3:16-17)
¿Quien querrá ser salvo por Cristo? ¿Quién dejará al Anticristo de perdición
y se refugiará en el Cristo de la eterna salvación?
6.9. Dos Misterios Con Tronos Opuestos y Distintos Y Con Final Opuesto
y Distinto
Finalmente llegamos al cabo del gran contraste entre estas dos encarnaciones
opuestas y de distinta naturaleza (Jesucristo y el Papado), con opuestas
y distintas fuentes de validación (una El Espíritu Santo de Dios, y la otra
el diablo), que tienen asistentes angélicos sobrenaturales opuestos y distintos
(unos los Ángeles del Cielo, y los otros los demonios o ángeles del diablo),
y que tienen ministros opuestos y distintos (unos los apóstoles y los siervos
de Jesucristo, los otros los sacerdotes de la apostasía Romana con su remarcada
característica del Celibato Sacerdotal Obligatorio impuesto por el Anticristo),
dos misterios que tienen seguidores opuestos y distintos (unos los que han
creído en Cristo para salvación, los otros los que creen en el Papa para
perdición eterna); y finalmente concluimos en la posición y el final distinto
y opuesto que tendrán Cristo por su lado, y los Papas por el suyo.
Cristo, nos dice Pablo, "ha sido recibido en gloria", (fin de
1 Timoteo 3:16); pero del Anticristo, el Papado, se nos dice que ha escogido
el trono del mundo en la tierra, pretendiendo representar a Cristo y usurpándolo
más bien, para finalmente ser recibido abajo, en el infierno, abajo en la
eterna deshonra:
"2:3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga
antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, EL HIJO DE PERDICIÓN,
2:4 Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios,
o que se adora; TANTO QUE SE ASIENTE EN EL TEMPLO DE DIOS COMO DIOS, HACIÉNDOSE
PARECER DIOS.
2:5 ¿No os acordáis que cuando estaba todavía con vosotros, os
decía esto? ...................................................................
2:8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, AL CUAL EL SEÑOR
MATARÁ CON EL ESPÍRITU DE SU BOCA, Y DESTRUIRÁ CON EL RESPLANDOR DE SU VENIDA;"
(2 Tesalonicenses 2:3-5, 8)
Del misterio de la piedad y su entronización, citamos lo siguiente del libro
de J. A. Wylie:
""Ha sido recibido en gloria". Este es el paso final; aquí el misterio culmina.
Podemos ahora mirar a lo largo del trayecto entero de su desarrollo, desde
la cuna en el establo hasta las puertas eternas que son vistas elevarse para
que el Rey de Gloria pueda entrar, y sentarse sobre el trono de universal
y eterno dominio, mientras los arcángeles y serafines "y a toda criatura que
está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está en
el mar, y todas las cosas que en ellos están", se les oye decir: "Al que está
sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria,
y el poder, para siempre jamás." (Apocalipsis 5: 13)."
Pero de la entronización del misterio de iniquidad dice:
"Y finalmente, fue recibido arriba en los cielos del dominio eclesiástico
y la gloria imperial. Su líder era ahora visto sentado en el templo de Dios;
mostrándose que él es Dios, mientras los reyes y naciones de la tierra son
vistos inclinarse delante de él, y atribuyéndole dominio y poder y gloria.
Ellos adoraron a la bestia diciendo: "¿Quién es semejante a la bestia? ...
le fue dada potencia sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente. Y todos los
que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el
libro de la vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo."
(Apocalipsis 13:4-8).
El Papa en el trono de los tronos de la tierra es la falsificación
de Cristo en el trono de los tronos en el cielo." (El Papado Es El Anticristo,
CAPÍTULO XIII,La Culminación Del Paralelismo: Una Entronización,,
por J. A. Wylie).
Mientras que Cristo es el Salvador que ha sido exaltado a los cielos, el
Papado se ha exaltado a sí mismo y es, cada Papa, "el hijo de perdición"
igual que Judas. Es el hijo de perdición porque siembra, esparce, y disemina
la perdición en el mundo; ya hemos visto que serán condenados eternamente
todos los que hasta la muerte permanezcan a favor del Papa; y es el Papa entonces
como un gran diablo que arrastra con él, al infierno, a incontables multitudes
de seguidores suyos; y es entonces un aborrecible y gran prodigador de perdición
eterna. Pero el Papa es también el hijo de perdición porque finalmente él
mismo irá al infierno. Todos los Papas, sin faltar ninguno, en la horrenda
hora de su partida descenderán al infierno. Y el último Papa de la historia,
se topará vivo con Jesucristo mismo, y el libro de Apocalipsis nos dice cual
será el terrible decreto de Cristo para con el último Papa. Pablo nos dice
que al último Papa "EL SEÑOR MATARÁ CON EL ESPÍRITU DE SU BOCA, Y DESTRUIRÁ
CON EL RESPLANDOR DE SU VENIDA;" (2 Tesalonicenses 2:8); y en Apocalipsis
se nos dice cuál es el terrible decreto que saldrá de la boca de Cristo:
"Y la bestia [que aquí es el último Papa al momento de la segunda venida
de Cristo] fue presa, y con ella el falso profeta que había hecho las señales
delante de ella, con las cuales había engañado a los que tomaron la señal
de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos FUERON LANZADOS VIVOS
DENTRO DE UN LAGO DE FUEGO ARDIENDO EN AZUFRE." (Apocalipsis 19:20)
Muchos enseñan que la existencia de los que han sido lanzados al lago de
fuego se extingue por completo; pero no es así; como una muestra, la "muerte"
del último Papa es una "muerte en vida", no significa la extinción de la vida,
sino la extinción de su vida inicua para vivir castigado eternamente. Mil
años después de ser arrojado VIVO al lago de fuego, encontramos de nuevo al
último Papa y a su falso profeta vivos en el lago de fuego para ser atormentados
ya junto con el diablo por toda la eternidad:
Tal es el horrendo final del último de los Papas.
Alguno dirá: ¿Y qué de los Papas anteriores? ¿Porqué no se habla de ellos?
La respuesta es que Sí, que se habla de ellos. Sucede que al hablar del
fin del último Papa, se nos está hablando también de su consecuencia acompañante
y conjunta implicada, que es EL FIN DE LA DINASTÍA PAPAL. Porque el Anticristo
había de surgir a la caída del Imperio Romano y con LA apostasía, no la
apostasía del protestantismo, que ahora presenciamos, sino LA apostasía,
una apostasía aún no manifestada en el tiempo de Pablo y que sería la apostasía
que seguiría sin duda al tiempo de la era Apostólica, no a la era Protestante.
Esa grande, y terrible apostasía duradera en siglos, ha ocurrido, es la
apostasía Romana que dio lugar al surgimiento del Papado. La misma presente
apostasía del protestantismo no es sino una apostasía de segundo orden cuya
característica principal es VOLVER A ROMA, es decir volver a LA apostasía
primera, la grande, LA apostasía, la apostasía Romana, con su Papado que
es el Anticristo. Obviamente que el fin del último Papa será ser arrojado
VIVO al lago de fuego; pero no hay duda alguna de que cada componente de
la dinastía Papal ha sido y será condenado con la perdición eterna.
En cuanto a la condenación eterna de los Papas, los que no son el último
de la dinastía, y aún el último de la dinastía, encontramos la temible profecía
de Isaías:
"14:3 Y será en el día que Jehová te diera reposo de tu trabajo, y de tu
temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir,
14:4 Que levantarás esta parábola sobre el rey de Babilonia, y
dirás: ¡Cómo paró el exactor, cómo cesó la ciudad codiciosa del oro!
14:5 Quebrantó Jehová el bastón de los impíos, el cetro de los
señores;
14:6 Al que con ira hería los pueblos de llaga permanente, el cual
se enseñoreaba de las gentes con furor, y las perseguía con crueldad.
14:7 Descansó, sosegó toda la tierra: cantaron alabanza.
14:8 Aun las hayas se holgaron de ti, y los cedros del Líbano,
diciendo: Desde que tú pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.
14:9 El infierno abajo se espantó de ti; te despertó muertos que
en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los
príncipes de la tierra, a todos los reyes de las naciones.
14:10 Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también enfermaste
como nosotros, y como nosotros fuiste?
14:11 Descendió al sepulcro tu soberbia, y el sonido de tus vihuelas:
gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.
14:12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado
fuiste por tierra, tú que debilitabas las gentes.
14:13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto
junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi solio, y en el monte del testimonio
me sentaré, a los lados del aquilón;
14:14 Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al
Altísimo.
14:15 Mas tú derribado eres en el sepulcro, a los lados de la huesa.
14:16 Inclinarse han hacia ti los que te vieren, te considerarán
diciendo: ¿Es este aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba
los reinos;
14:17 Que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades;
que a sus presos nunca abrió la cárcel?
14:18 Todos los reyes de las gentes, todos ellos yacen con honra
cada uno en su casa.
14:19 Mas tú echado eres de tu sepulcro como tronco abominable,
como vestido de muertos pasados a cuchillo, que descendieron al fondo de la
sepultura; como cuerpo muerto hollado.
14:20 No serás contado con ellos en la sepultura: porque tú destruiste
tu tierra, mataste tu pueblo. No será nombrada para siempre la simiente
de los malignos." (Isaías 14:3-20)
Terrible profecía en verdad, ella se refiere en una primera instancia al
último rey de la Antigua Babilonia; pero en una segunda instancia más perfecta
y final se refiere al rey de la que Dios llama LA GRAN BABILONIA, la cual
es Roma; y cuyo rey son TODOS LAS PAPAS DE LA DINASTÍA, DEL PRIMERO AL ÚLTIMO
REINANDO EN NOMBRE DEL DIABLO MISMO.
Se nos habla allí de un descenso al infierno (no al lago de fuego sino
al lugar a donde AHORA van las almas de los perdidos antes de que luego
del Juicio del Gran Trono Blanco sean enviados en cuerpo y alma para siempre
al lago de fuego según Apocalipsis 20:11-15); se nos describe como "el
rey de Babilonia" (14:4), un Papa, rey de Roma, desciende al horrendo
lugar subterráneo, "el infierno abajo" (14:9), donde se encuentra
con reyes de la tierra que se sorprenden de encontrar allí al "Vicario de
Cristo". Ellos dicen: "¿Tú también enfermaste como nosotros, y como nosotros
fuiste?" (14:10). El profeta Isaías se refiere a la grandeza de la caída
de los Papas que pretendiendo ostentar el trono de Dios como "Vicarios de
Cristo", "Representantes de Dios", pretendiendo ostentar el trono del cielo,
caen finalmente abajo, al infierno:
"14:12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste
por tierra, tú que debilitabas las gentes.
14:13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto
junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi solio, y en el monte del testimonio
me sentaré, a los lados del aquilón;
14:14 Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al
Altísimo."
Y muchos creen que ésta es una profecía de Lucifer y su caída, pero NO;
más bien es una profecía sobre los Papas con ALUSIÓN A LUCIFER. La profecía
es sobre el "VARÓN que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos"
(14:16), es decir, sobre el "rey de Babilonia" (14:4), el Papa.
Así que es sobre el Papa, pero con una notable alusión a Lucifer el "Lucero,
hijo de la mañana" (14:12). ¿Porqué Dios ha aludido a Lucifer a través
del Papa; y no a la inversa? A dicha pregunta respondo: ¿Porqué Dios ha aludido
a Lucifer a través de la serpiente; y no a la inversa?. Así como la serpiente
fue el instrumento del diablo para la caída de la humanidad, el Papado es
el instrumento del diablo como el Anticristo, y porque el dicho del Papa ensalzandose
con su trono a las alturas del cielo no es sino el dicho mismo del diablo;
ya que el trono del diablo y el trono del Papa son LA MISMA COSA.
Así, todos los Papas descenderán al infierno, al horrendo lugar subterráneo;
y en cuanto al último Papa, en cuerpo y alma, como dijimos será arrojado vivo
al lago de fuego y no será sepultado:
Tal será el horrible final de cada uno de los ocupantes del trono del "hijo
de perdición", del primero al último, y ninguno escapará jamás.
Con horror nos alejamos del trono de la perdición, el trono diabólico
del que desciende a su perdición; y nos acercamos presurosos al trono de la
Gracia, al trono de Jesucristo:
"7:22 Tanto de mejor testamento es hecho fiador Jesús.
7:23 Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por
la muerte no podían permanecer. [Los sacerdotes del Antiguo Testamento,
figura y símbolos de Jesucristo]
7:24 Mas éste [Jesucristo], por cuanto permanece para siempre,
tiene un sacerdocio inmutable:
7:25 Por lo cual PUEDE TAMBIÉN SALVAR ETERNAMENTE A LOS QUE POR
ÉL SE ALLEGAN A DIOS, VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS.
7:26 Porque TAL PONTÍFICE NOS CONVENÍA: santo, inocente, limpio,
apartado de los pecadores, y HECHO MÁS SUBLIME QUE LOS CIELOS;
7:27 Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes,
de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo:
PORQUE ESTO LO HIZO UNA SOLA VEZ, OFRECIÉNDOSE A SÍ MISMO." (Hebreos
7:22-27)
"2:5 Porque hay un Dios, asimismo UN MEDIADOR ENTRE DIOS Y LOS
HOMBRES, JESUCRISTO HOMBRE;
2:6 EL CUAL SE DIÓ A SÍ MISMO EN PRECIO DEL RESCATE POR TODOS,
para testimonio en sus tiempos"
(1 Timoteo 2:5-6)
Aquí ponemos fin a este paralelismo entre el misterio de la piedad y el
misterio de iniquidad como surge de la Escritura. Que el Señor Dios Misericordioso
ilumine los ojos y los corazones de muchos a fin de que reciban el amor de
la verdad para ser salvos y no sigan consintiendo a la iniquidad del Papado;
si alguno fuere iluminado no sea tardo en arrepentirse y huir de Roma, escapar
de la cadena del Papa y refugiarse en los brazos de Jesucristo, el único y
suficiente Salvador.
En el siguiente capítulo nos dedicaremos a hacer algunas advertencias
sobre el posible curso que tomará en lo inmediato el misterio de iniquidad.
Es probable que se precipiten los acontecimientos finales con el advenimiento
del último Papa de la historia. Probablemente la segunda venida del Señor
esté muy cerca.
Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado
en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles;
ha sido predicado a los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido
en gloria.
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