Las Divinas Profecías De La Biblia, por Adolfo Ricardo Ybarra

© Copyright 2001 Adolfo Ricardo Ybarra y Julio José Ybarra

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Capítulo 6. El Gran Paralelismo Entre el Misterio De La Piedad Y El Misterio De Iniquidad


6.1. Dos Expresiones Únicas Y Estrechamente Relacionadas En Oposición Mutua: "El Misterio De La Piedad" Y "El Misterio De La Iniquidad"
El Espíritu Santo de Dios, tuvo a bien, por medio del Apóstol Pablo, acuñar estas dos expresiones únicas en toda la Biblia: "el misterio de la piedad" (1 Tim. 3:16) y "el misterio de iniquidad" (2 Tes. 2:7). En el Capítulo 4 hemos marcado otra expresión única del Espíritu de Dios aplicada solamente a Judas y al Papado: "el hijo de perdición" (Juan 17:12; 2 Tes. 2:3), lo cual nos llevó a establecer un paralelismo entre Judas y el Papado, encontrando que la Roma Papal no es la sede de Pedro sino la sede de Judas; y que el Papa es verdaderamente el Judas Romano o Judas Papal. Dicho paralelismo nos brindaba una perfecta semejanza entre dos de igual carácter satánico y de iguales características; ese fue un PARALELISMO ENTRE IGUALES divinamente establecido por el Espíritu Santo al serles asignado exclusivamente a ellos, lo repetimos, el título eminente de ser: "EL hijo de perdición"; paralelismo que involucraba entes situados en la cumbre del monte de la iniquidad, entre los entes malignos mencionados en la Biblia, uno de esos entes el personal traidor de Cristo, y el otro ente nada más ni nada menos que el Anticristo, no "UN anticristo" sino "EL Anticristo", el supremo ente maligno en la obra inicua de Satán. Pero ahora nos encontramos con dos expresiones únicas que nos llevarán a hacer un PARALELISMO ENTRE OPUESTOS; ya que tenemos dos misterios; pero uno es de la piedad, y otro es de iniquidad. Nuevamente será un paralelismo entre entes situados en la cumbre; pero ahora uno es la cúspide de la obra redentora de Dios: Jesucristo mismo; y el otro ente eminente es otra vez el máximo exponente de la iniquidad del diablo: el Anticristo, el Papado Romano.



Este PARALELISMO ENTRE OPUESTOS tan eminentes, el uno supereminente en la piedad, y el otro supereminente en la iniquidad, fue una de las grandes percepciones de J. A. Wylie:
No cabe duda de que este paralelismo arrojará delante de nosotros abundante luz y nos revelará las riquezas de su profunda significación. La luz celestial irradiando del misterio de la piedad, pondrá de realce los pliegues y los oscuros recovecos y la tenebrosa y espantosa apariencia del misterio de iniquidad, así contrastado, y nos hará apreciar el glorioso misterio de la piedad y alabar a Dios por Jesucristo.



6.2. La Tabla Guía Para Nuestra Comparación Entre Ambos Misterios
Haciendo uso de nuestros pasajes compilados en el capítulo 5, colocaremos lado a lado el nacimiento, carrera, y fin de ambos misterios:

EL MISTERIO DE LA PIEDAD
EL MISTERIO DE INIQUIDAD
1 Timoteo 3:16 Y sin contradicción, grande es el MISTERIO DE LA PIEDAD:
2 Tesalonicences 2:6 Y ahora vosotros sabéis lo que impide, para que a su tiempo se manifieste.
2:7 Porque ya está obrando el MISTERIO DE INIQUIDAD: solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora impide;
Dios ha sido manifestado en carne;
2:3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
................................................................
2:8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
ha sido justificado con el Espíritu;
2:9 A aquel inicuo, cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos,
ha sido visto de los ángeles;
2:9 A aquel inicuo, cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos,
ha sido predicado a los Gentiles;

ha sido creído en el mundo;
2 Tesalonicenses 2:13 Mas nosotros debemos dar siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salud, por la santificación del Espíritu y fe de la verdad:
2:14 A lo cual os llamó por nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
2:10 Y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
2:11 Por tanto, pues, les envía Dios operación de error, para que crean a la mentira;
2:12 Para que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, antes consintieron a la iniquidad.
ha sido recibido en gloria. (Fin de 1 Timoteo 3:16)
2:3 No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,
2:4 Oponiéndose, y levantándose contra todo lo que se llama Dios, o que se adora; tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, haciéndose parecer Dios.
2:5 ¿No os acordáis que cuando estaba todavía con vosotros, os decía esto?
...................................................................
2:8 Y entonces será manifestado aquel inicuo, al cual el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;

Cuando confeccioné esta tabla puse primero todos los elementos del desarrollo del misterio de la piedad en la primer columna, tal como aparecen en 1 Timoteo 3:16; entonces me quedó ya abierto y facilitado el camino para identificar los pasajes comparables respectivos del desarrollo del misterio de iniquidad a fin de colocarlos en la segunda columna, tomado de 2 Tesalonicenses. Esta tabla será nuestra guía en toda la comparación que se seguirá.



6.3. Son Los Dos Más Grandes Misterios; Y Son Opuestos Y Distintos
Tendremos primeramente que hablar sobre el grandor de ambos misterios. Ambos, el misterio de la piedad, y el misterio de iniquidad, son supereminentes en sus propias esferas. El misterio de la piedad es la obra máxima de la piedad de Dios, y el misterio de iniquidad es la obra máxima de la impiedad del diablo. Comparándolos entre sí, el misterio de la piedad es victorioso por sobre el de iniquidad, de lo cual no hay ninguna duda; más aún, ambos son opuestos y combaten entre sí, perteneciéndole la victoria total y final al Omnipotente y no al diablo; pero es importante identificar al Papado como la obra cumbre de Satanás, por causa de las almas que son engañadas por éste el supereminente representante de Satán en la tierra.



El Apóstol Pablo afirma en palabras claras la grandeza del misterio de la piedad diciendo: "Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad" (1 Tim. 3:16). Hay una afirmación directa de ello, y lo confirma su explicación de lo que es el misterio de la piedad: "Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado a los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria." Es lo más grande y eminente que podía haber ocurrido: La manifestación de la propia y mismísima divinidad en la venida de la persona de Dios el Hijo aquí a la tierra como verdadero hombre, pero impecable y sin pecado, para salvar a la humanidad perdida en sus pecados, su tremenda validación por medio del Espíritu Santo y los grandes hechos de poder divino manifestados durante su vida, su muerte en lugar de nosotros los pecadores, y su victoriosa resurrección y su ascensión al trono de la gloria; trono desde el cual volverá para establecer su reino eterno. No puede haber nada más grande que esto. Yo, un pecador salvado del infierno, establecido para siempre como hijo de Dios mediante la sangre preciosa de Jesucristo, derramada ya en expiación por mis pecados, con quien he de reinar eternamente, puedo decir que nada es más grande que el misterio de la piedad, misterio ahora completamente develado en Jesucristo para mi eterna salvación. ¿Qué es la vida del pecador, si al final concluye en un horroroso lugar de castigo eterno? ¿De qué sirve la grandeza humana, la gloria de los imperios que van y vienen, todo lo que pueda ser señalado como grande según la carne? ¿De que vale la gloria efímera que no salva del pecado ni del infierno? Yo digo que no es más que vanidad, un viento que pasa y desaparece; la vida se va como el viento para terminar en el viento ardiente del infierno; no hay gloria en eso, no hay grandeza, no hay esperanza. Pero el pobre pecador, cualquiera sea su lugar en la tierra, que mire a Cristo en busca de salvación, tendrá la vida eterna; salvación definitiva y eterna del pecado y del infierno; vida eterna en Cristo Jesús; y eso es SIN CONTRADICCIÓN GRANDE. "Sin contradicción, grande es el misterio de la piedad".



El misterio de iniquidad es también grande; pero lo es no por su piedad; no por una grandeza digna que haya que alabar; sino por una grandeza en la maldad que no puede ser en maldad superada; es una grandeza en la iniquidad; una grandeza aborrecible y odiosa; una grandeza perversa e inicua; no superada dentro del reino de la iniquidad del diablo. Es grande en relación con las otras obras inicuas de Satanás; no solamente es la obra más grande de Satán, sino que es el centro y la cumbre de su estrategia; y todas las obras del diablo finalmente, aunque parezcan aparte del Papado, son subterráneamente sus subsidiarias. Una grandeza, en realidad una gran bajeza, tramada por Satán para que sirviese como "digno" rival del misterio de la piedad ahora revelado; la única gran estrategia que el diablo juzgó digna de ser presentada para oponerse al Evangelio de Jesucristo: La mentira y la cobarde traición, las más GRANDES características del diablo.
En el capítulo 4 de este libro hemos visto muchas de las maniobras del gran Judas Romano. El misterio de iniquidad es la más grande obra de iniquidad para oponerse al Evangelio y a Cristo, así que no es extraño que el engaño, la hipocresía, la falsa profesión de cristianismo, y la alta traición a Cristo, sean las principales características en su estrategia; no es extraño ya que ¿qué es el diablo, sino el arcángel que traicionó a Dios, y el que entró en Judas para que éste traicionara a Cristo?



Tratemos de desgranar un poco más y completar en qué sentido son grandes ambos misterios. Tomaremos como patrón guía al misterio de la piedad; podemos parafrasear, con toda reverencia, sólo agregando comentarios, lo que el Apóstol Pablo nos dice acerca de la grandeza del misterio de la piedad, colocaré entre corchetes las palabras añadidas por mí:
Notemos cómo cada vez que el Apóstol nos dice porqué es sin contradicción grande el misterio de la piedad, cada vez, me he visto obligado a poner y señalar la persona de Jesucristo como el sujeto en el cual se centra cada una de las afirmaciones del Apóstol en cuanto a dicha grandeza del misterio de la piedad. Podemos concluir entonces que JESUCRISTO, SU NATURALEZA, Y SU OBRA ES EL MISTERIO DE LA PIEDAD; y la grandeza sin contradicción del misterio de la piedad es LA GRANDEZA SIN CONTRADICCIÓN DE JESUCRISTO, SU NATURALEZA, Y SU OBRA.


Teniendo en cuenta el patrón del misterio de la piedad; podemos sin equivocarnos trazar la "grandeza" del misterio de iniquidad. Con toda reverencia hacia la Biblia, teniendo en cuenta lo que la Palabra de Dios nos dice en los pasajes iluminadores de 2 Tesalonicenses y en Apocalipsis, hablaré del misterio de iniquidad de semejante forma a como el Apóstol habla del misterio de la piedad; pero lo haré teniendo en cuenta que ambos son misterios opuestos y distintos; y que por lo tanto, el misterio de iniquidad es opuesto y ha de oponerse al misterio de la piedad:
Notemos cómo, en este caso, nos hemos visto obligados a poner y señalar la persona de cada Papa como el sujeto en el cual se centra cada una de las afirmaciones sobre el misterio de iniquidad. Entonces, EL PAPADO Y SU OBRA ES EL MISTERIO DE INIQUIDAD; y la grandeza repudiable y odiosa del misterio de iniquidad es LA GRANDEZA REPUDIABLE Y ODIOSA DEL PAPADO Y SU OBRA.



Tales son la grandeza del misterio de la piedad y la inigualada bajeza del misterio de iniquidad. Las cuales serán más plenamente puestas de manifiesto a medida que sigamos avanzando en este paralelismo en los puntos siguientes de este capítulo.



6.4. Dos Misterios Con La Manifestación De Dos Encarnaciones Opuestas Y De Distinta Naturaleza
El Apóstol Pablo nos habla entonces de dos eminentes " manifestaciones " que dan principio a la manifestación y desarrollo del misterio de la piedad y del misterio de inquidad:
Una es declarada así:
"Dios ha sido manifestado en carne;".
Otra es declarada así: "y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición"; y: "Y entonces será manifestado aquel inicuo"
Son las dos manifestaciones que hemos puesto lado a lado en nuestra tabla de comparaciones del punto 6.2. Una es la aparición de Cristo; otra es la aparición del Anticristo.



"Dios ha sido manifestado en carne". Es la gran manifestación del misterio de la piedad. Jesucristo ha venido. Ha nacido como un niño. Verdaderamente Dios el Hijo ha venido como un verdadero hombre. Su cuerpo se formó realmente en el vientre de María, una piadosa descendiente de Eva, una casta virgen, pero como toda hija de Eva nacida con la naturaleza pecaminosa. No obstante esto Cristo, no nace pecador; la razón de ello es sencilla: él era Dios, de la misma naturaleza divina que su Padre; y por lo tanto no podía pecar ni contraer pecado de ninguna manera. Nació como un verdadero hombre; pero no podía recibir el pecado a través de María.
Para el misterio de iniquidad simplemente se dice "y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición" y "entonces será manifestado aquel inicuo". El misterio de iniquidad tendría su propia "encarnación", pues se habla de un "HOMBRE de pecado"; una falsa encarnación por la cual el diablo se ofrecería a los hombres para engañarlos, desviarlos y perderlos; es decir que necesitaría de un hombre prominente que lo represente, ese hombre es el Papa. El diablo no podía encarnarse como hombre; él no es omnipotente como Dios; no puede nacer como un niño desde el vientre de su madre; no puede asumir la naturaleza humana, así que permanece para siempre siendo un arcángel traidor; poderoso, pero no omnipotente, siempre ángel caído y nunca hombre. Algunos han pensado que el Anticristo sería el diablo verdaderamente encarnado; pero el diablo ni siquiera puede engendrar un hijo de su especie; porque los ángeles no procrean (como puede deducirse de Mateo 22:30 "Porque en la resurrección, ni los hombres tomarán mujeres, ni las mujeres marido; mas son como los ángeles de Dios en el cielo." ), y el diablo es un ángel caído; entonces el diablo menos aún podrá engendrar un ser humano, que además sólo puede ser engendrado del ser humano; porque cuando Dios creó al mundo lo creó para que cada especie engendrase dentro de su propia especie; y el ser humano dentro del ser humano; así que el diablo no puede encarnarse él mismo ni tener tampoco un hijo hombre como algunos han creído. Su "encarnación" en cada Papa fue la respuesta final a la verdadera encarnación del Hijo de Dios:
Jesucristo se encarnó y siendo el Hijo de Dios tampoco hizo pecado como hombre, no pudiendo por la naturaleza divina de su persona encarnada hacerlo jamás; pero el diablo NO se encarnó y siendo el enemigo de Dios traspasó lo máximo de su pecado a ciertos hombres perversos, constituyendo su "hombre de pecado" en cada Papa, para que estos pecaran todo lo mejor que pudieren para la causa del diablo.
Jesucristo vive ahora para siempre; los Papas mueren, pero se suceden unos a otros. Tal fue la solución del diablo al problema del tiempo y del carácter mortal de sus representantes. Cristo ya no muere; entonces el diablo intentaría una cadena de hombres que en lo posible nunca sea truncada. Decimos "en lo posible" ya que cuando Cristo venga en su gloria destruirá a la "encarnación" Papal del diablo:
Así que cuando el Apóstol Pablo nos habla, inspirado por el Espíritu de Dios, acerca de la manifestación del inicuo, inmediatamente es movido a mencionar la destrucción del tal por parte del mismísimo Cristo en su segunda venida. Así que tenemos la gloriosa encarnación del Hijo de Dios, y la falsa encarnación del no confesado siervo de Satán: El Papa, el cual surge para su propia perdición.



No es de extrañar que el Anticristo atacaría al misterio de la piedad poniendo en entredicho todas sus etapas; aunque siempre sin perder en lo posible su máscara, su falsa profesión de Cristianismo. No resulta extraño que el Anticristo atacaría y socavaría el primer paso del misterio de la piedad que fue la encarnación del Hijo de Dios. Precisamente se nos dice que la característica del Anticristo es su negación de la apropiada encarnación de Cristo y por lo tanto del apropiado estado presente de Cristo; el Apóstol Pablo nos dice "Dios ha sido manifestado en carne;" pero el Anticristo "no confiesa que Jesucristo es venido en carne" (1 Juan 4:3).



Cristo era verdaderamente un hombre con espíritu, alma, y cuerpo, cual los demás hombres; excepto que SU PERSONA ya existió desde antes de la fundación del mundo siendo la divina persona del Hijo de Dios. ¿Quién puede dudar que es cosa sencilla para el Dios Omnipotente asumir la naturaleza humana? El que formó al primer hombre del polvo de la tierra, y le dio espíritu y alma, ¿no podrá vigilar y guiar la concepción materna por la que nuevas personas serían traídas al mundo? El que vigila y guía la concepción materna, ¿no podrá hacer que una concepción quede ligada a la pertenencia de la persona divina de su Hijo Jesucristo? ¿No podía el Dios Omnipotente hacer que del vientre de María naciera otro hombre verdadero pero cuya persona no fuera otra más sino la mismísima persona de su Hijo Jesucristo? Sí, podía, y pudo, y así lo hizo.



¿Cómo podía el Papado negar lo anterior sin perder su máscara de Cristianismo? Haciéndolo disimuladamente, indirectamente, por medio del establecimiento de principios y dogmas y prácticas que llevados a su conclusión lógica final se oponen a la encarnación de Jesucristo y al estado y oficio presentes de Jesucristo como nuestro único mediador.



El Papado dice, por ejemplo, que si María no hubiera sido previamente constituida inmaculada, entonces Cristo contraería pecado al nacer de ella. Entonces, haciéndolo así, el Papado estaría negando indirectamente la Santidad perfecta e inmutable de Jesucristo, y su divina impecabilidad. Porque si Cristo no podía encarnarse de una mujer pecadora, aunque piadosa, entonces Él no era Dios. Como si Cristo fuese un ser que pudiera contraer pecado, el Papado proclamó que para que ello no sucediera, era necesario primero hacer sin pecado a María; y de ese modo el Papado arrojó sobre Cristo la sombra de sospecha de la pecaminosidad. Con una diabólica dualidad, pretendiendo defender el honor y la santidad de Cristo, el Papado ha declarado que Cristo podía haber sido contaminado con el pecado. Así que negando ese atributo de la divinidad de Cristo, a saber: Su santidad inmutable o impecabilidad, el Papado ha negado la divinidad de Jesucristo y también ha blasfemado contra Él.
La sutilísima y disimulada, pero dañina y efectiva, blasfemia contenida en el dogma Papal de la Inmaculada Concepción de María (que no se refiere a la Inmaculada Concepción de Cristo en el vientre de María, lo cual es verdad; sino que afirma una imaginaria concepción inmaculada de María en el vientre de su madre), es desarmada y dispersada nada más ni nada menos que por la boca de esa piadosa mujer que es María misma, la cual habló en regocijo por la venida de Jesucristo a través de su propio vientre:
No en mano de poderosos teólogos, o sabios argumentadores es derrotada esta blasfemia Papal, sino por la mano de una mujer: María misma, quien con piadosa humildad proclama su propia "bajeza"; y a la vez se evidencia su maravillosa fe en aquel que la salvaría de sus pecados llamándolo: "Dios mi salvador" .



Esa es entonces una principal forma en que el Papado "no confiesa que Jesucristo es venido en carne", sustrayendo arbitrariamente a María de la línea de los pecadores necesitados de Salvación y afirmando, aun en contra de la misma María, que Cristo se encarnó de otra clase de mujer, de una carne distinta de la humana, o distinguida de la humana, una carne inmaculada de María Inmaculada; pero no de la María que eleva su humilde y piadoso cántico en Lucas 1:46-50 confesando piadosamente su bajeza y ensalzando a Dios su Salvador. Ésta es, entonces, una principal forma, pero no es la única, ni la única efectiva en su malévolo designio de no confesar que "Jesucristo es venido en carne".



Dijimos que en su negación de la apropiada encarnación de Cristo también se está negando el apropiado estado presente de Cristo. ¿Cómo ocurre ello? Bien, el Apóstol Pablo nos dice "Dios ha sido manifestado en carne" pero el Papado "no confiesa que Jesucristo es venido en carne" (1 Juan 4:3). La expresión "es venido" significa que "ha venido" así y que "permanece ya venido" así, en carne, verdadero hombre; todo lo cual se dice maravillosamente en la traducción de Reina-Valera, revisión 1909, como: "ES venido". Tal expresión, en el Texto Recibido griego se utiliza allí en el tiempo perfecto que denota una acción ya perfectamente completada en el pasado y cuyo efecto propio permanece concluido definitivamente y vigente. Aquí, la acción ya perfectamente completada en el pasado es que Cristo ha venido en carne; pero su efecto propio permanece concluido definitivamente y vigente, y es que Cristo "permanece ya venido en carne". No solamente nos está así diciendo la Escritura que "Jesucristo ha venido en Carne" sino que "permanece en carne y que ha venido y NO SE HA IDO NI SE IRÁ YA MÁS DE LA CARNE QUE ES SUYA PARA SIEMPRE; permanece hombre para siempre"; y repetimos que eso se expresa maravillosamente bien en la traducción de Reina-Valera, revisión 1909, como: "Jesucristo ES venido en carne". Muy bien, sucede que el Papado busca negar la realidad de lo anterior. El Papado enfatizará que Cristo se ha ido, y es verdad que se ha ido al cielo, ha ascendido; pero no se ha ido de la carne y permanece hombre para siempre para interceder por los hombres, como dice la Escritura:
Y esto es lo que el Papado niega: niega que Cristo pueda actuar eficazmente como ÚNICO mediador y ÚNICO rescate por nuestros pecados; por eso el Papa se presenta como su Vicario, o Vicario de Cristo; y se interpondrá él mismo; e interpondrá los otros elementos de su sistema como mediadores ADICIONALES; negando a Cristo como ÚNICO mediador y estableciéndose él mismo y a su sistema Papal, sacerdotal, sacramental-ritualista, y a la falsa María, como otros mediadores.
El Papado ha puesto todo de sí mismo, prescindiendo de la declaración absoluta de que ya hay UN mediador que ES venido en carne: Jesucristo hombre. Y esta facilidad para instituir un sistema de mediadores extras muestra el verdadero menosprecio del Papado hacia el ÚNICO mediador; y evidentemente es así como el Papado "no confiesa que Jesucristo ES venido en carne".



Para ello, para no confesar "que Jesucristo ES venido en carne" , el Papado tiene formas odiosas de hacer sentir que Cristo está inoperante en su humanidad mediadora; ya es horrendo instituir nuevos mediadores; pero el Papa baja un escalón más en la vileza de la iniquidad y lleva el título de "Pontífice Máximo", es decir: "Sumo Pontífice", "Sumo Sacerdote", titulo que PERTENECE A CRISTO. Ni siquiera se ha hecho aclaración diciendo "El Papa: Sumo Sacerdote Después de Jesucristo", con lo cual ya blasfemaría instituyéndose como mediador extra a Cristo, sino que sencillamente él se autoproclama EL MÁXIMO. Oigamos la siguiente advertencia del Señor hacia los que no creen en Él como su salvador:
¿Qué sería de nosotros si Él no nos hubiese salvado pagando todos nuestros pecados entre los cuales se encuentran nuestras palabras ociosas?; bienaventurados los que creen en Él porque no vendrán a tal terrible juicio de condenación. Pero el Anticristo, por cierto, tendrá que responder, como todos los que no confían en Cristo, por "TODA PALABRA OCIOSA" ; y si esto es verdad, con mayor razón tendrá que responder por TODO TÍTULO OCIOSO que se haya atrevido a asumir; porque en un título que lleve puesto proclama al mundo de un modo continuado y establecido ser lo que su título proclama; y con mayor razón la ira del Señor caerá sobre el Anticristo por haberse atrevido a asumir TÍTULOS BLASFEMOS. El Judas Papal, el Anticristo, del mal tesoro de su corazón saca, no palabras ociosas, sino solemnes TÍTULOS BLASFEMOS; con toda solemnidad los proclama y exhibe ante el mundo.
Poca cosa era el pecado de los sacerdotes paganos que decían ser el Sumo Pontífice ante tal o cual dios falso, si lo comparamos con la máxima iniquidad concebible ideada por Satanás para el inicuo que pretendiendo ser un siervo de Cristo se apropia del título de "PONTÍFICE" y aun se atreve a añadir la palabra "SUMO" a "PONTÍFICE". Verdaderamente oímos las grandes palabras y blasfemias del Papado; que aunque no puede llegar hasta el cielo en persona, con sus palabras socava y, más aún, depone a Cristo de su oficio de ÚNICO mediador.



Pero la Palabra de Dios nos dice claramente en Hebreos que Cristo ha adquirido el puesto de Pontífice nuestro para siempre; ya no muere, y ha suplantado al sacerdocio levítico del Antiguo Testamento; y Él no puede ser suplantado por NADIE:
Pero el Papado ha establecido su línea de "sumos pontífices" o "máximos pontífices" y con ello nos está diciendo de la manera más odiosa posible que JESUCRISTO NO NOS CONVIENE COMO PONTÍFICE. Eso es lo que el diablo nos dice a través de los pronunciamientos Papales; el maligno pretende:
-Que dejemos al único Pontífice Jesucristo por el falso Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al santo Pontífice Jesucristo por el NO-santo falso Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al inocente Pontífice Jesucristo por el para nada inocente hipócrita falso Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al limpio Pontífice Jesucristo por el manchado y sucio falso Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al apartado de los pecadores Pontífice Jesucristo por el hombre de pecado falso Sumo Pontífice Romano.
-Que dejemos al que es hecho más sublime de los cielos Pontífice Jesucristo por el más bajo de los mundanos que ocupa el trono del mundo, el Judas Romano, falso Sumo Pontífice Romano que se dirige al infierno.
-Que dejemos al que no tiene necesidad cada día, como los antiguos sacerdotes levíticos, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo, habiéndolo ofrecido una sola vez, ofreciéndose a sí mismo, en lugar de todos, siendo él mismo sin pecado, al Pontífice Jesucristo por aquel que pretende sacrificar a Jesucristo en cada misa muchas veces exponiéndolo a vituperio negando la eficacia del verdadero sacrificio hecho en la cruz del Calvario de una vez y para siempre, dejando así a Jesucristo por el traidor Judas Romano que si pudiera entregaría a Cristo a la muerte, y no pudiendo hacerlo lo mata en cada misa afirmando ser la hostia el verdadero cuerpo, alma, y divinidad de Jesucristo; pretendiendo hacer bajar del cielo a Cristo para crucificarlo una y otra vez de hecho y en verdad. Aquel Judas porfiado que niega con sus hechos lo que Dios ha dicho claramente cuando dijo:
Porque el Judas Romano no confiesa que sea suficiente que Cristo haya entrado en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios; sino que cree necesario construir un pequeño santuario en la tierra llamado sagrario; porque el Judas Romano no cree que el cielo sea el lugar apropiado para que Cristo interceda por nosotros, más bien, cree necesario hacer que Cristo descienda del cielo para encarnarse de nuevo en una hostia; y cree necesario albergar a ese nuevo Cristo-hostia descendido en dicho templecillo terrenal llamado sagrario. El Judas Romano, habiendo bajado a Cristo del cielo, no cree que Cristo pueda presentarse solo ante el Padre y cree que debe tomar con sus propias manos a este Jesús-hostia, sacarlo de su templecillo en la tierra, el sagrario, y ofrecerlo él mismo a Dios elevándolo con su brazo. El Judas Romano cree, en fin, que no es suficiente que Cristo haya entrado en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios. El Judas Romano, además, no confiesa que Cristo no necesita ofrecerse muchas veces a sí mismo, y lo "sacrifica" tantas veces como sea necesario en la misa. Al Judas Romano no le basta que Cristo se haya presentado UNA VEZ por el sacrificio de sí mismo; y cree que Cristo debería padecer muchas veces, si no desde el principio del mundo, al menos desde que su antecesor lo entregó y traicionó en el jardín; si no en persona, al menos como hostia; diciendo ser la hostia el verdadero Cristo, el verdadero Cristo padece una y otra vez en la mano de Roma. El Papado no cree ni enseña que Cristo padeció UNA VEZ para agotar los pecados de muchos y que la segunda vez será visto de los que le esperan para salud; el Papado enseña que Cristo debe ser visto no en "la segunda vez" sino en miles y miles de veces en la hostia; y que el sacrificio de Cristo no ha agotado los pecados de muchos sino que debe ser complementado una y otra vez por los sacrificios de Roma; y Roma, nunca agota los pecados de nadie, a fin de no agotar sus arcas. El Judas Romano no confiesa que los hombres mueran una vez y después de esto el juicio, sino que les promete un purgatorio inexistente y de paso, con ello, niega de nuevo que Cristo haya agotado los pecados de muchos, y afirma que el purgatorio nunca se agota del todo, a fin de no agotar sus arcas. El Judas Romano vende a Cristo por dinero cuantas veces pueda; no pudiendo hacerlo de hecho y en verdad, lo hace ceremonialmente.



Pero yo creo, por las Sagradas Escrituras, que el Papado es el Anticristo y que JESUCRISTO ES VENIDO EN CARNE Y ES EL PONTÍFICE QUE NOS CONVIENE : SANTO, INOCENTE, LIMPIO, APARTADO DE LOS PECADORES, Y HECHO MÁS SUBLIME QUE LOS CIELOS; QUE NO TIENE NECESIDAD CADA DÍA, COMO LOS OTROS SACERDOTES [Levíticos], DE OFRECER PRIMERO SACRIFICIOS POR SUS PECADOS, Y LUEGO POR LOS DEL PUEBLO: PORQUE ESTO LO HIZO UNA SOLA VEZ, OFRECIÉNDOSE A SÍ MISMO. AMÉN.



6.5. Dos Misterios Con Fuentes Opuestas Y Distintas De Validación
Además de ser dos misterios con la manifestación de dos encarnaciones opuestas y de distinta naturaleza; el Apóstol Pablo pone de manifiesto las opuestas y distintas fuentes de validación de cada uno de estos hombres: Por una parte, Jesucristo hombre, Dios en la carne, Dios el Hijo encarnado verdaderamente; recibe su validación de Dios el Padre a través de Dios el Espíritu Santo: "ha sido justificado con el Espíritu" (1 Timoteo 3:16). Y por otro lado, el Papado con su cabeza humana que es cada Papa, la falsa encarnación del diablo, el cual es impotente para encarnarse a sí mismo, recibe su validación del mismo diablo a quien sirve: "A aquel inicuo, cuyo advenimiento es según operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos" (2 Tesaloniceses 2:9). Dios testificó la verdad a favor de Jesucristo con milagros de su omnipotencia; el diablo testifica la mentira a favor del Papado con milagros mentirosos, potentes pero limitados, producidos por su potencia limitada de arcángel caído.



De la validación divina y omnipotente de Jesucristo, la encarnación del misterio de la piedad J. A. Wylie comenta en su paralelismo:
Pero de la fraudulenta validación diabólica del Papado, la falsa encarnación del misterio de iniquidad, Wylie comenta lo siguiente:
Pero la historia aún no ha concluido, el misterio de iniquidad todavía continúa exhibiendo sus señales y milagros mentirosos de origen diabólico; y es de esperarse que la magnitud y potencia de los milagros satánicos será aún mayor cuando haya de manifestarse el último Papa de la historia con su falso profeta que hace descender fuego del cielo. Ya los Papas han hecho en cierto modo descender fuego del cielo con sus temibles entredichos; y J. A. Wylie ha visto en ellos el cumplimiento de la profecía de que se haría descender fuego del cielo:
No hay dudas de que el Anticristo ha hecho "descender fuego del cielo" con gran éxito en la historia; y si solamente con su palabra, arrojando velas al suelo, sin necesidad de algún fuego real descendiendo del cielo, el Papado ha aterrorizado pueblos y reyes, y ha traído innumerables desgracias, matanzas y persecuciones; si todo lo que Wylie nos recuerda de la historia fue hecho con sólo el poder de la sugestión, y la manifestación de la ira Papal, ¿qué será cuando el último Papa cuente con los medios de hacer descender del cielo fuego real? Según las Escrituras no hay dudas de que la magnitud y potencia de las "señales, y milagros mentirosos" será aún mayor cuando haya de manifestarse el último Papa de la historia con su falso profeta que hace descender fuego del cielo:
El temible tiempo del último Papa nos revelará los más terribles y poderosos milagros mentirosos del Papado con el advenimiento del satánico falso profeta cuyo propósito será ensalzar al Papado en su último Papa; todos los milagros mentirosos del falso profeta serán puestos al servicio del Papado, para conseguir el dominio de las voluntades y la sujeción espiritual de las personas al último Papa de la historia, a tal grado que la adoración de la imagen del Papa será obligatoria bajo pena de muerte y que obligará a llevar la marca del Papa, que será: LA SEÑAL DE SU NOMBRE (Apocalipsis 14:11), tenga esta marca la forma particular que tenga en ese tiempo, lo importante es saber que será la MARCA DEL PAPA como la señal de su nombre; y cualquiera que se niegue a llevarla quedará aislado de la economía; y los que adoren al Papa y a su imagen y lleven la marca serán condenados eternamente por Dios de no renunciar a ella y al Papa, tal será entonces el horrible resultado de los últimos rayos tronantes del Papado, para los que se dejen amedrentar por ellos. Bienaventurados los que teman más bien al Señor y crean en Él.



Así que, el misterio de la piedad y el misterio de iniquidad son dos misterios con opuestas y distintas fuentes de validación. Por una parte, Jesucristo verdadero Dios y verdadero hombre, es reivindicado por el mismo Espíritu Santo para salvación de los que crean en Él. Y por otro lado, el Papado, es reivindicado por el mismo diablo, a quien sirve, para perdición de todos los que crean en él.



6.6. Dos Misterios Con Clases Opuestas Y Distintas De Asistentes Angélicos Sobrenaturales
Estas dos encarnaciones opuestas y de distinta naturaleza, con opuestas y distintas fuentes de validación, tienen asistentes angélicos sobrenaturales; pero mientras que Cristo, nos dice el Apóstol Pablo, "ha sido visto de los ángeles" (1 Timoteo 3:16); el Papado es asistido por los ángeles caídos, o demonios, que sirven a Satanás; y ésta es la lógica deducción de lo dicho por Pablo de que la manifestación del Papado "es según operación de Satanás, con grande potencia, y señales, y milagros mentirosos" (2 Tesalonicenses 2:9). Siendo Satán un poderoso arcángel caído, pero no omnipotente, él necesita en gran manera la asistencia de todos sus demonios; y este ejército de demonios está completamente al servicio del Papado, por indicación de Satanás. Verdaderamente los demonios, todos ellos, saben que el trono del Papa es el trono de su señor Satanás. Del Papado se nos dice en la Santa Escritura:
Esta es una impresionante declaración porque se nos dice que el dragón dio al Papa SU TRONO, sólo Dios puede saber las profundidades de la comunión entre el diablo y aquél que ocupa el trono del mismo; ¡cuán extraños consejos recibirá el hombre que ocupa el trono de Satán! ¡cuál será la extraña condescendencia que, de parte del diablo, recibirá el hombre que ocupa su trono! ¡Qué misteriosa la iniquidad que los une! ¡Cuán extraños los inicuos pensamientos de los demonios que reconocen en el Papa al hombre que ocupa el trono de su Señor Satán! No hay demonio, por más apartado del Papado que aparezca en sus engañosas declaraciones, que no sepa que en última instancia su servicio rinde fruto y ayuda de alguna manera especial a su señor el Papa. Aun los más absurdos demonios en las manifestaciones de mediums de la Nueva Era, que parecen menospreciar al Papado, saben que eso lo hacen por su señor el Papa. ¿Porqué? Porque "el dragón le dió su poder, y su trono, y grande potestad" (Apocalipsis 13:2).



Deseo contar ahora un episodio; algo que me ha ocurrido a mí y que me ha impresionado grandemente. Lo que voy a contar no es para probar lo que he dicho, lo cual ya está probado como corresponde por la Santa Escritura; sólo quiero que el lector tenga algo que le recuerde lo que estoy tratando en este punto, a saber, que así como Cristo era servido por los ángeles del cielo, el Papa es servido por los ángeles del diablo. Muy bien, en este tiempo terrible de tanto ocultismo y demonización, es muy común saber de casos de posesión demoníaca. Bien, lo cierto es que quiso la providencia del Señor que yo tuviera que enfrentar un caso así. Era un pobre muchacho que sufría de las manifestaciones sobrenaturales de la posesión diabólica; su pobre madre nos había hecho llamar, como también a muchos otros de otras iglesias. Las señales de posesión demoníaca eran evidentes, gran fuerza, gran agilidad, ojos dados vueltas, totalmente en su lado blanco, y sin embargo "veía" y se movía como viendo; y el habla y discurso de otros entes que controlaban su cuerpo a placer; en los hospitales, el paso de gente en ese estado suele conocerse porque ni con calmantes poderosos pueden ser puestos a dormir, y ciertamente que el poseído está inconsciente, no puede ser dormido porque ya está dormido, y su cuerpo no es controlado por él, sino por los seres espirituales que han tomado el control de su cerebro y su cuerpo. Una noche en que los demonios volvieron a manifestarse a través de él, la madre nos llamó desesperada; cuando llegamos el muchacho (pero no él sino los demonios que controlaban su cuerpo) me decía: "nosotros somos gárgolas", y con una presentación aterradora: la espalda curvada como un gato y las manos como garras; en un principio trataron de atacarme pero yo leía las Escrituras en voz alta, el pasaje que dice:
Me dio valor, y los demonios hacían huir al muchacho, o mejor dicho: huían con el cuerpo del muchacho, huían de lo que les leía; porque con estos espírtus la lucha no es física sino espiritual, por lo tanto verbal. La Palabra de Dios los amedrentaba y a mí me fortalecía. Con toda osadía contendí verbalmente con ellos y al principio les interrogué con toda firmeza: "¿Quién es vuestro príncipe?" (a fin de luego ponerles ante el hecho de que Cristo era superior a su príncipe); para mi sorpresa ellos no me dijeron que era el diablo, sino que dijeron: "seis, seis, seis", refiriéndose sin duda al número del Anticristo que es "seiscientos sesenta y seis" (666). No me referiré a todo, sólo deseo traer aquí lo que interrogué al final, y la respuesta que recibí. Yo les increpé en el nombre del Señor que me dijeran: "Quién es el Papa" y ellos me contestaron: "ES NUESTRO PRÍNCIPE". Yo me volví hacia las personas que estaban en la casa y les dije: "¿escucharon eso? Dicen que su príncipe es el Papa". De nuevo me dirigí a los adversarios y les dije: "¿Quieren decir con esto que vuestro príncipe, el dragón, es el que está con el Papa directamente?", ellos dijeron que sí. Les dije: "y hay imágenes de gárgolas sobre las iglesias católicas, ¿verdad?" Ellos dijeron: "Síííí, esos son nuestros dioses". Cuando había hecho esa pregunta yo recordaba las famosas gárgolas de Notredame, imágenes de extraños animales mitológicos, situadas arriba en la construcción de la Iglesia de Notredame en París.



La lección que me queda de esto es que los demonios son en cierto modo como terribles gárgolas, que con garras, picos y todo su poder, custodian y combaten por su príncipe el Papa, encaramados en lo alto de sus fortalezas. Que Dios tenga piedad de todos nosotros; y mucho más aún de los Católicos. Amén.



No en vano J. A. Wylie termina así su libro: "El Papado Es El Anticristo ":
Del misterio de la piedad J. A. Wylie comenta lo siguiente en su paralelismo:
Son pues el misterio de la piedad y el misterio de iniquidad dos misterios con clases opuestas y distintas de asistentes angélicos sobrenaturales: los Santos Ángeles de Dios para Cristo; y los ángeles del diablo para el Papado.



6.7. Dos Misterios Con Ministros Opuestos Y Distintos
Otro gran contraste se manifiesta entre estas dos encarnaciones opuestas y de distinta naturaleza, con opuestas y distintas fuentes de validación, y que tienen asistentes angélicos sobrenaturales opuestos y distintos, y ese contraste es que tienen ministros opuestos y distintos. Jesucristo envió a sus Apóstoles escogidos, los cuales nos dejaron el Nuevo Testamento como guía a fin de que seamos de Cristo. Pero, el Papa envió a sus sacerdotes los cuales añaden a la Palabra de Dios la tradición de los hombres, a fin de sujetarlos al Papa.



Del misterio de la piedad Wylie comenta lo siguiente en su paralelismo:
Pero del misterio de iniquidad dice:
Es en este punto en donde debe notarse un extraordinario hecho dentro de la Biblia, y es el siguiente: Cuando Pablo concluye su elevada exaltación del misterio de la Piedad en 1 Timoteo 3:16, que es el final del capítulo 3; inmediatamente, en el comienzo del siguiente capítulo, el 4, pasa a ocuparse de la apostasía; y curiosamente, allí no se ocupa de enseñar exclusivamente sobre la cabeza del sistema Papal (como lo hace en 2 Tesalonicenses 2); sino que, movido por el Espíritu de Dios, el Apóstol señala directamente a LOS MINISTROS del misterio de iniquidad, con los cuales, de seguro, debe entenderse que está relacionado su cabeza, el Papa. He aquí el notable pasaje, en que Pablo nos describe, como si lo estuviera viendo, al clero y el sacerdocio Católico Romano, antes de que este surgiera a la existencia:
¡Qué extraordinaria profecía sobre el advenimiento futuro del Celibato Sacerdotal Obligatorio del Catolicismo Romano! Y fue el Papa Gregorio VII, el primero de los Papas que se proclamó el Vicario de Cristo, quien también impuso por primera vez como obligatorio el Celibato del clero. De manera que Cristo envió a sus apóstoles casados y a otros solteros en libertad de casarse o no (1 Corintios 9:5); y exige que los obispos sean casados y con una sola mujer (1 Timoteo 3:2). Mientras que el Anticristo, en cambio, condicionó y vició a sus ministros con el infame Celibato Sacerdotal Obligatorio. Al respecto de ese hecho histórico podemos leer lo siguiente:
Así, el terrible Hildebrando, con su malvado y perverso orgullo, prohibe a sus ministros casarse, y su gente prohibe a sus ministros casarse; sobreviniendo una raza de perversos que profesan honrar el matrimonio pero que con sus hechos lo deshonran, oponiéndose a la voluntad de Jesucristo y sus instrucciones de que los obispos deben ser maridos de una sola mujer (1 Timoteo 3:2). Ahora puedo comprender porqué el Espíritu de Dios movió al Apóstol Pablo a referirse al advenimiento del Celibato Sacerdotal como la característica esencial de la apostasía del misterio de iniquidad, opuesto al misterio de la piedad de que acababa de hablar; ahora comprendo; comprendo que el daño más grave que Dios atribuye al Anticristo es HABER ATACADO LA FAMILIA Y EL MATRIMONIO.



Al principio de la imposición Papal del celibato, familias ya constituidas fueron miradas para su disolución. Familias ya constituidas fueron disueltas por la persecución del Anticristo; porque era necesario para Hildebrando no sólo prohibir que los ministros se casaran; sino desconocer los matrimonios de los ya casados. Así, Gregorio VII, no sólo instituyó el celibato obligatorio en desafío a Cristo, sino que también destruyó matrimonios mostrando una vez más ser así el "hombre de pecado" profetizado por el Apóstol Pablo. Sólo Dios conoce los dolores vividos en las tragedias de las familias así atacadas por el edicto de Gregorio VII:
Sólo Dios en su infinita y omnipotente omnisciencia puede saber toda la iniquidad que fue engendrada con este engendro demoníaco del Celibato Sacerdotal Obligatorio. Sí, dije demoníaco, porque eso mismo es lo que el Apóstol Pablo dice 1 Timoteo 4:1: "algunos apostatarán de la fe escuchando a ESPÍRITUS DE ERROR y a doctrinas DE DEMONIOS". Una vez más contemplo con horror y aborrecimiento la gran astucia de Satán, que con un hipócrita golpe de su Judas Papal, pone en marcha el más discreto, silencioso, pero duradero en siglos, profundo hasta la médula, e insidiosamente fatal, pozo del abismo de iniquidad de donde brotan incontables fornicaciones, adulterios, y sodomías; y todo ello con un beso de Judas; un beso del Judas Papal que dice "salve familia", mientras golpea a las familias en su raíz.



El Ex Sacerdote Católico Charles Chiniquy, un hombre íntegro, convertido a Jesucristo, nos ha dejado relatos que han hecho llorar a muchos, al exponer con toda crudeza la realidad abrumadoramente aplastante de las consecuencias del celibato sacerdotal actuando con su socio de iniquidad: El Confesionario y La Confesión Auricular. Ello podemos leerlo en un libro, Chiniquy ha escrito un libro titulado El Sacerdote La Mujer Y El Confesionario. Acerca de como el Anticristo ha condicionado a sus ministros para pecar, bajo la pretensión de servir mejor a Cristo, pero contrariando los decretos de Cristo, a la manera de Judas, leemos (donde he resaltado ciertas porciones de Chiniquy escribiéndolas en mayúsculas) lo siguiente:
Esta es la increíble y detestable respuesta que un superior suyo dio a Chiniquy, siendo éste todavía sacerdote, cuando él le requirió si era posible evitar la confesión "detallada" de parte de una penitente que había sido corrompida por sacerdotes; Chiniquy fue instado por su superior a obtener confesiones que no meramente nombraran los hechos, sino que los relatara hasta en sus más vergonzosos detalles; luego recibió una justificación de la inmoralidad reinante entre los sacerdotes; he aquí la respuesta que no satisfizo para nada al íntegro Chiniquy:
Chiniquy recuerda como a pesar de su propia conciencia él era compelido por las enseñanzas de Roma a seguir ciegamente las más aberrantes prácticas aconsejadas por los "teólogos morales" en cuanto a obtener confesiones no meramente nombrando los hechos, sino detallándolos hasta en sus más vergonzosos detalles:
La profunda maldad del Papado es haber instituido un instrumento para invadir y usurpar la autoridad del padre de familia, sustrayendo a la mujer de la autoridad de su esposo y poniéndola debajo de la de un sacerdote; es pues una iniquidad horrible perpetrada por el mismo Satanás para penetrar sigilosamente hasta las entrañas de la familia y destruirla de la manera más cruel y vil:
Debido a la siniestra reserva con que estos terribles pecados son cometidos, y a la no menos extraña y siniestra ceguera del pueblo, la mayoría no imagina la extensión de los mismos; pero Chiniquy nos revela la potencia y extensión del daño con estadísticas propias y de su época:
Chiniquy no nos dice esto sólo por poseer datos estadísticos a los que tenía fácil acceso como prestigioso sacerdote en el Catolicismo Romano; como confesor de sacerdotes, él estuvo absolutamente al tanto de la frecuencia insospechada en que los falsos célibes habían cometido adulterio o fornicación, y narra varios de estos casos. Éste hombre extraordinario, no habiendo caído nunca en estos hechos vergonzosos, finalmente abandonó a Roma para aceptar a Jesucristo como su único Señor y Salvador; un relato de la conversión de Chiniquy se encuentra en su librito El Don.



Pero no olvidemos, los ministros del Anticristo están conformados así por obra y decreto del Anticristo, y siendo conformados a la imagen y semejanza del Anticristo mismo, no es contradictorio que el Anticristo mismo debe ser él mismo también un falso célibe, o pretendido célibe y superar la maldad de aquellos a quienes corrompió:
Todo este abismo de iniquidad no es en realidad nuevo; no es más que una más reforzada continuación del Paganismo; sobre ello Chiniquy nos dice algo muy interesante:
Lo nuevo en esta iniquidad inconcebible es que todo ello es hecho no en el nombre de Baco, sino en el nombre de Cristo, pretendiendo servir a Cristo, es Judas que entrega a Jesús con un beso y le dice "Salve Maestro". Después de leer esto, podemos tener idea de cuán perfecta es la Palabra de Dios, y cuán sabio ha sido Dios en prevenir antes de que suceda: la apostasía Romana, mediante el notable pasaje, en que Pablo nos describe, como si lo estuviera viendo, al clero y el sacerdocio Católico Romano, antes de que este surgiera a la existencia:
Porque el Papa no podría hacer nada sin este ejército de falsos célibes, y porque son sus ministros de iniquidad, es que Dios los ha denunciado antes de que aparecieran. Pero ya han aparecido, y hemos visto su iniquidad, y sabemos que Dios no se equivocó.



En el futuro de la larga historia,
por más oscuro que aparezca ahora,
nunca jamás habrá iniquidad más grande
que de esos falsos ministros de Roma.

Dicen ser célibes, más con engaño,
a las familias destruyen de antaño.
Aparentando hipócritas ser santos,
ellos la presa harán en sus rebaños.

Son lobos de la especie pavorosa,
amamantados por la antigua loba.
Del Santo Matrimonio son privados,
correas de sus cuellos van a Roma.

Malvado lobo y esclavo del Papa,
conoce pues que Cristo a ti te llama.
Lobo no seas más y al redil vuelve,
para una oveja ser de Quien te salva.

Pero si lobo quieres ser por siempre,
pronto irás tú, al gran infierno ardiente.
Tu iniquidad recibirá la paga,
tu fin será el arder eternamente.



Así concluimos esta comparación entre los ministros de Cristo y del Anticristo. ¿Querrá algún lobo del Papa, pasar a ser una humilde oveja de Jesucristo? ¿Querrá algún ministro del Anticristo convertirse en ministro de Cristo? Chiniquy y muchos más han probado cuán bueno es dejar de servir al Papa y servir a Jesucristo.
6.8. Dos Misterios Con Seguidores Opuestos Y Distintos
El contraste entre estas dos encarnaciones opuestas y de distinta naturaleza, con opuestas y distintas fuentes de validación, que tienen asistentes angélicos sobrenaturales opuestos y distintos, y que tienen ministros opuestos y distintos, continúa. Ambos misterios tienen seguidores opuestos y distintos.



El Apóstol Pablo continúa diciendo en 1 Timoteo 3:16 que Jesucristo, Dios manifestado en carne, "ha sido creído en el mundo";y nos dice que los que creen en él, creen para salvación: "Mas nosotros debemos dar siempre gracias á Dios por vosotros, hermanos amados del Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salud, por la santificación del Espíritu y fe de la verdad: A lo cual os llamó por nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo" (2 Tesalonicenses 2:13-14).



Pero por otra parte, el Apóstol nos advierte, en 2 Tesalonicenses 2:10-12, que también el Anticristo, es decir: el Papado, hallaría sus seguidores, muchísimos de los cuales permanecerían suyos hasta la muerte para eterna perdición: "Y con todo engaño de iniquidad en LOS QUE PERECEN; por cuanto NO RECIBIERON EL AMOR DE LA VERDAD PARA SER SALVOS. Por tanto, pues, les envía Dios operación de error, PARA QUE CREAN A LA MENTIRA; Para que sean CONDENADOS TODOS LOS QUE NO CREYERON A LA VERDAD, ANTES CONSINTIERON A LA INIQUIDAD."

Del misterio de la piedad Wylie comenta lo siguiente en su paralelismo, en relación a estos dos grupos de la humanidad, los que creen en Cristo y los que creen en el Papa:
Del misterio de la piedad, Dios manifestado en carne, Jesucristo, dice:
Pero del misterio de iniquidad dice:
Claro está que cualquier seguidor del Anticristo puede escoger seguir a Cristo, dejar al falso Sumo Pontífice Romano por el verdadero Pontífice: Jesucristo Hombre, Dios manifestado en carne, el verdadero Salvador y verdadero Mediador. Pues por el arrepentimiento y la fe en Cristo es posible "recibir el amor de la verdad para ser salvos", y así dejar de estar "creyendo a la mentira" y no poder ser ya nunca "condenados", por ya "haber creído a la verdad", y por así haber dejado de estar "consintiendo con la iniquidad".



Pero sin el arrepentimiento y la fe en Jesucristo, las personas que creen en el Papa son mientras tanto: "los que perecen", y "no quieren recibir el amor de la verdad para ser salvos", y continúan "creyendo a la mentira", y están rumbo a ser "condenados", "no creyendo a la verdad", "consintiendo con la iniquidad". De no arrepentirse, creer en Cristo y huir del Anticristo, de morir en el estado descripto, entonces su estado será inalterable y adquirirá un carácter definitivo tal como lo expresa el Apóstol Pablo. Una vez muertos en unión con el Papa y su engaño, ellos son para siempre los que "ya perecieron", los que ya "NO RECIBIERON EL AMOR DE LA VERDAD PARA SER SALVOS", los que siempre y hasta su muerte creyeron "a la mentira", los que están ya para siempre "condenados", "TODOS LOS QUE NO CREYERON A LA VERDAD, ANTES CONSINTIERON A LA INIQUIDAD". ¡Dios mío, que sean muchos los Católicos que tengan misericordia de sí mismos y ACUDAN A CRISTO, y HUYAN DEL PAPA, antes de que llegue la hora terrible cuando ya nada podrá cambiarse! ¡SEÑOR! QUE MUCHOS DE ELLOS LLEGUEN A SER DE AQUELLOS A QUIENES PABLO DICE:
Cualquier seguidor del Anticristo puede escoger seguir a Cristo, dejar al falso Sumo Pontífice Romano por el verdadero Pontífice: Jesucristo, y ello será así aún en los terribles y desesperantes momentos del reinado del último Papa de la historia; porque Dios obrará y llamará afuera de Roma a una incontable multitud de Católicos para que lleguen a ser de Cristo. Resuena el Apocalíptico llamado de los Dos Testigos, que han de ser manifestados, con el mensaje de los tres ángeles, a fin de que acontezca el gran ÉXODO FINAL del las almas que escaparán del último de los Papas para llegar a ser de Jesucristo:

CONTENIDO DE LA PREDICACIÓN DE LOS DOS TESTIGOS Y LOS CIENTO CUARENTAICUATRO MIL Y DE SUS POSTERIORES CONVERTIDOS DURANTE LOS TRES AÑOS Y MEDIO FINALES DE LA HISTORIA
SE PREDICARÁ EL EVANGELIO EN MEDIO DE LA GRAN TRIBULACIÓN:
14:6 Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo,
SE ADVERTIRÁ DE LA INMINENCIA DEL JUICIO DE DIOS Y SE EMPLAZARÁ A LOS HOMBRES A ADORAR AL "DIOS DE TODA LA TIERRA" DELANTE DEL CUAL ESTÁN LOS DOS TESTIGOS:
14:7 Diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle honra; porque la hora de su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas.
SE PREDICARÁ LA INMINENCIA DE LA CONDENA FINAL DE ROMA Y SU FALSA IGLESIA:
14:8 Y otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, aquella grande ciudad, porque ella ha dado a beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
SE EMPLAZARÁ A LOS HOMBRES A NO RECIBIR LA MARCA DEL PAPA O A ABANDONARLA; PORQUE ¡HAY DE LOS QUE MUERAN ADORANDO AL PAPA Y PORTANDO SU MARCA O SEAN ENCONTRADOS ASÍ POR CRISTO EN SU VENIDA!:
14:9 Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora [PresCont] a la bestia y a su imagen, y toma [PresCont] la señal en su frente, o en su mano,
[Donde se aclare: "[PresCont]" es para indicar que en el Texto Griego Recibido se usa el tiempo presente griego de acción continuada, dando a entender que es tanto su pecado y su perseverancia en él hasta su fin lo que los condenaría]
14:10 Este también beberá del vino de la ira de Dios, el cual está echado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles, y delante del Cordero:
14:11 Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamás. Y los que adoran [PresCont] a la bestia y a su imagen, no tienen reposo día ni noche, ni cualquiera que tomare [PresCont] la señal de su nombre.
LOS CREYENTES EN CRISTO NO TOMARÁN LA MARCA DEL PAPA; Y LOS QUE SE CONVIERTAN A CRISTO DESPUÉS DE HABERLA TOMADO NO PERSEVERARÁN EN LLEVAR LA MARCA, AÚN CUANDO TENGAN QUE MORIR, DESCANSARÁN DE SUS TRABAJOS:
14:12 Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús.
14:13 Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los muertos que de aquí adelante mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansarán de sus trabajos; porque sus obras con ellos siguen.


Pero nadie debe posponer su conversión para un futuro incierto; el infierno eterno, horripilante y temible, debe ser rehuido ahora mismo, arrepentíos ahora y creed en Jesucristo. No seais de los que hasta el final siguen al misterio de iniquidad para terminar en el infierno sin posibilidad de salvación. Dejad al Anticristo AHORA, id A CRISTO ahora mismo. Amén.
¿Quien querrá ser salvo por Cristo? ¿Quién dejará al Anticristo de perdición y se refugiará en el Cristo de la eterna salvación?



6.9. Dos Misterios Con Tronos Opuestos y Distintos Y Con Final Opuesto y Distinto
Finalmente llegamos al cabo del gran contraste entre estas dos encarnaciones opuestas y de distinta naturaleza (Jesucristo y el Papado), con opuestas y distintas fuentes de validación (una El Espíritu Santo de Dios, y la otra el diablo), que tienen asistentes angélicos sobrenaturales opuestos y distintos (unos los Ángeles del Cielo, y los otros los demonios o ángeles del diablo), y que tienen ministros opuestos y distintos (unos los apóstoles y los siervos de Jesucristo, los otros los sacerdotes de la apostasía Romana con su remarcada característica del Celibato Sacerdotal Obligatorio impuesto por el Anticristo), dos misterios que tienen seguidores opuestos y distintos (unos los que han creído en Cristo para salvación, los otros los que creen en el Papa para perdición eterna); y finalmente concluimos en la posición y el final distinto y opuesto que tendrán Cristo por su lado, y los Papas por el suyo.



Cristo, nos dice Pablo, "ha sido recibido en gloria", (fin de 1 Timoteo 3:16); pero del Anticristo, el Papado, se nos dice que ha escogido el trono del mundo en la tierra, pretendiendo representar a Cristo y usurpándolo más bien, para finalmente ser recibido abajo, en el infierno, abajo en la eterna deshonra:
Del misterio de la piedad y su entronización, citamos lo siguiente del libro de J. A. Wylie:
Pero de la entronización del misterio de iniquidad dice:
Mientras que Cristo es el Salvador que ha sido exaltado a los cielos, el Papado se ha exaltado a sí mismo y es, cada Papa, "el hijo de perdición" igual que Judas. Es el hijo de perdición porque siembra, esparce, y disemina la perdición en el mundo; ya hemos visto que serán condenados eternamente todos los que hasta la muerte permanezcan a favor del Papa; y es el Papa entonces como un gran diablo que arrastra con él, al infierno, a incontables multitudes de seguidores suyos; y es entonces un aborrecible y gran prodigador de perdición eterna. Pero el Papa es también el hijo de perdición porque finalmente él mismo irá al infierno. Todos los Papas, sin faltar ninguno, en la horrenda hora de su partida descenderán al infierno. Y el último Papa de la historia, se topará vivo con Jesucristo mismo, y el libro de Apocalipsis nos dice cual será el terrible decreto de Cristo para con el último Papa. Pablo nos dice que al último Papa "EL SEÑOR MATARÁ CON EL ESPÍRITU DE SU BOCA, Y DESTRUIRÁ CON EL RESPLANDOR DE SU VENIDA;" (2 Tesalonicenses 2:8); y en Apocalipsis se nos dice cuál es el terrible decreto que saldrá de la boca de Cristo:
Muchos enseñan que la existencia de los que han sido lanzados al lago de fuego se extingue por completo; pero no es así; como una muestra, la "muerte" del último Papa es una "muerte en vida", no significa la extinción de la vida, sino la extinción de su vida inicua para vivir castigado eternamente. Mil años después de ser arrojado VIVO al lago de fuego, encontramos de nuevo al último Papa y a su falso profeta vivos en el lago de fuego para ser atormentados ya junto con el diablo por toda la eternidad:
Tal es el horrendo final del último de los Papas.



Alguno dirá: ¿Y qué de los Papas anteriores? ¿Porqué no se habla de ellos? La respuesta es que Sí, que se habla de ellos. Sucede que al hablar del fin del último Papa, se nos está hablando también de su consecuencia acompañante y conjunta implicada, que es EL FIN DE LA DINASTÍA PAPAL. Porque el Anticristo había de surgir a la caída del Imperio Romano y con LA apostasía, no la apostasía del protestantismo, que ahora presenciamos, sino LA apostasía, una apostasía aún no manifestada en el tiempo de Pablo y que sería la apostasía que seguiría sin duda al tiempo de la era Apostólica, no a la era Protestante. Esa grande, y terrible apostasía duradera en siglos, ha ocurrido, es la apostasía Romana que dio lugar al surgimiento del Papado. La misma presente apostasía del protestantismo no es sino una apostasía de segundo orden cuya característica principal es VOLVER A ROMA, es decir volver a LA apostasía primera, la grande, LA apostasía, la apostasía Romana, con su Papado que es el Anticristo. Obviamente que el fin del último Papa será ser arrojado VIVO al lago de fuego; pero no hay duda alguna de que cada componente de la dinastía Papal ha sido y será condenado con la perdición eterna.



En cuanto a la condenación eterna de los Papas, los que no son el último de la dinastía, y aún el último de la dinastía, encontramos la temible profecía de Isaías:
Terrible profecía en verdad, ella se refiere en una primera instancia al último rey de la Antigua Babilonia; pero en una segunda instancia más perfecta y final se refiere al rey de la que Dios llama LA GRAN BABILONIA, la cual es Roma; y cuyo rey son TODOS LAS PAPAS DE LA DINASTÍA, DEL PRIMERO AL ÚLTIMO REINANDO EN NOMBRE DEL DIABLO MISMO.



Se nos habla allí de un descenso al infierno (no al lago de fuego sino al lugar a donde AHORA van las almas de los perdidos antes de que luego del Juicio del Gran Trono Blanco sean enviados en cuerpo y alma para siempre al lago de fuego según Apocalipsis 20:11-15); se nos describe como "el rey de Babilonia" (14:4), un Papa, rey de Roma, desciende al horrendo lugar subterráneo, "el infierno abajo" (14:9), donde se encuentra con reyes de la tierra que se sorprenden de encontrar allí al "Vicario de Cristo". Ellos dicen: "¿Tú también enfermaste como nosotros, y como nosotros fuiste?" (14:10). El profeta Isaías se refiere a la grandeza de la caída de los Papas que pretendiendo ostentar el trono de Dios como "Vicarios de Cristo", "Representantes de Dios", pretendiendo ostentar el trono del cielo, caen finalmente abajo, al infierno:
Y muchos creen que ésta es una profecía de Lucifer y su caída, pero NO; más bien es una profecía sobre los Papas con ALUSIÓN A LUCIFER. La profecía es sobre el "VARÓN que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos" (14:16), es decir, sobre el "rey de Babilonia" (14:4), el Papa. Así que es sobre el Papa, pero con una notable alusión a Lucifer el "Lucero, hijo de la mañana" (14:12). ¿Porqué Dios ha aludido a Lucifer a través del Papa; y no a la inversa? A dicha pregunta respondo: ¿Porqué Dios ha aludido a Lucifer a través de la serpiente; y no a la inversa?. Así como la serpiente fue el instrumento del diablo para la caída de la humanidad, el Papado es el instrumento del diablo como el Anticristo, y porque el dicho del Papa ensalzandose con su trono a las alturas del cielo no es sino el dicho mismo del diablo; ya que el trono del diablo y el trono del Papa son LA MISMA COSA.
Así, todos los Papas descenderán al infierno, al horrendo lugar subterráneo; y en cuanto al último Papa, en cuerpo y alma, como dijimos será arrojado vivo al lago de fuego y no será sepultado:
Tal será el horrible final de cada uno de los ocupantes del trono del "hijo de perdición", del primero al último, y ninguno escapará jamás.



Con horror nos alejamos del trono de la perdición, el trono diabólico del que desciende a su perdición; y nos acercamos presurosos al trono de la Gracia, al trono de Jesucristo:
Aquí ponemos fin a este paralelismo entre el misterio de la piedad y el misterio de iniquidad como surge de la Escritura. Que el Señor Dios Misericordioso ilumine los ojos y los corazones de muchos a fin de que reciban el amor de la verdad para ser salvos y no sigan consintiendo a la iniquidad del Papado; si alguno fuere iluminado no sea tardo en arrepentirse y huir de Roma, escapar de la cadena del Papa y refugiarse en los brazos de Jesucristo, el único y suficiente Salvador.



En el siguiente capítulo nos dedicaremos a hacer algunas advertencias sobre el posible curso que tomará en lo inmediato el misterio de iniquidad. Es probable que se precipiten los acontecimientos finales con el advenimiento del último Papa de la historia. Probablemente la segunda venida del Señor esté muy cerca.

Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios ha sido manifestado en carne; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los ángeles; ha sido predicado a los Gentiles; ha sido creído en el mundo; ha sido recibido en gloria.

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 Continúa en ==> Capítulo 7

 


 

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