Bickersteth - El Decreto Papal
El Romanismo En Su
Relación Con La Segunda Venida De Cristo
Rev.
Robert Bickersteth
Este decreto jamás
ha sido revocado. Ha sido cumplido dondequiera Roma ha
tenido el poder para hacerlo, como la historia da
testimonio.
Lo atestigua la
matanza de los Albigenses en el siglo XIII, por orden del
Papa Inocencio III, por la sola razón de que ellos habían
adoptado posiciones diez mil veces más inocentes que las
de sus perseguidores, y abrazado errores "que, de
acuerdo con las peores imputaciones, dejaban intactas las
leyes de la humanidad y la paz de la vida social".
Lo atestiguan los
anales de la Reina María en este país, los de Carlos V
en Alemania, los de Luis XIV en Francia. Lo atestigua la
masacre de los Protestantes irlandeses en 1641, cuando,
según el testimonio de un escritor Católico Romano, 8.000
Protestantes fueron brutalmente asesinados en un solo día.
Lo atestigua la
masacre de San Bartolomé, en conmemoración de la cual
el Papa hizo que fuera acuñada una medalla. Lo
atestiguan las atrocidades que acompañaron la revocación
del Edicto de Nantes. Lo atestiguan los horrores de la
Inquisición; y aunque la marcha de la civilización y la
fuerza de la opinión pública han hecho mucho para poner
coto al ejercicio de su espíritu perseguidor, no
obstante lo atestiguan las brazas de ese espíritu todavía
preparadas para estallar en llamas, como es testimoniado
desde Toscana por los quejidos de las víctimas del odio
de Roma hacia la Palabra de Dios.
|