El Romanismo En Su Relación Con La Segunda Venida De Cristo
Rev. Robert Bickersteth

El tercer título con el cual se designa la apostasía es "el misterio de iniquidad". El epíteto denota un peculiar rasgo misterioso que debe caracterizar a la apostasía y que debe ser puesto al servicio del propósito de iniquidad. El Romanismo responde plenamente a esta descripción. Existe, verdaderamente, un sistema para el cual el título apropiado es "el misterio de la piedad". El evangelio de Jesús es ese misterio. Es un inefable misterio de sabiduría y poder - de verdad y bondad. El origen, la obtención, y la aplicación del plan de salvación son parte de un misterio. La preparación del plan es un misterio. Su ejecución a través de la obediencia hasta la muerte de la Palabra Encarnada es un misterio; y no menos lo es la aplicación del plan a cualquier caso individual.

"El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni á dónde vaya: así es todo aquel que es nacido del Espíritu." La consumación del plan está envuelta en misterio, y no obstante sabemos que la totalidad del maravilloso plan es un misterio de piedad. La Divinidad preside sobre cada parte de éste, y la tendencia del todo es elevar al hombre desde la degradación del pecado hasta el restablecimiento de la imagen de Dios en la cual fue creado primeramente.