María C. Vargas Martínez
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El amigo no tan imaginario

 

 

María ya se había acostumbrado a los juegos de su hija con su amiga imaginaria. Al despertar lo primero que hacía la pequeña Laura era ver cerca del buró que estaba en su cama y dar los buenos días a su amiga. Después desayunaba y entre plática y plática le ofrecía un poco de alimento. Y luego jugaba todo el día con ella: a la comidita, a las escondidillas, a la resbaladilla, a las muñecas, a escribir en la computadora… a todo.

Para María eso era normal y aunque al principio trató de explicarle a la niña que su amiga era producto de su imaginación, decidió que la niña se divirtiera un rato, como no tenía hermanos ni amigos con quien jugar pensó que era normal que ella inventara una amiga.

Cuando la casa estaba en total silencio, María escuchaba la charla y las risas de Laura mientras jugaba. A veces se metía bajo la mesa y entonces pedía a María que colocara sábanas para cubrir su pequeña casa. Y así lo hacía ella: le creaba una pequeña cama, le daba sus juegos de té, algunas muñecas y una pequeña mesa. Y ahí pasaba horas jugando y riendo. Otras más se sentaba frente a su tocador de juguete y ella maquillaba a su amiga. Y qué decir de las escondidillas donde corría por toda la casa en busca de su pareja de juegos, a quien encontraba en la cocina, en el baño y a veces bajo el ropero. En ocasiones, jugaba a la comidita con los dulces que le compraba María y lavaba sus trastos después de usarlos.

Pero en una ocasión, la niña se dirigió a la habitación de María, ahí tomó sus maquillajes y comenzó a delinear sus ojos, sus labios y sus mejillas. Después de un rato la mujer escuchó las risas de su hija y se encaminó a la habitación. Vio su rostro de mil colores mientras Laura decía maquillar a su amiga. María pensó que sería una buena idea si tomaba la cámara y grababa a su hija en su pequeña travesura, para mostrársela a su padre. Rápidamente tomó la cámara y comenzó a grabar.

Por la noche, cuando Paco llegó, María muy emocionada le mostró el video. Conectó la cámara a la televisión y comenzó a reproducir. Sin embargo, la sonrisa se borró cuando después de ver el rostro de su hija totalmente maquillado la toma se hizo más amplia y María vio a una pequeña niña de vestido blanco y negros y bellos caireles sentada junto a su hija. Laura rió alegre y dijo: "¿Verdad que nos vemos bonitas mi amiga y yo?".

 

 

© María Celeste Vargas Martínez

 

 

 

María Celeste Vargas Martínez. Nació en México, Distrito Federal, el 15 de enero de 1976. Es Licenciada en Periodismo y Comunicación Colectiva por la UNAM, Campus Acatlán.  Actualmente es especialista en estudios sobre animación. Autora de Animando un siglo... Historia Mundial del dibujo animado  y Hecho en México, Historia de la animación mexicana (ambos sin publicar). Ha impartido conferencias sobre animación, comic y literatura en diversas universidades. Además, ha publicado escritos literarios en las revistas: Letralia, Ciberayllu, Ariadna, Destiempos, Remolinos y Caminos Abiertos, entre otras.

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