Oscar
Ramirez |
MURIEL Un
ovillo de lana y la rutinaria lección
de los círculos acompañan
el descanso de sus tardes. El
murmullo de empañados cristales, mientras
se describen figuras, permiten
la voluntad de lo bello. Han
transcurrido muchos años desde
su llegada, pero sería difícil comprender la
soledad del vespertino sofá con su partida. Mientras
vigilo en usted el camino de los sueños, mis
labios recorren con vehemencia la dureza de
sus manos producto de la infamia del
tiempo. Aquella intención se
dibuja con la sutil condición del amor. Nunca
podremos dejar de envolver los
secretos en su mirada, ni
olvidar la ternura de sus mejillas cuando
sucede la nieve. Si
las flores llegan a marchitarse es
porque protegen el infinito sueño de
sus manos dormidas. VIAJES para
no sustentarme nunca de nuevo en el amor
Alejandra
Pizarnik
tú
vienes dormida
en el limbo de una palabra oculta
/ extraña secreta
entre el rubor de la noche vienes
junto al fuego ocultando
el silencio o
abriendo de tus pasos el
tenso aroma del dolor vienes y
construyo jaulas con tu nombre encierros
donde habite tu mirada y
abro los ojos para
entender lo perdido o
tus viajes de niña sobre
la muerte y el miedo
EL DESCANSO DE LIDIA Flores
o recuerdos o
encuentros donde cristales y vientos agitan
la quietud de faroles fortuitos tendrán
la virtud de conmemorar el
amanecer de tu sonrisa. El
grial de tu voz, rondando
en mejillas de piel o colibrí, invoca
la sutil experiencia de los días cuando
las niñas disfrutan de
vagar por el trigo y
la dorada rectitud de los campos. Delgadas
raíces se ocultarán en tus manos mientras
tus pechos se olvidan del sol y
dormitan en sillones sin tiempo.
LO
MÁS SECRETO DE LAS VOCES
Hemos inventado nuevos nombres
Alejandra
Pizarnik Mas,
cuando lúgubres melodías desentonan
los contentos,
gitanos de aire y
comparsa toman como suyos el
final o
aquel verso dormido en el abismo. La
esperanza es armonía y alba. Ciudades
emergen del encantamiento nocturno. Carentes
de espacios donde extender las alas, moribundas
aves, disfrazadas de libertad, pernoctarán
bajo los rieles. Al
despertar, fiebre
de lunas y plumas distintas acompañan
la desierta contemplación de las horas.
Lo
gris no
permite solución o entereza. Rostros,
húmedos testigos de lo presente, habitantes
de ciénagas
o estaciones
donde las historias crean distancias
para olvidar los pretextos del sol.
Una oscura franja
impregna la mirada evitando la orientación
de arrecifes sin rumbo. Falsas
teorías. Irreales conceptos de felicidad que
nos agobian prometen la venganza. No
podremos intentar las palabras o el tiempo. La
invasión de relatos cohíbe nuestras almas. Incompletos
labios y deseos
dibujan la existencia de
rojizos atardeceres para los ángeles ciegos: un
brotar de peregrinas alas y silencios
perturban la noche. La
certeza y la virtud, femeninas
aves de extenso cuello, escriben
jaulas donde
sermones evocan tentativas
luces que olvidan el juego. Junto
al amado movimiento de tus brazos, las
campanas semejan los teoremas del adiós. El
amor es un delgado río de caricias lejanas.
Trajín de amores y poemas. Versos
describiendo la ferviente oración. Las
melodías y la contemplación
agitan el presente. Verbos
devoran acciones donde
niñas o gaviotas en cristalinas praderas recrean
la nostalgia del amor y las primeras destrucciones
de los nombres.
Trajín de rostros y existencias. Arrinconados,
en
lo más secreto de las voces,
dos niños olvidan la realidad. Tienen
en sus labios palabras tan perfectas como
el silencio. Lo
gris no los alcanza. Ellos
dibujan su propia calma. Ellos
componen su propio mundo. HAMLET Y
si fuera yo sueño
o recuerdo del silencio voz
o palabra de un mundo muerto calcinada
oración de un hosco vacío podría
existir en habitáculos de fuego donde
ángeles y secretos serían
el círculo necesario de
algún descanso bajo la ira del tiempo? Y
si fuera yo aquel
extraño de secas alas aquel
ser incapaz de elevar lo perdido dejaría
mi voz o mis sentidos o
la coherencia moral perturbando la calma para
encerrar en lo azul aquella
vertida emoción de los miedos? Y
si fuera yo existencia
real o fugaz pensamiento o
límite mental del amor que condeno lograría
entender esta angustia inmortal y
la primaria obsesión de la sangre para
ocultarme de la soledad y
del niño temeroso que platica con fantasmas? LILIUM Bajo
la luna un
cuerpo se asoma al
recuadro de mi imagen de lila. El
viento pagó el secreto de mi voz. Ahora
la vida se
envuelve como rosas. PERSISTENCIA O EL ESPÍRITU DEL TIEMPO Musa,
madera de tiempos remotos. Criatura
y profeta, efímeros
objetos sucumbiendo en un
febril destino de habitáculos sin nombre.
Severa luz de lo infinito, lucidez, vasija
donde artistas de labios y sudores cadenciosos reposan
la contemplación de viejos mundos. Imágenes
avivan creaciones nocturnas donde
los rezos se tornan crueles y voraces a
la espera de las tertulias. El
silencio es la equilibrada perfección de lo venidero. Para
elevar el curso de cristales negros,
rezagos de mantos mudos
devuelven voluntad y castigo.
Arena
y roídos huesos de poetas
rodean el presbítero cantar de las venas. Infante
o senil creador de ideas, vivir
es sólo un constante caer hacia el vacío.
Los años no permiten la perfección de
lo equívoco, pero consienten a su vez toda
aquella sensación de agonía. Es
aquí donde lo externo nos celebra, y
nuestros frutos conservan con virtud la
intensa melancolía de los nombres. A
la posteridad quedan nuestros sueños, plasmados
sobre muros y maderos de tiempos remotos.
Criatura y profeta, ambos
renacen con el persistir de las musas.
© Oscar Ramirez
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Oscar Ramirez. Estudiante de lengua y literatura en la Universidad Nacional de Trujillo. Soy miembro del Grupo Literario "Pluma de Carne" quienes publicamos la revista cultural "Estigmas". He sido galardonado con el Primer Premio en el VI Concurso Nacional Juvenil de Cuentos 2006, en Memoria de Germán Patrón Candela. |
Revista Literaria Remolinos