Sixto Sánchez
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Respiradero, 1991

No era aún la hora para tocar a su puerta
pero toqué
y me abrió vestida con su orquesta de oropel.

Sabía también que acercarme no debía, prohibido
era acariciarle el rostro.
Mis manos envueltas por las llamas fueron el precio.

Me lancé a su cuerpo embrujado, cuanto habían
hablado de él, era verdad.
No puedo recordar ninguna de sus facciones, lo que
pasó después del primer beso, sólo conservo, flotando
dentro de mi cabeza, la corona imperial de sus jadeos.

Sin tiempo, 2004

Cuando se es niño
ni se escribe ni se entiende
cuando se es joven
se escriben cosas que no se entienden
cuando se es adulto
se entienden cosas que ya no se escriben
cuando se es viejo
se escribe sobre las cosas entendidas
pero al final
cualquiera que vea el cadáver
¡exclamará!
Éste ni escribe ni entiende.

Sin tiempo, 2004

No te olvides del gesto
ensaya frente al espejo
debajo de las luces
como te entregas a la muerte.

Repite con un cigarro en la boca
las manos hacia el cielo
el monólogo de tu inocuo existir.

Y si el telón no cae
después de sudar todo tu miedo
improvisa una palabra tuya.

Sin tiempo, 2004

Crónica roja

Un grito atraviesa la calle
con un disparo en el hueso
el resplandor de una bala
creo en Dios Padre Todopoderoso.

Los ojos aterrados se ocultan, alucinan
murmullos se arrastran debajo de las camas
mientras la espalda bestial de un homicida
corre y desaparece entre los carros.

Todos los inquilinos se saben testigos
las próximas carnadas de la violencia
planean mudarse a otros suburbios
donde se puedan dormir noches completas.

Si yo fuese otro, inédito

El otro (entrega primera)

Si yo fuese otro
no me aceptaría ni como vecino
a quema ropa me lanzaría bombas atómicas
por correo me haría llegar flechas envenenadas.

Resultado de una encuesta personal.

Pero como no soy otro
y yo soy yo
hago el ridículo sin metáforas
disculpándome tanto odio.

Si yo fuese otro, inédito

© Sixto Sánchez