Maria Teresa Difalco
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Te quedaste país en mi recuerdo,
Memoria que golpea,
Historia que sangra.
Podrás salvarte ahora
Del dolor opresor?
Tu corazón se debate en el latido
No hay otra manera
De salvarte el alma.
A mi lado, trabajo de hormiga,
Encontremos manos, voces, que por fin
Te habiten, digna, libre, nuestra.

 

 

 

 

DIMINUTA ALEGRÍA

Silencio, el dolor duerme, los ojos descansan
Del espanto, que nadie abrume su solitario
Devenir.
La diminuta alegría juega, se divierte, estalla
En los corazones, es libre, solo que no puede
Gritarlo para no hacer ruido,
Para no despertar tanto dolor.

 

 

 

 

PAISAJE DE POETAS

Las gotas de lluvia
En la ventana de Cortazar,
Las asambleas de ternura
De Juan gelman.
Las palabras que se le suicidan
A Alejandra Pizarnick.
La revolución de ese corazón
Sobrándole a Miguel Hernández,
El mar de Alfonsina,
El agradecido dolor de vida
De Violeta,
El chile amurallado de Pablo
Y el jueves criminal de Vallejo.

Dónde pongo mis palabras?
Las mias, las que harán mi paisaje?

 

 

 

 

Ahora es tiempo que el amor se arme,
Se arme de paciencia, de fuego,
De todo lo que necesita
Para combatir a ternura pura.
A manos limpias contra el imperialismo
Del desamor, del desamparo,
De la injusta injusticia que atropella,
Atropella y mata.

 

 

 

 

No vengo a vos
Sino de mi.
Con el cuenco de palabras
Volcándose
En tu vocabulario.
A veces
Parecen derramarse
Sin sentido
Otras,
Las veo crecer
En tu corazón.

 

 

 

 

INVENTARIO

Mi hija coloca cada noche sobre mi cama
Su perro de peluche, ella con sus siete años
De vida, sabe mucho más que yo, de qué manera
Se intenta el salva taje de la soledad. Ella sabe
Que hay un abrazo que necesito y que no puede darme.

 

 

 

 


El viento trae
El último respiro de la tarde.
La noche apura el paso
Para quedarse en el pueblo.

Las casas se acurrucan
Como si un destino ineludible
Las juntara.
La vida era cálida
Antes,
Cuando había pan,
Y la mesa era una fiesta.
Los niños se prometen cosas,
Juegan a ser grandes.
Juegan a tener
Lo que les quitaron.
Las lágrimas no alcanzan.
El corazón de la justicia
Ha detenido su marcha.
Hay que repararlo.
La urgencia habilita la conciencia.
La conciencia debe reparar,
Ajusticiar el tremendo asesinato
Diario del hambre.

 

 

© Maria Teresa Difalco

 

 

Maria Teresa Difalco, nació en Baradero, lugar donde actualmente reside, editó su primer libro de poemas VUELO AL SOL, en 1978, sus trabajos han sido publicados en diversas antologías, como UN 86 EN POESIA, del ciclo de poesía, DANIEL GIRIBALDI, “VOCES FEMENINAS DE LA POESIA ACTUAL”,  de EDICIONES AMARU, como así también en distintas publicaciones del país y del exterior, SUMO ZUMO,  de Colombia, FORO LITERARIO, Uruguay, y otras, Uno de sus poemas fue impreso en la contratapa del disco SINO, de MERCEDES SOSA, luego edita DESTINO DE PALABRA, en EDICIONES CORREGIDOR, con prólogo de Héctor Negro, en el 2005, integró la antología LOS ROSTROS DEL POEMA, y en el 2006 PALABRAS QUE LEVITAN, ambas de editorial DUNKEN. Prepara la edición de su libro EN BUSCA DEL ABRAZO, con prólogo de VICTOR HEREDIA.

 

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