Argonauta ©2005 Adrián Lozano Paz, una palabra impronunciable para ti; una utopía en lo profundo de mi ser. Somos ceniza que mantiene su figura en la cornisa de la vida al transcurrir. Nada te sacia, en tu perspectiva pobre, a sed ni el hambre de vivir y conocer. Que desdicha hay en tus pasos, tan basta, que ni los casos de comida nutren de saber. Pena, es lo que siento por tu conformista condición. ¿Cuánta paciencia es la que puedo contener? ¿Es tu sonrisa un mágico milagro soñador? ¿O tanta prisa, tan sucia, llenará tu corazón? ¿Cómo podría llegar al Arrakis? Cazando cuervos y centauros te tendré. Seremos uno cuando decidas detenerte y bailar con migo en la fiesta de la creación. Concentración... Andrómeda me llevará a tu corazón. Pediré a Atenea que te brinde su pasión. Apolo te hará el favor de iluminarte el camino por el día y en la noches, Polaris, te brindará orientación. Paz... solo mira las estrellas y regresa a la abstracción, una vez más... de tu mente perturbada.