Carta a la comunidad que consume su vida ©2005, Adriân Lozäno Todas mis tintas probé y, no existe aquella que te describa; pensé exhaustivamente durante este día y, creo que ni yo podría hacerlo. Pero si puedo, y enteramente, concebir mi sentir ante tu yo presente. No existe fobia sin fundamentos como no existe persona sin rostro, a excepción de ti, de ti y de tus miedos profundos y desconocidos. Huele tu alcoba a corrupción. Me duele verlos siendo alimento de mi enemigo. Como podemos ser uno, si no eres ni tu mismo? Duele el olfato, duele mi cabeza, duele en cada diástole y, con sístole no cesa. Triste es mi memoria que se solidariza con tu vida y, triste tu existencia de vida tan falta. Todos tan amados, a todos los repudio. Todos me dan asco... pero nunca parará el trabajo duro, pues más es el cariño evita la cólera; Ustedes mismos me animan a luchar cuando de vuestra voz escucho las ganas de vivir, cada que intentan respirar entre el humo, ver un poco de paz entre la confusión de sus mentes, sentir un abrazo cálido en este mundo frío. Ay de nosotros si no perseveramos! Ay de todos si no amamos! Estaremos pronto perdidos si perdemos la esperanza. No existe otra fuente de fuerza... y también está Él en ustedes... amigos.