Chechenia enardecida ©2006, Adrián Lozano Al calor de tu reproche me tendí, era una noche oscura en la ciudad. Todo silencio, todo espectativa. En las sordas voces intranquilidad se percivía. Nunca te desesperaste, nunca dijiste: "Me doy" y tampoco llegaste nunca a ver el renacer libertador qye tabti exigías. E inclusive, parece haber sido en vano tu pasión y tu pecado emergentes. Espero realmente que tus muertes sirvan, no para satisfacer la sed de violencia, ni para socegar la reveldía; espero no sea solo para provocar covardía y que sigan igual tus hermanos: en agonía.