Desliz ©2006, Adrián Lozano Viendo tus cercanos ojos de luna menguante caí frente a tu semblante derretido, estimulando con mis dientes tu flujo sanguineo... e inhalando el mismo aire contigo. Yo, viviendo el momento entre el ansiedad de ser descubierto... entonces, entregandome al viento que no teme, tomé tu alma entre mis brazos sin dejarla caer al frío suelo de esta ciudad. Sentí mi cuerpo entre tus manos. Siguiendo mis movimientos y superándolos lograste aflorar sentimientos apagados en mi piel; entonces supe que la miel iva cubriendo mis necesidades de humano. ¿Y ahora dónde guardamos las sonrisas... ... y la dicha de caricias y de besos?