Devil tacto ©2004 Adriàn Lozäno En ocaciones es solo mi mente pero no puede mi cuerpo desprenderse de este eterno calvario, físico devil que entume mis pensamientos en tormento. Lucho, lucho demasiado contra mis instintos, mis fracasos y deseos. Esas sombras escabrosas e indefinidas que, opacan con ímpetu la devil luz que no encuentro, que yo mismo extingo y consumo, asustan al niño corrompido que no logro dejar de mirar, atento escucho lso susurros de su devil respirar. Natural... dicen que es natural, que la noche se ilumina con un verde tronco que arde en llamas y a la vez es de metal, posible lo es ahora, posible que te vea y no te tenga, posible que me entregue y no lo sepas, tan posibe que te hable como que es tanguible mi transtorno y la pena que no logro desechar e invisible la carne que no logro dominar. No obstante te veo a ti, tan cándida y hermosa, tan humilde y animosa que, pienso... me revuelvo, no distingo, una mezcla homogenea de sabores por identificar. ¿Es su cuerpo? ¿Es su tacto... mi equidad? ¿Es acaso que no encuentro lo que tengo? ¡O simplemente difiero de la que se supone! ¡¡Tenemos por igualdad?? En silencio, ya sin llanto te incluyo a ti primer personaje y te pido una vez más, que me prestes de tu sangre, que debores ya mi carne... retira este veneno... ¡¡¡Ayudame a respirar!!!