León ©2004 Adriån Lozâno Es indescriptible tu inocencia, no podré evitar protegerte por instinto. Por todo el dolor que haz sufrido el Señor te paga ahora con paciencia. No tengas miedo mi hermano de decirme cuanto necesites yo seré quien atienda callado siempre que tu lo solicites. No te niegues a recitarme un poema y tampoco dudes de su naturaleza divina que es el mismo Señor quien inventó al poesía haciendo de los valles y montes preludio y, de cada ser una estrofa y de cuando en cuando canción.