Ser ©2005 Adriân Lozäno La belleza de tu rostro no radica en tus ojos, sino en la pureza con que tu mirada me cuenta tus ideas novedosas y nobles. Lo dulce de tus labios no lo indica el casi color rojo, es más bien el arsenal de paz en tus palabras y los besos amorosos que repartes por las noches. La belleza de tu cuerpo no es la carne, no es el blanco, es un poco el alimento que lo nutre y es un tanto la gracia que lo decora. El dulce en tu piel, y la suavidad... nada externo; es por el sudor de tu esfuerzo en plenitud y es tu tacto tan violento para amar. Esa fuerza en esos huesos tan flacuchos no es la suerte, es l'afrenta a la muerte con valentía, el sonreír de diario, y las ganas de volar cuando vienes con la gente. Tu voz, tan dulce, tan sencilla pero decidida, no proviene de la vida malvivida y atacante, es el adagio de tu mente, es tu ánima transparente... encendida.