MITOLOGÍA ORIENTAL

 

Las religiones que profesan los países orientales son muy variadas y complejas, afectadas en cuanto a su ubicación territorial a través de los siglos, especialmente por las continuas invasiones militares.

 

Actualmente el budismo está esparcido en toda Asia; el hinduismo ocupa primordialmente el continente indio; el taoísmo y el confucianismo, la China; y el sintoísmo el Japón.

 

El Budismo es una religión, anunciada por Gautama Buda (El Sabio, El Iluminado), en que no interviene la idea de Dios. Buda, de origen chatria, vivió en el siglo V a.C. y su existencia fue extraordinaria pues su gran sabiduría asombraba ya desde su niñez. Dedicó su vida a la meditación y a la predicación hasta que sus enemigos lo condenaron a muerte.

 

Buda predicaba el amor al prójimo, la caridad, la virtud, prefiriendo a los pobres y a los sufrientes. Su doctrina rechaza la división de los hombres en castas, es decir se afirma en la igualdad y sostiene que el hombre debe alejarse de las malas pasiones, elevándose, perfeccionándose, mediante la bondad y la misericordia para alcanzar la senda de la salvación que conduce al nirvana, donde cesa todo dolor, ignorándose las pasiones y las faltas, produciéndose una liberación de la personalidad, un reposo eterno, acompañado de una apatía continua.

 

Pasando al Hinduismo o Brahmanismo es un sistema muy complicado para determinar las diversas clases sociales. Los miembros de la clase más elevada entre los hindúes se llaman brahmanes, y el brahmanismo se considera la forma más pura del hinduismo. Los brahmanes que eran también los sacerdotes, en un momento dado se convirtieron en los dueños del poder, es decir se confunde la religión con el Estado. A través de la elaboración del Código de Manú, organizan la sociedad no ya en clases como en tiempos anteriores, sino en castas completamente cerradas, es decir en capas sociales separadas absolutamente unas de otras, siendo dominadas por la principal que es precisamente la de los brahmanes, casta emanada de la cabeza de la divinidad.

 

El brahmanismo ha desarrollado la doctrina de la inmortalidad del alma, combinándola con la de la transmigración. Consiste en que luego de la muerte las almas son juzgadas y comienzan una nueva existencia que depende de la primera. Si ésta ha sido mala, el alma se alojará en un árbol, en una piedra, en un animal, o en un hombre de inferior condición. Si en cambio, la primera existencia ha sido buena, el alma se encarnará en un ser superior a aquel en que antes habitaba. Lo más grande era llegar a reencarnarse en un brahmán. Y para un brahmán la recompensa más alta a una vida de virtud y alta religiosidad, es la de confundirse con la sustancia de Brama a través de consecutivas transmigraciones y de millones de años.

 

Los chinos, dijimos, practican el Confucianismo y el Taoísmo, pero más que como religiones, en el sentido que le damos los occidentales, como prácticas o doctrinas mágicas.

 

La religión que realmente domina en las almas chinas y que se acentúa a partir de Confucio es el culto a los muertos, similar al de los griegos y romanos pero combinado con ritos de carácter mágico.

 

Confucio (551-479 a.C.), es para los chinos, lo que Moisés para los hebreos. Pero no fue un innovador, la esencia de su doctrina es el respeto al pasado, la observación estricta de los ritos y la creencia en la sabiduría de los antepasados. Para Confucio la mayor virtud es el amor al prójimo, la caridad. Consagra el hombre al hombre y le da la razón como guía. Para él la ciencia verdadera consiste en el perfeccionamiento moral que se consigue no por revelación divina sino por el conocimiento y trato de nuestros semejantes.

 

Su doctrina se halla en los King, libros sagrados que se deben al maestro o a sus discípulos.

 

El Taoísmo es la doctrina de Lao-tsen (vivió hacia el 600 a.C.), que escribió el Libro de la razón suprema y de la virtud. Fue un filósofo como Confucio pero de tendencias opuestas. Su sistema es metafísico. Sintéticamente sostiene que el Universo está penetrado de un principio insubstancial, inmanente, creador, todopoderoso, el Tao, que es una entidad espiritual en la que todo se origina y a la cual todo vuelve. El hombre debe renunciar a identificarse con la Naturaleza. El taoísmo degeneró muchas veces en prácticas de magia.

 

Por último unas líneas sobre el Sintoísmo imperante en Japón. Si bien los japoneses adoptaron las enseñanzas de Confucio, que destacan la importancia de los fuertes lazos familiares, y el budismo, crearon su propia religión: el Sintoísmo.

 

En un principio el sintoísmo fue considerado parte del budismo hasta que en el siglo XIX es el propio gobierno que lo adopta como religión del Estado con la finalidad de despertar el orgullo nacional y el respeto por el emperador. Su práctica no era incompatible con el confucianismo y el budismo porque básicamente lo que establece es la veneración del emperador. Uníase entonces la política a la religión.

 

Luego de la segunda guerra mundial fue abolida como religión del estado pero no se prohibió la práctica individual no solamente del sintoísmo sino de cualquier otra religión.

 

De lo dicho se desprende que es casi imposible caracterizar conjuntamente a todas las religiones que imperaron o imperan en oriente. Si bien podrían encontrarse algunas notas comunes, en algún caso puede decirse que hasta no se trataría de una religión en el sentido que le damos hoy sino más bien de una filosofía moral que muestra un camino de vida, impregnado de importantes valores y virtudes.

 

 

 

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