EL BAILE Y LA JAMAICA
I
La orilla de mar
tiene escritas las olas
por un calamar.
II
Por el estero
navegan los refranes
del jaranero.
Son jarocho
I
Igual del bagre
del tropical garrobo el
sol es compadre
II
Nueva Veracruz
Mocambo la jarana
de Ulúa el arcabuz
Veracruz
Terso Veracruz
casi ola casi hamaca
casi arpa de luz
Jarochas
Mujer del puerto
sólo sabemos mirar
tu mar abierto
Ave en el cielo
viejo columpio andaluz
la bamba en vuelo
Sabrosa
Jugo de caña
en vientre de arena y agua
el sol se baña
Agua de coco
derramas en tu pecho
el deseo evoco
La luz se enciende
Falo de Alejandría
la mar se tiende
Nadas morena
¿eres pez o una mujer?
Amas serena
Playeras
Doña Marina
en la hora de la muerte
boga ambarina
Stella Maris
barca clara y sirena
ola pro nobis
Suite porteña
Sueño ocarino
el caracol de metal
corno marino
Costera arpa arde
lluvia de finas notas
limpia la tarde
El canto de un son
consiste en el sonido
de húmedo ostión
Un ritmo de agua
llevan los tegogolos
en su managua
La barcarola
una sinfonía coral
mi caracola
Bañista
De la medida
esta tanga carece
aun cuando es verso
de una mujer tendida
Mujer ribera vida
sobre la palma
de arenas manos duerme
de sol llovida
Veracruz 1990
Al aire vibre
jubiloso de playas
el puerto libre
En la atarraya
caritas sonrojadas de
calor y ron
Brisa de marejadas
Celebración
Terraza de palabras
y versos de balcón
Hoy cultivan colores
niños del malecón
Puerto de altura
Un cuije va y descarga
el baile y la jamaica
de boca de mujeres
Juegan los crustáceos divertidos a
caminar para atrás
esconderse en los ombligos de arena
y sumergirse en el agua salada
Crustáceos divertidos
sólo saben vivir bien
Carcajadas del mar la marejada
Durante la noche
las esponjas contienen
la luz del día
Regata de nubes
el rojo sobre el horizonte
luces de tempestad
Sueñan tortugas
al poema llegar desean
lejano es el mar
I
Verdadera Cruz
comen sobre tus rocas
los mejillones
II
En el reverso
de las hojas de palma
granos de sal
III
El mar Caribe
procrea rebaños de luz
voces de acuarios
El arrecife
bandeja de corales
para moluscos
Entre la ciudad
y los océanos
los puertos y las playas
Relámpagos las olas
iluminan al puerto
con el agua de luna
en noches de tilapias
Albatros de cintilantes vuelos
Pelícanos de abultadas voces
Alcatraces de brillantes rizos
sobre el alfiletero marino
tengo su mismo oficio pescador
Huachinango con el ojo de plato
nadas cerca del coral
con forma de cerebro corrugado
danzas con el ritmo de los colores
jamás cantas bailas solo al vaivén
del mar contra las rocas
en lo inédito de profundidades
de anémonas sin perfil
Las mujeres
tan anfibias
atrapan con sus pies
almejas en el río
El humor del agua
muy despacio lento
transforma con pausa
la risa de cocos
en este credo de
jaibas y acamayas
El sol desciende
La pluma de la tarde
De la boca
Canción Camarón que se duerme Refrán popular I La corriente lleva dormido un camarón II Camarón de la costa
Único estudio para Ana Luz Domínguez 1. No por mucho iluminar
Yo pertenezco a un país Yo nací en un límite Desnudo hasta vérsele sus playas
La primera visión de la infancia
Mientras duermes Vivo para existir
densa marejada de aves negras
José Emilio Pacheco Andar por ahí recuerdo de muralla Palmeras azules Por la escalera de un caracol Cantan las luces tenues
En el puerto donde nací a Jaime G. Velázquez Las rocas de sal Costa de música orlada Nubes nudistas
La luz sobre la ventana
Dicen que del Puerto no sale ningún poeta
La heroica
Nadie nacido aquí se arredra
En Veracruz
Thalassa
a José Luis Rivas
Doy vuelta a la hoja de plátano
Náufrago
Estoy formado en mayoría por agua
Peces
Perfiles del agua
¿Qué hay en lo recóndito de las pausas?
Isla flotante Los peces dueños de la isla
El cielo límpido Paisaje azul con resplandor
Para engarzar estos días Hoy la mañana lleva
Domingo
Fácil mañana
A los puertos me remito
Los colores despiertan temprano
Bodega 14
Cómo es el fin de semana de los cuijes
Dónde van las mujeres con la fragancia
La mañana
La palmera
Aristócrata de las plantas es la más alzada y esbelta
Muy chicha
La palmera inclina su cuerpo
La tarde viste amarillo muy corto
Acuarelas
I
En este embarcadero
Ancla el paisaje
II A toda fruta
III
Una penca de colores
IV Envuelta en el mondongo de frutas
En la costa
No hay culpa
El sol queda impune
El salitre eximió al puerto y sus playas
Para entender al mar
Debe tomarse un ramito de alga de los sargazos
El mar está hecho de miradas
La sal cruje sobre las grúas
Mañana en el muelle de pescadores
Estos derroches de fuego de sueño
Este sol ha evaporado mi sombra
Vera
Ningún poeta amarra sus versos
Poema escrito con el dedo sobre la arena frente a una ciudad costera
I
Esta ciudad aroma
II
Ella desamparada y palpitante
III
Quién desea escardar fuegos citadinos
IV
Ciudad después de la vigilia
V
Tú puerta de agua
Al sur del cielo
un collar de piedras preciosas
viaja lenta por el río
un golpe de estelas
un pescador arrebata acamayas
se lo lleva la corriente.
la corriente lo lleva en un son
en un sueño de agua
que a las luces mengua
duerme el camarón sobre la corriente
Dónde despertará este blanco durmiente
Camarón transparente
Fresco marino de dormido color
la corriente lo lleva
va cargado de su hueva
Camarón camarón sueña en ser son
2. Cría sueños para que te den albores
3. Aquí al mar azul le arrastra la marea
4. En el país de los cielos el Astro Rey
5. Como sol de verano tiro la ola
6. No todo lo que arde es sexo
7. Sólo el rojo piensa en seducirte
8. Cuando escribo el sol es arduo es
9. Más vale ola que mar encrespado
10. No dejes en estrella
LOS PUERTOS Y LAS PLAYAS
Los días alcionios
Los puertos
donde las ciudades son puertos
sus habitantes forman un mercado
de lenguas
y especies marinas
en una patria de contornos
espacio indefinido en las afueras del tiempo
excrecencia del océano hecho orilla
el porteño guarda un misterio
construido con glorias de salitre
siempre tenemos un sentimiento de héroe
escondido entre las valvas de un marisco
Hemos sabido ganarle los muelles a la historia
Cantamos los temporales y la soledad del estío
Ver esta rada para sentirse dividido y hermanado
Son los otros los que miran tierra adentro
Yo no soy del mar
es una caminata por el muelle
de un lado el océano
del otro la ciudad
Contemplaba el mar entonces
desde la tierra firme
la luz desde un cuarto oscuro
Ahora los miro desde los versos del poema
caminan rimas sobre las aguas para llegar a la playa
desde niño fui cómplice de la luz
Con ella hice mi primer trato
El color de mi piel confirma
lo clandestino de la alianza
sostenida por fulgores
Asciendo sobre el horizonte
Ahora soy sol
y he logrado despertarte
calles banquetas ancianas huellas de tranvía
Andar así viejo clarinete de olas
sal tiburones antigua invasión de piratas
ríen brisas de verano
bajar en abril del sol a la resolana
Pasear porque sí rehilete de nostalgia
domingos y marimbas llenan la plaza
densa marejada de pichos
en la orilla
voltean hacia la ciudad
hicieron caso omiso
de la advertencia
eres arena y en índigo
te convertirás
arriban a la playa
convertidas en fuego
de incendios sin costuras
filtra la belleza de la playa
de la cual sólo conozco
la fina traducción del albatros
Ebrios azules abrazan la infancia
cuija de brillo tornasol
permanecen con el ancla en la mano
el casco averiado y un boquete en el escrito
sin hojas como astilleros
ni sílabas gavieras pobladoras de portales
con poco sol
Yo soy
desde el principio lo que les estoy diciendo
y no tengo donde descansar mis poemas
ante esta ciudad
donde sopla la doble tempestad
de fuego y viento
Piel de salitre
arañada por el norte
fracción de la muralla derruida
Herido de calor
las cicatrices
aún supuran mar
cuando logro en cada crepúsculo
la victoria definitiva
el sol asalta brillo en mano
avienta mi cuerpo contra la pared
de la calle Vado Johnson
registra mi piel busca sombras
no existen al mediodía
sólo traigo sudores en las vestiduras
los puñetazos de su calor
desfiguran mi cara me doblan la espalda
Aquí estoy seco
insolado sobre la banqueta
mientras el sol huye
dobla en la esquina
hacia el poniente
y veo cumplidas las profecías
de la iguana
El cielo bailará sobre la arena
El día vivirá saturado de azul
¡Mar!
¡Mar!
¡Ah, los días alcionios!
¡Ah, el martinpescador!
pertenezco a ese líquido
Lo miro en su conjunto
para llamarlo mar
nostalgia
pasado transparente
lo veo verde azul gris
Aquí en el puerto
en cualquier puerto
soy exilio
antes fui ola
Durante la bajamar
la flora y la fauna de acompañamiento
dejaron mi cuerpo en esta orilla
quienes los miran
recuerdan el inicio de sus propios cuerpos
Cómo poco a poco ha ido perdiendo
el temor a la tierra
Se ven ausencias de escamas
Trueque de sal por aire
Quienes los miran apenas
si se reconocen en ellos
Una cicatriz de movimientos bulliciosos
una abertura por donde entran aire y agua
un orificio por donde pasa la mirada
para convertirse en cardumen de luz abisal
un secreto sutil e íntimo
de la existencia de peces serenos
sobre el cual se cierne
el ancestral color del pensamiento
guardan un santuario
iridiscencia marina recinto sagrado
muralla de corales claustro impenetrable
El azul llega con el sol
para vigilar las arenas
A lo lejos la otra costa
la tierra firme
incandescente
enormes médanos
un cangrejo oculto
dentro de cuerpos
confundidos con arena
Emigrantes aves
sumergen alas en los ojos
de las pescadorasPaseo dominical
Rueca marina
debo emprender de súbito
la vida este domingo
labor de aves y de olas
un aire de domingo
Voy a mirarme al mar
para ser convertido en palmera
basta saborear un coco con chile
para saber a cuál día he despertado
vuelo diurno del relámpago
Salgo para caminar
sandalias deslunadas
mientras el faro duerme una siesta
Arrebolado paliacate al cuello
lleva el día donde el aire
es una peineta ensartada
para sostener el canto de las barcazas
Arpa y jarana
interpretan soles
Zapateado de tonos
ilumina la pleamar
algunos corren por el bulevar
otros montan en bicicleta
Los versos se levantan con el torso desnudo
las palabras sólo visten pantalón corto
por la playa las letras andan top less
La voz soleada chupa una naranja y chorrea luz
La persiana azul está abierta
Hay un sonido de sonajas nuevas
Capricho marino ese chalán encallado
La escritura costeña tiene en la mañana
un olor a sábalos y boquerones fritos
Las cervezas señalan tres lugares
donde puede ocultarse un tesoro con limón
la sal la tomo del cangrejo
Aquí la primera plana la llenan
las olas el sol y los tiburones rojos
porque los jarochos somos desmurallados
Guardan la vida en un contenedor
meten su mercancía en una bodega
y esperan el saqueo o la descomposición
del desembarque
pintadas con los colores fabricados por la sal y el sol
Al baile
del brazo de un carretillero
nota de esplendor
sube de tono
al mediodía
barítono cielo
canta sol
hierven blancuras acústicas
calcinados alientos
caen arenas
el aroma del aire
lleva un resuello sinfónico
a soles y azules
sin embargo su cabellera es abanico techo escoba Su
fantasía es acostarse con el mar y libar azules de cielo
para guardarlos en sus aretes de esmeralda
Cocotea con los hombres y se emborracha de sol según
cantan las malas lenguas rumberas y piratas
Palmera de loterías y palma de cigarrillo en boca es
este ejemplar un árbol mítico mitad planta y mitad playa
Durante las elecciones del reino perdido su voto fue el
único en favor del paraíso
ofrece sus hojas al mar
renuncia a elevarse
la muy descocada
cruza el violeta sobre su naranja
deja entrever sus azules tan guindas
La miro mirarme no se sonroja
Tranquila la tarde alza más sus tonos
con los azules cabos del cielo
hundo al pelícano en el mar
salta el sol a tierra
hace agua la boca
entre los riscos salobres
inicia un arcoiris
la fe del helado de limón
Hay demasiados mariscos y calor
existe un sentimiento de brisa
un embelesarse ante la carne oscura y sabrosa
al ser borradas sus huellas en la arena
por la pleamar
sumergirlo en los aceites de la noche
Doblarle las puntas a una estrella
atarla a un cocotero
Mezclar los ingredientes y esperar tres melodías
El resultado se vacía sobre jícaros ojosLa sal cruje sobre las grúas
Lleno de óxido y pólipos
el camaronero observa el pasar
del remolcador de recuerdos
orlado de llantas para evitar nostalgias
poesía de hamaca y de abanicos
silencios removidos en el aire
vientos de anémonas en un caracol
tienen en sonido de los murmullos
ella un viento cálido con arena
tiene la forma de olas hilanderas
riada de versos resaca de sílabas
malecón por donde casi balandra
despojada de las hojas de acuyo
extiende sus largos humos de fiesta
a la dársena de tus labios
Por los humos de tus sombras en llamas
las olas van cantando una elegía
Va rezando la brisa
el farallón no acariciado
Tranquila marea lleva imágenes
de una blanca marina
No llevas puertos
este hastío de barcaza
llena la rada
de cocos peces y mariscos
caricia desterrada
posee en su vientre un higo azucarado
invadida de difíciles deseos
contempla palabras enarenadas
uncir con piedras múcaras la
más oscura emoción portuaria
y el ayuno el pensamiento redime
cualquier sentimiento
habitación de la luz
no condeno tu calor
en ti pueblo húmedo
astillero de incendios
donde el aliento se vuelve
y el calor realiza soliloquios
La única solución para sobrevivir
Llamarse demonioContinuar