Juan Joaquín Péreztejada



La casa de la pereza

Índice de secciones:

La casa de la pereza
Cantos de sirena
El jardín de los arcángeles
Carteles
Manuscritos de Cintio Lujama



La casa de la pereza




para mi hermano Arturo




Es preferible no dedicarse a las Letras,
cuando, poseyendo un alma oscura, se
está obsesionado con la claridad.
No se dejará tras de sí más que suspiros
inteligibles, pobres residuos del rechazo
de ser uno mismo.

E. M. Cioran


De aquellos que han convertido la luz,
no la sombra, en constante interrogante
por haber, sin duda, vivido siempre en la
oscuridad, cuán cerca me siento.

Edmon Jabés




Vertiente del Golfo

Este poema crece en el aire
caluroso
medio nublado
con lluvias ligeras
de Punta Jerez
a Punta Delgada
pasa por los puertos de Veracruz y Coatzacoalcos
Este poema
pronóstico de mi tiempo
no señala cambios en su temperatura
al leerlo aparece
la vastedad de mi pequeña visión




Deslinde

Soy el pescador ribereño
Mi signo es la incierta lumbre
de las lindes
mi identidad
los puertos y las playas
No alardeo de conocer el mar
Soy
en donde y con quien juegan los filos




La playa es el único sitio
donde estoy al resguardo
de la orilla del mar




La caracola

¿Canta o afirma algo?
Es una casa abandonada
Albergue del aire
en ella revolotea
el eco de la ausencia.




El sol entero
está guardado en un
gris monedero




La quinta del sol

No hay brío en la voz de la sal
El mar roe esa playa
donde se crea la nao del sol
Al sur del día
el reo de la luz se lía a golpes de ron
con la tez de una ola gris
En el cielo la pinta de la esmeralda
ha de fluir en pos de una pulpa marina




Bacalao

Después del norte
bananas está toda la playa
echando espuma por la costa
Álgidos silencios de mar
no le den de beber más sol a la palmera
Estamos cayéndonos de trópico
A quien pasa la marea boba le grita
¡bacalao! ¡bacalao!
mientras las olas duermen
Mis amigos y yo
estamos reventándonos en el bulevar
al acecho de una sirena de cola ancha
aunque sea travestí
para gritarle ¡bacalao! ¡bacalao!




Paisaje turquesa

El papagayo
la cacatúa
y la guacamaya
cantan sus nombres
en el desayuno de un pámpano
donde nos reconocemos
viscosas papadas de un caracol
No basta la alharaca matutina de los pichos
para alumbrar los tulipanes
En el albo callejón de antiguos paisajes
una fila de parlanchinas palmeras
relumbra con el ímpetu de las mareas




Playón de Hornos

He comprado
los periódicos locales y nacionales
y no
en ninguno aparece la noticia

Vienen del mar dispuestos a cualquier cosa

Los he visto por el Playón de Hornos
desembarcan de prisa
al rato toman sus lugares en el puerto

Nadie escribe la crónica de lo terrible
nueva invasión de viejos imperios

Estos calores burlaron el paisaje
llevan como un botín
atadas con sudores
las alegrías




Cuerpo de luz

El silencio de la luz es semejante a un puerto
donde las sirenas de embarcaciones anuncian naufragios

su voz fragante saluda nuevos giros de faros

Una de estas frases ha de entrar a la rada
con los lienzos desplegados en el clamor de la noche

El cuerpo de la luz
procura en mis labios su astillero

su mirada le provoca una salva de versos al silencio

La intensa piel de esta silueta
se parece a la dársena donde amarro palabras
para que atraque el poema

Un buen día la luz se apaga sin dejar puertos




Oración

Faro de mi oscuridad
ilumina mi coralínea súplica

Estrella del mar
líbrame de caer en abismo

Barca de la vela perpetua
iza tu manto y alivia mis mareas

Ave Marina no detengas tu vuelo
Ave Marina el sol es contigo
Ave Marina enciéndeme el mar abierto




La luna embarca sus rayos
hacia la Isla de Sacrificios

Llena de luna
la barca deja una estrella de agua
tras la cauda de marea

De quién ha ido amor a derramar su epifanía




Pichos

Sin embargo nadie ha visto
nunca a un pájaro con una
pluma en la mano.

Max Ernst

El picho y yo
compartimos el canto y la pluma

I

El parloteo de los pichos
epígrafe y epitafio del día

II

En el amanecer y anochecer del día
el picho sirve como agente de tránsito

III

Los pichos son la alarma
del reloj checador de sol

IV

El color del picho
no está en su plumaje
sino en la actitud de la luz

V

El picho es un solfeo

VI

Nada en el picho es bello o útil
Más que pájaro
un provocador

VII

Alias el zanate
alias la corneja
alias el tordo
el picho es el primer sospechoso

VIII

Qué ave el picho
sí sí qué ave

IX

Una mujer y un hombre
son uno
Una mujer un hombre y un picho
son tres

X

Ni picho
ni cacho
ni deja volar

XI

La hembra del picho
no es la picha

XII

Sobre el pasto del jardín
la presencia de un picho

XIII

Sobre la nube en el cielo
la presencia de un picho

XIV

Sobre la fuente del parque
la presencia de un picho

XV

Sobre el cabello de mi cabeza
el excremento de un picho




Estiba del paisaje

Primera caja
cinco pelícanos
siete palmeras

Segunda caja
cinco pelícanos
siete palmeras

Tercera caja
una gaviota
siete palmeras




Pregón de la naranja

¿Quién me compra una naranja?

José Gorostiza

Naranja fresca
naranja dulce
naranja de Martínez de la Torre
Para el lujo de la mañana
para la luz del medio día
Naranja fresca y jugosa
a siete pesos el cuarto
Naranja fresca
naranja dulce
naranja de Martínez de la Torre




Almeja ostra
crótalo castañuela
perla silencio




El jarocho de la jarana azul

(Perversión del poema de Wallace Stevens)

El jarocho se inclinó sobre su jarana
Un pobre pescador El oleaje era verde

Le gritaron "Posees una jarana azul
no rascas sus cuerdas como un son"

El jarocho respondió "Costas y son
suenan diferentes en la jarana azul"

Le gritaron entonces "Jaranea
órale
un son para reír y bailar muy ribereño

unas pisadas en la jarana azul
sobre costas del son"




La barca roja

(Perversión del poema de William Carlos Williams)

Nada importa
de verdad

sin una
barca roja

brillo de cristales de sal

junto a blancas
gaviotas

a la orilla
del mar




Graznido

He visto a los mejores cuerpos de mi generación
formados por los aeróbicos
embarrados de bronceador
reventados
desnudos
asoleándose en la playa





Cantos de sirena






Jamapa

Señora luminosa
Tú que guías de la garza al vuelo
y fundas la ribera del Jamapa
con los colores de estío

Atiende nuestras aguas

Señora luminosa
Tú siempre distinta al trazo de un cauce
arrullas cangrejos sobre tu cieno
con el suave chapaleo de un batel

Ruega por nuestras mareas

Señora luminosa
Tú que impones las orillas al río
y amarras amuletos de luz al cuello
esbelto de los juncales

Escucha nuestras olas




Magenta

Llueve Magenta su desnudez
dalian su cuerpo
las trenzas del mar
mañanas en crepúsculos
recuerdo glauco
siesta de siena

Qué guinda va Magenta
a morar el violeta




La extranjera

Huele a desierto y errancia
a nada
Viene del norte como antes los bárbaros
Vano es impregnarle el olor del puerto y la playa
Cuando camine por otras calles nadie sabrá acerca
del mercado de pescadería
del perfume de la sal
de este flamboyán en luz
Huele a distancia
la más corta al olvido
Al sol no le agrada
Arrimada al horizonte buena sombra le cobija




Golfa de México

Oh, let our voice His praise exalt
Till it arrives at heavens vault
Wich Thence (perhaps) rebounding may
Echo beyond The Mexique bay!

Andrew Marvell

Donde comienza el bulevar
aquella prostituta sin pintura
hostia varicosa de mi soledad
eco de pleamar que se deslíe
trueno mudo con perfume sin brillo
salva a toda costa de su orilla




Poeta de Veracruz

a Marisol Robles

¿Fue Dámaso Alonso quien escribió acerca de una mujer
y de su paso por la acera?
Ella crea un nocturno en la calina de su estero
Alguien le extrajo el altivo nivel del mar de su costado
La bahía dibuja un gesto con sus pasos
alcanza una estatua airosa y jaranera
Ella camina por el látigo mirar del puerto
en la balandra le surge una pregunta
¿Cuál es el origen de este poema?




La novia del mar

a María Zorrilla

I

El velo transparente permite entrever sus facciones
Gala de aire y sal
Un deseo escrito por acuarelas
maquilla su feminidad
mascarón de carabelas rimas
El mar ya pisa tierra firme
Un arpa de olas interpreta los himnos compuestos
por el airón real

II

El mar se enamora de ti
porque arder es tu significado
cordillera sin trama
porque la montaña mira al océano
con los ojos de la asfixia
semejanza fluvial de valles y playas
tu altura al mar lo llena de equilibrio
Eres la tierra adentro
lo imponderable




Agua y luz

En el principio agua y luz eran
hermanos siameses

Luz vive en la casa de Acuario
ignora su propia humedad
orla sus labios con el vacío
su voz viste un luto de oriente
el verbo transita por los claroscuros de su alter ego
(la ola es una idea del mar intuida por la luna)
pinta con acuarelas los pliegues de la madrugada
Hoy ella es el punto más alto en mi escritura




Mujer con frutas y mariscos

ahí donde abre el erizo las adivinanzas del agua

Odysseas Elytis

En la soledad bermeja
de este cuarto creciente
la luna abre las hojas
de las ventanas

Eva Angélica entra y observa
una cama llena de frutas insanas
una mesa repleta de mariscos groseros
Eva Angélica
naranja partida de labios despintados
luz mestiza de erizos vellos
encuentra en un taburete el color
para encender el abanico eléctrico
las aspas disparan sobre ella
todas las adivinanzas del agua
Corre al baño y tras la puerta
descubre la palabra del tercer día
cate de su corazón

Límpida Eva Angélica
busca la toalla para secar
sus lumbres dormidas

Desnuda en el ahora cuarto menguante
descubre este poema
comienza a leerlo
lo tirará furiosa al terminar esta línea




Nocturno de luz

para Ana Lillián

Aún es de luz el día
cuando duerme de claridad

Envueltos por el paño blanco del calor lírico
sus sueños arrojan el fulgor de estelas voraces
a la hoja sin trazos de su infancia

Despierta nocturna
acurrucada al alba de mi piel

Las líneas de su cuerpo sobre la sábana
son un esbozo
un boceto
¿o una seducción?




Trasluz del agua
un sendero abisal
bajo su enagua




Medusa

(Marianne Moore)

Visible invisible
un encanto fluctuante
un amatista teñido de ámbar
la deshabita aproximas
tu brazo y se espasma
has intentado atraparla
y huye asustada
abandonas todo esfuerzo



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