CARAMELO

5-12-2000

Pregunta formulada por Belén López

Palabra tomada del portugués, lengua en la que significaba propiamente ‘carámbano’. Está documentado desde principios del siglo XVII. Covarrubias la recoge en 1611 en su "Tesoro" con la forma plural"carameles":

"Son unas tabletas, o pastillas de boca, hechas de açúcar cande de redoma y aceyte de almendras y otras cosas a propósito, para ablandar el pecho. Es nombre arábigo, y trae origen de carama, que vale tanto como regalo, porque se ha de traer en la boca e irse regalando poco a poco, por la garganta al pecho."

El verdadero origen está, en realidad, en el latín CALAMELLUS, diminutivo de CALAMUS (‘caña’), de donde, como hemos dicho, pasó al portugués y luego al castellano.

CARIDAD

27-8-2000

Pregunta formulada por Leo Guzmán (Chile)

La palabra "caridad" procede de la palabra latina CARITAS que significaba, por una parte, ‘carestía, precio elevado’ y, por otra, ‘amor, afecto’. CARITAS es un derivado del adjetivo CARUS-A-UM, cuyo significado posee la misma ambivalencia: ‘caro, costoso’ o ‘dilecto, amado’, que ha sido también heredada por el castellano "caro".

El cristianismo se apropió de la palabra CARITAS y le dio un sentido más preciso, el que recoge el Diccionario de la Real Academia Española para "caridad": ‘En la religión cristiana, una de la tres virtudes teologales, que consiste en amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos’ (1). El D.R.A.E. recoge también otros significados más coloquiales que se dan a esta palabra como el de ‘limosna que se da, o auxilio que se presta a los necesitados’, de donde quizás proceda, en parte, la connotación algo despectiva que hoy se aprecia en el uso de esta palabra.

La vinculación de "caridad" a la religión cristiana (junto al matiz negativo que representa su acepción de ‘limosna’) ha hecho, pues, necesaria la introducción de nuevas palabras para expresar el concepto de ‘amor al prójimo’ con independencia de las creencias religiosas de los hablantes. "Filantropía" procede del griego FÍLOS (‘amigo’) y ÁNTHROPOS (‘ser humano’). Su uso es más reciente que el de "altruismo", pues su primera documentación se halla en el "Tesoro de la lengua castellana o española" de Covarrubias (1611).

Finalmente, "altruismo" (‘diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio’, según el D.R.A.E) tiene un origen mucho más reciente. La creó el filósofo francés Auguste Comte (1798-1857) como concepto opuesto al de ‘egoísmo’. Se basó en el pronombre francés "autrui" (‘el prójimo’), derivado del adjetivo latino ALTER-ERA-ETRUM (‘el otro’)

(1) Algo parecido sucede en la religión musulmana: La zakat (‘limosna’) es una de las cinco "columnas" (es decir, preceptos básicos) del Islam. En este caso, la identificación entre ‘amor al prójimo’ y ‘limosna’ es aún más patente.

CARLOS

4-3-2000

Pregunta formulada por Edith Bejarano (Estados Unidos)

Este nombre procede del germánico KARL (‘hombre’, ‘varón’). En época medieval se latinizó como CAROLUS (es el nombre del emperador Carlomagno, Carolus Magnus), de donde procede el español Carlos, con pérdida de la vocal postónica. En francés, la forma es Charles, con palatalización de /k/ ante /a/ propia de dicha lengua. La forma inglesa Charles procede del francés debido a que esta fue la lengua oficial de Inglaterra a partir de la invasión de los normandos.

CARMINA

21-2-99

Pregunta formulada por Jorge Alberto Cruz (México)

El nombre "Carmina" es una variación del nombre "Carmen", con un diminutivo -ina, de carácter diminutivo-afectivo. El nombre "Carmen" no procede ni del latín CARMEN-CARMINIS (‘canto’, ‘poema’), ni del español "carmen" (‘quinta con huerto o jardín’), sino de la orden monástica del Carmelo, fundada en el siglo XIII.

Los apellidos "Cruz" y "Torres" provienen de las correspondientes palabras castellanas. "Cruz" procede, a su vez, del latín CRUX-CRUCIS y "Torres" es el plural de "torre", procedente del latín TURRIS-TURRIS. Probablemente, estos apellidos proceden de alguien que vivía junto a una cruz (antiguamente, las cruces señalaban, por ejemplo, los límites entre dos municipios) en el primer caso, o junto a unas torres, en el segundo.

CARMONA

19-2-2001

Pregunta formulada por Armando Carmona Galván (México)

El apellido Carmona procede de la península Ibérica, pero sus orígenes son diversos, ya que en unos casos se ha originado en la ciudad de Carmona (Sevilla) y en otros en la localidad de Carmona (Cantabria) y también, en otros casos, es catalán o portugués. Por lo que respecta a la localidad de Carmona, se trata de un nombre anterior a los romanos que aparece en los escritores antiguos con la forma Carmo u otras semejantes. La presencia de fenicios en la zona ha sugerido que el nombre original fuera Qart Hammon (‘ciudad del dios Hammón’), hipótesis discutible, especialmente teniendo en cuenta la existencia de otras Carmonas en lugares a donde no llegó la colonización fenicia.

CARPINTERO

13-4-2001

Pregunta formulada por Eduardo Barco Seas

Esta palabra está documentada en nuestra lengua desde principios del siglo XIII con la forma "carpentero" y desde principios del siglo siguiente con la forma actual (para Coromines, el cambio de "carpentero" a "carpintero" es debido a un cruce con la palabra "pintar"). Procede del latín CARPENTARIUS (‘carpintero de carretas’), de donde también provienen el francés "charpentier" y el inglés "carpenter". El latín CARPENTARIUS deriva de CARPENTUM (‘carreta’), palabra de origen céltico, como otras que designan diferentes tipos de carros: "benna", "carrus", "essendum", "petorritum" o "raeda".

CARTAGO

19-10-2000

Pregunta formulada por José Vela Zaplana (Valencia)

Los fenicios fundaron hacia el siglo IX a. C. una ciudad en la costa norteafricana a la que llamaron Qart Hadast (‘ciudad nueva’). La leyenda de la fundación de la ciudad por la reina Dido fue difundida por el escritor romano Virgilio en el Libro Primero de su Eneida. Los romanos transformaron el nombre de Qart Hadast en Cartago, aunque ignoramos el proceso fonético exacto que hay detrás de este cambio. La expansión de Cartago por el Mediterráneo occidental hizo entrar a los cartagineses en colisión con los intereses de Roma a partir del siglo III a. C. La disputa se dirimió durante las llamadas guerras púnicas y finalizó con la derrota y destrucción de la ciudad en el año 146 a.C. (siglos después Cartago conoció, como ciudad romana, un nuevo período de prosperidad y llegó a ser la ciudad más importante del Mediterráneo occidental).

El general cartaginés Amílcar Barca había fundado en 242 a. C. en territorio hispano una ciudad que fue llamada también Qart Hadast y que los romanos llamaron Cartago Nova; se trata de la actual Cartagena. Otros topónimos españoles parecen contener también la palabra fenicia qart como Cártama o Cartaya e incluso se ha propuesto este origen para el nombre de Córdoba, aunque en este último caso parece mucho más dudoso.

CÁSCARA

24-3-2001

Pregunta formulada por Omar Floro Genaro

Según Coromines, la palabra "cáscara" deriva del verbo "cascar", "porque hay que cascarla para comer el contenido". "Cascar", a su vez, derivaría del latín vulgar *QUASSICARE, derivado de QUASSARE (‘sacudir’, ‘blandir’, ‘golpear’), frecuentativo de QUATERE, de significado similar.

La palabra "cáscara" (y también las formas "caxca" y "cáxcara") está atestiguada en nuestra lengua desde el siglo XIV. Desde el siglo XIII se documenta la forma "casca" (con igual significado), todavía viva en algunos lugares. La "Historia de la Lengua Española", de Rafael Lapesa, explica la derivación de "casca" a "cáscara" por "la extraña afición del español a formar derivados mediante la añadidura de un incremento inacentuado con vocal a ("relámpago", "ciénaga", "médano", "cáscara", "agállara", de "lampo", "cieno", "meda", "casca", "agalla")" y atribuye este hecho a un hábito heredado de las lenguas peninsulares anteriores al latín.

CASTELLANO / ESPAÑOL

20-4-99

José Óscar Ortiz Pineda, de El Salvador, escribió:

"...deseo saber si es sinónimo CASTELLANO de ESPAÑOL"

Las opiniones sobre el uso de estas dos palabras son diversas.

Copiamos lo siguiente del "Curso de lengua española", de Fernando Lázaro Carreter:

"Según hemos visto la Constitución de 1978 consagra el término castellano para designar la lengua oficial de toda España. Un argumento permanentemente esgrimido a favor de ese criterio es que las demás lenguas de la nación son españolas y que no debe privilegiarse con el nombre de español a una sola de ellas. El problema no es nuevo: empezó a plantearse en el siglo XVI. La Academia Española, que, desde su fundación, llamó castellano al idioma, cambió de parecer en 1923, y tanto su gramática como su diccionario se llaman "de la lengua española".

En cualquier caso, el problema (que alcanzó gran virulencia en Hispanoamérica, donde hoy se ha extinguido prácticamente: unos países -entre ellos, Méjico- llaman español al idioma en su Constitución; otros, castellano; y algunos, simplemente, lengua nacional) se recrudeció con ocasión de los debates constitucionales. Pero debe superarse respetando la libertad de los hablantes para optar entre castellano y español, aunque este término tenga a su favor el paralelismo con "italiano", "francés", "alemán", etc. (designaciones compatibles con el hecho de que, en esos países, haya otras lenguas italianas, francesas o alemanas).

Pero, como hemos dicho, hay opiniones para todos los gustos. Históricamente, "castellano" ha sido el nombre popular que se ha dado a la lengua, mientras que "español" es una designación cultista que empezó a usarse a partir del Renacimiento y de la unidad de España. Algunos usan "castellano" en oposición a "catalán", "gallego" o "vasco", mientras que reservan "español" para referirse al idioma en oposición a otras lenguas extranjeras ("Habla castellano y catalán"; "Habla español y francés"). Otros opinan que "castellano" debe usarse para referirse a la lengua medieval, mientras que la moderna debe ser llamada "español". Finalmente, para algunos, "español" es el nombre de la lengua, mientras que el "castellano" (junto al andaluz, extremeño, canario...) es sólo uno de sus dialectos.

CASTRAR

27-1-2001

Pregunta formulada por Álex

Del latín CASTRARE, con igual significado. Está documentada en nuestra lengua desde mediados del siglo XIII. Es posible que la palabra latina CASTRARE tenga relación con CASTUS-A-UM (‘casto’, ‘puro’), dada su semejanza formal y semántica.

CATÓLICO/A

10-2-2002

Pregunta formulada por Adriana Salazar

Del griego "katholikós" ('general', 'universal'), formado por la preposición "kátha" y el adjetivo "hólos" ('todo', 'entero', 'completo').

La Iglesia Católica se autodenomina así desde al menos el I Concilio de Constantinopla (381) uno de cuyos dogmas fue "Creemos... en una sola Santa Iglesia, Católica y Apostólica".

CAVAZOS

31-8-2001

Pregunta formulada por Arturo Cavazos Leal (México)

En algunos lugares de Galicia "cabazos" son ‘una especie de hórreos de forma circular u ovalada realizados a base de palos entrelazados y con cubierta de paja’. Suponemos que dicha palabra es el orgien del apellido mexicano Cavazos. Seguramente, la palabra gallega "cabazo" tiene el mismo origen que "capazo" y "capacho" (éstas con la fonética propia de los antiguos dialectos mozárabes del sur de España): ‘espuerta grande de esparto o de palma’, ‘espuerta de juncos o mimbres que suele servir para llevar fruta’, etc. "Capazo" y "capacho" proceden del adjetivo latino CAPAX-CAPACIS (‘capaz’, ‘espacioso’, ‘ancho’).

La palabra "cavazo" parece haberse incorporado al léxico del norte de México, si bien con modificación de significado. En el Parque Nacional de las cumbres de Monterrey se hallan "Los Cavazos", 'conjunto de comercios típicos, instalados a lo largo de la carretera'.

CEBICHE

24-9-2000

Pregunta formulada por Julia Mera Chu (Piura, Perú)

El cebiche (también llamado "ceviche" o "seviche") es un plato de pescado o marisco propio de Perú, Ecuador y algunos países centroamericanos. Según el Diccionario de la Real Academia se trata de un derivado de la palabra "cebo". No obstante, dicha etimología no aclara el porqué de la terminación -iche, que, sin duda, no es española. Nos sentimos, por tanto, más inclinados a pensar que el origen de esta palabra está en alguna lengua indígena americana.

CELADOR

24/10/97

Pregunta efectuada por Josep, de Sant Feliu de Llobregat

Un CELADOR es aquella persona que, en determinadas instituciones (un hospital, por ejemplo) tiene algo o a alguien a su cuidado o bajo su vigilancia.

La palabra CELADOR deriva del verbo "celar". "Celar" tiene su origen en la forma ZELARI propia del latín vulgar, a su vez formada sobre el sustantivo ZELUS, ('ardor', 'celo').

A su vez, la palabra latina ZELUS procede de la griega ZELOS con el mismo significado. Esta última está formada sobre el verbo griego ZEIN, que significa 'hervir'.

CISNEROS

24-3-2001

Pregunta formulada por Carlos Cisneros

El apellido Cisneros procede, con toda probabilidad, de la población de Cisneros (Palencia). Con respecto al origen de este topónimo, Emilio Nieto Ballester ("Breve diccionario de topónimos españoles") sugiere que puede venir bien del latín *CAEDITINARIOS (‘tierras deforestadas, nuevas, sometidas ahora a cultivo’, de *CAEDITA, participio de CAEDO, ‘talar, cortar’) o bien de *ZIZANARIOS (‘campos de cizaña’)

CLAR

27-4-2000

Pregunta formulada por Anna Clar

El origen de este apellido está en la población de Llucmajor, en Mallorca. Según "Els llinatges catalans", de Francesc B. de Moll, se trata del adjetivo catalán "clar" (‘claro’), aplicado bien a una persona de piel poco morena, bien a alguien considerado como ‘franco en el hablar’.

CLAUDIO

30-5-2000

Pregunta formulada por Claudio Álvarez Gallardo (Chile)

Los romanos, como otros pueblos de la Antigüedad, tenían la costumbre de usar sobrenombres referentes a defectos físicos de la persona. Así el sobrenombre con que conocemos a Cicerón (Cicero) significa ‘verruga’ en latín, el nombre de Estrabón (Strabo) significa ‘bizco’, etc. Claudio (Claudius) era el sobrenombre de una antigua familia romana y, al parecer, está relacionado con el adjetivo "claudus", que significa ‘cojo’. Llevaron este nombre, entre otros, el escritor Apio Claudio y el emperador Claudio I.

CLIENTE

23-10-99

Pregunta formulada por Noël Torres Caballé (España)

La palabra "cliente" es un cultismo que se introdujo en castellano hacia finales del siglo XV. Procede del latín CLIENS-CLIENTIS, que es una variante de CLUENS-CLUENTIS, participio presente del verbo CLUEO (‘ser llamado’, ‘ser reputado’, ‘pasar por’).

En Roma, sin embargo, la palabra "cliente" tenía un significado muy distinto al que le damos hoy en nuestra lengua. Los clientes eran ciudadanos libres que voluntariamente se ponían bajo la protección de una familia encumbrada, el jefe de la cual ("patronus") estaba obligado a defenderles ante los tribunales y a apoyarlos económicamente. A cambio de ello, sus clientes le debían respeto y obediencia, le acompañaban en público, acudían a saludarle por la mañana, etc.

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