M�S FEO QUE PICIO

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Sobre esta expresi�n, Jos� M. Iribarren, en "El porqu� de los dichos" dice lo siguiente:

"Para ponderar la fealdad de alguien, suele decirse que es �m�s feo que Picio, a quien de feo que era, le dieron la Unci�n con ca�a, por lo asustado que estaba el cura�. Esto a�aden los andaluces.

Sbarbi en su "Gran Diccionario de Refranes", dice que Picio fue un zapatero, natural de Alhend�n, y que viv�a en Granada en la primera mitad del siglo �ltimo. Fue condenado a la �ltima pena; hall�ndose en capilla recibi� la noticia del indulto, y le caus� tal impresi�n, que se qued� a poco sin pelo, cejas ni pesta�as y con la cara tan deforme y llena de tumores, que pas� a ser citado como modelo de fealdad m�s horrorosa.

Sbarbi habl� con personas que hab�an conocido a Picio. Y a�ade que �ste se retir� a la villa de Lanjar�n, de donde lo expulsaron porque jam�s entr� en la iglesia, por no quitarse el pa�uelo con que cubr�a su calva. Entonces volvi� a Granada, donde al poco tiempo muri�."

Personalmente, creemos que Picio no fue un personaje real, sino folkl�rico y ello por las siguientes razones:

1) Picio no parece ser un apellido usual en Espa�a, aunque s� existe en otros pa�ses (tambi�n cabe la posibilidad de que no se trate de un apellido, sino de un apodo o de un hipocor�stico)

2) Existe en el Pa�s Vasco un personaje carnavalesco, llamado Pitxu, que presenta algunas coincidencias con el Picio granadino.

3) Es propio de los personajes del Carnaval, tanto en Espa�a como en el resto de Europa, morir y resucitar. En el caso de Picio, la muerte y resurrecci�n se han sustituido por condena a muerte / indulto, pero ello no es de extra�ar, ya que si se pretend�a hacerlo pasar por un personaje real, no pod�a decirse que hab�a muerto y resucitado.

4) La an�cdota del cura que le da Unci�n con una ca�a es absolutamente inveros�mil. Sin embargo, recuerda tambi�n a otro personaje propio del Carnaval, presente en multitud de lugares que lleva una ca�a en la punta de la cual hay atado un higo. En Catalu�a se llama a este personaje "la figuetaire"y su labor consiste en agitar la ca�a ante los ni�os, que deben intentar coger la fruta sin usar las manos.

La primera documentaci�n que conocemos de esta expresi�n se halla en la novela de Pedro Antonio de Alarc�n, "El sombrero de tres picos". El cap�tulo V de dicha novela se inicia con la frase "El t�o Lucas era m�s feo que Picio". Pedro Antonio de Alarc�n naci� en Guadix (Granada) y la novela fue escrita a mediados del siglo XIX.

8-4-2001

Arturo Ortega nos proporciona una citaci�n m�s antigua de "Picio". Procede de Sebasti�n de Mi�ano ("S�tiras y panfletos del Trienio Constitucional"), obra escrita entre 1823 y 1845:

"Pero aun esto no es nada, si se compara con el mal pago que has dado a aquel anciano Picio, orador de hierro, fundador de templos fortificados, perseguidor de nombres gloriosos, imitador del dulce Robespierre y pretendiente a dictaduras y regencias.�C�mo pudiste dudar de su ardiente amor a la justicia desde que le viste denunciar al propio alcaide de la prisi�n en que se hallaba por haber tenido la condescendencia de permitirle ciertos desahogos que �l mismo hab�a solicitado? �Qu� juez no fue venal en su boca? �Qu� eclesi�stico no fue un hip�crita? �Qu� militar no fue cobarde?�Qu� diputado no fue d�bil? �Qu� ministro no fue un pastelero?"

Al parecer la persona que Mi�ano designa como Picio es Antonio Alcal� Galiano, pol�tico perteneciente al partido de los liberales "exaltados" y ferviente orador. Con respecto a su aspecto f�sico, P�o Baroja afirma ("Desde la �ltima vuelta del camino") que era "reputado por su elocuencia y por su fealdad". La Enciclopedia Espasa, por el contrario, enumera entre sus dotes de orador su "esbelta figura"; el art�culo va acompa�ado de un retrato del personaje (en su juventud) que parece contradecir la afirmaci�n de Baroja.

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