Antídotos contra las deudas
© 2003- Lisania Meléndez-Rhoton

Si te gusta leer revistas, ver la televisión o escuchar la radio, seguro que te has dado cuenta de que vivimos en un mundo de publicidad constante.  Las agencias publicitarias pasan mucho tiempo estudiando formas para lograr convencernos de que lo que ellos anuncian es exactamente lo que necesitamos.  ¿Cuál debe ser nuestra reacción?  ¿Cómo podemos protegernos?

Creo que podemos tomar control de la situación estando preparadas y ejercitando dos áreas de nuestras vidas: 

1.  La paciencia:  No nos dejemos engañar cuando nos dicen que necesitamos ese coche o esa blusa ahora mismo.  Aprendamos a esperar, y mientras esperamos, ahorremos dinero para poder hacer la mayor parte de nuestras compras en efectivo.  ¿De qué vale darme un gusto hoy, si lo tengo que cargar a la tarjeta de crédito y pagar 5 ó 10 % de intereses?  El placer que pueda haber surgido desaparece frente a esa realidad.  Mejor planificar, ahorrar, esperar.  Proverbios 21:5 nos enseña la importancia de ser diligentes y esperar. "Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia;  mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza."  Tengamos paciencia:  planifiquemos.

2.  El contentamiento:  El otro antídoto es el contentamiento.  Dejemos de compararnos y de mirar a los que "viven mejor".  Seamos felices con lo que Dios nos ha dado. En Hebreos 13:5 dice:  "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora;  porque él dijo:  No te desampararé, ni te dejaré."  Dios conoce nuestra economía.  Su plan es siempre de bien para sus hijos.  Aprendamos a estar felices con Su provisión para nosotras y nuestras familias.  Vayamos en oración a EL para que nos dé la actitud correcta ante cada circunstancia.  Recordemos que El está siempre con nosotras y que Su deseo es el de ver a Jesús reflejado en nuestras actitudes, en cómo afrontamos los retos de la vida, sean económicos o de otra índole.  Estemos felices con la provisión de Dios hoy.