Para la
mujer cristiana

La importancia de obedecer
© 2004 Lisania Meléndez-Rhoton

La obediencia es uno de los retos más grandes para la naturaleza humana. Sólo tenemos que observar a un chiquitín de 2 ó 3 años tratando de alcanzar un objeto específicamente prohibido por sus amorosos padres. La mamá  le dice "No" y el niño pone su mejor sonrisa angelical y una mirada que derrite corazones, pero sigue avanzando lenta y decididamente con sus pequeños pies a ver si logra ganar esta batallita de voluntades ante su madre. 

No nos es fácil obedecer, queremos vivir la vida "a nuestro ritmo" y sin tener otros que dicten lo que debemos hacer. Sin embargo, en la Biblia tenemos el ejemplo más grande y precioso de obediencia, precisamente el ejemplo que debemos seguir: el de Jesús.

En Filipenses 2:5-8 podemos ver que:

*  Jesús no se aferró a Sus derechos, sino que estuvo dispuesto a dar Su vida por ti y por mí para que podamos tener vida eterna en Él.
*  No sólo fue obediente, sino que Su obediencia estaba bañada de humildad. Es lo contrario a la famosa anécdota de la niña que le dice a su madre "vale, me voy a sentar, pero quiero que sepas que en mi corazón seguiré de pie." Jesús obedeció al Padre tanto en acción como en Su voluntad y corazón. Se sometió totalmente a Él.
*  Jesús no se dejó intimidar por las consecuencias de esa obediencia. Dice el versículo 8 que se hizo "obediente hasta la muerte , y muerte de cruz." Él sabía que moriría una muerte horrible y cruenta. Aún así, estuvo dispuesto a cumplir Su misión hasta el final y hasta las  últimas consecuencias, por amor a cada ser humano.

¿De qué forma podemos seguir el ejemplo de Jesús? ¿Hasta dónde estamos dispuestas a decirle "Sí" a Dios y a Su dirección para nuestras vidas y familias?  Muchas veces, en medio de la emoción, le decimos "Sí, Padre, quiero obedecerte", pero cuando llega el momento de actuar queremos ir a nuestro ritmo y hacer las cosas a nuestra manera.  Sin embargo, si buscamos en un diccionario el término "obedecer" podemos leer que, entre otras cosas dice, "Cumplir la voluntad de alguien que manda." Esto implica que al tomar la decisión de obedecer a Dios, cedemos nuestra voluntad y nuestras preferencias y dejamos que Él decida lo que pasará y cómo pasará.  De todas formas, Dios desea lo mejor para cada uno de Sus hijos e hijas así que al dar este paso recibiremos beneficios que no podemos imaginar.


Recuerdo cuando yo era niña, tenía muchos deseos de salir como misionera. Hice varios intentos, pero como es comprensible, no eran muy fructíferos debido a mi edad. En un momento decidí obedecer a Dios y a mis padres y esperar a que las puertas se abrieran en el momento de Dios.  ¿Sabes qué? Varios años después Dios abrió las puertas para salir a misiones y todo sucedió tan rápido que aún no sé cómo encajaron todas las piezas en un tiempo tan corto.  Y Dios hasta tuvo el detalle de conceder el deseo de mi corazón de estar un tiempo en Venezuela donde  yo anhelaba compartir Su palabra y  animar a los hermanos de ese hermoso país.

"El obedecer es mejor que los sacrificios" dice en 1 Samuel 15:22.  ¿Has tomado la decisión de seguir la dirección de Dios para tu vida? ¿Estás dispuesta a esperar Su tiempo, a dejar que sea Su voluntad y no tus propios deseos los que dirijan tus pasos?  Recuerda el ejemplo de Jesús... Y obedece en Su nombre.

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