¿Eres corona?
© 2004 Lisania Meléndez-Rhoton

Hay versículos de la Biblia que, aún cuando los hayamos leído muchísimas veces, llega un día en el que una persona hace un comentario y comienzas a ver el pasaje desde otra perspectiva.  Eso me ha sucedido con el versículo de Proverbios 12:4 "La mujer virtuosa es corona de su marido, mas la que lo avergüenza es como podredumbre en sus huesos."  ¡Wao wii! Bueno, eso es ser descriptivo, ¿no?

Cuando leí este versículo detenidamente vinieron a mi mente una serie de cosas que me gustaría compartir contigo.  ¿Te atreves a seguir leyendo?

Mi primera reacción fue extremadamente lógica: "¡Por supuesto que no quiero ser podredumbre en los huesos de mi amado esposo!"  Eso lo tengo muy claro.  Pero... ¿he avergonzado alguna vez a mi marido?  ¿He hecho chistes a costa suya? ¿Le he ignorado en algún momento sólo para molestarle?  ¡O, o!

Yo quiero adornar a mi marido, quiero bendecirlo siempre, quiero ser corona para él.  Por eso he estado orando y pensando sobre cómo podemos aplicar este versículo en nuestras vidas. Y esto es lo que pienso...

*  Una corona embellece, adorna:  Por lo tanto mis acciones y palabras a mi marido y sobre mi marido deben ser unas que muestren mi admiración y respeto por él.  *Nota importante para las aún solteras:  Cariño, no te cases con un hombre al que no respetas ni admiras.  Muchas dicen "ya cambiará, yo voy a arreglarlo" pero, tristemente, las estadísticas prueban que no es así.  Si algo sucede durante el matrimonio es precisamente lo contrario; aquellos defectos que habíamos tratado de ignorar, comienzan a verse definitivamente con mucha más claridad.

No hay nada tan desagradable como ver a una mujer humillando o contradiciendo a su marido delante de todos.  Por supuesto, que ocurra a la inversa es muy desagradable también, pero como mis artículos son para las mujeres, me concentro en ese aspecto.  Algunas formas sencillas en las que puedes mostrar respeto y admiración por tu marido incluyen el dejar lo que estás haciendo y prestarle tu atención cuando te habla, el recibirle con alegría y con un abrazo cuando llega del trabajo (si te es posible), el considerar seriamente sus ideas y el sacar tiempo para compartir vuestros sueños y anhelos.  No dejes que el matrimonio sea una rutina ni que tu esposo se convierta en un "compañero de piso". Muestra tu respeto, tu admiración y tu amor por el hombre con el cual compartes tu vida.

*  Además de embellecer, la corona es una señal de autoridad y realeza:  ¡Aquí es donde algunas encuentran difícil tragar! Hay muchas mujeres que detestan los versículos que hablan sobre la autoridad del marido.  Yo creo con todo mi corazón que si estás casada con un hombre al que se te hace fácil respetar, entonces no tendrás problema en reconocer su tarea de líder de la familia.  No creas que te ha tocado lo peor: es verdad que la Biblia, en Efesios 5:22-30, nos exhorta a respetar a nuestros esposos, pero los maridos tienen que:
  1. Amarnos como Cristo amó a la iglesia  (¿recuerdas que Cristo nos amó hasta la muerte?)
  2. Amarnos como a sus propios cuerpos, dando el sustento y los cuidados necesarios:  El hombre es responsable de suplir las necesidades de su familia. Nosotras somos la ayuda idónea (como asistentes personales) y tenemos que colaborar en todo lo que nos sea posible para lograr el bienestar de nuestra familia, pero él tiene la responsabilidad de ser buen líder delante de Dios.

Así que, querida hermana, evalúa tu vida y considera seriamente si estás siendo corona para tu marido.  Tú saldrás beneficiada al tener un marido feliz con vuestra relación y seguro de sí mismo gracias a tu deseo de mostrar tu amor, respeto y admiración