UNIVERSIDAD YACAMBU

GERENCIA

Definición Personal de Liderazgo

Es la facultad o capacidad que tienen algunas personas para cumplir una labor como especie de ángel guardián, que guía, protege a un grupo específico de personas que lo ayudan para alcanzar un fin común. En las empresas, lo definimos como aquellas personas que fijan objetivos importantes para la organización, y consigue de manera muy particular que personas lo ayuden y acompañan para alcanzarlos.

 

Otras definiciones que ya no son personales pero muy importantes de resaltar son las siguientes:

 

Según el Diccionario de la Lengua Española (1986), liderazgo se define como la dirección, jefatura o conducción de un partido político, de un grupo social o de otra colectividad. El Diccionario de Ciencias de la Conducta (1956), lo define como las "cualidades de personalidad y capacidad que favorecen la guía y el control de otros individuos".

 

"El liderazgo es un intento de influencia interpersonal, dirigido a través del proceso de comunicación, al logro de una o varias metas"

 

Rallph M. Stogdill, en su resumen de teorías e investigación del liderazgo, señala que "existen casi tantas definiciones del liderazgo como personas que han tratado de definir el concepto. Aquí, se entenderá el liderazgo gerencial como el proceso de dirigir las actividades laborales de los miembros de un grupo y de influir en ellas. Esta definición tiene cuatro implicaciones importantes.

 

¿El Líder nace o se hace?

Según la autora: Lic. B.A: Karin Silvina Hiebaum. "El líder, ¿nace o se hace?". Las respuestas en ningún caso son uniformes. Algunos directivos apuestan por que el líder nace; otros, que se hace; y los demás, piensan que el líder es un poco de todo: nace, pero también se hace.

La opinión de la licenciada Karin, sin embargo, se aparta un poco de las anteriores propuestas. Más que hacerse, al líder en buena medida le hacen. La educación es el auténtico baluarte del liderazgo. "La clásica pregunta que la gente se hace en torno al liderazgo es ésta: el líder, ¿nace o se hace?. Puede que al plantearse la pregunta, flote en el ambiente la idea de un liderazgo carismático, unido al poder, a la sangre o a factores de otro orden (religiosos, familiares, etc.) 

En algunos casos incluso puede tratarse de hijos de líderes famosos, que en alguna forma podría afirmarse que han heredado de sus padres esa condición o, al menos, esa inclinación que puede convertirse en vocación para ellos. Sinceramente pienso que son casos minoritarios en torno a los cuales, sobre todo hoy en día, no cabría apoyarse la tesis de un  liderazgo hereditario como tesis dominante a la hora de explicar el fenómeno.

Los líderes en el sentido tradicional del término saltan desde la mente sin dificultad porque son sinónimo de grandes hombres (Alejandro Magno, Julio César,  Gandhi, etc.) Más recientemente podríamos decir Einstein, John F. Kennedy, Juan Pablo II, Gorbachov, la Madre Teresa de Calcuta, Walea, Mandela, o unos cuantos grandes generales, deportistas o  científicos. Figuras de primer orden que ha ejercido una influencia notoria como forjadores de la sociedad actual. 

No estamos averiguando por los líderes que nacen o que heredan esas características, ni aquellos que por su grandeza han ejercido una particular influencia en las colectividades. Nos parece que encarna un  tipo de liderazgo muy digno de ser tenido en cuenta.

Pero aquí nos preguntamos más bien por un liderazgo que tiene que ver con el grupo humano que rodea al líder, con la comunidad en la que ejerce su influencia. Entonces la superficie para encontrar esos líderes, se torno más amplia, porque no necesariamente se está pensando en grandes personales de la historia o del acontecer mundial.

Para responder si el líder nace o se hace quisiéramos preguntarnos por un liderazgo que dependa más del efecto del líder en los seguidores que de la personalidad misma del líder o de sus condiciones excepcionales, sin que éstas dejen de ser importantes a la hora de considerar su actuación frente al grupo de que se trata.

 

Con esa idea delante, entonces la respuesta más pertinente  a esa pregunta  es que el líder no nace sino que se hace. Eso quiere decir que estamos hablando de un liderazgo accesible a muchas personas, no reservado a una élite o a una minoría, ni a los grandes personajes a los que antes nos referimos. 

 

Es un  liderazgo que se asume,  que resulta o que aparece en la vida de muchas personas: en la empresa, en la familia, en la escuela, en la universidad, en la iglesia, en el gobierno, en la política. Puede tratarse incluso de un liderazgo situacional, ligado a unas circunstancias determinadas y a un  tipo de relaciones.

 

Digamos que hay líderes que no sólo no nacen, sino que no necesariamente se hacen, como fruto de un proceso deliberado de construcción del liderazgo, sino que surgen y crecen en ciertos ambientes. Pero sí hay otros que se lo proponen explícitamente y se hacen líderes en virtud de las responsabilidades que asumen y de la influencia que llegan a ejercer sobre los demás por la ejemplaridad en su conducta y por su capacidad de arrastre y de ayuda para conseguir determinados objetivos. 

 

Son los líderes a los que corresponde la afirmación que hace Toynbee: Aquellas personalidades creadoras que dan siempre respuestas exitosas a los desafíos del medio y que en razón de su integridad y de su compromiso con el grupo son libremente seguidos por la mayoría. Nos parece que esta definición encarna de una manera bastante aproximada la esencia del liderazgo, sin encorsetarlo en fórmulas psicológicas.

 

Dentro de la tesis de que el líder se hace cabe más una concepción democratizante y participativa del liderazgo que una elitista. Y tiene que ver más con un liderazgo que delega en el grupo la posibilidad de tomar las decisiones (liderazgo democrático) que con un liderazgo autoritario (que toma las decisiones unilateralmente o que se sirve del grupo como una disculpa para aparentar la participación)."

 

"El futuro está en manos de la juventud -decía un pensador español-, pero la juventud está en manos de quien la forme". La educación en la infancia siembra hábitos que recogen conductas rectas en la vida adulta. Una educación tejida de valores garantiza el ejercicio de un liderazgo eficaz. Saber de valores está bien, pero lo importante es ponerlos en práctica; y la práctica, cuanto antes comience, mejor:

 

"¿Te das cuenta de que lo más importante es el comienzo de cualquier cosa, especialmente en el caso de que sea joven y tierno? Pues es entonces cuando toma forma y adquiere la modelación que se quiere imprimir" (Platón). La familia es el verdadero marco de referencia de las personas. Los valores se descubren en casa y se afianzan a lo largo de la vida.

 

Otro autor, Carlos M. Moreno Pérez, comenta que si revisamos el concepto de liderazgo en los últimos años, pronto nos daremos cuenta de su amplísima bibliografía. Es cierto: es mucho lo que se ha escrito sobre liderazgo. Pero si al concepto “liderazgo” le añadimos “ético” o, si se prefiere, la ética como fundamento y trasfondo, la literatura sobre el tema es mucho menos abundante. Pero si aún vamos “más allá” e intentamos situarla en la perspectiva del s. XXI es, todavía, menor.

 

Vaya de antemano, mi deuda y gratitud con dos textos que, a mi entender, me parecen excepcionales, tanto por la forma como por el fondo de los mismos. Y no son éstas cuestiones banales ya que la ética tiene que ver con la manera de hacer, de presentar nuestro trabajo diario y con el fondo, con lo “hondo” de nuestras acciones: aquello que fundamenta (y ahonda) nuestra actuación. El primero, es el libro póstumo de Juan Antonio Pérez López1, Liderazgo y ética en la dirección de empresas. La nueva empresa del siglo XXI, compilación y ordenación, por parte de sus más inmediatos colaboradores, de algunos textos de J. A. Pérez López. El segundo, es un artículo del profesor Santiago Álvarez del Mon2, “Liderazgo transformador”, publicado en Harvard DEUSTO Business Review. No sería justo, ni por tanto ético por mi parte, si no reconociera mi deuda con ambos autores. Sus escritos han sido referencia constante de las siguientes páginas.

 

Sirva como punto de partida cualquier deporte de equipo: baloncesto, balonmano, fútbol… Es importante resaltar “equipo”. Un grupo de individuos inmersos en una competición. Cada uno aportando, al menos teóricamente, sus características individuales al juego colectivo. Si nos preguntamos quién es el líder de esa competición pondremos encima de la mesa el nombre de un determinado equipo vinculado a un “club”. “El líder es…”. Y decimos que es el líder porque ocupa el primer lugar en una clasificación, dentro de una competición. El líder es el primero. A veces, olvidamos que ser líder significa, también, ser el primero: “el primero al frente de…”; “el primero en… ¿responder/responsabilidad?; “el primero en… ¿prever?, ¿planificar?…”. Sí, líder es el primero en… ¿humildad?

 

¿Es importante ser líder al inicio de la competición? Bueno, es casi anecdótico, ¿no? Pero, tendremos que ver para quién, ¿no es cierto? Para los equipos grandes, seguramente, sí. Para los modestos, candidatos “a priori” al descenso, mantenerse un par de jornadas como líderes… ¡menuda publicidad!, ¿no? ¡Qué expectación! Y, si es capaz de mantenerse al frente durante unas cuantas jornadas más, estamos ante el equipo “sorpresa” o “revelación”. Claro, que todo ello tendrá que ver con los objetivos marcados y los, realmente, alcanzados. Para un grande, ser segundo puede ser fracaso; para un modesto, un éxito. No es lo mismo luchar por el campeonato que luchar por eludir el descenso, pero puede ser igualmente exitoso ser campeón como eludir el descenso (Las celebraciones, también, van a la par). ¿Cuál era el objetivo al arrancar la competición?3 ¿Cómo nos queríamos situar? ¿Por qué puesto luchábamos?

 

¿Es importante ser líder en Navidad y proclamarse campeón de invierno? Seguro que no es ya tan anecdótico, ¿verdad? Es ya una tendencia… ¿definitiva? No, ya lo sabemos. Lo, realmente definitivo, es ser líder la última jornada del campeonato. ¿Es suficiente? Sí y no. Me explico. Es suficiente para ese año pero, ¿y el próximo? Claro que, si en cinco años se ganan cuatro campeonatos… estamos rozando la excelencia, ¿no? Es cierto que hay líderes que son “flor de un día” (¿Son líderes?). Hay quienes mantienen el tipo durante un tiempo… Han dado la “sorpresa”. Después, están los líderes que son el resultado de una trayectoria, de un esfuerzo milimetrado, día a día, mes a mes, años tras año. El líder se hace, no nace. ¿Se puede tener alguna cualidad “innata” para el liderazgo? Pienso que no4. Sí podemos hablar, en cambio, de predisposición al liderazgo, de ambición de ser líder. El líder se hace día a día: es fruto de un trabajo continuado. Quizás, lo más apropiado sea afirmar que el líder se “moldea”, se va haciendo en el día a día.

 

Una aclaración: cuando hablamos de líderes, hablamos también, de personas de “carne y hueso”, con sus defectos y virtudes. El líder ocupa un lugar “especial” porque se lo ha trabajado, pero no es un ser “especial”. Es una mujer, un hombre como usted, como yo. Personas, absolutamente, normales.

 

Por ultimo, haciendo importante énfasis en la pregunta  ¿Un líder nace o se hace?


Respondo de esta forma. Si ves un tipo que juega basketball que es flaco y bajo piensas que no tiene condiciones. Pero a veces los que no son tan altos son extraordinarios. Hay gente en la vida que viene con condiciones especiales, ya sea por temperamento, por factores genéticos o porque tuvo una formación de padres que le dieron mucho refuerzo y autoestima, por lo que terminan teniendo muchas condiciones para poder liderar e influenciar. Pero eso no necesariamente es una limitante, porque puedes no tener esas condiciones y aprender una serie de hábitos y aptitudes de liderazgo.


A veces me preguntan para qué queremos tantos líderes, pero ojalá todos fuésemos líderes, pero personales para empezar, es decir, personas capaces de hacerse cargo de sus vidas, personas perseverantes, con iniciativa y creatividad, que después puedan guiar al resto de la gente que los rodea. Todas estas características son actitudes que se pueden aprender.

 

Tipos de Liderazgo

Cuando ya le ha sido asignada la responsabilidad del liderazgo y la autoridad correspondiente, es tarea del líder lograr las metas trabajando con y mediante sus seguidores. Los líderes han mostrado muchos enfoques diferentes respecto a como cumplen con sus responsabilidades en relación con sus seguidores. El enfoque más común para analizar el comportamiento del líder es clasificar los diversos tipos de liderazgo existentes. Los estilos varían según los deberes que el líder debe desempe­ñar solo, las responsabilidades que desee que sus superiores acepten y su compro­miso filosófico hacia la realización y cumplimiento de las expectativas de sus subal­ternos. Se han usado muchos términos para definir los estilos de liderazgo, pero tal vez el más importante ha sido la descripción de los tres estilos básicos: el líder au­tócrata, el líder participativo y el líder de rienda suelta.

 

El líder autócrata. Un líder autócrata asume toda la responsabilidad de la toma de decisiones, inicia las acciones, dirige, motiva y controla al subalterno. La decisión y la gula se centralizan en el líder. Puede considerar que solamente él es competente y capaz de tomar decisiones importantes, puede sentir que sus subal­ternos son incapaces de guiarse a sí mismos o puede tener otras razones para asu­mir una sólida posición de fuerza y control. La respuesta pedida a los subalternos es La obediencia y adhesión a sus decisiones. El autócrata observa los niveles de de­sempeño de sus subaltenos con la esperanza de evitar desviaciones que puedan presentarse con respecto a sus directrices.

 

El líder participativo. Cuando un líder adopta el estilo participativo, utiliza la consulta, para practicar el liderazgo. No delega su derecho a tomar deci­siones finales y señala directrices específicas a sus subalternos pero consulta sus ideas y opiniones sobre muchas decisiones que les incumben. Si desea ser un líder participativo eficaz, escucha y analiza seriamente las ideas de sus subalternos y acepta sus contribuciones siempre que sea posible y práctico. El líder participativo cultiva la toma de decisiones de sus subalternos para que sus ideas sean cada vez más útiles y maduras. Impulsa también a sus subalternos a incrementar su capaci­dad de auto control y los insta a asumir más responsabilidad para guiar sus propios esfuerzos. Es un líder que apoya a sus subalternos y no asume una postura de dic­tador. Sin embargo, la autoridad final en asuntos de importancia sigue en sus ma­nos.

 

El líder que adopta el sistema de rienda suelta. Mediante este estilo de li­derazgo, el líder delega en sus subalternos la autoridad para tomar decisiones Puede decir a sus seguidores “aquí hay un trabajo que hacer. No me importa cómo lo hagan con tal de que se haga bien”. Este líder espera que los subalternos asu­man la responsabilidad por su propia motivación, guía y control. Excepto por la es­tipulación de un número mínimo de reglas, este estilo de liderazgo, proporciona muy poco contacto y apoyo para los seguidores. Evidentemente, el subalterno tiene que ser altamente calificado y capaz para que este enfoque tenga un resultado final satisfactorio.

 

Desde luego, existen diversos grados de liderazgo entre estos estilos; sólo se analizaron tres de las posiciones más definidas.

 

En una época, algunos autores y administradores separaban uno de estos esti­los de liderazgo y lo promovían como la panacea para todas las necesidades de su­pervisión. La mayoría dio énfasis a la administración participativa, aunque el estilo autócrata tuvo varios defensores que lo promovían como la única técnica eficaz. Ocasionalmente existen promotores del estilo de rienda suelta que afirman que es un estilo singularmente provechoso. Las tendencias más recientes enfatizan la nece­sidad de adaptación y flexibilidad en el uso de los estilos de liderazgo, como oposi­ción al perfeccionamiento de uno solo de dichos estilos.” Se cree que en la sociedad dinámica actual son raros los administradores cuyos pensamientos y preferencias sean completamente iguales y los trabajadores que tengan idénticas capacidades y necesidades. Y casi nunca hay dos organizaciones que tengan metas y objetivos idénticos. Debido a esto, por lo general se recomienda que el administrador tome en cuenta una serie de factores para determinar qué estilo de liderazgo es apro­piado para cada situación.

 

En pocas palabras, un estilo de liderazgo será más eficaz si prevalecen deter­minados factores situacionales, en tanto que otro estilo puede ser más útil silos fac­tores cambian.

 

Tipo de Liderazgo en un proceso del cual el participante es dueño o co-dueño.

Actualmente, formo parte de un grupo de profesionales, ingenieros, técnicos, etc. que trabajamos en la creación de una herramienta que nos permita calcular el volumen de gas en determinadas áreas operacionales del Distrito Sur de San tome. Este proceso lo estoy liderando desde ya hace un mes aproximadamente, debemos cumplir un cronograma ya establecido por mi persona y previa consulta con el grupo. Hemos creado mesas de trabajo con distintos especialistas de otras áreas y pienso que en un mes el diseño de la herramienta este listo. He dividido el grupo en dos partes una la forman los ingenieros químicos, mecánico y un técnico en Gas, a quienes le delegue la actividad de evaluar las distintas normas y los cálculos, la otro esta formada por mi persona y un ingeniero en sistema y nos estamos encargando de el desarrollo de la herramienta en un lenguaje de programación. El proceso completo ha sido bien dinámico y puedo catalogar este tipo de liderazgo como participativo.

 

¿Cómo mejorar el Liderazgo en el proceso del cual es dueño o co-dueño?

Si todos tuviéramos la misma capacidad de trabajar bajo presión, sin que esto repercuta en la calidad del propósito perseguido. Pero pienso que con una buena política de desarrollo organizacional , puede orientar mas a los trabajadores y que cuenten con herramientas que les permita desarrollarse cada día como mejores lideres y profesionales, para que asuman roles importantes en sus respectivas áreas.

 

INFOGRAFIA

 

http://www.gestiopolis.com/canales2/gerencia/1/orilider.htm

 

¿CUAL ES EL ORIGEN DE UN LÍDER?

Entre los profesionales del management hay una pregunta que siempre ha suscitado cierto interés: "El líder, ¿nace o se hace?". Las respuestas en ningún caso son uniformes. Algunos directivos apuestan por que el líder nace; otros, que se hace; y los más, piensan que el líder es un poco de todo: nace, pero también se hace.

 

http://www.rrhhmagazine.com/inicio.asp?url=/articulo/gestion23_1.asp

 

El liderazgo ético, un reto empresarial

Si revisamos el concepto de liderazgo en los últimos años, pronto nos daremos cuenta de su amplísima bibliografía. Es cierto: es mucho lo que se ha escrito sobre liderazgo. Pero si al concepto “liderazgo” le añadimos “ético” o, si se prefiere, la ética como fundamento y trasfondo, la literatura sobre el tema es mucho menos abundante.

http://www.emprendedores.cl/articulos/mg14.htm

¿Puede Usted Liderar sin Ego?

Liderar sin tratar de controlar a la gente, ser comprensivo sin hacerte el sabio, lograr sin asumir el crédito. Suena difícil, pero son en forma muy breve las características básicas que debe tener un verdadero líder, a juicio del experto internacional en esta temática, David Fischman.

 

 

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