Ocupación de Mérida y Trujillo.
Oficio del Señor Ministro interino dé la
Guerra al Excmo. Señor Vice-presiden-te de Colombia.
Cuartel general de Trujillo a 7 de Octubre de 1820.
Una rápida marcha sin perder a un hombre ha libertado
las dos patrióticas provincias de Mérida y Trujillo en menos de 15 días.
El dos entró la guardia del LIBERTADOR en Mérida. Destacados de
allí 40 hombres de caballería á las órdenes del Señor Coronel Rangel
pasaron por la noche el páramo de Mucuchíes, y el 3 al amanecer dieron
con el todo del enemigo. Solo aquel Jefe con los Coroneles Gómez é Infante,
Mayor Segarra y 7 Dragones bastaron para atacar la retaguardia de la tercera
división española y tomarle todo el parque de víveres y municiones,
catorce fusileros armados, matándoles cuatro oficiales y seis soldados.
Ya antes se había tomado el equipaje del Obispo de Mérida, que hace de
caudillo y proveedor de esta división, el cual fue enviado á la catedral de aquella ciudad.
Los cuerpos de infantería de la guardia continuaron su marcha en este orden.
El Coronel Carrillo con 500 selectos fusileros, picaba la marcha del enemigo:
el resto de la Guardia á las órdenes del segundo jefe, Coronel Plaza, seguía
el mismo movimiento, pero con mas lentitud, por no molestar las tropas.
Nuestra descubierta de caballería, á las órdenes del Coronel Gómez, alcanzó
la división enemiga en estas inmediaciones, y la ha perseguido constantemente
por más de seis leguas hasta Santa Ana.
El Coronel Rangel con un piquete de cazadores, ha ido en persecución del Obispo, que con
200 fusileros fue a embarcarse por Moporo. En Betijoque encontró al Gobernador
de esta ciudad con su guarnición, la derrotó y la tomó prisionera.
Los enemigos, de tránsito por esta ciudad, hicieron horrores inauditos.
Un refinamiento de barbarie ha marcado los pasos de estos constitucionales,
con menos sangre femenina que en Turbaco, pero con mas torpeza. Aun las damas
principales de esta ''ciudad fueron obligadas á cargar pertrechos como bestias". Ultrajar, mentir,
saquear y obrar á la española será siempre, según parece, la conducta de este ejército
expedicionario que, en su impudencia, pública nuestra derrota por él Sur a fin de cubrir su infame fuga:
añadiendo que Calzada y el Obispo dé Pópayan nos persiguen de cerca.
Estos bellos países están exaltados de placer al verse rescatar por
las armas de Colombia; y todo nos promete que la campaña del año
20 será como la del año 13, que por todas partes marcó la victoria.
Lo que tengo el honor de decir a V. E. de orden del LIBERTADOR.
Dios guarde á V.E. muchos años.
El Ministro Interino,
Antonio José de Sucre.