Seguir a Jesucristo. Para ser sus cooperadores, se sienten obligados a reconocerle mas y mas en ellos mismos y en los que les rodean. Estan llamados a imitarle y a identificarse con El y dejarle vivir en sí mismos. Esforzandose por reproducirle en la misma vida.
Con los más abandonados: Para despertar la fe de aquellos a quienes son enviados, haciendoles descubrir quien es Jesucristo. Estan siempre dispuestos a responder a las necesidades más urgentes de la Iglesia mediante varias formas de testimonios y ministerios....
Con audacia, humildad y confianza: Siempre cercanos a la gente con la que trabajan, los Oblatos prestarán atención a las aspiraciones de la misma y a los valores que posee. Sean de la cultura que sean. No temerán presentar con claridad las exigencias del Evangelio y abrirán nuevos caminos con audacia para que el mensaje de Salvación llegue a todos los hombres.
que estás donde el amor se enciende y se serena. Que te llamas amor y al amor nos invitas y solo en el amor nos reconoces como hijos militantes de tu reino.
Padre nuestros que estás en la tierra y que aquí te vemos , en el desheredado, en el obrero, en el campo, en el mercado, en las puertas de so y en las nubes del cielo.
Padre nuestro que estas en la tiera y muchas veces no te vemos, cuando huimos del pobre y justificamos el hambre, la injusticia , la opresión así como el destierro.
Padre nuestro, queremos verte en la tierra para despues poder verte en tu cielo.
Santificado sea tu nombre, en los marginados, en las prostitutas, en los parados, en las mujeres maltratadas, sobre todo cuando van liberando su angustia y su miedo. Pero, Señor, nunca serás sacrificado en los usureros ni en los que hacen de la injusticia su imperio.
Venga a nosotros tu reino, al que nos empujas y que entre todos hacemos aunque tenemos miedo. Reino del amor que crece siempre más allá de la luz y el universo. Reino aquí en la tierra del trabajo compartido, sin violencias ,sin odios, sin dueños. Danos la necesaria rebeldía, para vivir cada día intentándolo de nuevo.
Hágase tu voluntad, en la tierra de los hombre y en los hombres de tu cielo, que entre todos hemos de ir construyendo, desde la tolerancia y el encuentro. Urgenos, Señor para seguir creyendo.
Amen
Nuestro apostolado se basa en el acercamiento de los hombres a Dios. "Haced primero a los hombes humanos, luego cristianos, y llevarles a ser reiligiosos y santos"
Por favor no echemos la llave.
Al menos una vez, seamos descuidados. Dejemos entornadas puertas y ventanas, de manera que el viento las sacuda ruidosamente e irrumpa dentro dejando que organice todos los desastres que quiera.
No nos conformemos con que se filtre a traves de las rendijas. Dejemos que sople con fuerza, aunque tengamos que echarnos a tierra.
Permitámosle que levante los cortinajes solemnes, rompa los velos delicados, haga oscilar peligrosamente las lámparas. Consintámosle que haga volar los sombreros de nuestras cabezas, las cofias, las mitras, pelucas y peluquines, mascaras, gafas, bolsos …
Y si arranca alguna pagina de nuestros códigos, si arrastra lejos los folios de los discursos ya preparados, no corramos tras ellos. El fuego, despues, se encargara de quemarlos, y será una gran ganancia para todos.
EI viento silba rabioso, revuelve, levanta, arrastra, desbarata, bufa, desordena, sacude, arranca de raíz, barre, abofetea (sí, al menos hoy tengamos el coraje de no esquivar esas bofetadas). Es su oficio. Pero es necesario concederle que lo haga hasta el fondo. A. Pronzato
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