Uno se acostumbra al dolor igual que a
la vejez, a la vida, a una enfermedad,
a un sanatorio o a una cárcel.
Jorge Luís Borges
Continuamente el dolor se manifiesta en nuestras vidas a nivel individual y colectivo. No hay vida sin dolor , desde que nacemos lo sentimos física o espiritualmente, por nosotros o por los otros, pero se hace latente en algún momento de nuestra existencia.
Hay un árbol del dolor para cada vida que compendia el sufrimiento universal y el íntimo.
Éste es el que habla de las muertes injustas de los niños, de las pérdidas de los padres, del lamento acumulado y asumido de los ancianos.
Cada cara de la escultura mide aproximadamente como una moneda de dos euros.