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.La.Caja.Magica./.Fantasmas./.Correspondencias.cruzadas.
Fecha de Publicaci�n
Julio 20, 2002   

 

 

 

A las muertes de los socios fundadores de la SPR, sobre todo la de F. W. H. Myers en 1901, sigui� un nuevo fen�meno, el de las "correspondencias cruzadas". Se trataba de mensajes fragmentarios, recibidos en diferentes momentos y lugares, por dos o m�s sensitivos no vinculados entre s�. Los mensajes, con frecuencia absurdos si se los consideraba por separado, eran perfectamente coherentes cuando se los reun�a. La compilaci�n de las "correspondencias cruzadas" llev� m�s de 30 a�os. El momento en que comenz�, por haber coincidido con las muertes de aquellos cuya principal preocupaci�n hab�a sido entender los misterios de la muerte, parece probar, m�s all� de toda duda, qui�nes estaban detr�s del experimento. Parec�a como s� los fundadores de la SPR se hubiesen reunido al otro lado de la tumba y hubieran dicho: "Cualquier mensaje normal que enviemos ser� considerado una transferencia de pensamientos. Inventemos un medio de comunicaci�n que no pueda ser mal interpretado."

Desde luego, ning�n mensaje f�cilmente explicable como una transferencia de pensamientos ha sido comunicado nunca en fragmentos a mediums distintos. Y el tema de los mensajes -poes�as y alusiones cl�sicas eruditas- es muy caracter�stico del grupo de socios fallecidos de la SPR. Aunque en alguna medida la PES podr�a explicar buena parte del material de la correspondencia alternada, muchos investigadores creen que, por ahora, es la mejor prueba que existe de la supervivencia. Pero, aun as�, lo �nico que hacen es intentar convencernos, de todas las formas ingeniosas posibles, de la existencia continuada de ciertos individuos. Pero a�n aceptando su autenticidad, este experimento masivo y trabajoso nos dice poco sobre lo que pasa cuando morimos, excepto que retenemos algo de nuestros h�bitos mentales terrestres y algunos rastros de nuestra personalidad.

Comunicantes "de sopet�n". Algunas sesiones han sido interrumpidas por esp�ritus que llegaban "de sopet�n", desconocidos para todos los presentes, pero que proporcionan informaciones acerca de si mismos que despu�s resultaba correcta. Tambi�n este fen�meno puede ser explicado por la PES, pero �por qu� un sensitivo recibe informaci�n acerca de alguien que no interesa a ninguno de los presentes?

Fantasmas que dan la bienvenida. Los testigos de una agon�a suelen comentar que parientes o amigos ya fallecidos del moribundo parecen ser vistos por �l inmediatamente antes de morir, como si les dieran la bienvenida al "otro lado". Quiz� se trate de alucinaciones: un mecanismo natural para facilitar el tr�nsito. Pero esto no explica los casos en que el moribundo se ha asombrado ante la "visita" de un pariente cuya muerte ignoraba.

Muerte cl�nica. Desde los a�os 60 se est�n investigando las experiencias de las personas que "murieron" cl�nicamente -con frecuencia en la mesa de operaciones- y volvieron a la vida. Casi todas narran las mismas experiencias, creyeran o no en la supervivencia previamente. Tuvieron conciencia de abandonar sus cuerpos y pasar por un t�nel oscuro, con una luz al final. Cuando salieron del t�nel fueron recibidos por una figura radiante, a menudo demasiado brillante para ser vista con claridad. Este ser se identifica de diferente manera, seg�n los respectivos "vocabularios" religiosos; los occidentales suelen decir que se trata de Cristo. Tambi�n pueden advertir la presencia de amigos o parientes muertos, y se sienten llenos de paz y j�bilo. Pero se les dice que su momento no ha llegado y deben volver. Con pocas ganas, regresan a sus cuerpos. Lo m�s significativo es que las personas que vivieron esta experiencia no vuelven a temer a la muerte; la consideran algo deseable.

Experiencias fuera del cuerpo. Otro grupo de pruebas de que existimos aparte de nuestros cuerpos f�sicos es el que integran las experiencias fuera del cuerpo o viajes astrales. Muchas personas han tenido la curiosa experiencia de encontrarse flotando sobre sus cuerpos dormidos o inconscientes. Con frecuencia esto sucede en momentos de crisis: durante accidentes, torturas o mientras se sufre una intervenci�n quir�rgica. Algunas personas han asombrado a m�dicos y enfermeras, cont�ndoles todo lo que hab�an dicho y hecho durante la operaci�n. Unos pocos afirman poder abandonar sus cuerpos a voluntad; esto significa que existen independientemente de sus cuerpos y que ese aspecto suyo sobrevivir� a la muerte f�sica.

Claves y combinaciones de cajas fuertes. Algunas personas han dispuesto en vida algunas pruebas de supervivencia despu�s de la muerte, comprometi�ndose a revelar por medio de mediums o amigos la soluci�n de alg�n enigma. Hasta ahora, ninguna de tales pruebas ha tenido �xito, aunque son demasiado escasas para resultar significativas.

Pactos de aparici�n. Amigos o amantes han hecho pactos por los que el primero en morir deb�a aparecerse al otro, quiz� en ciertas circunstancias especificas. Se supone que lo han hecho, pero la pena provoca con frecuencia alucinaciones. Ciertamente, parecen formar parte del proceso natural del duelo, y act�an como un consuelo. Esas apariciones pueden clasificarse como de crisis o manifestaciones similares a la PES.

Reencarnaci�n. Los datos acerca de la reencarnaci�n no s�lo indican que sobrevivimos y volvemos a nacer (quiz� muchas veces), sino que ofrecen pistas de las razones de que hayamos nacido. Las regresiones hipn�ticas a "vidas pasadas"; los recuerdos espont�neos de algunos ni�os de haber sido otra persona; la "memoria distante" de algunos adultos; algunas experiencias de d�ja vu... Aunque podr�a explicarse de otras formas, todo esto se�ala que la reencarnaci�n es una posibilidad. Muchas personas creen que debemos superar una serie de vidas terrestres diferentes hasta que logramos una gran perfecci�n espiritual; entonces nos transformamos en dioses o nos trasladamos a un plano puramente espiritual de existencia. Hay quien piensa que no todos se reencarnan, pero no comprendemos las reglas que gobiernan el proceso de selecci�n.

El doctor Jan Stevenson, de la universidad de Virginia, Estados Unidos, ha hecho una investigaci�n erudita y detallada de las pruebas posibles de la reencarnaci�n. Reuni� cientos de casos de supuestas "vidas pasadas" y lleg� a la conclusi�n de que "un hombre racional... puede creer en la reencarnaci�n porque hay pruebas de que existe". Sin embargo, no todo el mundo piensa lo mismo.

Psicofon�as. Desde los a�os 60, los grabadores han estado grabando, seg�n se dice, las voces de los muertos. El fen�meno fue descubierto por J�rgenson y Raudive, y se ha transformado en una especie de culto. Sin embargo, lo �nico que puede decirse por ahora es que, sea cual sea el origen de las voces, no han agregado nada a nuestras informaciones acerca de la otra vida.

A pesar del creciente inter�s en la investigaci�n paranormal y ps�quica, se puede decir que la mayor�a de quienes creen en la supervivencia del esp�ritu pertenecen a una religi�n y, para ellos, la creencia en otra vida es s�lo un problema de fe. Esta fe es muy antigua: los enterramientos m�s remotos que se conocen demuestran que el hombre primitivo cre�a en la supervivencia. Aun hoy, las religiones primitivas dan por sentada la supervivencia a la muerte f�sica.

Pero las religiones m�s evolucionadas del mundo difieren mucho en sus concepciones del fin �ltimo del hombre. Hind�es y budistas ense�an que escapamos de la miseria de las encarnaciones terrestres para alcanzar una uni�n m�stica y deleitosa con Brahma, el Principio Supremo, o para acceder al Nirvana, donde el yo se pierde en el infinito.

En la antig�edad, griegos, romanos y hebreos cre�an que el alma part�a hacia una existencia poco satisfactoria en un oscuro Hades o sheol. Despu�s, los jud�os aceptaron el concepto de la resurrecci�n de los justos, en compa��a de los patriarcas, pero a�n hoy el juda�smo no ense�a una doctrina cierta de vida eterna para todos. La idea del juicio lleg� desde el antiguo Egipto y el zoroastrismo hasta el juda�smo, el cristianismo y el islam, con las consecuentes doctrinas de recompensa y castigo, cielo, purgatorio, limbo e infierno. Pero creyentes o ateos, fil�sofos o materialistas, todos moriremos. Y s�lo entonces conoceremos la verdad.

 

 

 

 

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