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.La.Caja.Magica./.Fantasmas./.Casa.de.fantasmas.
Fecha de Publicaci�n
Julio 18, 2002   

 

 

 

Para llevar a cabo una investigaci�n acerca de apariciones fantasmales se requiere paciencia, inventiva y habilidad. �C�mo puede un buen cazador de fantasmas poner a prueba la autenticidad de una aparici�n?

"El miedo descendi� sobre mi, y el temblor hac�a que chocaran mis huesos. Entonces un esp�ritu pas� ante mi rostro: se me pusieron los pelos de punta. Estaba inm�vil, pero no pude discernir su forma." As� describe el libro de Job (4, 14-16) la reacci�n ante un fantasma.

La palabra "fantasma" deriva de un verbo griego que significa "aparecer" o "mostrarse". Por tanto, el fantasma es un fen�meno b�sicamente sensorial, y suele provocar reacciones muy traum�ticas. Afortunadamente, algunas personas, en vez de atemorizarse, est�n dispuestas incluso a consagrar su vida a la b�squeda activa de fantasmas.

Una investigaci�n minuciosa debe empezar por buscar las causas naturales que pueden haber dado lugar al incidente estudiado. Los ruidos fantasmales a menudo son provocados por elementos totalmente cotidianos, como pueden ser el viento, las tuber�as del agua, la vibraci�n de ventanas o de adornos por efecto del tr�fico callejero, ruidos de animales, etc. en cierta ocasi�n se dio un caso en la casa de una familia en la que los fantasmas eran nada menos que ratas empujando manzanas almacenadas en la cavidad de una pared del desv�n. Otro caso famoso es el del "fantasma de la calle Villarroel", que a finales de la d�cada de los 70 trastorn� la opini�n ciudadana en Espa�a: el presunto "fantasma" result� ser un hombre sin empleo ni hogar que sol�a refugiarse en una casa en construcci�n una vez se hab�an marchado los operarios. Los ruidos que causaba empezaron por inquietar al sereno de la obra y a los vecinos... �pero la "vox populi" acab� asegurando que se trataba del alma en pena de un cad�ver que hab�a sido hallado al excavar los fundamentos de la nueva casa!

Ante este tipo de hechos, el investigador debe mostrarse esc�ptico acerca de las explicaciones paranormales que le parezcan sospechosas. Sin embargo, debe tener tambi�n en cuenta todo lo que hasta ahora se sabe de los fantasmas: su existencia ha sido aceptada con naturalidad en casi todas las culturas, a lo largo de la historia. S�lo en Occidente, el desarrollo del punto de vista cient�fico en los �ltimos siglos ha hecho que su existencia y su naturaleza fueran cuestionadas. Sin embargo, a lo largo de la historia los intentos serios de descubrir qu� son y de estudiar su conducta han sido muy escasos. Y muchas personas todav�a reaccionan ante la idea de los fantasmas con una mezcla irracional de temor, rid�culo y risa. Estamos demasiado acostumbrados a rechazar lo que no entendemos.

Los fantasmas son rechazados hasta por quienes los han visto. "�Lo vi, pero no me lo creo!" es una reacci�n bastante frecuente, ya que la mente humana rechaza instintivamente las informaciones que no puede asimilar e interpretar. Es evidente que har�n falta m�s y mejores pruebas antes de que los fantasmas hallen su lugar en los libros de f�sica y biolog�a.

Para empezar, �es un fantasma? Algunos diccionarios lo definen como "figura de una persona muerta que se aparece a los vivos". Esta explicaci�n de la naturaleza de los fantasmas no es suficiente, ya que, como hemos visto, no es rara la aparici�n fantasmal de personas todav�a vivas. La palabra "fantasma" ha adquirido tambi�n otros sentidos, como por ejemplo el de "persona entonada o presuntuosa", o de "imagen de un objeto impreso en la fantas�a". Frederick W. H. Myers, uno de los primeros investigadores ps�quicos, se refer�a a la noci�n de "vestigio" que posee el concepto de fantasma, cuando los caracteriz� como "una manifestaci�n de energ�a personal persistente", conclusi�n a la que lleg� despu�s de estudiar una gran cantidad de datos.

Existen numerosas pruebas de que ver y o�r una presencia fantasmal es una experiencia muy com�n. En 1889, la Society for Psychical Research, de la que Myers fue socio fundador, se embarc� en una investigaci�n de experiencias de apariciones, basada en la siguiente pregunta: �Alguna vez, creyendo estar totalmente despierto, tuvo usted la clara impresi�n de ver o ser tocado por un ser viviente o un objeto inanimado, y esa impresi�n, por lo que usted sabe, no se debi� a cualquier causa f�sica externa?

Casi el 10 % de las respuestas de las 17.000 personas encuestadas fueron afirmativas. Otras encuestas en varios pa�ses confirmaron este porcentaje. Por otra parte, el investigador G. N. M. Tyrrell, en su libro Apparitions (Apariciones), publicado en 1943, identificaba cuatro grupos principales en base a la conducta de los fantasmas, mucho mejor conocida -por cierto- que su propia naturaleza.

El primero de los grupos de Tyrrell est� formado por las apariciones que frecuentan habitualmente un lugar determinado. En conjunto no provocan miedo, son inofensivos y a veces llegan a ser tratados como un miembro m�s de la familia. Adem�s, existen numerosas pruebas fotogr�ficas que respaldan su existencia. Ya se ha dicho que existen muchas fotograf�as de fantasmas tomadas en iglesias: de monjes, de cl�rigos, de personas arrodilladas... Dos sacerdotes fantasmales aparecieron, junto con la turista lady Palmer, en una foto que tom� en 1925 su amiga la se�orita Townsend cuando estaban visitando la bas�lica de santa Juana de Arco en Domr�my (Francia). Pero el premio a la calidad t�cnica en una fotograf�a de un fantasma habr�a que conced�rselo al reverendo K. F. Lord, de Newby (Yorkshire); registr� la presencia de un espectro muy n�tido -aunque un poco teatral- que se hallaba de pie ante el altar con las cuencas de los ojos vac�as.

La segunda categor�a de fantasmas, seg�n la clasificaci�n de Tyrrell, es la de las apariciones post-mortem. Suelen tener lugar poco tiempo despu�s de la muerte de la persona vista, y no acostumbran a estar relacionadas con un lugar o un acontecimiento concreto.

En tercer lugar est�n los casos "cr�ticos": la aparici�n de alguien que est� viviendo una experiencia importante (a menudo desconocida por el testigo de la aparici�n), como un accidente, una enfermedad o, por supuesto, la muerte.

La �ltima de las categor�as de Tyrrell es la aparici�n menos conocida y quiz�s la m�s sorprendente de todas: la aparici�n inducida experimentalmente. En estos casos, el fantasma no es el de una persona muerta o moribunda, sino el de alguien que est� con vida, y que intenta deliberadamente hacer que su imagen se haga visible a otra persona. Tyrrell se pregunt� por qu� un experimento tan f�cilmente repetible hab�a sido ignorado por los investigadores, sobre todo teniendo en cuenta que las experiencias de viajes astrales si han sido objeto de estudio.

Los fantasmas cuya existencia ha sido comprobada de forma m�s fehaciente, y que son considerados genuinos por los investigadores serios, presentan generalmente una serie de rasgos comunes. Obedecen a las leyes de la perspectiva, seg�n el punto del espacio desde el que se los contempla; parecen s�lidos; se reflejan en los espejos y producen ruidos sincronizados con sus movimientos (pasos, etc.). Generalmente dan la impresi�n de ser tan reales como las personas vivientes, aunque s�lo durante un per�odo limitado. Su presencia tambi�n puede provocar en los observadores una s�bita sensaci�n de fr�o.

Esa sensaci�n constituye tambi�n un rasgo t�pico de los casos de actividad poltergeist, aunque los poltergeists son muy distintos de los fantasmas convencionales: hacen que se muevan los objetos, pero no son visibles. Se ha informado de apariciones asociadas con actividad poltergeist, pero nadie ha visto todav�a a un fantasma arrojando un objeto.

Por otra parte, los fantasmas suelen ser vistos por m�s de una persona al mismo tiempo, aunque no necesariamente por todos los presentes. Esto suele ser suficiente para descartar la posibilidad de enga�o o error, pero la verdadera naturaleza de la aparici�n sigue siendo un misterio. No tiene por qu� ser necesariamente un esp�ritu desencarnado; podr�a ser un fen�meno "intersubjetivo", creaci�n conjunta de las mentes de quienes lo ven.

Una aparici�n suele proporcionar pruebas claras de su naturaleza no f�sica. Puede atravesar paredes; a veces aparece y desaparece por puertas tambi�n fantasmales que se abren y se cierran mientras las puertas "reales" permanecen cerradas; puede ser transparente y desvanecerse.

Sin embargo, parece claro que esos inasibles espectros pueden ser registrados por una pel�cula fotogr�fica. Existen, como hemos visto, muchas fotograf�as de fantasmas, aunque pocas son convincentes. El fraude es cosa tan corriente en el campo de la fotograf�a ps�quica, que se ha prestado poca atenci�n a los pocos ejemplos que podr�an ser aut�nticos. Un caso muy impresionante es el que ocurri� en 1936 en Raynham Hall (Norfolk, Inglaterra), en casa del marqu�s de Townshend. Un fot�grafo profesional y su ayudante estaban tomando fotograf�as de la casa. Mientras fotografiaban la escalera, el asistente dijo haber visto una figura fantasmal que bajaba por �sta. Y la foto tomada en ese momento, aut�ntica y no manipulada en opini�n de los expertos que la examinaron, muestra, de hecho, una figura borrosa. Se supone que desde hace tiempo una "dama de marr�n" frecuenta aquella casa. Fue vista simult�neamente por dos testigos en 1835. M�s tarde, otro testigo le dispar� con una escopeta. Pese a esta mala acogida, fue vista de nuevo en 1926 por lord Townshend y dos testigos m�s.

Pero tanto si se basa en fotograf�as como en testimonios hablados y escritos, no siempre resulta f�cil, para los "cazadores de fantasmas", llevar a cabo su tarea. En un mundo ideal, se dispondr�a de fondos, personal y equipo suficientes para realizar una investigaci�n tan rigurosa como la que hace la polic�a ante un asesinato. Pero esos fondos no existen, y esta tarea suele quedar en manos de investigadores independientes, muchos de los cuales se ganan la vida escribiendo acerca de sus experiencias.

A pesar de todo, �stos hacen a menudo una labor muy meritoria investigando los acontecimientos tan pronto como ocurren. En los a�os 70, concretamente, dos casos fueron investigados de forma muy minuciosa y fiable. Uno de ellos consist�a en una serie de apariciones a bordo de varios aviones Jumbo de una l�nea a�rea norteamericana.

 

 

 

 

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