Esta historia me fue contada por un familiar, har� de esto ya casi 9 a�os. Espero que la disfruten. Era una noche de julio cuando varias vecinas de la colonia �Revoluci�n� se encontraban jugando a la loter�a, era ya costumbre el salir a las banquetas y jugar hasta ya pasadas las 2 de la madrugada, y esto era m�s frecuente en verano, cuando el calor era insoportable, y el solo ventilador no bastaba para disipar el sofocante calor. La colonia contigua quedaba a escasos 7 metros de la casa de do�a Martha (que era en el lugar donde se reun�an) y en esa invisible l�nea divisoria era donde a menudo se desataban peleas entre los dos bandos de mal vivientes de ambas colonias, que ya bastante tiempo ten�an en ri�a. Bueno, el caso es que, muy entretenidas estaban todas en el juego cuando, al nombrar la carta del diablo, se escuch� a lo lejos una serie de ladridos muy fuertes que se iban aproximando, las mujeres de inmediato pensaron que los vagos estar�an molestando de nuevo a los perros de la otra colonia, pero sin embargo, esto no las dej� muy seguras; dejaron el juego pendiente y con susto miraron a lo lejos una silueta negra que se aproximaba. Cabe mencionar que esta silueta se divisaba a lo lejos de la colonia vecina, que muy poco estaba alumbrada... las mujeres se santiguaron, y una de ellas dijo muy asustada que deb�a de ser un pobre que de seguro estaba siendo correteado por un ladr�n, y era muy sabido que si no corr�as lo suficiente o no entregabas lo que te pidieran, acabar�as con el cuello partido en dos. Para este entonces los ladridos hab�an cesado tan abruptamente como hab�an aparecido y vieron que la silueta se detuvo en seco, en la l�nea que divid�a a las dos colonias, no se pod�a distinguir bien por el escaso alumbrado, pero la silueta era alta y gruesa, y entonces vieron que aquello se mov�a lentamente hacia ellas. Ellas esperaban ver al maleante atr�s de �l, pero sin embargo no pudieron ver nada, la figura negra se fue acercando cada vez m�s y m�s, y las mujeres estaban ya bastante intrigadas y espantadas, pero el susto ser�a mayor, pues al pasar a su lado vieron con horror que se trataba de un perro negro enorme y grueso que caminaba erguido dando peque�os saltos. Los gritos no se dieron a esperar, desesperadas llamaban todas a sus maridos. Desde entonces no se re�nen tan tarde a jugar. Del perro negro jam�s se volvi� a saber, pero todos est�n seguros que fue el diablo. Nadie le pudo dar explicaci�n al suceso, s�lo se rumore� que en el sitio donde se vio al perro hab�an asesinado brutalmente a un anciano, y desde entonces pusieron una cruz... es desde esa cruz donde se divis� por primera vez al animal. En tanto a las dos colonias, ya no existe fricci�n alguna. Candy