Esta historia me la cont� mi abuelo paterno, dice que le sucedi� a un amigo que siempre ha sido perseguido por el mal.
Dice que cierta vez, este se�or circulaba por la autopista, ya que era agente de ventas o algo as�, bueno, ya era muy noche, no se a ciencia cierta la hora exacta, pero �l ya llevaba mucho sue�o, entonces a lo lejos divis� un peque�o bulto en medio de la carretera, y baj� la velocidad para ver qu� era, entonces vi� a un peque�o cachorrito de D�berman, regordete y alegre, �l se apiad� de el y pens� "mejor me lo llevo y se lo regalo a alguien, si no lo var a aplastar los carros". Acto seguido lo subi� a su auto en la parte trasera, minutos m�s tarde empez� a sentir un fr�o intenso dentro del auto y una atm�sfera cargada. Empez� a escuchar gru�idos y volti�, se sorprendi� de ver al "cachoro" algo crecidito y pens�, "me lo imagin� tal vez por el sue�o que traigo", no le di� mucha importancia al sucedido, pero algo le sobresaltaba, minutos m�s tarde detras de su nuca empez� a sentir un vaho apestoso y caliente que llenaba todo el auto, y gru�idos de un perro adulto y al parecer muy grande, par� el auto, se qued� quieto, asustado, con terror profundo y como ya esperandolo volti� y se encontr� de frente con la cara de un espantoso y enorme D�berman babeante, agresivo, con la mirada ya antes vista por �l, si era el diablo, otra vez frente a el, las pupilas del animal chispeaban de odio, con un color rojo ardiente como las brasas del infierno. El pobre hombre, que ya ven�a prevenido cogi� un crucifijo bendito que trajo del Vaticano y se lo hundi� en el rostro del animal, el cual se empez� a retorcer y a golpearse contra el auto, sin antes enterrarle los afilados colmillos en su brazo, por fin la puerta cedi� y se abri� liberando a la horrenda bestia que se intern� en los matorrales aullando, dejando al infortunado hombre temblando. Dice mi abuelo que termin� pasando la noche a las puertas de una catedral.
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